lunes, 29 de abril de 2013

Empate con sabor a derrota

Torneo Final 2013 - Fecha 11 - 28 de abril de 2013
River Plate 1 – Quilmes 1
Funes Mori se lamenta (foto Javier García)














Tras la victoria en Mendoza, River recibía a Quilmes con la premisa de obtener una victoria esperando que se dieran los resultados que le permitieran subirse a la cima del certamen. Para el encuentro, Ramón Díaz mantenía el 4-3-1-2, con los regresos de Leonel Vangioni en la posición de lateral izquierdo, y el de Rogelio Funes Mori como acompañante de Juan Iturbe. Quilmes planteaba su clásico 4-4-2, cerrando bien los espacios atrás y presionando en la mitad de cancha para salir rápido de contra.

El partido empezó favorable a River que, con un cabezazo en el travesaño y varias definiciones fallidas dentro del área, tuvo las más claras y fue el que buscó abrir el marcador durante gran parte del primer tiempo. Excepto por alguna contra o apilada de Elizari que contuvo de manera magistral Barovero, el resto eran pelotazos cruzados sin destino y sin peligro alguno del cuadro visitante. El “Millonario” buscaba tener la pelota, moverla de lado a lado tratando de encontrar los espacios, y era más que su rival, pero no podía abrir el marcador porque fallaba en los metros finales.

El complemento empezó diferente. Con la salida de Rojas por una contractura, el ingreso de Bottinelli obligó a Balanta a moverse al lateral izquierdo y a Vangioni a pasar al medio campo. Al “Millo” le costó más hacerse del balón, pero a pesar de ello, un tiro libre ejecutado por Manuel Lanzini encontró la cabeza del colombiano que puso el 1 a 0 parcial y que obligaba al conjunto cervecero a salir a buscar el empate. En ese contexto, River retrocedió un poco más y salió rápido de contra en varias jugadas en las que pudo anotar el segundo, pero nuevamente volvía a fallar en la estocada final, un mal pase o una definición apresurada privaban al conjunto del “Pelado” de asegurar el encuentro con una segunda conquista. Mientras tanto, Quilmes intentaba llegar al área pero no llevaba peligro a los tres palos defendidos por “Trapito”,  cortando los avances del local con violentas infracciones que no eran sancionadas con amonestación por el colegiado, de este modo, Martínez, milagrosamente, y solo por obra y gracia de Maglio, terminó los noventa minutos en la cancha.

Bottinelli había ingresado bien, seguro y despejando lo que pasaba cerca, pero un error conjunto entre él y Balanta, le permitieron a Carrasco ingresar solo por el sector izquierdo de la defensa “Millonaria” y meter un centro rasante al punto del penal que Cauteruccio convirtió en gol en la única jugada clara y elaborada del visitante en toda la noche. Así decretaba un empate que era injusto, y dejaba sin reacción a River con solo cuatro minutos por delante. A pesar de ello, el ingresado Cirigliano logró poner un pase entre líneas, de esos que hacen falta en estos tiempos por Núñez, y dejó solo a Funes Mori, que picó habilitado y esquivó magistralmente al uno visitante, pero su imprecisa definición se fue por la línea de fondo. Final y empate en el Monumental, que aleja de la punta al equipo de Ramón Díaz ya que Newell´s había obtenido la victoria en el último minuto contra Racing.

En líneas generales el equipo mostro un buen funcionamiento, con algunos altibajos e imprecisiones en los últimos metros de la cancha. Barovero tuvo una actuación destacada, salvando a su equipo cuando el partido estaba sin goles con una tapada magistral abajo tras una apilada de Elizari. Los defensores no tuvieron mucho trabajo porque el visitante casi no atacó. Mercado se proyectó bien y con criterio, con imprecisiones y alguna torpeza, pero tuvo la apertura del marcador y su cabezazo dio en el travesaño; González Pires se muestra cada vez más sólido jugando de marcador central, con firmeza y criterio para salir o revolear la pelota; Balanta fue nuevamente la figura, juega como si tuviera años en primera, evitó un gol con una excelente barrida desde atrás sobre Cauteruccio y nuevamente anotó un gol para poner en ventaja al equipo; y Vangioni no fue el de las primeras fechas, pero pasó al ataque y generó varias infracciones, aunque sigue flojo en la faz defensiva. Lamentablemente, el error colectivo del final determinó el empate inmerecido del cervecero.

El mediocampo también tuvo una buena actuación. Carlos Sánchez mostró su mejor versión del torneo, mucho despliegue y sacrificio, incluso se animó a gambetear e ir para adelante, aunque le faltó determinación para patear al arco en algunas jugadas claras que tuvo; Ledesma se hizo patrón del medio, mucho quite y precisión en los pases, distribuyó bien el juego y ganó casi todas las pelotas divididas que disputó; y Rojas estuvo lento e impreciso, fue de lo más flojo y tuvo que salir por una contractura.

En ataque, Lanzini sigue siendo intermitente, le falta hacerse del balón e ir hacia el área rival, cuando la recibe toca mucho para atrás en vez de girar y encarar para habilitar a algún delantero. Juan Manuel Iturbe es explosivo, tuvo buenos arranques y gambeta, pero se nubla en los metros finales y pierde determinación; y Funes Mori no solo no encuentra el gol, sino que se muestra torpe, lucha mucho cada pelota, pero comete infracciones infantiles, como hacerle cuerpo a un defensor que está saltando y pierde tiempo haciendo firuletes improductivos que encima entorpecen la jugada.

El “Millonario” dejó escapar una oportunidad única de seguir más de cerca a los punteros. Aunque con resultados así es difícil pensar en un equipo que pelee el campeonato, sobre todo cuando los punteros tienen la suerte de su lado, las matemáticas siguen dando esperanzas y mientras los números den, el equipo de Ramón debe ser tenido en cuenta. También hay que considerar que Lanús aún no perdió en el campeonato y puede dejar puntos en el camino, y Newell´s tiene la Copa Libertadores que, de seguir avanzando, ocupará su atención descuidando el torneo doméstico.

Es preocupante la sequía de los hombres de punta. En el Final 2013, el goleador es Luna con tres y luego Trezeguet con dos. Pero además de eso, la imprecisión de los delanteros en los metros finales o la mala fortuna, es alarmante. Ayer River creo por lo menos seis situaciones claras de gol, tres de ellas similares a las del gol de Quilmes, y no pudo convertir, mientras que la única que tuvo el rival, la mandó a guardar. No es la primera vez que el cervecero le empata al “Millo” sobre la hora, ya había ocurrido en el 2010 con Caneo y en el Nacional B con Telechea, todos empates en el último minuto.

