lunes, 25 de febrero de 2013

Eclipse de Luna

Torneo Final 2013 – Fecha 3 – 24 de Febrero 2013
River Plate 3 – Tigre 2
Luna, autor de dos goles (foto Diego Girardi)
















Eclipse: hecho en el que la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro.

Pero aquí no vamos a hablar de cuerpos celestes, ni de física o astronomía, solo vamos a destacar que el partido era lúgubre, taciturno y complicado para River, hasta que Ramón Díaz tuvo esa “sensación” que a veces tiene y mandó a Carlos Luna a la cancha. El “Chino”, en una ráfaga, bloqueo todo lo que había pasado en los 85 minutos previos al empate “Millonario” y le entregó en bandeja los tres puntos que parecían perdidos.

Para este encuentro Ramón Díaz mantuvo el esquema, con la vuelta de Leonardo Ponzio por Ariel Rojas y el ingreso de González Pires por el lesionado Adalberto Román. Néstor Gorosito dispuso un esquema 3-5-2-1, con esa línea de dos media punta más adelantada y bien abierta por los laterales.

El primer tiempo fue para el olvido. El planteo de Tigre fue inteligente. Aprovechando la lentitud de los defensores locales, colocó dos puntas bien abiertas, que ganaron las espaldas de los volantes y superaron en velocidad a los dos “stopers” que había dispuesto Ramón. Los mediocampistas y delanteros del conjunto visitante salían rápido en las contras y tomaban mal parada a la defensa del “Millo”, que tuvo una pobre labor. Solo la impericia de sus delanteros y la buena tarde de Barovero impidieron que el “Matador” se fuera en ventaja al descanso. 

El “1”, con su sobriedad para salir y cortar cada centro, brindó seguridad a una defensa que era desbordada por todos lados. Mercado se cansó de cometer infracciones cerca del área, impreciso con la pelota y hasta torpe para marcar, le costó mucho afianzarse en el campo. Lo mismo sucedió con Bottinelli, lento, ganó algunas de arriba, pero cuando lo encaraban mano a mano lo pasaban como alambre caído, y en el segundo tiempo se lo veía marcar al trotecito, como si estuviera ganando por goleada. El mejor fue González Pires, oyendo constantemente a las indicaciones del arquero, ganó siempre de abajo, estuvo atento en los cortes y expeditivo para resolver cada jugada con un pase o revoleando la pelota lejos del área, por supuesto, tuvo su cuota torpe de cada partido en la infracción previa al primer gol de Tigre.

De mitad de cancha en adelante, el equipo estuvo inconexo. Sánchez muy flojo, regaló todo lo que intentó tirar; Vangioni no fue lo explosivo y veloz que se vio en partidos anteriores; Ponzio estuvo muy impreciso y hasta tomando decisiones incorrectas; y Ledesma no gravitó como en otras ocasiones, ya que el medio visitante ganaba todas las divididas.

Este bajo nivel de los volantes, hizo que la actuación de los puntas se resintiera. Lanzini sigue sin poder demostrar todo lo bueno y determinante que puede ser en los últimos metros, tal vez se sienta más cómodo jugando más cerca del área y no tanto como enganche. A Mora le costó entrar en ritmo, no podía parar bien la pelota y hasta pifió un remate dentro del área chica que pudo haber sido la apertura del marcador; y Trezeguet hizo lo de siempre, pivoteó y buscó la descarga rápida, pero estuvo algo impreciso y algunas pelotas le quedaron demasiado lejos.

Así se fue el primer tiempo, con un preocupante empate en cero y con la sensación de que Tigre había sido un poco más que el “Millonario”.

El complemento no cambió su desarrollo. Las virtudes mostradas por los once de victoria se potenciaron, al igual que los defectos de la escuadra local. Esta situación se agravó cuando, a los nueve minutos, tras un tiro libre de Botta, Donatti abrió el marcador y puso en ventaja a los dirigidos por Gorosito.

Si hasta aquí el trámite había sido complicado y River no había encontrado la forma de llegarle con claridad a Albil, la desventaja en el marcador empeoró la situación. “Pipo” retrocedió un poco más sus líneas para aprovechar mejor los espacios en la contra y el riojano mandó a la cancha a Iturbe y Rojas para tener más explosión y velocidad arriba y más juego en el medio.

