jueves, 29 de agosto de 2013

Campeonato 1953

Un nuevo bicampeon
Arriba: Faresi (PF), Minella (DT), Perez, Carrizo, Mantegari, 
Cammarata y Soria. Medio: Venini, Guastavino, Tesouro, Sola y 
Evaristo. Abajo: Respuela, Vernazza, Prado, W. Gómez, Labruna,
Loustau y Zárate.
















Con la premisa de revalidar el título obtenido en 1952, River no realizó muchos movimientos en el mercado de pases. Solo incorporó a Oscar Mantegari, de Atlanta, y recuperó de un préstamo a Pascasio Sola, de Huracán.

Además, el plantel contaba con las presencias de Angel Labruna, Walter Gómez y Amadeo Carrizo. También volvió a la Argentina, en el ocaso de su carrera, José Manuel Moreno, pero para vestir los colores de Ferro Carril Oeste.

El campeonato, con 16 equipos participantes, se disputó en dos rondas de 15 fechas cada una, enfrentándose todos contra todos. El inicio de la competencia se llevó a cabo el 5 de abril, y el Millonario debía recibir a Banfield.

El equipo del sur dio la sorpresa y derrotó al conjunto de José María Minella por 3 a 1. Luego de un empate, la primera victoria llegaría en la tercera jornada, al recibir a San Lorenzo en el Monumental, por 2 a 1. En la fecha siguiente, Ferro, con Moreno entre sus filas, visitó el estadio de Núñez y también cayó derrotado, en esta ocasión, por 1 a 0.

De todos modos, la irregularidad sería la característica fundamental de esta primera ronda, sumada al bajo goleo que se veía en las canchas domingo tras domingo. Desde la quinta fecha, el conjunto de la banda acumuló dos victorias, cuatro empates y dos derrotas, una de ellas en el superclásico antes de visitar a Racing por la jornada 13.

Para ese encuentro, el conjunto de Avellaneda peleaba el campeonato con su vecino de barrio, Independiente, y el Millo se encontraba a siete puntos, bastante lejos de la vanguardia. La contundente victoria del albirrojo por 3 a 1, con dos tantos de Walter Gómez, daría inicio a una racha que lo llevaría a pelear el campeonato hasta las últimas fechas.

Luego derrotaría a Newell´s, también con una contundente goleada y finalizaría la primera rueda a tres puntos del rojo, que había caído en el clásico barrial y comenzaría una importante caída en su rendimiento.

La segunda ronda no podía empezar mejor. La derrota del líder, y el empate de su escolta, combinados con las victorias de River y Vélez, le permitieron a éstos últimos reducir la distancia con los punteros de Avellaneda a una unidad.

La victoria de la fecha 21 de Boca sobre Racing, que se había apoderado de la punta en soledad en la jornada 17, le permitió al Millo alcanzar la cima, el 20 de septiembre, tras igualar con Independiente, que acumulaba siete partidos sin sumar de a dos.

Pero esa posición la ocuparía solo durante dos partidos más, ya que su visita a Rosario Central le depararía una dura derrota por 4 a 1 que lo dejaba nuevamente en la segunda colocación. Además, esa caída le cortaba la racha de seis victorias y dos empates que le había permitido llegar hasta ese lugar.

En los siguientes encuentros encadenaría tres victorias, hasta enfrentarse a su clásico rival en la Boca. Allí sería derrotado nuevamente, lo que le permitiría a Racing, que había ganado su partido, alcanzarlo en la tabla, debiendo enfrentarse ambos punteros en el Monumental a falta de seis puntos para el final del torneo.

El 8 de noviembre de 1953 se llevó a cabo, en el Monumental, el encuentro que sería decisivo para las aspiraciones de ambos en el campeonato. Faltaban solo tres encuentros para llegar a la finalización del certamen, y el que obtuviera los dos puntos tomaría una ventaja importante para conquistarlo. La victoria de River, por 2 a 1, con goles de Ángel Labruna y Santiago Vernazza, le allanó el camino al título.

Las dos últimas escalas del torneo no tendrían ninguna sorpresa. El equipo de la banda lograría sendos triunfos y se aseguraría así un nuevo lauro, el décimo hasta ese momento a nivel local (Recordemos que a raíz de la Super Final 2012/2013, la AFA hizo un recuento de Copas y Campeonatos y validó varios que antes no se computaban como oficiales), configurando así un nuevo bicampeonato.