Una observación más. El último miércoles consideré que Ramón había cometido errores en el armado del equipo. El último domingo, creo que se equivoca en el cambio de Mora. Se entiende la necesidad de darle confianza al mellizo, pero el partido estaba para explotar la velocidad de Iturbe. Con River en ventaja, el visitante se adelantaba en el campo y dejaba muchos espacios en defensa que podían ser aprovechados por la velocidad del ex Porto para buscar el segundo tanto que diera tranquilidad. Mora ingresó bien, pero ninguno tiene la velocidad y explosión del juvenil.

La próxima semana se viene el Superclásico en la cancha de Boca y es el partido que los jugadores saben que tienen que ganar y que los hinchas exigen ganar. Además, una victoria en la Bombonera sería un envión anímico importantísimo para encarar la recta final del certamen metiéndole presión a sus rivales directos, y un resultado adverso, dependiendo de cómo les vaya a los punteros, podría alejarlo definitivamente de la lucha.

Formaciones:

River Plate: Barovero (8); Mercado (6), González Pires (6), Balanta (8,5), Vangioni (6); Rojas (5), Ledesma (6,5), C. Sánchez (7); Lanzini (5); Iturbe (5), Funes Mori (4)

Ingresaron: 0’ST Bottinelli (5) x Rojas; 30’ST Mora x Iturbe; 39’ST Cirigliano x Lanzini.

Quilmes: Tripodi (5); Quilez (4), Martínez (4), Lema (5), Goñi (5); Romero (4), Cobo (5), Mansilla (5), Elizari (6); Oberman (3), Cauteruccio (6).

Resúmen
Goles: 9’ST Balanta (Riv); 43’ST Cauteruccio (Qui)
Incidencias: no hubo
Arbitro: C. Maglio (Regular)
Figura: Balanta (Riv)

jueves, 25 de abril de 2013

Una derrota dolorosa

Copa Argentina 2013 - 16avos de final - Catamarca - 24 de abril 2013 
Estudiantes (BA) 1 - River Plate 0
festejo "Pincha" (foto Olé)













Después de mucho leer y escuchar, decidí separar esta crónica en dos partes. Por un lado, lo visto en la cancha, que no fue nada bueno, y por otro, enfocarme en algunas cuestiones que se escucharon durante las últimas 24 horas.

Futbolísticamente, Ramón Díaz decidió llevar un conjunto de jugadores que no eran utilizados habitualmente para conformar un mix en el once inicial de hombres con rodaje, suplentes y reservistas, y otros tantos que suelen jugar en reserva para poblar el banco de suplentes. Además, decidió volver a la fórmula del 3-4-1-2, que le había dado buenos resultados en las primeras fechas, pero que luego mutó a una defensa con cuatro habitantes.

Y aquí surge, a mi consideración, el primer error. Formar una línea de tres con Silguero y Espíndola López, dos juveniles que tienen muchas condiciones, pero que no están acostumbrados a este sistema y necesitan más rodaje para animarse a una apuesta así, empezaron el partido muy nerviosos e imprecisos, y Bottinelli, que ya demostró que no tiene condiciones para ponerse la camiseta de River. Su sector fue el elegido por los hombres de Estudiantes para atacar, y lo pasaron siempre, incluso, dos errores suyos desembocaron, uno en el gol y el otro en un tiro que pudo ser el segundo, pero pegó en el palo. Una defensa sin trabajo y con graves errores individuales, que hace injusta una crítica hacia los chicos, pero de la que se esperaba más del ex San Lorenzo, sobre todo por ser el más experimentado.

En el medio campo, Augusto Solari, otro joven al que le falta rodaje, no pudo mostrar todas sus cualidades; en el otro extremo, Diego Martínez estuvo atolondrado e impreciso, mostrando que no está cómodo jugando como volante; en el centro del mediocampo, Cirigliano mostró su habitual manejo y buscó precisión en sus pases, pero falló más de lo que acertó y Walter Acevedo confirmó porque Almeyda nunca lo tuvo en cuenta y lo cedió y porque quedó relegado en la consideración de Ramón Díaz, impreciso, indeciso, lento y hasta por momentos, sacándose la pelota de encima.

La faz ofensiva fue de mayor a menor. Mauro Díaz parecía empezar motivado, tuvo un par de arranques, gambetas e intentos de pases en profundidad, que llegaron a destino, pero con el correr de los minutos volvió a ser “Maurito”, timorato, de bajo rendimiento, entregando mal y hasta parecía esconderse, sin carácter para pedir la pelota o intentar recuperarla cuando la perdía. Mora empezó bien, con dos tiros en los palos y complicando al rival, pero se fue desinflando y cayendo en el desconcierto general; y Luna, la única que tuvo, cabeceó desviado, frío y con la pólvora mojada.

De este manera, Estudiantes de Caseros, que había guardado todos sus titulares el último fin de semana para tenerlos frescos para este encuentro, superó en todos los sectores al “Millonario”, sobre todo por la izquierda, donde Ruíz y Soria pisaban la pelota y volvían locos a los hombres de River. Un equipo con mucha entrega, que jugó como si fuera la final del mundo (así le juegan siempre al equipo de Ramón), contra uno que parece que fue de paseo, sin carácter y sin ideas para quebrar a un rival que terminó los últimos diez minutos sin fuerzas para revolear la pelota.

No vale la pena analizar mucho a los juveniles, ellos merecen sus oportunidades y todavía necesitan partidos para poder crecer y mostrar todas sus condiciones. Diferentes son los casos de Bottinelli, Acevedo, Cirigliano, Díaz, Luna y Mora. De ellos dependía pasar esta instancia de la copa, y ya se mencionó como fueron sus rendimientos. Sin dudas muchos jugaron sabiendo que el técnico no los tiene en cuenta o que no son de su preferencia, incluso quizás, sabiendo que próximamente no serán más empleados del club, pero ese no es motivo para mostrar la pobre actuación de anoche. Si antes el “Pelado” tenía dudas sobre algunos jugadores, seguramente con esta derrota firmaron su renuncia. La camiseta de River debe ser motivación suficiente, el que no lo entienda así, deberá dar un paso al costado y dejar lugar para otros que si entiendan lo que es vestir estos colores.