Con estos ingresos, Mora empezó a encontrar más su juego, a encarar y desbordar; Ponzio retrocedió un poco para jugar como único volante central y Rojas se adelantó para distribuir más el juego a los delanteros e Iturbe se paró como media punta explotando al máximo su velocidad para complicar a los lentos defensores visitantes.

Así fue como empezaron a llover centros al área de Tigre, la mayoría, despejados por las cabezas de sus defensores, y los que eran conectados por los delanteros riverplatenses, caían en las manos del “1” visitante. Además, comenzó a probar con tiros de media distancia. Primero Iturbe, y después Rojas, hicieron revolcar al ex Independiente, que a esta altura del partido ya era una de las figuras, junto con Botta, hasta que se fue expulsado, que seguía siendo imparable para la línea de tres “Millonaria”.

En una de esas contras, cuando promediaba el complemento, Leguizamón se escapó de la marca de Pires y Bottinelli, y encaró solo hacia el área. Barovero amagó a salir, pero se quedó, y en ese instante, el delantero dudó entre rematar o gambetearlo, fue ahí que “Trapito” se tiró a los pies, y cuando el juvenil intentó pasarlo, adivinó su intención y se quedó con la pelota entre sus manos. Esta jugada fue determinante, ya que el 2 a 0 sentenciaba el partido y demostró que al ex Velez no le pesa ocupar el arco más grande del mundo.

Luego llegó el ingreso de Luna y el asedio sobre el arco que da a la tribuna Centenario fue cada vez más intenso. Así fue como a los 40 minutos, Mora entretuvo la pelota en la línea lateral derecha del ataque “Millonario”, y cuando el público se empezaba a impacientar por la seguidilla de amagues infructuosos, logró sacarse la marca de Donatti de encima y tirar un centro que conectó de cabeza el ex Tigre anticipándose a la marca, mandando el balón al fondo de la red. El goleador no lo gritó por respeto a su pasado en Victoria, pero el Monumental explotó en un grito desaforado de gol que parecía no llegaría nunca.

Un minuto después, un centro de Bottinelli, de lo poco bueno que hizo en la noche, cayó en los pies del uruguayo, que bajó la pelota y remató cayéndose al piso, el tiro pasó entre las piernas de Albil y empezó a cruzar mansa la línea de meta, pero ante la posibilidad del despeje de Orbán, el “Chino” le dio el empujón final para convertir su segundo tanto y darle la ventaja a River. El Monumental estalló como nunca, el grito de gol se escuchó hasta la luna y los tres puntos se aseguraron cuando, en el descuento, Iturbe ganó en velocidad y con un remate cruzado marcó su primer gol con la banda roja.

El penal sobre el final regalado por Bottinelli solo sirve para la estadística y para confirmar el mal partido que tuvo el ex San Lorenzo, el encuentro estaba terminado y la victoria asegurada para seguir con puntaje ideal en la cima de la tabla de posiciones.

Lo positivo. Una vez más Ramón acertó con los cambios, dos de ellos fueron los autores de los goles. El aporte del ex Cerro Porteño fue determinante en los últimos metros, mostró velocidad, explosión y buen remate, características muy importantes para quebrar defensas cerradas y Luna convirtió tres goles viniendo desde el banco. Además, la reacción del equipo. Una vez más faltó juego, pero tuvo el carácter suficiente para sobreponerse a un trámite adverso. En otras épocas, esta clase de partidos River los perdía, incluso por un marcador más abultado y ayer, gracias a la atajada de Barovero, volvió a tener una vida para remontar lo que parecía imposible desde el desarrollo. En relación con esto último, es bueno recuperar al Monumental como un recinto inexpugnable. En los últimos tiempos los rivales se habían acostumbrado a ir al Liberti a hacer su negocio, este partido muestra que no va a ser tan fácil llevarse un punto de casa y tiene que servir de puntapié para recuperar ese respeto que imponía el “Millonario” de local.

Lo negativo. Otra vez le costó mucho crear peligro y generar juego, y en esta ocasión la defensa no tuvo una buena noche. Deberá el técnico tener en cuenta que ante delanteros rápidos es un tanto arriesgado tener a defensores tan lentos en el mano a mano. El bajo rendimiento de Sánchez, al borde de la expulsión, es un punto importante ya que no cuenta con un recambio que pueda suplir su ida y vuelta; y el pobre nivel de Lanzini, que no logra ser el conductor que River necesita, se acentúa más cuando Ponzio no tiene un buen partido.

