sábado, 24 de noviembre de 2012

Balance en rojo

Torneo Inicial – Fecha 17 – 24 de Noviembre 2012
Independiente 2 – River Plate 2
Almeyda busca soluciones (foto Olé)















El partido contra Independiente fue el último clásico de este Inicial 2012 y el balance de River ante los grandes es negativo. Obtuvo tres empates, San Lorenzo, Boca e Independiente, y una derrota contra Racing. Son tres unidades sobre doce disputadas, bastante poco para un equipo que necesita los puntos como el aire.

Además, el empate echa por tierra el pobre objetivo que se habían planteado el cuerpo técnico y los jugadores de llegar a los 30 puntos. Hoy, el millonario suma 23, y le quedan seis por disputar, lo cual, de obtenerlos, lo llevaría hasta las 29 unidades. Aunque después de lo visto en las últimas presentaciones, y sobre todo hoy en Avellaneda, parece utópico pensar en ganar los dos partidos que quedan, más si tenemos en cuenta que el próximo rival es Lanús, uno de los mejores equipos del torneo.

Para la visita a Avellaneda, Almeyda volvió al 4-4-2, con Villalva por Luna como única modificación. La idea era utilizar al chiquitín por el sector izquierdo para hacer la banda y ubicarse como delantero cuando River atacara. Gallego planteó un esquema con cinco volantes, lo que le permitió controlar el partido en el medio campo y ahogar a Ponzio y Cirigliano, encargados de crear juego.

Así, a los tres minutos, el rojo ya se ponía en ventaja, tras un desborde de Ferreyra y una definición de Fredes yendo al piso, donde toda la defensa millonaria la vio pasar y Vega no salió a tiempo para cortar un centro bajo que cruzó el área chica. Empezaba una tarde que sería de las más complicadas para la defensa y el arquero millonarios.

Por fortuna, a los 21 minutos, en una situación poco habitual para River, un tiro libre de Ponzio fue bien conectado de cabeza por Bottinelli (que parece haber leído que la semana pasada escribí que no ganaba nunca en el área de enfrente) y estampó el empate con el cual terminaría el primer tiempo.

Al principio el rojo fue más que River, que no encontraba la pelota. El medio estaba perdido y asfixiado y los defensores no hacían pié, cometiendo graves errores conceptuales y técnicos, como hacer despejes cortos, intentar un rechazo y que la pelota rebote en la espalda de un compañero o quedarse parado esperando la reacción de otro jugador que nunca llega mientras los rivales se llevaban la pelota.

El segundo tiempo fue igual, o peor. Lejos de mejorar, la defensa del Millonario empeoró. Farías parecía velocista, les ganaba siempre en velocidad y cuando tres jugadores de River disputaban la pelota con uno del rojo, éste último la ganaba. Si Independiente no hizo más goles, fue más por defectos propios que por virtudes de la defensa rojiblanca y, porque esta vez, el guiño de la suerte estuvo por Nuñez.

En el medio nunca pudo crear juego ni distribuir la pelota, y por ende, los de arriba brillaron por su ausencia, configurando la peor actuación de River, junto con el partido frente a Velez, en lo que va del campeonato. Lo preocupante es que fue frente a uno de los equipos más flojos del torneo.

Curiosamente, y a pesar de todo esto, el equipo de la banda roja se puso en ventaja con un gol de Sánchez, otra vez lo mejor del equipo, pero fue tan malo lo hecho defensivamente que le ventaja duró apenas diez minutos. En una jugada extraña, donde Vega la vio pasar dos veces y no reaccionó, Galeano desde el piso puso el empate.

Después siguieron las desatenciones defensivas, jugadores desconcertados que eran pasados como alambre caído, delanteros que no hacían dos pases seguidos, volantes que no podían parar la pelota y un árbitro que fue benevolente y no cobró un claro penal por mano de González Pires.

El ingreso de Trezeguet no aportó nada, solo la alegría por su vuelta, pero a esta altura la pregunta es cuan buena es la presencia de un jugador cuyo despliegue es escaso en un equipo que debería jugar para él y no lo hace.

La salida de González Pires plantea otra vez el problema del armado de la defensa. En caso de que el central no llegue para el próximo domingo, Almeyda deberá improvisar un compañero para Bottinelli, utilizar a Mercado, quién ocupaba esa posición en las inferiores de Racing, o recurrir a algún juvenil para enfrentar a un Lanús que viene entonado, puntero y con siete triunfos en línea (pueden ser ocho si logra la victoria en su partido de la fecha 17). Además, Mora salió con un fuerte golpe en el empeine de su pie, por lo que le harán estudios para determinar la gravedad de la lesión y ver si llega para el último partido en el Monumental.

Los problemas de River se acentúan cada vez más y el técnico no parece encontrar respuestas. Ya no hay dudas que el rival de River es el mismo River, hace tiempo que lo es. Aunque el concepto es reiterado, hoy más que nunca quedó evidenciado que equipos que tienen un desempeño muy pobre, frente al millonario mejoran, y no porque sus planteos mejoren o porque en la semana hacen algo diferente, sino porque River no tiene una idea clara de juego, no tiene un sistema y no sabe a lo que juega, entonces, el contrincante de turno se ve fortalecido al explotar las debilidades del equipo de Almeyda, que son muchas. Así, los números no cierran y la deuda es grande, en puntos, y sobre todo, en juego.

