domingo, 30 de septiembre de 2012

Ganar, golear y …

Torneo Inicial – Fecha 9 – 30 de Septiembre 2012
Arsenal 0 –  River 4
Ponzio celebra su gol (foto Télam)















Una semana difícil. Un equipo que no aparece. Un técnico cuestionado. Un presidente repudiado. Un reducto complicado. El último campeón del fútbol argentino. Un técnico astuto. Un rival duro. Ante todos estos condimentos llegaba River a Sarandí.

Cuando Almeyda confirmó el equipo, se empezó a hablar de un planteo conservador por la presencia de cuatro defensores centrales (Pires, Pezzella, Bottinelli y Funes Mori) y tres volantes con características más defensivas que de ataque (Aguirre, Cirigliano y Ponzio)

Ante las pequeñas dimensiones de la cancha de Arsenal, la idea de Almeyda era plantear el partido desde la lucha, y así fue el desarrollo del primer tiempo, luchado. Ponzio y Cirigliano intentaban jugar por abajo, pero estaban imprecisos y no lograban hilvanar situaciones de riesgo. El partido era ordinario, ambos equipos revoleaban la pelota y el medio campo era de tránsito. El balón siempre salteaba el sector medio y cuando lo transitaba, había mucha pierna fuerte y pelota dividida. Cerca del final del primer tiempo, en una de esas pelotas divididas, Ponzio recuperó en el medio y con un derechazo puso la ventaja para el millonario.

En el segundo tiempo ingresó Afranchino por Sánchez, de floja actuación, y con el marcador a favor, se empezaron a generar espacios. Esto le permitió a River administrar mejor la pelota y crear más situaciones de peligro. El técnico tomo nota de la situación y dispuso el ingreso de Lanzini por Cirigliano, que sigue con un bajo rendimiento. Así el millonario movió el balón con mayor precisión y velocidad y empezó a explotar esos espacios que Arsenal dejaba en el fondo.

Llegó el gol de Luna, que por primera vez jugaba desde el minuto cero, y luego, con la expulsión de Carbonero, solo quedaba esperar que corriera el reloj para obtener tres puntos importantísimos para este momento de River. El ingreso de Gabriel Funes Mori terminó de redondear la goleada que le brinda tranquilidad al técnico para trabajar en la semana.

Esta vez Almeyda hizo una buena lectura del partido, su planteo no dejó jugar al rival y cuando se abrieron los espacios dispuso los ingresos de Lanzini y Funes Mori para explotarlos con su velocidad y terminar de liquidar el pleito.

Párrafo aparte para Mora y la línea defensiva. Por primera vez en el campeonato, los cuatro del fondo dieron sensación de seguridad, estuvieron precisos en el mano a mano y fuertes en el juego aéreo, arma letal del equipo de Sarandí. Mora sigue mostrando cosas interesantes, ya había dejado una buena impresión frente a Newell´s y en Sarandí mostró claridad para jugar, encare y gambeta, precisión para habilitar a sus compañeros y guapeza para aguantar la pelota. Sin dudas puede ser un jugador muy importante en este equipo para acompañar al nueve de área.

Esta vez River ganó y goleó, ojalá sea el puntapié inicial para llegar a las tres G. Hoy el millonario necesita de victorias, las victorias dan tranquilidad y confianza, y con confianza los jugadores van a poder desarrollar el juego para llegar a gustar como el hincha y la historia de River manda. Tendremos que tener paciencia. Mientras tanto, sigamos sumando puntos.

Resúmen
Goles: 40’PT Leonardo D. Ponzio (Riv) , 24’ST Carlos A. Luna (Riv) , 36’ST Rogelio Funes Mori (Riv) , 45’ST Rogelio Funes Mori (Riv)
Expulsado: 30’ST C. Carbonero (Ars)
Arbitro: Nestor Pitana (bien)
Figura del partido: L. Ponzio (Riv)

Ubaldo Matildo Fillol


San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires. En un restaurante del pueblo, un joven de 14 años trabaja de mozo. Hasta allí llegó Renato Cesarini buscando nuevos talentos para River Plate, más precisamente a ese joven, que llamaba la atención por el tamaño de sus manos. Cesarini le ofreció al chico una prueba en River, pero éste se negó, no quería alejarse de su pueblo. Ante la sorprendente negativa, Renato le replicó “pibe, usted tiene las manos muy grandes, va a ser arquero”

Ese muchachito de 14 años, era Ubaldo Matildo Fillol, nacido el 21 de julio de 1950.