Respecto del arbitraje, se discutió mucho a Lunati por su actuación. Hubo muchas jugadas dudosas para ambos equipos, y el técnico visitante se fue bastante molesto porque siente que fue perjudicado. Hay que recordar que a Ledesma le rompieron la nariz y el juez no lo juzgó intencional: Botta pegó un codazo y se fue expulsado; no midió de igual manera un intento de cabezazo de Sánchez al enganche de Tigre; anuló un gol de Mora por posición adelantada que es muy fina; cobró muchas infracciones menores en mitad de cancha en favor del visitante y permitió que el Albil hiciera tiempo sistemáticamente en cada saque de arco o tiro libre a favor. Como podemos ver, el arbitraje fue malo para ambos lados.

Finalmente, el ingreso de Luna eclipsó todo lo malo que se había visto durante el partido, pero no hay que dejarse llevar por el resultado final. River debe mejorar, y mucho, si no quiere sufrir ante rivales de mayor envergadura. Jugó mal y pudo dar vuelta un partido que en otros tiempos hubiera sido imposible remontar. Definitivamente Ramón produjo un cambio en la mentalidad de los jugadores y el “Chino” cumplió con la ley del ex, que últimamente se había olvidado de hacer escala en el ‘Monumental”.

Fomaciones
River Plate: Barovero (8); Mercado (4), Gonzalez Pires (5), Bottinelli (3,5); Sánchez (4), Ledesma (4), Ponzio (5), Vangioni (5); Lanzini (4); Mora (6), Trezeguet (4). DT: Ramón Díaz

Ingresos: 12’ST Iturbe (7) x Lanzini; 12’ST Rojas (6) x Ledesma; 28’ST Luna x Trezeguet

Tigre: Albil (7); Donatti (6), Echeverría (6), Orban (7); Galmarini (6), Ferreira (5), Peñalba (5), Cisterna (5); Botta(6); Janson (6), Leguizamón (6). DT: Nestor Gorosito.

Resúmen
Goles: 9’ST Donatti, 40’ST Luna, 42’ST Luna, 47’ST Iturbe, 50’ST Perez García.
Incidencias: 44’ST expulsado Botta (Tig)
Árbitro: P. Lunati (Regular)
Figura del partido: Barovero (Riv)

Agradecimiento especial a Diego Girardi por las excelentes fotografías que me permite publicar en cada nota.

viernes, 22 de febrero de 2013

El Pelé Blanco

la secuencia del gol del "Beto"





















Año 1970. México cobijaba el noveno Campeonato Mundial de Fútbol. En una de las semifinales, disputada el 17 de junio, Brasil y Uruguay reeditaban la definición de 1950 en el Maracaná. Los  uruguayos buscaban repetir la historia, los brasileños tomarse revancha por aquel “maracanazo” inolvidable.

Los cariocas llegaban como favoritos. Entre sus filas se encontraban varios de los máximos exponentes del balompié de la época: Carlos Alberto, Clodoaldo, Jairzinho, Tostao, Rivellino y, por supuesto, Pelé.

El partido comenzó favorable a los “charrúas”, que se pusieron en ventaja con un gol de Luis Cubilla, hasta que Clodoaldo puso tablas en el marcador a poco de finalizar el primer tiempo. En el complemento, Jairzinho adelantó al “scratch” y faltando poco para la finalización del encuentro, Rivelino estampó el 3 a 1 final para clasificar al equipo de Pelé a la final.

Además del resultado y la clasificación, ese encuentro sería recordado por una jugada, que de haber terminado en gol, estaría en el podio de los mejores goles en la historia de los mundiales.

En el Minuto 46, Tostao mete un pase entre líneas de la defensa “celeste”, que deja a Pelé pie a mano contra el arquero uruguayo, Ladislao Mazurkiewicz, en la media luna del área. El diez brasileño deja correr el balón sin tocarlo, lo que despista al uno uruguayo que va a buscar al delantero por su derecha, mientras la pelota le pasa por la izquierda, quedando completamente desairado. El “Rey”, tras esquivar en su carrera al portero, va en busca de la número cinco dentro del área grande, levemente abierto sobre su derecha, y ejecuta un remate cruzado, tan cruzado que, lo que parecía ser una obra maestra, termina perdiéndose por la línea de fondo apenas desviado del segundo palo.