Resúmen:
Goles: 3’PT Fredes (Ind); 21’PT Bottinelli (Riv); 15’ST Sánchez (Riv); 25’ST Galeano (Ind)
Incidencias: no hubo
Arbitro: N. Pitana (Mal).
Figura del partido: Ferreyra (Ind)
El mejor de River: C. Sánchez.

martes, 20 de noviembre de 2012

Impotencia

Torneo Inicial – Fecha 16 – 19 de Noviembre 2012
River Plate 0 – Argentinos Jrs 0
Luna y Garce luchan (foto Olé)















Impotencia. Eso es lo que se ve y lo que genera este River. Eso es lo que sienten los hinchas cada vez que ven a su equipo con la ilusión de que mejore y nada cambia. Eso es lo que se vio en el rostro de Almeyda y lo que se transmitió desde el campo de juego.

El esquema cerrado y defensivo planteado por el debutante Schurrer fue demasiado para las intenciones de este River, que, ante un equipo ordenado, no sabe como generar peligro. Solo tira centros, la mayoría mal ejecutados, para ver si algún cabezazo o error logra vencer al arquero rival. Así se diluye cada ataque y la ofensiva termina siendo de salva.

La defensa terminó invicta una vez más, aunque queda la sensación que es más por defectos del rival que por virtudes propias, ya que el veloz Barrera y el corpulento Anangono complicaron siempre a los del fondo y fallaron en los metros finales, sumando a eso un par de buenas intervenciones de Vega.

El cero en nuestro arco se justifica por las mismas razones por las que se dio el cero en el arco de enfrente. Impericia, inmadurez y malas definiciones debajo del arco por parte de los delanteros. Sumada a la ya acostumbrada cuota de mala suerte que acarrea este equipo, que esta vez se apiadó del millonario y no se llevó a ningún jugador por lesión, pero estrelló la única buena definición en el palo.

Funes Mori sigue tomando malas decisiones, cuando tiene que encarar patea, cuando tiene que patear encara, cuando tiene que entrar al área tira centro, cuando tiene que tirar centro busca el arco, definitivamente, su rendimiento es muy bajo, pero el técnico le tiene mucha confianza. Quizás debería sentarlo en el banco y darle más minutos a Lanzini, el mismo nueve dijo que se siente más cómodo entrando desde el banco. Luna tuvo un par y no pudo mojar, pero exigió a los defensores rivales, y Mora estuvo en un bajo nivel, no fue el de otros partidos y no pudo preocupar al fondo del “Bicho”

Una vez más, lo mejor estuvo en el medio campo. Fue Sánchez el destacado, corrió, recuperó, tiro centros, pateó al arco con peligro y aportó el sacrificio de siempre. Un escalón más abajo, Ponzio, que estuvo bien tapado y no pudo influir como en partidos anteriores y una vez más, muy bajo Cirigliano.

Bottinelli sigue sin acertarle a los de rojo y blanco, Schurrer tomo cuenta de eso y dejó que el central manejara la pelota desde el fondo, Pires no brindó seguridad en ningún momento y los laterales fueron lo mejorcito, alternando buenas y malas contra la velocidad del zurdo Barrera.

Vega estuvo seguro en las pocas que tuvo que intervenir y, sabiendo que no es bueno para atenazar centros, rechazó con los puños cada pelota que llegaba desde un lateral.

El orden que plantean los rivales es el que está necesitando River. Orden y serenidad. Los rivales tiran pelotazos cruzados y dejan la pelota muerta en el pie de un compañero, salen tirando sombreros, gambetean en defensa entre dos delanteros del millo que presionan, pareciera que no se equivocan. Después, se ve ese a mismo rival contra otro equipo, y uno advierte que el problema, claramente es River. Yerran pases a dos metros, tienen que tomarse dos o tres tiempos para dominar el balón permitiendo que se acomode toda la defensa, les cuesta gambetear a un rival, los defensores no saben salir jugando, mayormente la revolean, y siempre se termina dependiendo de la inspiración de Ponzio.

En la conferencia de prensa Almeyda manifestó que para él River juega bien, que siempre propone y que solo fue superado por Vélez. Parte de esta afirmación es cierta y parte es un error. Es correcto que el único equipo que lo superó ampliamente fue Vélez, y que en el resto de los partidos mereció más, pero los merecimientos no dan puntos; los goles si dan puntos, las victorias dan puntos, los merecimientos no.

Por otro lado, un equipo que en la cancha necesita tres tiempos para dominar un balón, que no puede dar más de dos pases seguidos, que no convierte situaciones claras de gol, que no encuentra variantes para romper un esquema ordenado del rival, claramente no juega bien. Además, cuando River ataca, lo hace siempre en inferioridad numérica, como consecuencia pierde la pelota y el rival comienza un ataque y lo llamativo, es que en ese ataque rival, los defensores también están en inferioridad numérica, y eso, no es jugar bien.