Por otro lado, quizás el riojano cometió sus errores más graves desde que llegó en esta nueva etapa. Al ya mencionado de la línea de tres sin experiencia, destacar la conformación del plantel que viajó a Catamarca. Muchos jóvenes de un equipo de reserva que hace seis fechas que no gana, jugadores que saben que no son tenidos en cuenta y que seguramente anoche gastaron su último cartucho y la ausencia de hombres del habitual primer equipo, no para que sean titulares, sino para tenerlos en cuenta en caso de encontrarse en desventaja como sucedió frente al “Pincha”.

Se habló mucho de desperdiciar una oportunidad para ingresar a la Libertadores 2014. Creo que es un motivo trivial para analizar y que es utilizado para buscar una excusa para pegarle al cuerpo técnico. Lo grave de este resultado es que el equipo, independientemente de los intérpretes, sigue jugando mal y sin poder ofensivo. Por supuesto, si algunas de las que pegaron en el palo en los primeros 20 minutos entraba, seguramente estaríamos hablando de otra cosa, pero la historia contra fáctica no puede ser analizada. Además, debía pasar otros cuatro partidos para obtener ese boleto.

También se mencionó mucho la palabra papelón, ya que se perdió con un equipo de la B Metropolitana (tercera categoría del fútbol argentino) y, lamentablemente, es a lo que se exponen los equipos de primera división en este tipo de certámenes. Si ganan, al día siguiente nadie dirá nada, porque es lo que tenían que hacer; si pierden, se hablará de vergüenza, papelón y demás calificativos de esa índole. Sabiendo además, que los equipos de primera le prestan poca atención a estas instancias del torneo y la van “valorando” a medida que pasan de fase, mientras que para los equipos del ascenso es la oportunidad de sus vidas, de jugar contra los equipos de la elite, entonces, dan más de lo que pueden y a veces sorprenden, como ocurrió también con Tristán Suarez frente a Racing (que puso todos sus titulares, pero solo se habla de River).

Como dato de color, el equipo de la banda roja nunca pudo ganarle a Estudiantes de Caseros en el profesionalismo en tres oportunidades, empató una, perdió las dos restantes, aunque mucho más rico es el historial en el amateurismo.

De esta modo, quedó atrás una nueva participación del “Millo” en la Copa Argentina, la que muchos tildaron de papelón o de vergüenza, pero a diferencia de todos ellos, esos calificativos son aplicables por la cara que mostró el equipo, por su juego y no por el resultado. En el fútbol juegan once contra once y cualquiera le puede ganar a cualquiera, le pasó al Real Madrid, y sus millones, contra el humilde Alcorcón, y los casos son infinitos a nivel mundial.

Ahora el objetivo es uno solo, o dos si se quiere, el campeonato y el superclásico. Pero primero viene Quilmes el domingo en el Monumental, y será crucial obtener los tres puntos para seguir metiendo presión a los de arriba, llegar entonados a la Bombonera y tal vez, si los punteros no ganan, subirnos a la cima del Final 2013.

Formaciones

Estudiantes (BA): Ríos (7); Alvarez (7), Santana (7), Gásperi (7), Montero (7); Gómez (6), Soria (7), Sosa (6), Ruiz (8); Yassogna (7), Figueroa (6).

River Plate: Chichizola (5); Silguero (4), Espíndola López (4), Bottinelli (2); Solari (4), Acevedo (3), Crigliano (4), D. Martínez (3); M. Díaz (2); Mora (5), Luna (4).

Ingresaron: 8’ST Gómez (4) x Acevedo, 19’ST Mercado (4) x Espíndola López, 29’ST Martínez (4) x M. Díaz.

Resúmen

Goles: 35’PT P. Ruiz (Est)
Incidencias: no hubo
Arbitro: D. Herrera (excelente)
Figura: Pablo Ruiz (Est)
El mejor de River: Mora

lunes, 22 de abril de 2013

Para seguir prendidos

Torneo Final 2013 – Fecha 10 – 21 de abril 2013
Godoy Cruz (Mendoza) 1 – River Plate 2
Balanta festeja (foto Ole)
















La visita a Mendoza deparaba una parada brava para el equipo de Ramón Díaz. Además del buen presente de los dirigidos por Martín Palermo, las ausencias de Leonardo Ponzio y Leonel Vangioni, dos de los más altos rendimientos del campeonato, y de Rogelio Funes Mori, suponía un problema de difícil solución para el técnico.

Así fue como para reemplazarlos ingresaron Diego Martínez en el lateral izquierdo de la defensa, Carlos Sánchez en el sector derecho del medio campo y Juan Manuel Iturbe formó una nueva dupla ofensiva con Carlos Luna. Así, mantenía el 4-3-1-2 de los últimos partidos, para contrarrestar el mismo dibujo que planteaba el equipo de Martín Palermo.

El partido fue aburrido y con pocas emociones más allá de los goles. Godoy Cruz intentó dominar el juego desde el comienzo, presionando en el medio y aprovechando la velocidad de Castillón. Así, las más claras fueron para el Tomba, que con el rubio delantero complicó siempre al juvenil Martínez, por eso, el técnico le insistía con que atacara por ese sector. Pero la buena noche de Barovero, y la impericia e imprecisión de los delanteros mendocinos, impidieron que el local abriera el marcador.

Mientras tanto, River buscaba sorprender con la velocidad de Iturbe y la precisión en los pases de Ledesma y Rojas, aunque arrancaban muy atrás y perdían sorpresa. De esta manera, una pelota larga mal rechazada por la defensa bodeguera y una pifia de Nicolas Sánchez, lo dejaron solo a Luna, que encaró al área y cuando se preparaba para ingresar en ella, el defensor lo baja de atrás y el árbitro, equivocadamente, sanciona penal. Lanzini se hizo cargo de la ejecución y abrió el marcador, pero tres minutos después, Castillón puso el empate tras un error defensivo en el cual Mercado habilitaba a tres hombres locales. Barovero intentó salir rápido y llegó a tocar la pelota, pero no pudo retenerla, y así, Godoy Cruz puso tablas en el marcador.

En el complemento, la temática del partido fue la misma, aunque tras el gol de Balanta, los mendocinos sintieron el impacto y bajaron considerablemente su rendimiento, lo que le permitió al elenco del riojano tener más situaciones claras frente al arco de Ibáñez, que respondió bien cuando lo exigieron, justificando así la victoria.