Aunque no terminó dentro del arco, la jugada es recordada por la finta al arquero sin tocar la pelota.

Año 1972. Torneo Nacional de Argentina. Por la zona de clasificación, el 3 de diciembre, el Monumental de Núñez era testigo de un nuevo clásico entre River e Independiente. El conjunto “Millonario” llegaba con un invicto de diez partidos (nueve victorias y un empate) y contaba con figuras como Juan José López, Reinaldo Merlo, Oscar Más, Carlos Morete y, por supuesto, Norberto Alonso.

El partido comenzó electrizante. A los 26 minutos ya contaba con cuatro anotaciones: Giusotzzi, a los sesenta segundos, ponía en ventaja al equipo de la banda. Diez minutos después, Doboletta empataba el marcador, y a los quince, Morete establecía el 2 a 1. Luego, a los 26, Maglioni estampaba una nueva igualdad y, finalmente, a los 32’ Alonso, y a los 43’ Morete, decretaban el 4 a 2 con el que finalizaba el primer periodo a favor del local.

El complemento no podía ser menos, a los seis goles con los que ya contaba el tablero electrónico, se le agregaría otro de Alonso a los cinco minutos, el tercero de Morete a los 30’ y el último, de Marchetti, a los 34’, para decretar el 7 a 2 final. Sin dudas, un resultado sorprendente y, hasta hoy, la máxima goleada de River propinada al cuadro de Avellaneda.

Además de la gran cantidad de veces que la pelota besó las redes, del histórico marcador y del triplete de Morete, ese encuentro se recuerda porque el “Beto” se convirtió en el “Pelé Blanco”.

Cuando transcurrían cinco minutos del segundo período, el partido estaba 4 a 2 a favor del “Millonario”, e Independiente buscaba descontar, adelantando sus líneas peligrosamente. En ese momento, Jorge Dominichi recibe cerca de mitad de cancha, y mete un pase entre líneas de la defensa “roja”, dejando al “Beto”, que superó en la carrera a Luis Garisto, pie a mano contra el arquero rival, Miguel Santoro, en la media luna del área. El diez rojiblanco amaga a tomar el balón, pero lo deja correr sin tocarlo. El uno de Avellaneda, creyendo el engaño, siguió al zurdo, que le pasó por delante, y la pelota, le pasó por detrás, quedando completamente desairado. Alonso, tras la exquisita maniobra, se encontró con la redonda y solo tuvo que empujarla al fondo del arco, completando la obra que, dos años atrás, había dejado inconclusa el “Alonso Negro”.

Tiempo después, el ídolo “Millonario”, reconocería que fue el mejor gol que hizo porque “la tuve que resolver ahí, como un actor que tiene que improvisar algo porque le falló el libreto”

Gracias a River y Números (@River_Numeros) por su valioso aporte.

lunes, 18 de febrero de 2013

Dos Caras

Torneo Final 2013 – Fecha 2 – 17 de Febrero 2013
River Plate 1 – Estudiantes (LP) 0
Trezeguet festeja su gol (Foto D. Girardi)















Ramón Díaz volvió a sentarse en el banco del Monumental después de casi once años. La última vez había sido en el 2002 frente a Argentinos Junios en una goleada que le dio un campeonato más a su extenso palmarés. Este domingo volvía a su casa y el rival era Estudiantes de La Plata. La única modificación que presentaba el equipo del riojano era el ingreso de Ariel Rojas por Leonardo Ponzio, expulsado en la primera fecha. Estudiantes presentaba un 3-5-2 para sumar más gente en el medio y lucharle la posesión del balón a River en ese sector.

En el primer tiempo se pudo ver el equipo que seguramente Ramón y la gente quiere. Tuvo movilidad, precisión, juego asociado, paredes y desmarques, desbordes, presión y recuperación en el medio y solidez defensiva. Todas esas características hicieron que durante la primera etapa hubiera un solo equipo en la cacha.