Todas estas son variables del juego y es necesario dominarlas para poder superar al rival, si esas variables no se dominan, entonces no se juega bien. Fundamentar la afirmación en que ningún rival superó a River, es de una pobreza alarmante, ya que todos vemos la mediocridad en la cual está sumergida el fútbol argentino. Si ningún rival fue más que River, es porque son peores que River, pero eso no implica que el millonario esté jugando bien.

Lamentablemente esta es la realidad y en Núñez no pueden escaparle.

River no juega bien, y eso genera impotencia.

Resúmen:
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: P. Lunati (Bien).
Figura del partido: L. Ojeda (Arg)
El mejor de River: C. Sánchez.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Enzo Francescoli


Con 22 años, llegó a River en 1983 como una promesa para mejorar un plantel carente de figuras destacadas. El uruguayo había sido la gran estrella de su selección en la Copa América y su incorporación generaba gran expectativa.

En el torneo Nacional de ese año su actuación fue discreta y el millonario quedó eliminado en cuartos de final. El campeonato Metropolitano ’83 no sería le excepción. La performance de River fue decepcionante, terminó en la anteúltima colocación, el “Flaco” había hecho nueve goles en 27 partidos y sus actuaciones no se correspondían con la expectativa generada, por lo que comenzaba a ser observado de reojo por el hincha. Su forma de jugar, casi displicente, hacía pensar que se había cometido un error con su contratación.

Con el correr de los partidos fue cambiando su imagen. Junto al “Beto” Alonso, llegado en 1984, llevaron a River a jugar la final del Nacional de ese año, en la cual fue derrotado por Ferro Carril Oeste. Pero lo mejor vendría en 1985, año en que condujo al millonario a ganar el Campeonato 1985/86, convirtiendo 25 goles en 32 partidos y teniendo actuaciones destacadas como la de aquella tarde lluviosa frente a Argentinos Jrs en la que el “millo” ganó 5-4 y el uruguayo convirtió por duplicado. Además, ese título le brindó el pasaporte para jugar la Copa Libertadores de 1986, que a la postre sería ganada por el conjunto rojiblanco.

Francescoli había nacido el 12 de noviembre de 1961, en Montevideo, Uruguay. No tenía un físico importante, era más bien flaco y desgarbado, sus globos oculares sobresalían de sus cuencas, su hablar era pausado y casi temeroso, pero cuando la pelota caía en sus pies, nada de eso importaba, su figura se transformaba.

Parecía tener una extraña atracción hacia la pelota, como si ella supiera que bajo sus botines sería tratada como una reina. No le costaba nada dominarla, y  ella se rendía a sus pies. Cuando la trasladaba, parecía flotar en el aire, sus movimientos eran armónicos y estéticos, sus pases eran siempre precisos, a un compañero o a la red, y como si fuera poco, era un exquisito definidor, siempre buscando el lugar a donde el arquero no pudiera llegar.

Así se fue ganando al hincha millonario, que lo fue valorando cada vez más hasta adoptarlo como un hijo del club. Su ascendencia en el equipo, y entre la hinchada, iba cobrando cada vez más relevancia, pero en 1986, sus grandes actuaciones obligaron a venderlo al Racing de París.

En Europa continuó su carrera durante ocho años, primero en Francia (Racing y Olimpique de Marsella) y luego en Italia (Cagliari y Torino), hasta que en 1994 River dio un golpe de efecto en el mercado argentino al anunciar la contratación del “Príncipe”, que en su anterior etapa en el club, había prometido volver para saldar su cuenta pendiente, la Copa Libertadores de América.

Si en 1986 se había marchado como una estrella del club, su regreso al millonario le deparaba la gloria, hasta convertirlo en el último gran ídolo de los feligreses riverplatenses.

En su primer campeonato, en 1994, bajo la dirección técnica de Américo Gallego, condujo a River a obtener el único torneo invicto de su historia, pero eso no sería todo. Dos años más tarde, con Ramón Díaz dirigiendo desde el banco y con Enzo desde el rectángulo de juego, pudo cumplir su promesa. Llevó al millonario a la final del torneo continental, y con un Crespo contundente que convirtió dos goles, se alzó con el tan ansiado trofeo. Al finalizar el encuentro, en la boca del túnel, no se olvidaría del joven goleador, a quién dio las gracias por permitirle cumplir su sueño americano.

Luego continuó en el club de Nuñez por dos años más, conquistando el tricampeonato (1996-1997) y la única copa que le faltaba a la institución hasta ese entonces: la Supercopa Sudamericana, derrotando al San Pablo en la final, donde tuvo la desgracia de desperdiciar un penal, pero, al igual que en 1996, un goleador implacable, el chileno Salas, anotó por duplicado para sumar un nuevo trofeo a sus vitrinas y terminar de bañar de gloria al uruguayo.

En febrero de 1998 decidió comunicar su retiro de la práctica profesional del fútbol, pero él no pudo alejarse por completo. Siguió vinculado al deporte más hermoso del mundo y extrañó tanto a la redonda que decidió despuntar el vicio con la banda roja en el pecho en el torneo de veteranos.