La formación base de aquel equipo era: Amadeo Carrizo; Alfredo Pérez, Lidoro Soria; Luis Venini, Pascasio Sola (Roberto Tesouro), Oscar Mantegari (Norberto Yácono); Santiago Vernazza, Eliseo Prado, Walter Gómez, Ángel Labruna y Felix Loustau.

Los números del campeón:

PJ
PG
PE
PP
GF
GC
PTS
30
18
7
5
60
36
43

El goleador del equipo fue Eliseo Prado con 21 goles, a uno de los máximos anotadores del certamen que fueron Juan José Pizzuti de Racing y Juan Benavídez de San Lorenzo. Detrás del doctor Prado quedó Labruna con 16 conquistas.


martes, 27 de agosto de 2013

Fulbito

Torneo Inicial 2013 – Fecha 4 – 25 de agosto de 2013
River Plate 1 – Colón (Sta. Fé) 2
Teo, debut goleador (foto Olé)













En la jerga del balón pie, hacer “fulbito” es tener la pelota, tocarla de un lado a otro y tirar “chiches”, pero no traducir todo ese dominio y superioridad en la red del arco rival. Después de lo visto en el Monumental, esta es la mejor definición que le cabe a lo que hizo River el pasado domingo.

Ramón Díaz pudo contar finalmente con Téofilo Gutiérrez y Rodrigo Mora en el ataque. Pero como se describió la semana pasada luego el partido contra Godoy Cruz, el problema no son los delanteros, sino la zona media, donde se debe generar el juego para que los puntas tengan sus oportunidades.

Sé que esta percepción será polémica, pero si el Millonario, en el primer tiempo se iba con uno o dos goles de ventaja, estaríamos hablando del buen partido que hizo el conjunto del Riojano, de cómo dominó a su rival e intentó encontrar los espacios a través de la tenencia, y de cómo encontró el gol con paciencia y manejo.

Pero esto no ocurrió, los goles no llegaron y en la primera que tuvo Colón en el segundo tiempo, la mandó a guardar en una jugada plagada de errores defensivos.

El complemento fue todo lo contrario, el apuro albirrojo  por encontrar el empate le cayó como anillo al dedo al Sabalero, que jugó de contragolpe, y comenzó a justificar la ventaja, merced de los espacios que dejaba la defensa Millonaria.

Así tuvo tres ocasiones más para convertir, hasta que tras un tiro libre, “Tito” Ramírez, que nos tiene de hijo, definió a un ángulo, inclinando más la balanza para los santafesinos.

El gol del debutante colombiano solo sirvió para darle un poco de esperanzas al conjunto del Pelado, que volvió a mostrar su falta de ideas y la necesidad de un hombre que ponga mano a mano a los delanteros, o en su defecto, un gambeteador que se saque dos tipos de encima y largue la pelota para habilitar a un compañero.

Para colmo, sobre el final, una clara mano de Carniello dentro del área, que el juez no cobró, pudo haber sido el empate que ponía justicia al marcador, pero al parecer a River solo le cobran en contra los que no son y no a favor los que sí.

Los cambios propuestos por Ramón tampoco alteraron el rumbo del partido. Las modificaciones fueron puesto por puesto y no resolvieron la cuestión de fondo que es la creación. Además, se notó el cansancio en algunos jugadores por el desgaste de los intensos noventa minutos del último jueves en San Lorenzo, tal es el caso del Lobo Ledesma que salió agotado en el segundo tiempo.

River perdió un invicto en casa que arrastraba desde la derrota con Racing en el Inicial 2012, y Ramón una racha sin perder que llegó a 41 partidos (30 victorias y 11 empates) que data desde el Clausura 1999, cuando también cayó frente a la Academia de Avellaneda.

Formaciones

River Plate: Barovero (5); Ponzio (4,5), Maidana (4), Balanta (6), Vangioni (6); Carbonero (4), Ledesma (5), Rojas (5); Lanzini (4,5); Mora (5), Gutiérrez (5)

Ingrearon: 25’ST Ferreyra (4) por Rojas; 25’ST Simeone (5) por Mora; 28’ST Kranevitter por Ledesma.

Colón (Sta. Fé): Montoya; Alcoba, Carniello, Landa, Urribarri; Moreno y Fabbianesi, Prediger, Mansilla, Mugni; Curuchet, Ramírez.