A los cinco minutos el arquero “Pincha” le había sacado un cabezazo a Mora que había conectado adentro del área chica. Vangioni fue salida constante, con vértigo y desborde, complicando siempre a Shunke. Ledesma se hizo dueño del mediocampo, robando y distribuyendo y Rojas se puso la pilcha de Ponzio y fue el eje del juego. Tocó, la pidió, habilitó y hasta metió el centro que terminó en el gol de Trezeguet, cumpliendo su mejor actuación desde que llegó al “Millonario”.

Lanzini estuvo rápido y encarador, generando peligro, aunque le faltó soltar la pelota en los metros finales para dejar a un compañero de frente a la definición. Mora no fue lo picante que suele ser y no tuvo muchas chances frente al arco, no aprovechó la lentitud de los defensores “pinchas” para encararlos y ganarles en velocidad; y Trezeguet, empieza a ser aquel que llegó en el verano de 2012, tocando de primera, mostrándose para descargar e ir a buscar la pared y tratando de resolver siempre a un toque, coronando su actuación con un golazo.

La defensa y el arquero estuvieron sólidos y seguros. Aunque el rival prácticamente no atacó en este período, Román estuvo rápido en los cruces, Bottinelli bien en el juego aéreo en el que fue impasable, fue el mejor de los tres, y Mercado, el de más flojo rendimiento, fue de mayor a menor.

La buena actuación del equipo de Ramón y la anemia ofensiva del equipo platense presagiaban una noche tranquila y de rápida resolución para el conjunto local. Pero el segundo tiempo cambió completamente. La salida del paraguayo por una contractura en su pierna izquierda, que se confirmó como un desgarro, generó una modificación en el esquema táctico. Pires ingresó en su lugar y se paró como primer marcador central, Bottinelli como segundo y Vangioni retrocedió unos metros para jugar de lateral izquierdo, quedando un 4-3-1-2 que le hizo perder protagonismo, ya que el ex Newell´s quedaba más lejos de las posiciones ofensivas, y Sáchez seguía impreciso y en bajo nivel. Así, con el correr de los minutos, se empezó a notar el cansancio en Rojas y Ledesma, que empezaron a perder en el medio y Estudiantes comenzó a ganar metros en ofensiva llevando algo de peligro al arco de Barovero, pero con poca claridad.

Al “Millo” le costaba recuperar el balón, y por ende, no conseguía la forma de inquietar al arquero Silva. Cuando lograba salir con alguna contra rápida, los defensores del equipo de Cagna, y Rodrigo Braña, cortaban con infracción, que el juez, de pésima labor, decidía obviar y dejar seguir, porque de lo contrario tenía que expulsar al volante central visitante que ya había visto la amarilla a los cinco minutos de juego. Así se fue jugando cada vez más cerca del arco de Barovero, que solo tenía que estar atento para descolgar los centros que buscaban las cabezas de Zapata primero y Carrillo después. A pesar de ello, el arquero “Millonario” no pasó ningún sobresalto y logró finalizar con la valla invicta por primera vez en el certamen.

Todo lo bueno que se vio en la primera etapa, se diluyó en el complemento. Con el doble cinco que comenzó a sentir el paso de los minutos y empezó a perder piernas y a retroceder en el campo; Vangioni que, al pasar a la línea de fondo, perdió sorpresa y se ocupó más de la marca; y Sánchez que seguía perdido. Estudiantes ganó terreno y aprovechó los pocos momentos de duda defensiva para generar algo más de peligro.

Lo positivo, además de los tres puntos, es que se está logrando una identidad de juego. Falta encontrar continuidad y constancia para no ver un equipo claramente superior al rival en una etapa y luego terminar sufriendo en el complemento, con el riesgo de poder recibir algún gol que impida obtener los tres puntos. Respecto de esto, el partido de ayer fue de esos que solían empatarle a River sobre el final, y ayer, se logró conservar la ventaja. Evidentemente algo está cambiando, aunque es muy pronto para hacer una evaluación definitiva.

También se observa otro talante en los jugadores. Se los ve más confiados, con otro ánimo, como si la llegada de Ramón hubiera descomprimido alguna situación y esto se nota en la cancha. El caso emblemático es el de Rojas, el año pasado era un jugador anodino, inexpresivo, y en lo que va de este 2013 se lo ve con otra actitud, con más ganas y más participativo, y así pasa con varios.