Hace poco estuvo en San Juan, en el partido homenaje a Ortega, mostrando que su magia y su calidad están intactas, más lento, un poco más gordo, pero intacto, hasta se dio el lujo de meter un gol de chilena rememorando aquella acrobacia del Mundialista de Mar del Plata en 1986 frente a Polonia.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Sabor a poco

Torneo Inicial – Fecha 15 – 14 de Noviembre 2012
Atlético Rafaela 0 –  River Plate 0
Almeyda sin respuestas (foto Olé)















Otro empate, aunque esta vez, como en varios partidos del Inicial 2012, se mereció la victoria. El resultado tiene sabor a poco y no alcanza para llegar al objetivo planteado.

Rafaela no propuso nada, solo el peligro que surge por la fragilidad defensiva del millonario, cada vez más debilitado por el flagelo de las lesiones.

Parece que River se pone la soga al cuello solo, con alguna ayudita de la suerte o vaya a saber Dios que cosa,  porque cuatro lesiones ligamentarias de rodilla, cada una de ellas con seis meses de recuperación, son una muestra de que hace mucho las cosas por Nuñez vienen siendo raras. Encima, se dan en una etapa del campeonato donde es muy difícil incorporar jugadores ya que ningún equipo va a querer desprenderse de un jugador que está en buen nivel y tampoco se va a incorporar un jugador sin rodaje o que sea una apuesta.

El puntito en Santa Fé equivale a haber perdido otros dos puntos ganables. El equipo no encuentra respuestas. En ataque le cuesta mucho generar peligro y depende de la inspiración de Ponzio, si, el volante central, para que el arquero rival se revuelque un poco. Encima, la decisión de jugar con tres delanteros, en una cancha de dimensiones pequeñas, es un tanto discutible, ya que no hay lugar para distribuirse, se terminan superponiendo en el campo y tampoco se puede aprovechar la velocidad de los que van por afuera.

Además, con Mora impreciso, se reducen considerablemente las posibilidades de anotar, Luna se olvidó los goles en Victoria y Funes Mori es una tómbola, yerra un gol debajo del arco y después quiere definir con un tirito desde el borde izquierdo del área de Rafaela, y de golpe te puede sorprender con un zapatazo o una corrida electrizante. Quizás la actualidad del delantero sea el fiel reflejo de lo que es River hoy, en un partido te golea, te hace de a cinco y en el siguiente no puede generar una situación clara de gol y se termina encerrando en el embudo que propone el rival.

Para colmo, los volantes tampoco tienen gol, el que llega con más claridad es Sánchez, pero suele definir apurado y desviado, y Ponzio no puede hacer todo, marcar, robar, jugar, meter pases gol, patear corners y tiros libres y encima hacer goles, que dicho sea de paso, ya hizo tres. Cirigliano no conoce el arco y su nivel sigue siendo muy bajo, quizás sea hora de romper el doble cinco y poner a Lanzini en su posición natural de enganche.

La defensa, aunque no es su función, tampoco ayuda, se llevaron “cabezazo en el área rival” a marzo, y todavía no la rindieron. Cualquier corner o tiro libre a favor genera menos peligro que el perro que ingresó al campo de juego en el segundo tiempo. Mercado se cansó de hacer goles en Estudiantes, en River seguimos esperando; Bottinelli no gana una en el área rival y encima los centrales se rompen los ligamentos. Todos los equipos tienen goleo repartido entre sus líneas, en el “millo”, si no es de los delanteros, parece que no vale.

Como dije anteriormente, el ingreso de Lanzini puede ser una solución para el juego asociado que hoy no tiene el equipo, ayer mostró algo, aunque por el apuro siempre faltó el toque del final o el último pase que dejara a los delanteros de cara al gol.

River fue más que Rafaela, pero debe trabajar para expresar esa superioridad en el marcador y no regalarla cuando la consigue. Parece mentira que después de un año y medio de trabajo de este cuerpo técnico esté remarcando que hay que trabajar en tal o cual cosa, pero eso es lo que se ve en la cancha. No tengo dudas de que Almeyda trabaja, y mucho, pero habría que ver la forma de que todo ese trabajo se logre plasmar en el campo de juego.

Las figuras del equipo fueron Sánchez y Ponzio, el uruguayo estuvo rápido y atento, tuvo llegada, le faltó un poco de tranquilidad para definir o levantar la cabeza en los últimos metros y Ponzio fue el de siempre, el que juega, crea y distribuye, se nota cuando el no está en la cancha.

Se rescata que por tercer partido consecutivo, el millonario no ha recibido goles, pero con eso no es suficiente. La “media inglesa” no alcanza para llegar al objetivo de treinta puntos. Este era un partido ganable y no se ganó. Se viene Argentinos y después Lanús e Independiente, dos partidos bravos y hoy River tiene 21 puntos, a nueve de los 30 estipulados para alcanzar la meta. Para ello debe ganar tres de los cuatro que quedan y hoy por hoy parece una utopía que lo pueda lograr. La última vez que obtuvo tres victorias consecutivas fue en las tres primeras fechas de la segunda ronda del Nacional B, este sería un buen momento para romper esa racha.