Resúmen

Goles: 6’ST Curuchet (Col); 32’ST Ramírez (Col); 42’ST Gutiérrez (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: F. Rapallini (Mal)
Figura: Montoya (Col)
El mejor de River: Balanta 

jueves, 22 de agosto de 2013

El regreso esperado

Copa Sudamericana 2013 – Zona Argentina – 22 de agosto 2013
San Lorenzo 0 – River Plate 1
River festeja (foto Olé)















Tras casi cuatro años de ausencia en el plano internacional, River vuelve a participar de un certamen continental con la expectativa de tener un buen desempeño. La Copa Sudamericana aparece en el horizonte como el único título sudamericano que le falta y es menester conquistarlo para completar las vitrinas.

Ramón Díaz por fin pudo contar con uno de los delanteros incorporados. Rodrigo Mora fue de la partida y acompañó en el ataque a Manuel Lanzini y Jonathan Fabbro. Paró un 4-3-2-1 bien claro, con un medio campo preparado para cortar, tener la pelota y tratar de entregarla rápido a los puntas.

Fue astuto el planteo del riojano. En su visita al Nuevo Gasómetro por el Torneo Final 2013, había sido ampliamente superado en el medio por los hombres azulgranas. Usando esa experiencia, el técnico Millonario planteó un esquema para dar batalla en ese sector e intentar controlar el juego a partir de la distribución y el manejo de Cristian Ledesma.

El resultado fue un equipo utilitario y batallador, que trató de jugar siempre el balón a un compañero y con una defensa que mostró solidez durante los primeros 45 minutos. El juego no fue vistoso ni mucho menos, pero tuvo intensidad y mucha presión.

Con esta tesitura, a los 17  minutos del primer tiempo, llegó a la apertura del marcador. Luego de un tiro libre venenoso de Jonathan Fabbro, Cristian Alvarez dio un rebote largo y, tras una carambola, Jonathan Maidana se barrió y convirtió el único gol del encuentro.

A partir de allí el partido continuó con el mismo desarrollo. Mucha lucha en el medio, poca claridad y pocas llegadas a los arcos. Con San Lorenzo más apurado por encontrar el empate y con River jugando con la desesperación del rival, tratando de hacer circular el balón.

En el segundo tiempo, el ingreso de Gonzalo Verón complicó a la defensa de River, que perdió solidez y se vio desbordada por los laterales, sobre todo por el sector izquierdo, que se debilitó con el ingreso de Ramiro Funes Mori y Osmar Ferreyra.

A pesar de ello, pudo aguantar bien con los centrales, de gran partido, y con el arquero, que estuvo atento y rápido, aunque no tuvo que exigirse demasiado. La enjundia con la que los hombres de Pizzi atacaban dejaba muchos espacios atrás, que los delanteros de la banda no supieron aprovechar. Se notó la inactividad de Rodrigo Mora, que de haber estado un poco más fino, tal vez el equipo del Pelado hubiera convertido algún gol más.

El triunfo es muy importante. Aunque no se jugó como le gusta a la gente, el planteo fue inteligente y se convirtió un gol de visitante, que en este torneo otorga ventaja deportiva. El 5 de septiembre se jugarán los segundos noventa minutos, que serán tan intensos como estos y mucho más definitorios, ya que allí se decidirá quién será el que pase a octavos de final.

Formaciones

San Lorenzo: Alvarez; Prósperi, Cetto, Gentiletti, Mas; Buffarini, Ortigoza, Mercier; Piatti; Correa y Cauteruccio. Director Técnico: Juan Antonio Pizzi

River Plate: Chichizola (6); Ponzio (6,5), Maidana (7), Balanta (7,5), Vangioni (6); Kranevitter (6), C. Ledesma (8), A. Rojas (5); Fabbro (4,5), Lanzini (7); Mora (5). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 11’ST  Carbonero (4) por Fabbro, 17’ST Funes Mori (4) por Rojas y 34’ST Ferreyra por Vangioni

Resúmen
Goles: 17’PT Maidana (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: M. Vigliano (bien)
Figura: Ledesma (Riv)



lunes, 19 de agosto de 2013

¿Sólo faltó el gol?

Torneo Inicial 2013 – Fecha 3 – 18 de agosto de 2013
Godoy Cruz (Mza) 0 – River Plate 0 
Barovero figura otra vez















Según Ramón Díaz, el equipo tuvo un buen desempeño y solo faltó concretar en la red. Mostró su sonrisa pícara cuando mencionó las ausencias de Teófilo Gutiérrez y Rodrigo Mora, como entusiasmándose con sus futuras presencias, dando a entender que con ellos el equipo tendrá otro funcionamiento.