Es uno de los mejores arqueros de la historia millonaria (junto con el gran Amadeo Carrizo) y a pesar de no haber hecho las inferiores en el conjunto millonario, el destino parecía ensañado en cruzarle la banda roja en el pecho.

Su debut en primera división fue en 1969 con el Quilmes Athletic Club, luego pasó a Racing Club (1972) donde fue dirigido por Angel Labruna, para finalmente recalar en el equipo millonario en 1973, cuando Angelito le dijo “si usted no va a River, yo lo cago a trompadas”

Llegó a River en una época esquiva en cuanto a títulos. Al principio fue suplente de “Perico” Perez, pero cuando Labruna se hizo cargo de la dirección técnica, en 1975, le entregó el buzo titular y con él se quedó hasta 1983, cuando fue transferido a Argentinos Jrs.

Aquel 1975, fue el año en que River cortó la sequía de 18 años sin títulos, con el “Pato” en el arco y con un medio campo formado por juveniles de la institución (Alonso, Merlo y Lopez). Más tarde, Fillol contaría que en ese campeonato Metropolitano del ’75, el punto de inflexión fue el partido con Boca en la bombonera, donde jugaron de noche, ganaron 2 a 1, y él atajó un penal.

Historia particular la de Fillol con los penales. Además de sus condiciones naturales para defender los tres palos, donde parecía imbatible por su agilidad de piernas, su velocidad de reacción, sus reflejos felinos y su forma de achicar el arco al punto de convertirlo en una ratonera, era un gran atajador de penales.

Cuando él se paraba a 12 pasos de la pelota, el arco se achicaba, o mejor dicho, el “Pato” se agrandaba, los rivales se amedrentaban y él mostraba toda su seguridad. En su carrera atajó 16. Uno de los más recordados es el que le contuvo al polaco Deyna, en el mundial de 1978, donde Argentina fue campeón.

Su último partido fue en 1991, un River – Velez jugado en el Monumental y como no podía ser de otra manera, con un penal atajado. River llegaba peleando el campeonato con Newell’s y necesitaba ganar para coronarse, pero el “Pato” le atajó un penal a Da Silva y cerró el arco, echando por tierra las ilusiones de campeón del conjunto millonario. A pesar de ello, una vez finalizado el partido, el estadio lo aplaudió de pié. Fillol tuvo una actuación brillante y al día siguiente todos los medios periodísticos le pusieron un 10.

Además de campeón del Mundo en 1978 con la selección nacional, en River atajó 405 partidos y logró siete campeonatos, una supercopa con Racing, una supercopa de España con el Atlético de Madrid y la Copa Guanabará con el Flamengo de Brasil.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Aprender de los errores

Torneo Inicial – Fecha 8 – 23 de Septiembre 2012
River 0 –  Racing 1

Ponzio y Vietto luchando (foto olé)


















La primera sensación que tuve cuando finalizó el partido, fue la de estar viviendo nuevamente todos aquellos momentos previos al fatídico 26J, pero voy a empezar cronológicamente.

El partido contra Racing no dejó absolutamente nada, entre el planteo mezquino de los de Avellaneda y la falta de ideas de River, se vio un partido deslucido, trabado y de un pobrísimo nivel futbolístico.
River presentaba una defensa nueva, con Maidana de lateral derecho, posición que ya había ocupado en su paso por Europa, y con Pezzella de primer marcador central, más Bottinelli y el debut de Diego Martínez en el lateral izquierdo.

Fue un juego de mucha fricción en el medio campo y de mucha pierna fuerte, a tal punto que a los cuatro minutos, Sand trabó con Maidana y este último debió salir del campo de juego con rotura de ligamentos cruzados. En su lugar ingresó Afranchino y Sánchez pasó a cubrir el lateral derecho de la defensa.