Aunque no fue un encuentro bien jugado por el equipo “Millonario”, tuvo algunos puntos altos en la defensa y en el ataque, donde los rendimientos fueron de menor a mayor. En el arco, Barovero volvió a demostrar porque es el número uno de este equipo, con una doble tapada en el segundo tiempo que impidió que River quedara abajo en el marcador. De los cuatro del fondo, el más flojo fue el chico Martínez, que con el correr del partido fue mejorando, hasta que salió por un golpe en la rodilla; Balanta fue la figura, primer como central, sacó todo lo que pasó cerca, después hizo el gol de la victoria y cuando pasó a jugar de tres, neutralizó los ataques por esa banda; González Pires estuvo firme de arriba y sólido en la marca y tuvo un buen rendimiento; y Mercado, que quedó enganchado en el empate, no tuvo mayores inconvenientes, aunque no se proyectó mucho, tampoco tuvo trabajo porque Palermo decidió enviar a sus muchachos por el sector izquierdo de la defensa.

El medio campo no tuvo los puntos altos de otras actuaciones. Ledesma cumplió, como siempre, entregó redondo el balón y recuperó muchas pelotas, jugándolas siempre a un compañero; Rojas estuvo un poco más lento, pero fue un buen socio del “Lobo”; y Sánchez, de flojo primer tiempo, mejoró mucho en el segundo, corriendo, cubriendo espacios, ayudando a Rojas y Ledesma en la recuperación y mostrándose como alternativa para generar desbordes y jugadas en ataque.

Manuel Lanzini, en su función de enganche, se vio más cómodo, la ausencia de Ponzio le dio más espacio y libertad para moverse en ataque, y por momentos intentó convertirse en el generador de juego del equipo. Carlos Luna luchó mucho, salió del área para ponerse en contacto con el balón y así generó la jugada del penal, tuvo un par de ocasiones pero no definió de manera acertada; e Iturbe mostró sus condiciones, rápido, se volvió incontenible para la defensa mendocina que se cansó de bajarlo con infracciones, el segundo gol llegó tras un patadón de Grimi al juvenil, y aunque estuvo impreciso en el primer tiempo, mejoró mucho en el segundo, le falta levantar la cabeza y jugar más asociadamente.

El equipo sigue en deuda desde el punto de vista del juego. No logra tener fluidez y, sobre todo, le cuesta horrores dar la estocada final para dejar a sus delanteros mano a mano con el arco. No tiene a ese jugador capaz de poner un pase punzante entre líneas, los que poseen esa virtud, juegan más retrasados, como en el caso de Ledesma, por lo que sus asistencias solo quedan en mitad de cancha y cuando sale alguna, los delanteros no dominan bien la pelota. También muestra algunos errores en defensa, como en la jugada del gol, donde todos salieron pidiendo la posición adelantada, Mercado quedó enganchado, y Pires dejo libre al delantero bodeguero en vez de seguirlo.

Desde el punto de vista positivo, se puede ver la intención del juego asociado. Ahora los pases son a un compañero, algunos intrascendentes, pero sirve para ir ganando confianza, se ven más de dos o tres toques seguidos, lo cual es un buen augurio para un equipo cuyo técnico hace culto de la tenencia del balón para pegar en el momento justo. Por primera vez en mucho tiempo, se pudo escuchar el “ole” que bajó desde las tribunas. Además, son importantes los tres puntos para mantenerse cerca de la punta ante un rival que desde que llegó a primera división, le ha complicado la vida al “Millonario”. Como dijo Ramón, no es fácil llegar al final del campeonato sabiendo que River te respira en la nuca. Finalmente la actuación de Balanta, que si algo le faltaba para meterse a la gente en el bolsillo, era anotar el gol de la victoria. Lamentablemente, solo podrá actuar en cinco partidos más, porque no tiene contrato profesional y el reglamento indica que los jugadores en esa condición solo pueden disputar el 25% de los partidos de la temporada.

Una vez más me veo en la obligación de hablar del árbitro. Otra actuación paupérrima del juez y sus asistentes. En el primer tiempo, por el vergonzoso penal que concedió en favor de River (hacía 27 fechas que el “Millo” no tenía un penal a favor), donde, no sólo se equivoca en la sanción, sino que también comete un error al aplicar el criterio disciplinario, ya que Nicolás Sánchez debió ser expulsado por interrumpir con infracción una jugada clara de gol. En el segundo tiempo, en el tiro libre que derivó en el gol de Balanta, Grimi le pegó una patada artera a Iturbe, el colegiado solo lo amonestó. En las dos ocasiones, con la venia de los jueces asistentes que se encontraban en mejor ubicación que el principal. Como corolario, adicionó seis minutos, cuando no hubo interrupciones importantes en el transcurso del encuentro, mientras que la semana pasada, en el Monumental, Arsenal se cansó de hacer tiempo y tan solo adicionaron tres minutos.

El saldo negativo es la expulsión de Luna, no se alcanza a ver bien el motivo, al parecer un manotazo en la cara de Sigali, pero esto obliga a Ramón a parar una nueva dupla ofensiva, seguramente vuelva Funes Mori o ingrese Mora. Y, por supuesto, el nivel de juego, todavía es una deuda lograr mantener un buen rendimiento durante los noventa minutos del partido sin tener que llegar al final sufriendo porque nos rodean la manzana. La contundencia también es algo que deberá trabajar, Lanzini y Mora tuvieron dos mano a mano claros que podrían haber sellado el marcador, pero errores en el control y la definición le permitieron al arquero quedarse con los remates.

River logró igualar el historial con el Tomba, ahora deberá jugar por Copa Argentina el miércoles para tratar de emparejar las estadísticas nuevamente, en este caso, contra Estudiantes de Buenos Aires, y preparar el partido del próximo domingo frente a Quilmes en casa. En el Torneo Final sigue prendido, y los de arriba lo saben.

Formaciones

Godoy Cruz (Mza): Ibañez (4); San Román (4), Sigali (5), Sánchez (5), Grimi (3); Castellani (6), Lértora (5), Fernández (5); D. Ramírez (5); Castillón (6,5), Obolo (4).

Rive Plate: Barovero (7,5); Mercado (5), González Pires (5,5), Balanta (8), D. Maratínez (4); C. Sánchez (5), Ledesma (6), Rojas (6); Lanzini (7); Iturbe (7), Luna (5).