Resúmen:
Goles: no hubo
Incidencias: expulsado Forestello (Raf)
Arbitro: G. Delfino (Bien).
Figura del partido: C. Sánchez (Riv)

domingo, 11 de noviembre de 2012

El juego deMora

Torneo Inicial – Fecha 14 – 10 de Noviembre 2012
River Plate 2 –  Unión (Sta. Fé) 0
Mora, la figura, celebra su gol (foto Olé, Telam)















Quedó claro que este River no está para grandes lujos. A la habitual falta de juego que sufre el equipo, en el encuentro contra Unión se sumaba la ausencia de Ponzio, el único que hace circular la pelota con cierto criterio y que intenta pases verticales para los delanteros, que suelen estar bastante lejos de los volantes.

Lamentablemente, la realidad del “Millo” indica que hoy tiene que sumar puntos, no importa como juegue, solo importa que al final de los 95 minutos los tres puntos vayan para Núñez. Y esta clase de partidos, contra rivales directos, son claves para sumar y despegarse de los posibles competidores. Sabido es que dos victorias seguidas alejan a River de la zona roja, y dos derrotas lo acercan peligrosamente, por ende, los partidos con los que pelean por lo mismo pasan a ser claves.

El sábado River cumplió con esta premisa, sumó los tres puntos, llegó a 20 y se acerca cada vez más al objetivo de los 30 como mínimo, a falta de cinco fechas para el final del Inicial 2012.

Analizando el juego, Unión llegaba al Monumental con la intención de lograr su primera victoria en el campeonato y de cortar una racha de 17 partidos sin triunfos. Para ello, su técnico, Nery Pumpido, disponía un 4-4-2 con la clara intención de cerrar las bandas para evitar los avances de los mediocampistas laterales y extremos millonarios. Con respecto a River, en la semana se barajó la posibilidad de que Almeyda planteara un 3-4-3 con el juvenil Martínez de lateral-volante. Finalmente no fue así, ya que a último momento el técnico no se convenció de este sistema y paró uno 4-3-3 con Martínez en su posición habitual, Ledesma reemplazando al suspendido Ponzio y Luna por Rojas.

El partido no fue bueno, muy trabado y con pocas llegadas. Unión cortó bien el circuito de lo laterales y extremos millonarios. Sánchez y Funes Mori no tenían libertad para moverse y cuando el delantero conseguía la pelota, no era preciso en la resolución de la jugada. Los tres puntas, Mora, Luna y el mellizo, recibían de espaldas al arco, por lo que se facilitaba la labor de los defensores Tatengues.

Ledesma, se hizo dueño del medio campo, mostraba criterio para distribuir el balón, aunque sin profundidad, y Cirigliano, con la cinta de capitán, fue un buen ladero, aunque menos participativo que el “Lobo”, pero con confianza y justeza para recuperar la pelota. Sánchez, de lo mejor del equipo, hizo otro gran partido, tuvo el ida y vuelta que se le exige y dio las asistencias para los dos goles millonarios.

Los delanteros tuvieron un pobre desempeño. El mejor fue Mora que, a pesar de los dos goles, uno con una pirueta semi-chilena y otro con un amague/pifia antes de definir, no pudo encontrar su juego, le costó perfilarse cada vez que le llegó la pelota y al recibir de espaldas necesitaba de dos tiempos para acomodarse y encarar. Funes Mori y Luna estuvieron en un bajísimo nivel y no tuvieron situaciones claras, ambos fueron sustituidos en el segundo tiempo.

La defensa no pasó sobresaltos. Unión demostró porque está último. Porque es el que menos goles convirtió y el que más recibió. Casi no tuvo situaciones claras, excepto por la jugada de la lesión de Barovero, prácticamente no llevó peligro al arco millonario y en defensa pago caro los errores. Por todo esto River debía ganar, y lo hizo, con poco le alcanzó ante el peor equipo del campeonato, pero sin dudas que deberá mejorar considerablemente para afrontar lo que viene.

De los cinco partidos que se avecinan, tres son contra rivales directos (Rafaela, Independiente y San Martín (SJ)), uno contra Argentinos Jrs que viene en baja y otro contra Lanús que pelea en los puestos de vanguardia. Para llegar a los 30 debe ganar tres y empatar uno, por lo que ya no queda margen de error si quiere empezar más tranquilo el 2013.

Lo positivo fue le debut del juvenil Solari, apellido histórico de la banda roja. El pibe entró en reemplazo de Luna y no tuvo mucha participación porque a poco de haber ingresado fue expulsado Ledesma y por lo tanto estuvo más contenido para no desequilibrar el medio campo. Ya habrá tiempo para ver todo lo que mostró en las inferiores millonarias.

Lo más preocupante tiene dos aristas. Por un lado, es la segunda fecha consecutiva que a River le expulsan un jugador por una tontería. Estos son los errores que últimamente se vienen pagando caros, aunque esta vez no tuvo mayores consecuencias debido a que enfrente estaba el peor equipo del torneo, con otro rival se podría haber repetido la historia de partidos anteriores de darle vida a un adversario el borde del “knock out”.

Por otro lado, el tema lesiones. Es alarmante la cantidad de jugadores averiados que tiene o tuvo River a lo largo del campeonato. A la lesión de sábado de Barovero hay que sumar a Aguirre, R. Funes Mori, Maidana, Trezeguet y los ya recuperados Ponzio y Mercado. Algunos hablan de mala suerte, tal vez habría que revisar la preparación física, la alimentación y la recuperación de los jugadores para mejorar este aspecto y que la concentración del millonario deje de ser una sucursal del Pirovano.