También fue positivo el ingreso de Iturbe. Mostró poco, pero se ve que es rápido y encarador, que le gusta tomar el balón e ir hacia delante. Así fue como sufrió una patada artera de atrás de Braña, que para el juez ni siquiera fue infracción y otra de Angeleri, que vio la amarilla.

Respecto del arbitraje, otra vez más toco un juez que empezó severo con las sanciones disciplinarias y con el correr de los minutos dejó pegar sistemáticamente en el medio sin mostrar tarjetas que podrían haber significado alguna expulsión y sin medir con la misma vara situaciones de similar calibre para ambos bandos. Es otro tema a tener en cuenta para tratar de definir los partidos de modo de no tener que sufrir sanciones que puedan complicar un resultado favorable.

En el debe queda lograr la continuidad que permita mantener un ritmo de juego constante, sin tener que llegar sufriendo a los últimos minutos y mejorar en ataque para conseguir más goles, logrando definir los encuentros antes de los noventa minutos mediante la contundencia en el marcador.

Párrafo aparte para el gol. Uno de esos que hace tiempo no se ve por Núñez. Esos goles que llenan los ojos y que son muestra del buen fútbol. River tuvo la pelota en su poder durante 90 segundos, hubo quince toques sin que ningún rival pudiera interceptar el balón y la finiquito el goleador francoargentino con una bolea que ya es una especialidad de la casa. Un verdadero golazo.

River volvió a ganar, lleva cuatro victorias seguidas, situación que no se da desde el campeonato de 2008, y además, es el único equipo en primera división que lleva diez fechas sin derrotas, algo que no se está destacando mucho en los medios, pero que es importante y sirve para que los jugadores sigan ganando confianza y que empiecen a creer que pueden pelear por cosas importantes y dejar de mirar esa tabla nefasta a la que nos habíamos acostumbrado los últimos años.

Fomaciones
River Plate: Barovero (6); Mercado (5), Román (6), Bottinelli (6,5); Sánchez (4), Ledesma (6), Rojas (7), Vangioni (6); Lanzini (4,5); Mora (5), Trezeguet (7). DT: Ramón Díaz

Ingresos: 0’ST Gonzalez Pires (5) x Román; 29’ST Iturbe x Lanzini; 36’ST Funes Mori x Trezeguet

Estudiantes (LP): Silva (6); Shunke (4), Angeleri (5), Desábato (5); Jara (4), Braña (6), Gelabert (5), Iberbia (4); Benítez (4); Zapata (5), Fernández (4). DT: Diego Cagna.

Resúmen
Goles: 31’PT Trezeguet (Riv)
Incidencias: no hubo
Árbitro: D. Abal (mal)
Figura del partido: Rojas (Riv)

lunes, 11 de febrero de 2013

Con el pie derecho

Torneo Final 2013 – Fecha 1 – 10 de Febrero 2013
Belgrano (Cba) 1 – River Plate 2
Vangioni, la figura, festeja su gol (foto Olé)













No voy a empezar ni a titular este resumen con alguna frase de tipo revanchista o aliviadora respecto de lo que pasó en Junio de 2011. Aquellos partidos quedarán grabados a fuego en nuestras vidas y nada, ningún triunfo posterior frente al verdugo, apagara ese dolor. Aunque, por alguna razón, el creer que una victoria, y si es por goleada mejor, traerá un poco de alivio.

Hace algunos años, antes de la fatídica promoción, cada encuentro con Belgrano de Córdoba era un simple trámite, donde al equipo “Pirata” solo le quedaba esperar cuantos goles le convertiría River. Recuerdo un 5 a 0 en el  viejo Chateau Carreras, con apilada del “Luigi” Villalba incluida, o aquel triunfo Monumental con una perla de taco de Juan Pablo Ángel tras centro de Javier Saviola. Pero a partir de aquel mencionado encuentro, el equipo cordobés se ha convertido en un duro escollo para el “Millonario”. Quizás por el morbo que genera o por haber sido el artífice de la caída más estrepitosa del fútbol argentino, lo cierto es que ellos juegan con otra actitud y a River le pesa un poco más.