Ingresaron: 24’ST Bottinelli (5) x Martínez, 24’ST Mora (5) x Iturbe, 39’ST Cirigliano x Lanzini

Resúmen

Goles: 31’PT Lanzini -p- (Riv), 34’PT Castillón (GC), 8’ST Balanta (Riv)
Incidencias: 44’ST expulsado Luna (Riv)
Arbitro: N. Pitana (mal)
Figura: Balanta (Riv)

miércoles, 17 de abril de 2013

Los once sin memoria

(equipo falopa segunda parte)

Nuevamente nos encontramos ante un compilado de nombres que hoy día nos preguntamos ¿Cómo llegaron a ponerse nuestra casaca? ¿En qué pensaban cuerpo técnico y dirigentes cuando creyeron que estos hombres estarían a la altura de la camiseta más importante del país? Y nosotros, ilusos, teníamos la esperanza de que alguno de ellos nos sorprendiera, nos tape la boca y, al ponerse la banda, transformase todas esas especulaciones en simples fantasmas.

Lamentablemente, esos fantasmas fueron los que se cruzaron la franja sangre en su incorpórea silueta y configuraron un nuevo equipo falopa, la segunda entrega de esta sección que, por desgracia, está lejos de ser la última.

Mariano Barbosa: -2009, 7 PJ, 9 GE- vino cedido de Estudiantes de La Plata, donde atajó un partido y recibió cinco goles. En River no quiso ser menos y, entre campeonato y Copa Libertadores, la fue a buscar adentro nueve veces en siete juegos.

Martín del Campo: -2003, 2 PJ, o goles - este uruguayo llegó con pergaminos de defensor lateral campeón del fútbol uruguayo con Nacional de Montevideo en cuatro ocasiones. En el “Millo” nunca hizo méritos para ser tenido en cuenta.

Facundo Quiroga: -2008-2010, 26 PJ, 1 gol, 9 amarillas, 1 roja, 1 golazo en contra-  este riojano fue un caudillo argentino del siglo XIX y gobernador de La Rioja… Ah!! no, perdón, es un futbolista que juega de defensor y que poco tiene de caudillo, la única coincidencia está en su nombre. Llegó al club en 2008 y fue desafectado por Angel Cappa (lo mejor que hizo en River) en 2010. Es muy recordado su golazo de chilena frente a Racing, en contra, por supuesto.

Gustavo Cabral: -2008-2010, 54 PJ, 3 goles, 3 rojas, 1 campeonato- formó una dupla central “histórica” con el caudillo, aunque con más continuidad y hasta considerado indiscutido por Diego Simeone. Este solado heroico era gambeteado en una baldosa dentro del área por caballos como el “Pampa” Sosa. Le costaba horrores parar a los delanteros rivales y era un gran cometedor de faltas en el borde del área en épocas en las que River tenía menos juego aéreo que un serpentario.

Alejandro Escalona: -2001-2002, 2 PJ, 0 goles, 1 campeonato- un trotamundos del fútbol chileno, llegó a River pedido expresamente por Manuel Pellegrini, pero nunca le dio continuidad y se fue sin pena ni gloria, pero con un campeonato bajo el brazo.

Juan Carlos Toja: -2006, 3 PJ, 1 gol- llegó cuando Passarella era director técnico y participó de la Copa Libertadores en la que River vapuleó en la primera fase a Oriente Petrolero donde el colombiano anotó su único gol con la banda. Llegó como una promesa de las selecciones juveniles de Colombia, después fue a jugar a Rumania, EEUU y Grecia, eso lo dice todo.

Miguel Paniagua: -2009, 3 PJ, 1 amarilla- su principal pergamino para llegar al “Millonario” fue un gol anotado en le Bombonera por Copa Sudamericana. Es todo lo que hizo para el equipo que en ese momento dirigía Néstor Gorosito.

Martín Galmarini: -2008-2010, 23 PJ, 1 gol, 1 último puesto, 8 amarillas- llegó para reforzar el lateral derecho del equipo de Diego Simeone que venía de ser campeón. River salió último y después de otro torneo con la banda en el pecho, volvió a Tigre porque no era tenido en cuenta.

Sixto Peralta: -2007, 6 PJ, 1 gol, 1 amarilla- contrariamente a lo que manda la historia, donde River le presta jugadores a los otros grandes, el “enganche” vino a préstamo de Racing. Jugó un solo campeonato con su parsimonia y juego “a-tildado”, tan a-tildado que se quedaba trabado y parecía no arrancar nunca. Se fue a jugar a Rumania.

Mauro Rosales: -2007-2010, 65 PJ, 4 goles, 1 abono a la enfermería- su actuación más recordada es aquella en la Bombonera donde anotó un gol para el empate final en uno, después de eso, las constantes lesiones y los bajos rendimientos le quietaron continuidad y terminó quedando libre envuelto en un conflicto con el club y Agremiados. Actualmente juega en Estados Unidos.

Cristian Fabbiani: -2009, 25 PJ, 2 goles, muchas caretas- convertido en ídolo antes de jugar, su gran esfuerzo por llegar a Núñez no fue de la mano de sus actuaciones ni del esfuerzo para mantenerse en forma y rendir acorde a las expectativas, a pesar de que el técnico lo bancaba incondicionalmente. El “tanque”, nunca mejor puesto un apodo, se fue a All Boys sin poder cumplir su sueño de campeón con River.

lunes, 15 de abril de 2013

El antifútbol

Torneo Final 2013 – Fecha 9 – 14 de abril 2013
River Plate 1 – Arsenal 1
Balanta, de buen rendimiento (foto Diego Girardi)


















En un principio pensé en titular esta reseña con un grito que se escuchaba constantemente en la cancha: “que equipo de mie... este Arsenal!!”; pero me pareció poco ortodoxo y demasiado violento, aunque no estaba alejado de la realidad, y además, la falencia es de River, por no poder contrarrestarlo. Lo cierto es que el planteo de Alfaro, acostumbrado a armar equipos complicados y mañosos, fue perfecto, con intérpretes que entendieron a la perfección que debían quitarle continuidad al juego para dificultar la labor de River.

Ramón Díaz repitió el 4-3-1-2 del domingo pasado, con la vuelta de Leonardo Ponzio como volante por derecha; el ingreso de Luciano Abecasis en el lateral, reemplazando a Leandro González Pires; y moviendo a Gabriel Mercado a la zaga junto a la revelación colombiana Alvarez Balanta.

Al principio parecía que el “Millonario” se lo llevaba puesto al conjunto de Sarandí. Un disparo a quemarropa de Carlos Luna exigió una respuesta a puro reflejo de Campestrini y en el rebote, Manuel Lanzini pifió una volea que pudo haber sido la apertura del marcador. A partir de allí, casi todo fue de Arsenal, que esperó replegado y salió rápido de contra, principalmente con Carbonero, que ganó siempre por su sector, y con Mariano González que por su zona jugó a su antojo, ya que Abecasis tuvo una mala noche y Ponzio se cerraba, dejando la banda derecha desguarecida. Así, los visitantes tuvieron dos jugadas claras para abrir el marcador y en la tercera, tras una pelota que pierde Leo en la mitad de cancha y tras un doble enganche de Pérez en el que quedó desairado el lateral derecho, un centro de los que duelen a media altura al corazón del área, lo conectó Benedetto que le ganó la espalda a Balanta y puso la apertura del marcador.