Sin dudas que sus presencias el ataque ganará en experiencia y será más peligroso, pero lo cierto es que, por más que en el equipo esté Marco Van Basten, si la pelota no les llega con claridad, si no hay juego asociado para llegar al área rival y siempre tienen que estar luchando contra dos o tres defensores, aguantando de espaldas, sumándole que tienen que salir del área y generarse el espacio para poder definir, será prácticamente imposible que puedan llegar al gol.

Entre amistosos y partidos oficiales, el Millonario jugó siete partidos y convirtió cinco goles: tres a Gimnasia y Tiro de Salta, uno a Racing y uno a Rosario Central. Este último, el único por los puntos.

Al equipo del riojano le sigue costando horrores llegar con claridad, sobre todo con un único punta, joven, con gran futuro, pero al que hay que foguear. A pesar de ello, tuvo una muy clara, que definió bien, pero una vez más, como Fernando Monetti en la primera fecha, el arquero rival estaba inspirado y le ahogó su primer grito oficial.

Volviendo a lo que dijo el técnico, es difícil interpretar que parte del funcionamiento fue la que le gustó, aunque también reconoció que hay cosas por mejorar. También es verdad que no hay que cargar de responsabilidad a los pibes, aunque suena más a una indirecta por la falta de habilitación de los refuerzos que una reflexión por la juventud del ataque.

Por lo visto en Mendoza, son más las cosas que se deberían mejorar que las que se pueden sacar de positivo. La presencia de Osmar Ferreyra sigue tapando a Lionel Vangioni, que de tres o de volante, es de los mejores hombres de campo, aunque la figura del equipo fue una vez más Marcelo Barovero. Quién tuvo una destacada actuación e intervino en varias ocasiones para dejar su valla en cero.

En el medio falta creación y sorpresa. Fue bueno el primer tiempo de Carlos Carbonero, pero en el complemento mermó su rendimiento y fue reemplazado por Augusto Solari. El resto de los volantes toca mucho en corto o para atrás y falta ese pase punzante para dejar a un jugador mano a mano con el arquero rival. Se depende mucho de lo que pueda hacer Manuel Lanzini, que peca mucho de individualista y termina perdiendo la pelota ante la marca de tres rivales.

El 4-3-1-2 planteado en Mendoza ubicaba a Jonathan Fabbro más adelantado y al juvenil riverplatense como enganche. Decisión extraña ya que Ramón insistió por el ex Cerro Porteño para que fuera el organizador. Este desconcierto se advierte claramente en la cancha, donde también se improvisó a Leonardo Ponzio como defensor lateral derecho, aunque jugó muchos partidos en ese puesto en el Zaragoza de España.

De todos modos, en la primera etapa, el Millonario tuvo dos o tres jugadas claras que no pudo convertir y, aunque tuvo menos volumen de juego que el local, dispuso de las más claras para abrir el marcador. Incluso hubo un penal muy claro sobre Carbonero, que fue empujado dentro del área, pero al parecer esas jugadas solo se cobran cuando son en contra. El complemento dejó la sólida actuación de Barovero y más dudas que certezas.

La palabra improvisación fue la que estuvo en boga en los últimos días. No solo por el armado del equipo el último domingo sino por decisiones tomadas durante la pretemporada para confeccionar el plantel.
Se prescindió de todos los delanteros disponibles, dejando la responsabilidad del ataque en dos chicos que aún no habían debutado en primera y debiendo salir a buscar con urgencia hombres de experiencia en ese puesto.

Cuando se logró la contratación de Teófilo Gutiérrez, en vez de cumplir con todos los pasos para que su habilitación llegara sin problemas, sabiendo que su salida fue conflictiva y que seguramente el Cruz Azul pondría todas las trabas posibles para demorar su debut, hubo problemas con la documentación o el pago, y el club mexicano no envió el transfer.

Lo mismo ocurrió con Rodrigo Mora. Rogelio Funes Mori debía viajar cuanto antes para firmar su contrato y así lograr que el Benfica portugués enviara la documentación. El mellizo viajó recién el viernes, por ende, no firmó, y el uruguayo no fue habilitado.

Mientras tanto, las fechas siguen pasando y River sigue demorando su puesta a punto, regalando unidades y chances de pelear el campeonato, dejando pasar el tiempo para aceitar un equipo que, cuando tenga a todos disponibles, deberá trabajar mucho para mejorar.

Formaciones:

Godoy Cruz: Carranza; San Román, Sigali, Curbello, Grimi; Castellalni, Lértora, Fernández; Castro; Castillón y Obolo.