Hace un par de semanas justifiqué la decisión de Almeyda de no llevar defensores al banco. Para este partido y basado en la experiencia, fue un error dejar  afuera del banco de suplentes a un defensor.

Luego, el partido no aportó nada. Cuesta encontrar situaciones de gol. En el primer tiempo un cabezazo de Trezeguet que se fue besando el palo. En el segundo, otro tiro de Trezeguet que se perdió junto al palo, un cabezazo de Mora que sacó magistralmente Saja y el gol de Racing, no mucho más.

La mayor preocupación que queda es el rendimiento del equipo. No logra hilvanar una jugada clara y prolija. Todos son pelotazos cruzados, a la carga Barracas y que sea lo que Dios quiera. Y lamentablemente, hace mucho que el barbudo no anda por el Monumental, sino ¿como se explica que la segunda vez que no hay defensores en el banco, se lesiona un defensor? Creer o reventar.

A todo esto, hay que sumarle que esta derrota deja al millonario en la zona roja de la tabla del descenso, y aunque falte mucho para la finalización de la temporada, lo que muestra el equipo en la cancha lejos está de brindarle tranquilidad al hincha.

Además, como dije cuando empecé esta nota, me pareció estar viviendo nuevamente las jornadas previas al 26j. River sin ideas, buscando, intentando vulnerar al rival; y el rival, que con orden, llega una vez, hace un gol y se terminó la historia. Eso fue lo que pasó hoy, Racing jugó todo el partido en su arco y aprovechó la que tuvo, con eso fue suficiente para llevarse los tres puntos y complicar aún más a este River que no encuentra el rumbo.

Resúmen
Goles: 24’ ST Cahais (Rac)
Arbitro: Pablo Lunati (bien)
Figura del partido: no hubo
El mejor de River: Ponzio



martes, 18 de septiembre de 2012

El retiro del “Kaiser”

Passarella vs Bava, antes de la expulsion

















 


La temporada 1988-1989 del fútbol argentino, tuvo una organización un tanto particular. Durante la temporada regular, el nuevo sistema otorgaba 3 puntos al equipo ganador y un punto a los equipos que empataran su partido, con el agregado de un punto extra para el ganador de una definición por penales luego del empate.

Además de esta extraña definición para los empates, el sistema de clasificación para la Copa Libertadores 1990 era un poco más complejo, mediante una Liguilla pre-Libertadores para la cual se establecía la división de los equipos en dos grupos según su lugar en la tabla final anual del campeonato y una eliminación por un sistema de doble K.O.

El desarrollo de dicha liguilla es más complicado aún (con rondas de ganadores y perdedores y equipos que se iban sumando de acuerdo a otros logros, por ej, en una etapa se sumaba al campeón del Nacional B), por lo que necesitaría una nota especial para poder explicarla, así  que vamos a saltear toda la explicación para llegar a la definición de la Liguilla Clasificación, en donde se enfrentaban River Plate y Boca Jrs. El ganador del encuentro, sería el rival de San Lorenzo (finalista de la Liguilla pre-Libertadores) para determinar el clasificado a la Copa Libertadores 1990.
Esta final de la Liguilla Clasificación se jugó a dos partidos, ida y vuelta, el 19 de julio en el Monumental y el 24 de julio en la bombonera. Ambos partidos terminaron igualados sin tantos, por lo que debió jugarse un partido desempate en cancha neutral.

Finalmente, el 27 de julio de 1989, en el estadio de Velez Sarfield y bajo una intensa lluvia, se jugó el superclásico para definir al rival de San Lorenzo.

Boca, dirigido por Carlos Aimar, formó con: Navarro Montoya; Soñora (Pico), Simón, Erbín, Cuciuffo; Carrizo, Marangoni, Berti (Barberón), Latorre, Graciani y Gutiérrez.

River salió a la cancha con: Comizzo; Basualdo, Higuaín, Passarella, Gordillo; Corti, Batista, 
Palma (Talarico), Serrizuela; Centurión y Borrelli (H. Enrique). El DT era “Mostaza” Merlo.

Ese día, River Plate ganó el partido 2 a 1, con goles de Serrizuela (3 minutos) y Centurión (57 minutos), y Passarella se fue expulsado a los 35 minutos por el árbitro J. Bava, con quién tenía una marcada rivalidad.