River hizo culto de la posesión del balón, pero sin ideas claras y con poca imaginación para quebrar una defensa ordenada y mañosa. Poco después del gol visitante, un pelotazo cruzado de Rojas, de buen partido, habilitó a Funes Mori que ganó bien con el cuerpo y definió por encima de la cabeza del uno rival. El delantero volvía a convertir tras 19 fechas, justo ante el mismo adversario, y parecía que iba a tener una noche iluminada, pero tras la excelente jugada del gol, alternó buenas y malas. Incluso pudo convertir otro más en el complemento, pero la rápida salida de Campestrini  le quitó espacio para ejecutar el remate.

El “Pelado” apostó a todo lo bueno visto en Avellaneda y mantuvo el planteo, pero como mencionamos la semana pasada, el rendimiento de River depende de lo que ofrezca el rival, y en este caso, el conjunto visitante no ofreció absolutamente nada, por lo que al “Millonario” le costó horrores generar juego y situaciones de riesgo, ante un rival que se empeñaba en hacer tiempo, no jugar la pelota, cortar los avances simulando faltas, siempre con la complicidad del árbitro, y demorando en cada ejecución para enfriar el partido. Con dos líneas bien replegadas y muchos volantes que presionaban sobre los encargados de generar juego, Arsenal se convirtió en un escollo insalvable, que se potenció con la falta de ideas del “Millonario”. Así, River nunca encontró los espacios para lastimar y con el correr de los minutos, los hombres de Alfaro jugaron con la desesperación del local y entorpecieron el juego cada vez que pudieron.

En líneas generales, el rendimiento de los jugadores fue bastante dispar. Aunque algunos le adjudican cierta responsabilidad en el gol a Barovero, lo cierto es que la jugada fue producto de un conjunto de errores defensivos. Primero Ponzio pierde la pelota en el medio, ningún jugador de River gana el rebote, Pérez sacó a pasear a Abecasis y Mercado y Balanta no llegaron nunca a cortar el centro. De todos modos, al uno se lo notó un poco más dubitativo que en otros partidos. Los defensores no tuvieron una buena noche, empezando por Abecasis que fue lo más flojo del equipo, impreciso, mal en la marca y sin aportar nada en ataque; Mercado, que no se siente a gusto jugando de central, estuvo rápido en algunos cruces y bien de arriba, pero mostró algunas fallas propias de quién no está acostumbrado a jugar en ese puesto; Balanta fue el mejor de atrás y del equipo en la noche, empezó mal en el gol de Arsenal, pero fue ganando confianza, cortó siempre a las espaldas de Vangioni y no dejó progresar nunca a Carbonero y hasta se animó a salir gambeteando en el segundo tiempo; y Vangioni tuvo buen aporte en ataque, pero poco en defensa, dejando casi siempre libre el sector izquierdo.

Los volantes se vieron absorbidos por la presión del visitante. Ledesma tuvo mucha participación pero no pudo meter ningún pase punzante, siempre lateralizando y hacia atrás; Ponzio, hasta la lesión, tuvo mucho despliegue, pero se cerraba mucho, pisando a Lanzini y dejando a Abecasis solo para que González y Pérez le hicieran el dos-uno; y Rojas fue de los más prolijos del medio, con un tremendo pase gol incluido, aunque con el correr de los minutos el físico le pasó factura.

En ofensiva, Lanzini no tuvo chispa, se lo vio incómodo, jugando siempre para atrás y con notables inconvenientes para encarar hacia delante; Luna aguantó bien la pelota, pero salía mucho para entrar en el circuito de juego y le costaba horrores mover su pesado cuerpo, por lo que generalmente perdía la pelota; y Funes Mori tuvo la mejor actuación de los últimos tiempos, hizo un gol, generó varias jugadas de peligro y tuvo el segundo pero no pudo concretar.

River dejó escapar dos puntos en la lucha por el campeonato, quedó a cuatro del líder Lanús, que recibió una importante ayudita el sábado, pero sigue prendido, aunque este tipo de partidos deberá ganarlos si realmente quiere llegar con chances a las últimas fechas.

Llamativos son los arbitrajes que se ven por Núñez. El fin de semana pasado, Barovero fue amonestado por demorar casi un minuto en ejecutar un tiro libre. Como mencionamos anteriormente, los hombres de Alfaro hicieron tiempo en cuanta situación tuvieron a favor. Ignoraban a los alcanza pelotas que les daban el balón, se tiraban al piso ante cada roce esperando que el juez pare el partido, el arquero embolsaba el balón y se quedaba un minuto en el piso, demoraban una eternidad para ejecutar cada falta, salían caminando del campo del juego en cada cambio ante la atenta e impasible mirada del juez, que recién decidió amonestar a un hombre de la visita, por tirar la enésima pelota lejos, a los 43 minutos del segundo tiempo. Por supuesto, todas estas actitudes con la complicidad del colegiado, que, a pesar esto, solo adicionó tres minutos. Además de cobrar faltas inexistentes o no tener un criterio definido para sancionar infracciones a uno y otro bando.

Independientemente de ello, es alarmante la falta de ideas de River cuando el partido se presenta con estas características. Ante equipos que no quieren jugar o que tienen un estilo consolidado. Deberá trabajar y buscarle la vuelta, porque por lo visto, la mayoría de los equipos vienen a plantearle este tipo de partidos. Con el agregado de que ponen lo mejor que tienen, muestra de ello es que Velez y Newell’s pusieron su  mejor equipo frente a River y afrontaron los demás encuentros del Final 2012 con mayoría de suplentes.

Para la visita a Mendoza, además de la alarmante ciclotimia que presenta el “Millonario”, el riojano deberá meter mano nuevamente, ya que Ponzio salió desgarrado y Vangioni y Funes Mori llegaron a la quinta amarilla, por lo que deberán purgar una fecha de suspensión. Además hay que ver cómo evolucionó Pires de su lesión, sino, se verá un equipo con muchos parches y varios jugadores poco habituados al once inicial. Además, por el desgarro, el rosarino corre el riesgo de perderse el superclásico.