Resúmen:
Goles: 44’ PT R. Mora (Riv); 24’ ST R. Mora (Riv)
Incidencias: 38’ ST expulsado Ledesma (Riv) por doble amonestación
Arbitro: N. Pitana (Bien). Amonestó bien a Ledesma por una fuerte infracción y luego le mostró la segunda por una mano en la mitad de la cancha.
Figura del partido: R. Mora (Riv)

viernes, 9 de noviembre de 2012

Oscar “Pinino” Más

"Pinino" Más















Zurdo, de físico pequeño y potente, nació el 29 de octubre de 1946 en Villa Ballester, Buenos Aires, y toda su vida soñó con ponerse la camiseta de River en primera división. Confeso hincha millonario, llegó a declarar que de niño lloraba si el equipo de sus amores perdía.

Se inició en las inferiores de Juvenil Porteño y allí lo vio jugar Juan Evaristo, un histórico delantero xeneize de la década del treinta, que se desempeñaba como entrenador de la reserva del club de la ribera. Evaristo era amigo del padre de “Pinino” y le ofreció llevarlo a probar a Boca donde ya jugaba su hermano. Durante la prueba, cuando el partido estaba igualado en uno, el equipo de Más tuvo un penal a favor. El chiquilín de diez años se hizo cargo de la ejecución y lo tiró desviado. Con el tiempo confesaría que lo hizo a propósito porque “¿como iba a hacer un gol para Boca?”

En 1959, Ernesto Duchini llevó al gurrumín a River y se lo presentó a Peucelle. Cuenta Más que cuando se fue a probar “era una pulguita, los gambeteaba a todos, no me podían sacar la pelota y encima hice un gol” Ese mismo día por la tarde estaba firmando su primer contrato con el millonario en la sede de Suipacha.
Hizo todas las inferiores en el club, como extremo izquierdo, y a pesar de no ser un típico nueve de área, era un gran goleador. Su debut en River fue el 26 de abril de 1964 de la mano de Peucelle, a los 17 años, por la primera fecha del campeonato de ese año frente a Chacarita Jrs, e hizo la jugada para que Rojas anotara el único gol del partido.

Formó parte de los equipos que arrastraban la maldición de no poder conquistar un torneo local. A pesar de ello, tenía el arco entre ceja y ceja, le gustaba patear y probaba desde cualquier lugar, ejecutaba tiros imposibles aprovechando su potencia de piernas y hacía delirar a los hinchas con sus definiciones imposibles y sus festejos alocados.

En su primera etapa en el club jugó 309 partidos y convirtió 169 goles hasta que fue vendido al Real Madrid de España en 1973. Allí no tuvo un buen desempeño, por lo que en 1975 volvió al millonario.
Además de estar presente en la peor racha sin títulos por torneos locales, formó parte de los equipos que perdieron las finales de la Libertadores en 1966 y 1976. Sin duda, su gran deuda era lograr un campeonato con el club que tanto amaba.

La llegada de Labruna en 1975 abrió la esperanza de todo el pueblo millonario de cortar la sequía y con “Pinino” entre sus filas, River ganó el campeonato Metropolitano de 1975. Así el “Mono” se sacó la espina que más lo hacía sufrir.

En el segundo período en River jugó 73 encuentros e infló las redes en 30 ocasiones para redondear un total de 382 partidos por torneos de AFA y 199 goles. Estos números lo ubican como el sexto jugador con más presencias en la primera de River y como el segundo máximo goleador histórico de la institución detrás del gran Angel Labruna.

Fuera de la cancha era todo un personaje. Bromista y exótico, le gustaba hacer locuras como salir a la cancha con paraguas los días de tormenta o prender fuego el periódico que Labruna estaba leyendo.
En 1977 se fue de River y comenzó una travesía que lo llevó al América de Cali, Colombia, y continuó por Quilmes y varios clubes del ascenso argentino. Fue en 1979, cuando jugando para el equipo cervecero, derrotó al “Pato” Fillol con un furibundo remate, puso el partido 2-0 sobre River y el estadio entero lo aplaudió de pié. El no lo festejó, así como no podía hacer un gol para Boca, no podía festejar uno contra el equipo que le seguía quitando el sueño.

Aunque el quería terminar sus días como futbolista con la banda roja en el pecho, el destino quiso que sus últimos piques los llevara a cabo en un equipo con el nombre de la contra, en algún club llamado Boca del interior del país se retiró en 1987.

Luego trabajó en River y se vio envuelto en una estafa en la que pedía plata a los padres de chicos para llevarlos a probar al club. Esta situación le valió un juicio penal y “Pinino” no encontró palabras para pedir disculpas, admitiendo que era adicto al juego y reconociendo que lo hacía para satisfacer su adicción.