Ese sería el último partido en la carrera de Daniel Alberto Passarella, gran capitán millonario y máximo goleador defensor del fútbol argentino con 99 tantos en 298 partidos y segundo en el mundo, detrás de Ronald Koeman, con 134 goles en 451 partidos oficiales.

Su debut en River fue en un amistoso de verano, también contra Boca Jrs, en 1974, cuando le dijo a “Pipo” Rossi “yo me animo a jugar, hay que ver si ud se anima a ponerme”, lo cual ya lo identificaba como un jugador con personalidad, que lo llevaría a ganarse el mote de “gran capitán”

Además de ser campeón con River en siete ocasiones, fue dos veces campeón del mundo con la Selección Argentina, en 1978 y 1986 (aunque no jugó ningún partido, formaba parte del plantel) También es el defensor más goleador de la Selección Argentina con 22 goles en 70 partidos.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Ninguna Maravilla

Torneo Inicial – Fecha 7 – 16 de Septiembre 2012
Velez 2 –  River 0
Pratto anticipa a Abecasis (foto Olé)















Con el desempeño del equipo frente a Newell´s en el Monumental, los hinchas nos ilusionamos con ver a un nuevo River. El funcionamiento de ese partido, ante uno de los candidatos al título, fue esperanzador y generó muchas expectativas.

Pero todo eso se derrumbó en tan solo 20 minutos en Liniers. Un equipo con rodaje, con un técnico astuto, que sabe a lo que juega y con jugadores que interpretan a la perfección su libreto. Eso fue Velez, un rival que superó ampliamente al Millonario y fue generoso con el 2-0. De no ser por la buena actuación de Barovero, podríamos estar hablando de una goleada histórica.

Lamentablemente, la defensa de River no para a nadie. Los primeros 20 minutos del partido, los delanteros y volantes de Velez hicieron lo que quisieron en la zona defensiva Millonaria. Dos cabezazos desviados dentro del área y una pelota estrellada en el palo son pruebas del desconcierto defensivo del Millo. En este caso, con el agravante de que el medio campo nunca logró hacer pié en el Amalfitani.

Aunque se sintió la ausencia de Ponzio, a Cirigliano se lo vio mejor como único cinco, pero sus características son más de distribución y la presión de los volantes velezanos lo desbordaron y nunca logró afianzarse, aunque fue el mejor del medio.

Los dos carrileros, Sanchez y Rojas, estuvieron imprecisos, mal en la distribución y desordenados. Tuvieron más voluntad que fútbol y tampoco ayudaron en defensa, comidos por la presión de los volantes de Velez que siempre llegaban mano a mano contra los defensores.

Las espaldas de Ramiro F. Mori siguen siendo el lugar favorito de los rivales para atacar. Saben que no es su posición natural y aprovechan al máximo su lentitud y falta de oficio para el puesto, por allí vino el centro bajo para el primer gol. Sigue siendo una cuenta pendiente del cuerpo técnico trabajar en ese aspecto o buscar un reemplazo que conozca la posición.

Los delanteros casi no tuvieron participación, salvo en el segundo tiempo cuando Velez decidió replegarse y dejó que River tuviera más la pelota y avanzara en el terreno, pero sin generar mayor peligro, excepto por un cabezazo de Mora en el travesaño y un tiro desviado de Trezeguet.

Los ingresos de Afranchino y Villalva no fueron la solución que el técnico pretendía, y todo se complico con la expulsión de Ramiro F. Mori que obligó a poner un defensor y sacar un volante para reacomodar la defensa.

Lo más rescatable fue la actuación de Barovero, demostró ser un arquero a la altura de River. En los goles no tuvo responsabilidad y tuvo varias atajadas que evitaron que el resultado fuera más abultado.
Lo condenable, una vez más la actuación de los inadaptados de siempre, que creen que tienen más poder que el club o que están por encima del nombre y de la historia de River, rompiendo alambrados y queriendo suspender el encuentro.