River Plate: Barovero (7); Ponzio (5), Maidana (5), Balanta (5), Vangioni (6); Carbonero (5), Ledesma (5), Ferreyra (4); Fabbro (4); Lanzini (5) y Simeone (5).

Ingresaron: 0’ST Rojas (5) por Ferreyra; 24’ST Kaprof (4) por Simeone; 37’ST Solari por Carbonero.

Resúmen:
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: Fernando Echenique (bien)
Figura: Barovero (Riv)

sábado, 10 de agosto de 2013

Sin arcos

Torneo Inicial 2013 – Fecha 2 – 9 de agosto de 2013
River Plate 1 – Rosario Central 0 
Andrada grita su gol















Me cuesta encontrar un calificativo que no sea demasiado violento. Ver 95 minutos de fútbol, solo porque así se llama este hermoso deporte, con solo dos o tres tiros al arco y ninguna jugada elaborada ni varios toques seguidos es realmente decepcionante.

Miguel Russo planteó un esquema ordenado y con presión en el medio campo. Se podía observar claramente que el equipo se paraba a cinco metros de las áreas, concentrando gente en la zona media. Cuando River buscaba salir por abajo, los tres puntas presionaban para impedir que sea limpia y obligar al pelotazo, que caía siempre en pies de algún hombre de Rosario Central. Por supuesto, con esta idea, se olvidó que al fútbol se juega con arcos, esperando algún centro que cayera en la cabeza de Carlos Luna.

Ramón Díaz pudo contar con Jonathan Fabbro, jugador por el cual viene insistiendo desde el verano. Con él, pudo armar el 4-3-1-2 con un enganche definido, aunque su actuación fue bastante pobre.  Se resbaló mucho, perdió unas cuantas aguantando de espaldas en el sector medio y finalmente se fue expulsado por una maniobra de taekwondo, totalmente irresponsable. Así, el equipo se ahogó en sus propias limitaciones y la meta contraria la vio siempre de lejos.

El juego fue espantoso. Cuando se habla de fútbol sin arcos, el video de este partido es el fiel reflejo. Solo una tapada de Marcelo Barovero, que ya no tengo calificativos para describir que sin dudas es un arquero a la medida de River, el gol y una jugada sobre el final fueron las más claras. Después, pelotazos, centros, remates desviados y cabezazos débiles a las manos de los goleros. Todo muy feo.

En el Millonario se sintió la ausencia de Cristian Ledesma. Con su ingreso en el segundo tiempo el equipo ganó manejo y distribución. Evidentemente, Ramón no se puede dar el lujo de prescindir de sus servicios.
Por lo poco que mostró ayer el ex Cerro Porteño, se entiende la ausencia del Lobo desde el punto de vista que dos jugadores lentos y pesados en el medio podían descompensar al equipo, con la presencia de Leonardo Ponzio ganaba velocidad y recuperación para cubrir las espaldas del número 17.

De todos modos, y al igual que la semana pasada, se vio un equipo sin ideas, que le costó horrores romper el orden propuesto por el rival, que no presionaba bien y que cuando la visita lo hacía ganaba la pelota fácilmente. Así, se está muy lejos de desplegar el fútbol que le gusta a la gente y que la historia de River merece. Historia que se respetó solo en el hecho de que los jóvenes son los que terminan salvando al club, en este caso, Federico Andrada, con su primer gol con la banda roja, le dio los tres puntos a los de Núñez.

Lamentablemente, ni la inclusión de Teófilo Gutiérrez y Rodrigo Mora parecen ser la solución. La falta de una idea clara de juego, de un planteo o esquema definido, son el principal inconveniente que deberá resolver el riojano. Supuestamente para eso pidió a Fabbro, que parece lento, demasiado pasivo y la expulsión obligará a cambiar nuevamente; a Carlos Carbonero que no pudo mostrar su mejor cara; y a Osmar Ferreyra que, una vez más, tapó a Leonel Vangioni perdiendo sorpresa.

Aunque estén estos dos delanteros, si la pelota no les llega limpia, de frente al arco y, en cambio, tienen que sacarse a varios hombres de encima, va a ser imposible que obtengan buenos resultados. El técnico ya probó que puede pelear el campeonato con un plantel pobre, ahora que tiene los refuerzos que pidió, tendrá que demostrar que puede ensamblar al equipo y hacer que juegue bien al fútbol.