Ramón Díaz dispuso en cancha lo que se vio en el verano. Un esquema con tres defensores, cuatro volantes, un enganche y dos delanteros. Sin dudas, todo un desafío para el técnico y el equipo poder confirmar, por los puntos, el buen funcionamiento mostrado en algunos pasajes de la temporada estival. En tanto, Ricardo Zielinski, fue fiel a su libreto. Dispuso un planteo mezquino, que lo llevó al tercer lugar en el Inicial 2012, con dos líneas de cuatro bien marcadas y dos delanteros que pudieran aprovechar lo poco que generaba de fútbol (?) el cuadro celeste.

El primer tiempo fue para el olvido. River tenía la pelota hasta tres cuartos de cancha y ahí se diluía. No encontraba los espacios ni las ideas para perforar la férrea defensa “Pirata”, que revoleaba todo lo que cruzaba la mitad del terreno, y faltaba ese pase entre líneas que dejara a un delantero mano a mano con Olave. Fiel a su estilo, y como habíamos mencionado en este espacio durante el verano tras el empate ante Boca, Belgrano jugó a no dejar jugar al equipo de Ramón. Cerró bien las bandas, agrupó bien a sus hombres y dispuso una marca escalonada con buena presión en el sector medio. Así, la idea del riojano de abrir la cancha se vio obstaculizada por el buen funcionamiento de los cordobeses, que ponían siempre dos hombres sobre Vangioni e impedían que progresara en ofensiva. Del otro lado, Sánchez estuvo poco participativo y bastante impreciso.

Así y todo, lo más peligroso de la primera etapa fue del equipo cordobés, que pegó un cabezazo de Pereyra en el trevesaño tras un flojo movimiento de la línea de tres “Millonaria”, que por momentos pareció costarle entrar en ritmo, pero que fue ganando solidez y confianza con el correr de los minutos. Mientras, la primera aproximación del “Millo” fue un tiro libre de Mora que se fue por encima del larguero cerca de los cuarenta minutos. Además de las imprecisiones, los hombres de la banda se tomaban dos tiempos en recibir y acomodar el balón, lo que le daba más ventaja a los defensores rivales para acomodarse y ajustar las marcas.

En el complemento la historia cambió. Una jugada infantil de Ponzio le valió la expulsión, y lo que pareció una complicación para River, terminó siendo una ventaja. El equipo de barrio Alberdi no supo ser protagonista, ni aprovechar el hombre de más y los de Núñez rompieron el partido con un zapatazo de Vangioni, que comienza a justificar la insistencia del técnico por su contratación y el monto pagado por su compra.

Así es como se deben abrir estos partidos en los que el rival juega a no jugar, probando de media y larga distancia hasta quebrar su resistencia. De este modo, un equipo que no estaba preparado para atacar, se ve en la obligación de salir a buscar el empate, pero sin un libreto acorde, entonces se genera el desorden, los espacios y las posibilidades de ampliar la ventaja en el marcador.

Tras la expulsión, Díaz reacomodó el equipo con el ingreso de Rojas por Lanzini, retrasando al rosarino como lateral izquierdo y poniendo un 4-3-1-1 con Ledesma como único volante central. A los 22 minutos, tras un centro de Sánchez mal despejado por Lollo, la pelota cae en pies de Trezeguet, que toca suave hacia atrás para la llegada del ex Newell´s que abre el marcador con un tremendo remate esquinado.

Luego del gol, River se replegó y aprovechó la falta de ideas de Belgrano, un equipo no acostumbrado a tomar las riendas de un partido, y buscó aumentar la ventaja de contragolpe. Tuvo algunas ocasiones, pero recién a los 43 minutos, tras los ingresos de Funes Mori y Luna, por Trezeguet y Mora respectivamente, pudo conseguir el gol de la tranquilidad. Luego de un saque de arco, Rogelio peinó el balón que le cayó en los pies al “Chino”, que corrió unos metros y acomodó la pelota en el palo más lejano del arquero cordobés. Un minuto después, el gol de Belgrano, tras una floja respuesta de Barovero, aunque fue fusilado desde dentro del área chica, sirvió para poner un poco de suspenso en el resultado que ya no se modificaría y traería los tres puntos a Núñez.