Almeyda deberá trabajar mucho en la semana para revertir esta mala actuación y lograr los tres puntos, de lo contrario empezará a peligrar el objetivo de pelear arriba en la tabla y se comenzará a dudar de su continuidad. Además, como técnico de River, debe estar más atento y rápido para tomar decisiones. Tras la expulsión de Ramiro, debió inmediatamente indicar el ingreso de Pezzella para reacomodar la defensa, dudó tres minutos y fue ahí donde Velez encontró el segundo gol y sepultó las esperanzas de llegar al empate.

Por suerte tuvimos una alegría que vino desde las manos de Sergio “Maravilla” Martínez. Esperemos no tener que esperar otra pelea suya para volver a festejar.

Resúmen
Goles: 19’ PT Pratto (Vel); 18’ ST Bella (Vel)
Expulsados: 16’ ST Ramiro F. Mori (Riv); 23’ ST Pappa (Vel)
Arbitro: Patricio Loustau (bien)
Figura del partido: Pratto (Vel)
Figura de River: Barovero

lunes, 10 de septiembre de 2012

Nueva era a medias

Torneo Inicial – Fecha 6 – 9 de Septiembre 2012
River 3 –  Newell´s 3
Mora, la figura (foto olé)















Tras el empate en Santa Fé, el descontento del mundo millonario por el bajo rendimiento era generalizado. El 4-4-2 que proponía Matías Almeyda no conformaba y su rendimiento era cada vez más bajo. Incluso, él mismo quedó tan disconforme que llegó a declarar que en River “se viene una nueva era”.

Quizás especulando con la posibilidad de contar con todos los refuerzos, se jugó a hacer esa declaración lapidaria. Ya no recurriría al 4-4-2, sino que rompería el doble cinco para sumar un punta y tratar de abastecer a Trezeguet, conformando un 4-3-3, con Ponzio como eje; con Rojas y Sánchez ayudando en el medio campo; y con la incorporación de Rodrigo Mora en el ataque acompañando al franco argentino y Funes Mori.

Un volantazo arriesgado el del técnico, sobre todo si tenemos en cuenta que en frente estaría Newell´s, que en las cinco fechas disputadas no había recibido ningún gol y llegaba como el único invicto del campeonato.
El partido empezó complicado. La defensa de River no hacía pie y el equipo rosarino presionaba bien en la salida. Así, a los once minutos, Newell´s se ponía en ventaja y parecía que sería una noche negra para el millonario.

Pero a partir del gol comenzó otro partido. Los volantes de River comenzaron a jugar, los delanteros a presionar en la salida y los rosarinos perdieron precisión y dominio. Así, en una ráfaga, el “millo” dio vuelta el marcador y tuvo a su rival en un arco. Ya no se veía a ese equipo timorato, sin ideas de hace siete días. Con Mora como estandarte, este era un River que presionaba, salía rápido y generaba situaciones de gol, una tras otra. Tenía a su rival acorralado.

El segundo tiempo tuvo un desarrollo similar, llegó el tercer gol millonario y parecía que finalmente volvíamos a ver ese River que pisaba a sus rivales y los goleaba cuando venían al Monumental.

Pero en los últimos tiempos los hinchas de River no podemos estar tranquilos. Cuando todo estaba dado para liquidar el partido y quedarnos con los tres puntos, un error infantil, uno más de esos que últimamente son moneda corriente por casa (y afuera también), renovó las esperanzas del rival y sumado a las desatenciones defensivas, le permitieron al conjunto rojinegro llegar al empate.

Un empate con sabor a poco por lo hecho en ofensiva, ya que quedó la sensación de que podría haber hecho más goles, pero las desatenciones defensivas se pagan con puntos perdidos y es lo que le viene pasando a River en los últimos tiempos.

A favor de Almeyda, acertó con el planteo. La idea de los tres delanteros entusiasma, y se vio un equipo que no paró de generar situaciones de gol. Le hizo tres a la valla menos vencida del campeonato y pudo hacerle más.

En contra, aún no encuentra un bloque defensivo que le brinde seguridad. Con el debut de Bottinelli, la del domingo fue la cuarta defensa que probó en seis fechas. Al debutante se lo notó fuera de ritmo, lento e impreciso, a tal punto que dos de los goles de Newell´s llegan por la zona que él debía cubrir. Sin dudas deberá trabajar más en este aspecto para que Barovero no sea la única barrera que los rivales deban vulnerar.