A pesar de esto, el hincha lo recuerda como uno de los máximos ídolos de la historia millonaria, porque en definitiva, para el fútbol, solo importa lo que hacía en el verde césped.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Vuelta N° 6: Campeonato 1942

El primero de "La Máquina"
Arriba: Yácono, Ramos, Vaghi, Ferreyra, Rodolfi, Barrios
Abajo: Deambrosi, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau
















En 1941 River había conseguido su cuarto título en la era profesional. Durante ese torneo, su  técnico, Renato Cesarini, sacó a Pedernera del extremo izquierdo del ataque y lo ubicó como delantero centro. El millonario goleó a Independiente 4 a 0 y Pedernera fue la gran figura anotando tres goles. A partir de ese momento, Adolfo se quedaría en esa posición dando origen al equipo que posteriormente sería conocido como “La Máquina”

Con ese antecedente y la incorporación de José García de Lanús, a cambio de Antonio Rodríguez, Luis Blanco y Mario Filippo, River se preparaba para afrontar el campeonato de 1942.

El torneo se desarrolló en dos rondas de 15 fechas cada una por el sistema de todos contra todos. Además de River, participaron de ese campeonato Atlanta, Banfiel, Boca, Estudiantes (LP), Ferro, Gimnasia y Esgrima (LP), Huracán, Independiente, Lanús, Newell´s, Platense, Racing, San Lorenzo, Tigre y el ascendido Chacarita.

El primer partido de la competencia se llevó a cabo el 3 de abril y enfrentó a River Plate, último campeón, y Atlanta, en cancha de San Lorenzo, donde los Bohemios hicieron las veces de local. El millonario venció 4 a 2 con goles de Deambrossi, D’Alessandro (2) y Ramos, y mostró un poco de lo que sería moneda corriente en el campeonato.

Con un juego vistoso y efectivo, River hilvanó siete victorias en las primeras ocho fechas. La más importante fue la que obtuvo por la jornada seis frente a su principal competidor, San Lorenzo, en Boedo, por dos tantos contra uno, lo que le permitió aventajarlo por dos unidades y quedar como único puntero.

Otro hecho destacable se produjo en la octava fecha. El Millonario derrotó a Chacarita de visitante por 6 a 2 y el titular de la revista “El Gráfico” escrito por Borocotó fue: “Jugó como una máquina el puntero”. A partir de ese momento se conocería con ese nombre al equipo Millonario que dominó la década del ’40. Se lo denominó así por la sincronía en sus movimientos y los cambios posicionales entre sus integrantes que no resentía la estructura del equipo y mareaba a los rivales.

Además, por la fecha 13 del campeonato, se enfrentaron River y Boca en el Monumental. El triunfo de La Máquina fue aplastante: 4 a 0 con goles de Deambrossi, Labruna (2) y Moreno. Aquella tarde el equipo de Nuñez formó con: Barrios; Vaghi, Ferreyra; Yácono, Rodolfi, Ramos; Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Deambrosi.

Así, al finalizar la primera rueda, el millonario (26) era el único puntero, con seis puntos de ventaja sobre sus perseguidores San Lorenzo y Estudiantes (20).

La segunda ronda no cambió su desarrollo. River continuó con su juego vistoso y andar aplastante hasta que se enfrentó con Racing en Avellaneda. En una actuación extraña y desconcertante del puntero, donde Vaghi y Yácono convirtieron un gol en contra cada uno y con la ausencia de Pedernera, fue goleado 6 a 1 por la Academia, que había estado última en una parte del campeonato. Este fue el último partido de una racha de cuatro sin ganar, donde había empatado con San Lorenzo y Gimnasia (LP) y había perdido con Newell’s. Gracias a esta seguidilla sin victorias, San Lorenzo se había acercado a tres puntos.

Luego, el conjunto de Nuñez obtendría cuatro victorias más y un empate llegando a la fecha 28 a la Bombonera con la posibilidad de consagrarse campeón ya que había sacado cinco puntos de ventaja sobre su perseguidor de Boedo con cuatro por disputarse.

Como de costumbre, River arribaba a la Boca con la posibilidad de ser campeón y su archirival, con la posibilidad de salvar el año si derrotaba al puntero.

El partido se disputó el 8 de noviembre de 1942 y la mano empezó torcida para el conjunto de la banda roja. Los xeneizes se habían puesto en ventaja gracias a dos anotaciones de cabeza de Gandulla en los minutos 26 y 44. Así terminaba el primer tiempo y la tarde parecía complicarse, pero en el segundo tiempo River sacó a relucir todo su potencial y a los dos minutos Pedernera ponía el descuento en el marcador. Finalmente, faltando nueve minutos para que termine el partido, Pedernera, una vez más, ponía tablas en el marcador y desataba la locura millonaria ya que San Lorenzo había perdido con Banfield y así River se consagraba bicampeón del fútbol argentino y por primera vez daba la vuelta olímpica en la Bombonera. El equipo de aquella tarde fue: Barrios; Vaghi, Ferreyra; Yácono, Rodolfi, Ramos; Deambrosi, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.

Los números de River en aquel campeonato son:
PJ
PG
PE
PP
PTS
GF
GC
30
20
6
4
46
79
37
y el goleador millonario fue Pedernera con 23 anotaciones, quedando a tres del goleador del toreno Rinaldo Martino de San Lorenzo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

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Torneo Inicial – Fecha 13 – 4 de Noviembre 2012
All Boys 0 –  River Plate 0

River y otra floja actuación (foto ole)














River llegó a Floresta con los tres cambios que se venían barajando en la semana. Los lesionados R. Funes Mori y Aguirre fueron reemplazados por Martínez y Rojas respectivamente, mientras que en la delantera G. Funes Mori reemplazó a Trezeguet.