Línea por línea el rendimiento fue de menor a mayor. Barovero no tuvo trabajo, estuvo seguro para cortar y atenazar cada centro y en la jugada del gol poco pudo hacer aunque llegó a tocar el fortísimo remate de Farré que se terminó colando en la meta del “uno” riverplatense.

La línea de tres comenzó con algunas dudas, pero con el correr de los minutos se fue afianzando. Bien Román como último hombre, en un partido especial para él, estuvo sólido y rápido en los cruces y bien en el juego aéreo. También fue bueno el desempeño de sus compañeros de zaga. Tanto Mercado como Bottinelli cumplieron un buen partido, aunque al segundo se lo ve un poco más flojo en la marca (el gol llega por su lado y la jugada del travesaño del primer tiempo también) e impreciso con la pelota.

De los volantes, el mejor, y la figura de la cancha, fue Leonel Vangioni. El ex Newell´s fue el más buscado en la salida y tuvo proyección y marca. Tras la expulsión de Ponzio, retrocedió al lateral izquierdo y también se destacó. Sánchez fue creciendo con el correr de los minutos, tras un primer tiempo para el olvido, impreciso y embarullado; en el complemento fue salida y ayudó a Ledesma en la recuperación cuando el equipo se quedó con un hombre menos. Ponzio cumplía un buen partido, pero su tonta expulsión condicionó su labor y Ledesma se hizo amo y señor del medio campo, distribuyendo con criterio y haciendo el trabajo sucio tras la roja al capitán “Millonario”, bancando la parada como único volante central.

Manuel Lanzini estuvo impreciso y no fue el conductor que Ramón espera, siempre con un hombre encima y sin espacios, le costó desmarcarse y se excedió en la jugada individual. Los dos puntas tuvieron un partido aceptable. Mejor Trezeguet, siempre tocando de primera y buscando el pase que deje mejor parado a un compañero en ataque, así, asistió a Vangioni en la apertura del marcador. Mora estuvo impreciso, pero cuando tiene la pelota es peligroso e indescifrable, aunque esta vez  no tuvo un aporte destacable.

River empieza el Torneo Final 2013 con una victoria importantísima. Para la confianza y porque cuando no se puede superar al rival con fútbol, hay tener la actitud suficiente para superarlo, y en Córdoba, el “Millo” la tuvo para sobreponerse a un rival que se había instalado como una especie de bestia negra y también para superar un trámite que pudo ser adverso tras la expulsión de Ponzio. Con solidaridad en las marcas y en las coberturas y peleando cada pelota como si fuera la última se llevó tres puntos de oro.

Un párrafo aparte para la actuación del juez, Gerrmán Delfinio. Comenzó bien, pero con el correr de los minutos fue muy permisivo con el juego brusco de los celestes en el medio campo, que recurrían sistemáticamente a la infracción para evitar el avance “Millonario” y no eran amonestados. También deja algunas dudas la jugada de la expulsión. Más allá de la exageración de Pereyra, la actitud de Ponzio no corresponde a la de un jugador de experiencia, y si Delfino vio ese imperceptible pisotón, también debió haber visto el codazo del delantero cordobés sobre el rosarino un minuto antes cuando este tenía el balón.

El 2013 no podía empezar de mejor manera, ojalá el aura de Ramón siga bañando las costas de Núñez y poco a poco podamos volver a ver el River que todos queremos. Por lo pronto, este es un buen comienzo.

Fomaciones

Begrano (Cba): Olave (4); Lollo (4), Turus (4), Aveldaño (4), Quiroga (4); Zapata (3), González (4), Farré (5), Velázquez (4); Aquino (3), Pereyra (5). DT: Ricardo Zielinski

River Plate: Barovero (5); Mercado (5), Román (6), Bottinelli (4); Sánchez (6), Ledesma (6), Ponzio (3), Vangioni (7); Lanzini (3); Mora (5), Trezeguet (5). DT: Ramón Díaz

Ingresos: Rojas (6) x Lanzini; Funes Mori x Trezeguet; Luna x Mora

Resúmen
Goles: 22’ST Vangioni (Riv); 43’ST Luna (Riv); 44’ST Farré (Bel)
Incidencias: 2’ST expulsado Ponzio (Riv)
Árbitro: G. Delfino (Regular)
Figura del partido: Vangioni (Riv)