Otro punto discutible es la conformación del banco de suplentes, para algunos fue un error no poner un defensor. Teniendo en cuenta el desgaste físico al que se someterían delanteros y volantes, decidió poner más jugadores de recambio para esos sectores y jugar con la posibilidad de retrasar a alguno de los volantes (Sánchez o Ponzio –ambos jugaron de cuatro alguna vez-) en caso de necesidad. Las variantes en defensa para el banco eran Gonzalez Pires y Pezzella (que fueron los concentrados) y ninguno de ellos es lateral, por lo que incluirlos hubiera sido una improvisación como la de Funes Mori de tres (muy criticada también). Ante la urgencia por la lesión de Mercado, optó por Sanchez de cuatro, puesto que ya ocupó en River y en Godoy Cruz con suerte dispar.

Párrafo aparte para Rodrigo Mora. El uruguayo tuvo un debut prometedor como titular. Fue la figura del partido. Demostró ser guapo, encarador, inteligente y rápido. Un jugador que hace tiempo no se ve y que si mantiene su nivel, puede formar una sociedad importante con Trezeguet.

Resúmen
Goles: 11'PT P. Pérez (New), 19'PT D. Trezeguet (Riv), 22'PT R. Mora (Riv), 21'ST R. G. Funes Mori (Riv), 24'ST I. Scocco (New), 27'ST I. Scocco (New)
Arbitro: Mauro Vigliano (Regular)
Figura del partido: Rodrigo Mora

sábado, 8 de septiembre de 2012

Vuelta N° 17: Campeonato Metropolitano 1979
















A diferencia del Metro ’78, que se jugó en dos rondas de todos contra todos en partidos de ida y vuelta, en el campeonato Metropolitano correspondiente al año 1979 se dividió a los equipos en dos zonas de diez. Los dos primeros equipos de cada zona se disputarían el campeonato en partidos de eliminación. Los dos últimos de cada grupo jugarían todos contra todos y los tres de menor puntaje perderían la categoría. Por tercera vez se daba la curiosidad de que no se enfrentarían los rivales clásicos, ya que River y Racing se encontraban en la zona A y Boca e Independiente en la zona B.

Zona A
Zona B
River Plate
Rosario Central
Argentinos
Independiente
Velez
Estudiantes (LP)
Newell’s
Boca
Racing
Colon
Unión
Ferro
Quilmes
San Lorenzo
Huracán
All Boys
Gimnasia (LP)
Atlanta
Platense
Chacarita
El primero de la zona A fue River, y el segundo puesto quedó igualado entre Velez y Argentinos Jrs, que debieron jugar un partido desempate para determinar el semifinalista, así fue como el equipo de Liniers se ganó el derecho a disputar la semi final, tras vencer en el desempate a Argentinos por 4-0 en cancha de Ferro.
Por la zona B clasificaron a la definición Rosario Central como puntero e Independiente de Avellaneda, que tras un comienzo irregular, logró  meterse en la definición del torneo al vencer en la penúltima fecha a Estudiantes (LP), con quién compartía el segundo lugar de la zona B.

Gimnasia, Platense, Atlanta y Chacarita debieron disputar el reducido para ver cual sería el único equipo que se salvaría del descenso. Platense, que para el primer partido de este reducido había inaugurado su cancha de la calle Zufriategui, fue el que logró mantener la categoría.

En la otra definición, la del campeonato, los emparejamientos de semifinal fueron:
River – Independiente
Rosario Central – Velez

El 29/7/79 se jugó la primera semifinal entre River e Independiente, en un excelente partido, River venció 4-3 con goles de Alonso (2), Passarella (penal) y Comisso. Mientras tanto, en Rosario, Velez derrotó 1-0 a Central.

Los desquites se jugaron el 5/8/79. En Avellaneda, River derrotó 2-1 a Independiente con goles de Alonso y Passarella. Velez igualó sin goles en su estadio y de esta manera, ambos accedieron a la final del torneo.