Es difícil hablar del rendimiento del millonario sin repetir conceptos de fechas anteriores. Reiterar que hubo muchos pelotazos, que la mayor parte del tiempo River manejó la pelota y no supo bien que hacer con ella, que el partido fue aburrido, que el rival, en este caso All Boys, le cerró los espacios para llevarlo al embudo que desemboca en los rechazos de los centrales y que los delanteros estuvieron inconexos apelando a resoluciones individuales, es caer en la monotonía. Todos estos conceptos son los que viene manejando el equipo de Almeyda en lo que va del campeonato.

A los problemas que tiene en el juego, hay que sumarle las bajas que sufre fecha tras fecha. Además de las lesiones que se vienen dando frecuentemente, ahora hay que agregar la expulsión de Ponzio sobre el final del partido, en una decisión apresurada de Beligoy, que deja a River sin su líder para la próxima fecha y con un problema para el entrenador, que deberá pensar que equipo plantará para enfrentar a Unión en el Monumental.

Como dije anteriormente, el partido fue aburrido. River tuvo las más claras, que fueron pocas, y All Boys no pateó al arco, se conformó con aguantar el cero y esperar algún error del millonario, que esta vez nunca llegó.

Lo mejor se vio en el primer tiempo. El conjunto de Floresta presionó e incomodó al millonario en los primeros diez minutos y luego fue todo del rojiblanco, que le costó adaptarse a las dimensiones del terreno, más chico que el Monumental, pero cuando se asentó, manejó la pelota y tuvo las situaciones más claras con Rogelio Funes Mori, que estuvo impreciso para definir; y con Rojas, cuyo remate encontró a Cambiasso que leyó muy bien como venía la jugada.

El segundo tiempo fue horrible. En los primeros 15 minutos River intentó generar peligro, pero Mora no gravitó y las situaciones de peligro no llegaron. Los ingresos de Villalva y Luna, por Rojas y Mora respectivamente, no modificaron el desarrollo. El “Keko” no entró en juego y el “Chino” no tuvo ninguna clara ni generó peligro para el arquero rival. Así se fue el partido, aburrido y ordinario, con otra preocupante actuación de River que parece no encontrar el rumbo.

Esta vez la defensa no pasó sobresaltos. Muy firme Pezzella, que cada vez se afianza más en la zaga y muestra porque se venía hablando tan bien de él en las inferiores y en los seleccionados juveniles. La contracara fue Bottinelli, estuvo impreciso, regaló varias pelotas que pudieron generar peligro contra Barovero, de poco trabajo, y que la impericia de los hombres de All Boys impidió que esos errores tuvieran consecuencias negativas.

En el mediocampo Sánchez volvió a ser el tractorcito que hace la banda, buscó desborde y desequilibrio con su velocidad, aunque un poco desordenado e impreciso en el pase final. Rojas fue intrascendente, excepto por ese tiro a las manos de Cambiasso, su actuación, sumada a la de partidos anteriores, fue para no volver a vestir la camiseta de River y para que los dirigentes y el técnico piensen en aprovechar la posibilidad de incorporar jugadores por las lesiones de Aguirre y Funes Mori, ventaja que este River no se puede dar el lujo de desperdiciar. Los volantes centrales cumplieron, Ponzio fue el de siempre y Cirigliano levantó considerablemente su rendimiento, recuperó y estuvo fino y preciso en la distribución, se nota que se siente más cómodo jugando en espacios reducidos.

Los delanteros, Mora y Funes Mori, no tuvieron mucha acción y sintieron la falta de espacios. Al ser dos delanteros para jugar en velocidad, las pequeñas dimensiones de la cancha y el amontonamiento de hombres en la zona defensiva de All Boys les quitó peso y movilidad. El ingreso de Luna no cambió la ecuación.

Así se fue otro partido decepcionante, aburrido y preocupante. Lejos quedaron esas goleadas que hicieron ilusionar al hincha. Después de 13 fechas está claro que este River no puede dar más de lo que viene dando y que deberá cambiar mucho para sumar puntos y no sufrir de cara al futuro.

Párrafo aparte para la actuación de Beligoy. Lamentablemente los hinchas de River no tenemos la suerte de verlo dirigir bien. Ya en el 2011 le había anulado un gol a Rogelio por una mano previa que no existió y en esta ocasión expulsó a Ponzio por una jugada que, como mucho, era para amarilla. Antes amonestó al ingresado Montoya por una patada a un defensor de River que era para roja.

Esta expulsión de Ponzio plantea un problema enorme en el equipo millonario. La única vez que faltó el volante central fue frente a Velez y coincidió con el peor partido de River en el torneo. El próximo fin de semana se viene Unión, último en el campeonato y en los promedios y es imprescindible obtener los tres puntos para escapar a la zona roja que está cada vez más cerca.

Resúmen
Goles: no hubo
Incidencias: 45’+1’ ST expulsado Ponzio (Riv)
Arbitro: Beligoy (muy mal). Expulsó mal a Ponzio y debió mostrar la roja al ingresado Montoya Muñoz que pegó una patada sin pelota por la que solo fue amonestado.
Figura del partido: G. Pezzella (Riv)