Sin dudas el equipo no tiene una identidad definida y más que nunca se confirma que su rendimiento depende de lo que plantee el rival de turno. Con estas características, se hace difícil pensar en un equipo que tenga posibilidades de campeonar, aunque en estos torneos cortos e irregulares, cualquiera le puede ganar a cualquiera, y en algún momento Lanús y Newell’s algún punto van a perder, será responsabilidad del “Millo” aprovechar esas ocasiones y sumar de a tres para seguir metiéndoles presión a los equipos chicos que últimamente se han convertido en animadores de los torneos.

Formaciones

River: Barovero (5); Abecasis (3), Mercado (5), Balanta (6,5), Vangioni (5,5); Ponzio (5), Ledesma (5), Rojas (6); Lanzini (4); Luna (4), R. Funes Mori (6)

Ingresaron: 38'PT Sánchez (4) x Ponzio, 16'ST Iturbe (4) x Lanzini, 16'ST Mora (4,5) x Luna. 

Arsenal: Campestrini (7); Nervo (6), Lopez (5), Braghieri (5,5); Casais (5), Espinoza (5), Marcone (5), Perez (6), Carbonero (6,5), M González (6,5); Benedetto (5)

Resúmen:

Goles: 13'PT Benedetto (Ars); 18'PT Funes Mori (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: F. Rapallini (mal)
Figura: Campestrini (Ars)
El mejor de River: Balanta

domingo, 7 de abril de 2013

¿Cuál es el verdadero River?

Torneo Final 2013 – Fecha 8 – 7 de abril 2013
Racing 0 – River Plate 2
Lanzini definió el partido (foto Olé)




















Una vez más, Ramón Díaz metió mano en el once titular. Obligado por las suspensiones de Jonathan Bottienlli y Leonardo Ponzio, ingresaron en su lugar el debutante Eder Alvares Balanta y Manuel Lanzini, respectivamente. Además, cambió a la dupla ofensiva, David Trezeguet volvió a resentirse de su tendinitis y estará entre 30 y 40 días afuera, su lugar lo ocupó Carlos Luna; y Rogelio Funes Mori reemplazó a Rodrigo Mora de pobres actuaciones en los últimos partidos. También ingresó Ariel Rojas por el juvenil Diego Martínez.

Con estas modificaciones, el dibujo táctico cambiaba una vez más, con la alternativa de que Vangioni podía sumarse a la defensa o al medio campo de acuerdo a las circunstancias del partido. Así, el número era un 4-3-1-2 flexible, que podía mutar a un 3-4-1-2.

Desde lo estrictamente futbolístico, sin dudas fue el mejor partido de River en el campeonato. No solo por lo hecho en el primer tiempo, sino porque pudo mantener una línea de juego y un dominio sobre el rival durante buena parte del complemento también, situación que no se dio en otros encuentros donde dominó en una etapa y en la otra se desdibujó.

Así, Cristian Ledesma se convirtió en el eje conductor del equipo. Todas las pelotas pasaban por él, siempre bien ubicado, de frente a la jugada, con pase claro y de primera a un compañero, sin arriesgar innecesariamente y cortando los avances rivales con quites precisos. Su labor se vio beneficiada también por la presencia de Rojas. El ex Godoy Cruz estuvo a la par del “Lobo”, mostró gran entrega y sacrificio, recuperó muchas pelotas en el medio jugando de “doble cinco” y fue claro también para jugar y buscar el pase que habilite al compañero.

Sin dudas que la diferencia en el rendimiento del equipo estuvo en el medio campo. A los ya mencionados hay que sumar la tarea de Carlos Sánchez, que subió considerablemente su rendimiento respecto de las últimas actuaciones. En esta oportunidad se mostró como salida, estuvo más preciso que en otras ocasiones y aportó el sacrificio de siempre. Por la otra banda, Vangioni siguió jugando con un muy buen nivel, desbordando y llevando peligro al área contraria.

En defensa estuvo muy sólido González Pires, que además sumó la cuota goleadora tras un excelente tiro de esquina de Lanzini; sorprendió el debut del juvenil Balanta, muy fuerte en la marca, expeditivo para decidir cuándo salir jugando y cuando revolearla y siempre bien parado para detener los ataques de Racing, hay que darle tiempo, pero es un buen proyecto; con Mercado bien parado como lateral derecho asociándose con Sánchez y proyectándose para llegar al fondo y tirar el centro. Quizás el principal déficit se vio en el sector izquierdo, que fue el carril que quedaba libre para los ataques albicelestes, ya que el “Piri” muchas veces no retrocedía y quedaba el hueco, obligando al juvenil colombiano a salir al lateral. El ingreso de Martínez en el segundo tiempo, por el agotado Vangioni, sirvió para cubrir ese sector y quitarle libertad al ataque local.

Lo más flojo fue una vez más el ataque. Funes Mori se distrae mucho con piruetas improductivas y pierde fácilmente la pelota o toma malas decisiones; Luna estuvo muy solo, intentó, pero a veces trasladó demasiado la pelota y era absorbido por la marca de los rivales que lo encimaban de a dos o de a tres; el mejor fue Lanzini, aunque le faltó decisión y determinación para terminar algunas jugadas, se movió y la pidió siempre para asociarse e intentar armar juego, en una de las pocas veces que encaró, definió el partido con el segundo gol.

Así, la victoria “Millonaria” fue indiscutible, jugó mejor que Racing, que hizo muy poco y fue superado ampliamente en todas las líneas. La pregunta que surge después del triunfo es ¿Cuál es el verdadero River? ¿Aquel que pierde con Newell´s y no encuentra la manera de vulnerar al rival?, ¿ese que empata con Vélez dejando que el de enfrente maneje la pelota?, ¿o este que dominó a su adversario y no le hizo más goles por la impericia de sus delanteros? Sin dudas los interrogantes son muchos y las respuestas pocas. 

Evidentemente, mucho depende de lo que proponga el rival también, ante un adversario inexpresivo, sin ideas y con poco orden, se ve un River más ofensivo, preciso y dominador; mientras que ante rivales que saben a lo que juegan y con una base sólida, al “Millonario” se le complica.

Lo bueno es que, con los tres puntos, el equipo de Ramón Díaz no pierde de vista la cima del campeonato. Sigue en la pelea, aunque sin encontrar el equipo, cuestión no menor si realmente quiere pelear hasta las últimas fechas. Además, el debut del colombiano Balanta es muy prometedor, sorprendió la tranquilidad y solvencia que el moreno mostró para jugar y cortar los avances de los rápidos chiquilines racinguistas.