La primera final se jugó en Liniers, y River salió victorioso por 2 tantos contra 1, con anotaciones de Galletti y Pedro González. El desquite, jugado en el Monumental, fue una victoria aplastante del conjunto millonario que salió a la cancha con la siguiente formación: Fillol; Saporiti, Pavoni, Passarella, Hector Lopez; JJ Lopez, Merlo, Alonso; Pedro Gonzalez, Luque y Comisso. Este equipo derrumbó las ilusiones de Vélez de aspirar al título. El marcador final fue 5 -1 (P. González -2-, Alonso, Comisso y Luque), configurando un marcador global para la final de 7 a 1.

Aquel equipo dirigido por Angel Labruna conquistó, tras dos años, un nuevo campeonato, el número 16 en la historia del club y el que daría origen al segundo tricampeoanto.

River dominó el Metro ‘79 de punta a punta, tanto en la zona de grupos, la que ganó con 24 puntos (18 PJ, 9 PG, 6 PE, 3PP, 28 GF y 19 GC), como en los cruces finales por la definición. Entre sus filas contaba con algunos de los jugadores que habían logrado el campeonato mundial de 1978 disputado en la Argentina como Fillol, Luque y Passarella (que era el capitán) y con la incorporación del uruguayo J. M. Carrasco, además de la astucia y la impronta ganadora que "Angelito" le imprimía a sus equipos desde el banco de suplentes.

lunes, 3 de septiembre de 2012

No está para el Colón

Torneo Inicial – Fecha 5 – 2 de Septiembre 2012
Colon 1 –  River 1

Bastía, el mejor de la cancha (foto Olé)
















River llegaba a Santa Fé con la premisa de mejorar su producción futbolística y tratar de traer tres puntos que en la previa se presentaban como complicados. Sobre todo por el presente de Colón, que llegaba puntero y mostrando pasajes de buen fútbol.

Tras el pobre empate frente a San Lorenzo Almeyda disponía tres cambios en la formación inicial: Pezzella por Pires, Cazares por Lanzini y Ledesma por Cirigliano. Con Ledesma buscaba tener mas control del balón y juego asociado; con Cazares mas desequilibrio y desborde por la banda.

A pesar de las intenciones del técnico, aún se ve que a River le cuesta generar juego, entretiene mucho la pelota en la zona defensiva y entre los volantes, pero le cuesta generar situaciones claras de gol y poner a alguno de sus delanteros mano a mano con el arquero. La mayoría de las situaciones llegan por pelotazos de los defensores para que pivotee Trezeguet y se la baje a Funes Mori o viceversa.

Ponzio busca constantemente hacerse eje del equipo y por lo general es el jugador más claro, de hecho, el gol de Pezzella viene tras una genialidad del volante central millonario que lo deja solo frente al arco Sabalero. Pero a veces abusa demasiado de esos pases largos que se terminan perdiendo por las bandas o el fondo de la cancha.

Cazares intentó desequilibrar, pero siempre se perdía pegado a la raya (su posición natural es de enganche) absorbido por la marca de Caire que no cometió errores y estuvo muy sólido. El ecuatoriano no pudo desbordarlo nunca y terminó saliendo por Rojas en el segundo tiempo.

Preocupa la actualidad de River, el juego no aparece, los volantazos del técnico (incomprensibles por momentos) no dan sus frutos y las ideas en el césped no son claras. Cuesta horrores crear situaciones de gol, se hace reiterativo y previsible y el juego asociado no aparece. El técnico prueba con cambios de nombre, pero el funcionamiento sigue siendo el mismo, errático, dubitativo, sin ideas, inexpresivo, como si por momentos no supieran que hacer con la pelota. Ya no es una cuestión de cómo juega el rival o si se mete o no atrás, a River le faltan ideas, un jugador que haga la diferencia, que se pueda sacar dos tipos de encima y dejar a los delanteros mano a mano para definir. Esos jugadores podrían ser Lanzini o Cazares, pero no en la función que ocupan actualmente de carrileros, sino en sus puestos naturales, delante de la línea de volantes.

Quizás ya sea el momento de probar con alguna modificación en el esquema, si quiere mantener el doble cinco, puede probar con tres defensores y sumar un hombre para la creación, un 3-4-1-2 es una alternativa o reemplazar un volante central por un volante creativo que se adelante cuando River ataca y se sume a la línea de volantes cuando defiende, una especie de 4-3-1-2, de lo contrario, seguiremos viendo un River que lejos esta de actuaciones dignas del Colón y seguirá navegando en la intrascendencia.