Sigue estando en deuda la parte ofensiva. Es raro que un equipo del “Pelado”, acostumbrado a tener delanteras letales y goleadoras, aún no haya encontrado a los dos de punta que respondan de acuerdo a sus expectativas y que sean efectivos a la hora de definir. Ya probó todas las parejas posibles y, hasta ahora, los más certeros fueron Luna y Trezeguet, que nunca jugaron juntos desde el comienzo. Además, hay que ver la evolución de las molestias que motivaron los cambios de Pires y Vangioni, de ser lesiones importantes, el riojano deberá meter mano nuevamente.

La mancha del encuentro fue la actuación del juez. En el primer tiempo no dio un claro penal de Sánchez a Fariña, que le deba la oportunidad al local de poder igualar el marcador; estuvo mal con el reparto de las amonestaciones y le sacó amarilla a Barovero por juzgar que demoraba en un tiro libre, al parecer nunca vio a los arqueros que vienen al Monumental. A favor, anuló correctamente un gol para cada equipo por posición adelantada a instancias del juez de línea.

Esta victoria del “Millonario” aumenta su ventaja en el historial contra la Academia a 49 partidos, sin dudas una paternidad asombrosa para el clásico más viejo del fútbol argentino y, además, es el primer triunfo sobre un equipo grande desde que volvió a la primera división, ya que acumulaba tres empates (San Lorenzo, Boca e Independiente) y dos derrotas (Racing y San Lorenzo), el último había sido también en Avellaneda frente a la Academia en el 2011 con gol de Pavone de penal.

Si River sigue repitiendo actuaciones como la de hoy, sin dudas que sus hinchas pueden ilusionarse, pero para eso deberá ser constante, tener continuidad en su rendimiento y ser más efectivo en la red, cuestiones a las que últimamente el “Pelado” no le encuentra solución.

Formaciones

Racing: Saja (5); Pillud (4), Ortíz (4), Cahais (4), Miglionico (3); Zucculini (4), Bolatti (3), Camoranesi (6); Fariña (5), De Paul (5); Vietto (4)

River: Barovero (7); Mercado (6), Gonzalez Pires (7), Balanta (7), Vangioni (7); Sánchez (7), Ledesma (8), Rojas (7,5); Lanzini (7);  Funes Mori (4), Luna (4) 

Ingresaron: 45’+1’ ST Abecassis (6) x Gonzalez Pires; 22’ST Mora (5) x Luna; 27’ST D. Martínez x Vangioni

Resúmen

Goles: 11’PT Gonzalez Pires (Riv), 43’ST Lanzini (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: P. Díaz (mal)
Figura: Ledesma (Riv)

sábado, 6 de abril de 2013

Ramón Ismael Medina Bello


En épocas en las que no existían los encuentros televisados en vivo y en directo, ni se transmitía fútbol las 72 horas del fin de semana, la manera de seguir a River era yendo a la cancha o escuchando el partido por la radio y esperar al domingo a la noche para poder ver los goles en “Fútbol de Primera”.

En esos años, se escuchaban los relatos y se imaginaban las jugadas, los pases, los ataques, las atajadas y los goles. En esos tiempos, los jugadores no tenían cuerpo, eran palabras que corrían y ejecutaban maniobras que tenían millones de imágenes del otro lado del emisor.

Entre esas imágenes, había un jugador que donde tomara la pelota, era peligro de gol. El relator tropezaba con sus palabras cada vez que Medina Bello se ponía en contacto con el balón. No importaba si estaba dentro del área o en el círculo central, el relato se aceleraba, las palabras se convertían en trabalenguas y Ramón Ismael hacía volar la imaginación de los escuchas.

El oriundo de Gualeguay había llegado a River en 1989 proveniente de Racing Club, donde había jugado desde 1986.  Al principio no fue titular, pero con la asunción de Daniel Passarella como director técnico del club “Millonario” el delantero se ganó un lugar entre los once y formó una dupla de ataque letal con Rubén Da Silva.

Aunque no era un jugador de gran habilidad, como podía serlo el “Polillita” o Ramón Díaz, por citar algunos de sus compañeros de ataque, el “Mencho” era una amenaza latente. Su contextura física era la típica del “tanquecito”, de hecho, así lo apodaron cuando todavía era un juvenil. Morrudo y retacón, sus 173 centímetros estaban cargados de potencia. Cuando tenía la pelota ensayaba sus característicos “menchazos”, unos zapatazos que rompían todo lo que se cruzaba en su camino, a tal punto que, si iban al arco, podían clavarse en el ángulo, doblarle las manos al arquero e incluso dejarlo desmayado en el césped, y si no, terminaban navegando por las calles aledañas de algún estadio.

A pesar de que un relator lo había apodado “Robocop”, incluso para una producción de la revista “El Gráfico” se fotografió disfrazado como tal, por su potencia y tozudez, no era ningún negado con la técnica. De repente podía sorprender dejando en el camino a tres jugadores y pasando el cuero por un costado del arquero, para irlo a buscar por el otro, como en aquel gol a Estudiantes de La Plata para coronar campeón al “Millonario” en 1990; o antoando un gol de taco con una maniobra de ballet jugando para la selección nacional. También podía errar goles increíbles, popularizando el famoso "lo que te devoraste Ramón Ismael!!" que exclamaba Marcelo Araujo cuando relataba los partidos de River.

Su explosión le hacía pensar al escucha que sus jugadas siempre eran cerca del área y que podían terminar en gol, ya que poseía una increíble velocidad que, ayudado por su potencia, dejaba a los rivales en el camino como postes y obligaba a los arqueros a enfrentarse a un fusilamiento inminente.

En las dos etapas que estuvo en el club (1989/1993 y 1996/1997), jugó 155 partidos y marcó 86 goles. Con sus actuaciones logró conquistar al hincha de River que, aunque no lo considera un ídolo absoluto, lo recuerda con mucho afecto como uno de los grandes goleadores que vistieron el manto sagrado. Además, es uno de los hombres que más títulos ganó en el conjunto de Núñez, con seis campeonatos locales, una Copa Libertadores y una Supercopa Sudamericana.

Tras su segunda etapa en el “Millonario” (1996-1997), militó en las filas de Talleres de Córdoba, equipo con el que logró el ascenso y decidió retirarse para volver dos años después a jugar en Sportivo Dock Sud de la primera C. Tras tres temporadas allí, finalmente colgó los botines en el año 2005.

Actualmente, al entrerriano se lo puede ver los lunes por la noche representando al selectivo de veteranos de River Plate en una de las canchas auxiliares del estadio Monumental.