Resúmen

Goles: 24’ ST R. Ramírez (Col); 43’ ST G. Pezzella (Riv)

Arbitro: Néstor Pitana (bien)

Figura del Partido: A. Bastía (Col)
Figura de River: L. Ponzio

sábado, 1 de septiembre de 2012

Ramón Angel Díaz

Ramón Díaz en 1991














El viernes 30 de agosto de 1991, volvía a jugar en River Ramón Angel Díaz. Aquel equipo era dirigido por Daniel Alberto Passarella y la llegada de Ramón fue toda una revolución para el mundo millonario. Llegaba un hijo pródigo que había sido goleador del Calcio y que había salido campeón con el Inter y con el Mónaco.

Cuando se fue a Europa, no existían los canales de cable que pasan el fútbol de todo el mundo. Tampoco había internet, ni youtube, por lo que ver o seguir sus actuaciones era prácticamente imposible. Solo algún diario o revista especializada traía alguna foto o informe sobre las actuaciones de los argentinos en el viejo continente.

Por lo tanto, cuando volvió, se generó gran expectativa por ver a ese jugador zurdo, veloz y picante del que tanto hablaban y que tan buenos recuerdos había dejado en aquellos que lo vieron a fines de los setenta con la camiseta millonaria o con la selección juvenil en el mundial de Japon en 1979.

Nacido el 29 de agosto de 1959 en La Rioja, llegó a River muy joven y allí se quedó. Hizo todas las inferiores en el club y debutó en primera el 13 de agosto de 1978 de la mano de su mentor: Angel Labruna, quién a partir de allí se convertiría en un modelo del ser riverplatense, tanto para Ramón, como para muchos de los jóvenes que debutaron de la mano del “Feo”.

En sus inicios, el “Pelado” era suplente de Luque y entraba en los segundos tiempos. Era tan rápido, que agarraba a todos los defensores cansados y siempre convertía algún gol, no lo podían parar, a tal punto, que a pesar de ser suplente, era uno de los goleadores del River de fines de los ‘70. Su primer grito no tardó en llegar, fue el 30 de agosto de 1978, frente a Quilmes, en un partido que terminó 1 -1. Recién en 1980 pudo afianzarse como titular hasta que fue vendido a Italia en 1981.

Cuando volvió aquel viernes frío de 1991, muchos decían “viene a robar”. Pero el “Pelado” es de la escuela de “Angelito”, vive River, ama River, siente River; sabe lo que es vestir esta camiseta y defenderla hasta las últimas consecuencias, y les demostró a todos que el único robo era tenerlo en el equipo.

Como si el tiempo no hubiera pasado para él, con 32 años recién cumplidos, se despachó con un doblete y le dio la victoria a River 2 a 1 frente a Central. Su agilidad seguía intacta, su gambeta seguía veloz e indescifrable, su zurda seguía mágica y explosiva. La velocidad que los años le sacaron a su físico se la dieron a su cabeza. Leía y pensaba la jugada antes que la pelota le llegue al pie. Su pique corto era letal y si entraba al área con pelota dominada, seguramente terminaba besando la red.

Finalmente, ese Apertura ’91 River fue campeón y el “Pelado” que había venido a robar, fue el goleador, con 14 anotaciones.

En 1993 se fue a conquistar el Imperio del Sol Naciente, pero sin antes dejar un mensaje para todo el pueblo millonario: “Los hinchas de River no se van a librar tan fácil de mí. Estaré un año y medio en Japón y después volveré”

Cumplió su promesa, en 1995 se hizo cargo del banco millonario, en reemplazo del “Inglés” Babington, y tan solo un año después, ponía a River en lo más alto del fútbol sudamericano al ganar la Copa Libertadores ’96. A partir de allí, comenzaría un derrotero de títulos que incluyen un tricampeonato (Apertura 96, Clausura 97 y Apertura 97), la Supercopa ’97, Apertura ’99 y Clausura 2002. Convirtiéndose en el técnico más ganador de la historia millonaria.