Formaciones:

River Plate: Barovero (6); Mercado (4), Maidana (5), Balanta (5), Vangioni (6); Carbonero (4), Ponzio (4), Ferreyra (4); Fabbro (3); Lanzini (5) y Simeone (5).

Ingresaron: 23’ST Andrada (6,5) por Ferreyra; 28’ST Ledesma (5) por Mercado; 41’ST Pezzella por Simeone.

Rosario Central: Caranta; Ferrari, Peppino, Donatti, Delgado; Encina, Domínguez, Carrizo; Lagos, Luna y Medina.

Resúmen:
Goles: 33’ST Federico Andrada (Riv)
Incidencias: 35’ST expulsado Jonathan Fabbro
Arbitro: Silvio Trucco (regular)
Figura: F. Andrada (Riv)

lunes, 5 de agosto de 2013

Mismas carencias

Torneo Inicial 2013 – Fecha 1 – 4 de agosto de 2013
Gimnasia y Esgrima (La Plata) 1 – River Plate 0
Todo River protesta el penal (foto Olé)















Podría decirse tranquilamente que lo visto en la primera fecha de este nuevo certamen es una continuación de la última temporada. River fue a visitar al ascendido Gimnasia de La Plata y mostró las mismas falencias que en torneos anteriores, con el agravante de no tener ningún jugador con experiencia para calzarse la camiseta número nueve.

El 4-4-1-1 planteado por Ramón Díaz no fue efectivo. Los intérpretes nunca lograron establecer un circuito de juego por las bandas con los tándems Vangioni-Ferreyra y Mercado-Carbonero. El doble cinco no se vio cómodo, hace tiempo que Cristian Ledesma y Leonardo Ponzio no se sienten a gusto jugando juntos, lo que resulta extraño porque el rosarino parece ser más vertical y el Lobo más de pausa y distribución, pero aún no logran complementarse.

La falta de delanteros es el problema a resolver. Ya ocurrió en la última temporada, con un bajo promedio de gol de los puntas, y ahora, habiendo dejado ir a los tres nueves con los que contaba el equipo, más las partidas de Juan Iturbe y Rodrigo Mora (que parece volver), se perdió el escaso poder de fuego con el que se contaba. El ataque dependió exclusivamente de lo que pudiera hacer Manuel Lanzini y el juvenil debutante Giovanni Simeone, que tuvo algunas claras y se encontró con la figura de Fernando Monetti, otro arquero figura contra River.

Para colmo de males, Carlos Luna debutó en Rosario Central con un doblete, mostrando que hay jugadores que son muy  buenos para equipos de menor valía, sin ánimos de ofender a nadie, pero que con la camiseta del Millo sienten el peso y no rinden. Este club no es para cualquiera, y quedó demostrado en la mayoría de las incorporaciones de los últimos ocho años.

El planteo de Pedro Troglio fue inteligente, con una estructura que se mantiene desde su incursión en el Nacional B, y con jugadores que tienen claro el libreto que les propone el técnico. Precisamente ahí radicó la principal diferencia entre ambos conjuntos. El Millonario sigue sin encontrar regularidad en su funcionamiento, no tiene una idea de clara de cómo jugar, pasa de la línea de tres a la de cuatro; de jugar con un delantero, a poner dos y terminar buscando con tres; empieza con dos volantes centrales y termina con uno que estaba sentado en el banco; y lo único que no cambia es el arquero, que sigue demostrando que está a la medida del arco más grande del mundo.

Entonces, con estas diferencias, se repite el concepto del campeonato pasado, cualquier equipo bien plantado y con ideas claras, le complica la vida, convirtiéndose en un enigma indescifrable para el riojano y sus muchachos. A todas estas carencias del conjunto de la banda, sumarle la actuación del árbitro que inventó un penal y le permitió a Gimnasia abrir el marcador sin haber hecho demasiado por conseguirlo.

En el aspecto positivo fue auspicioso el debut de Carlos Carbonero, intentó jugar siempre, con buen despliegue, gambeta, buen remate y llegada al área rival. Lamentablemente su compañero por el sector derecho, Mercado, fue de lo más flojo del equipo y salió reemplazado en el complemento.

Por la otra banda, Ferreyra no tuvo una gran actuación y su presencia opacó el rendimiento de Leonel Vangioni, que no gravitó como en otras oportunidades. El equipo estuvo inconexo y Lanzini demasiado individualista, siendo absorbido por la marca cuando juntaba a más de dos hombres.

Al parecer el problema es mucho más profundo que la falta de refuerzos. Teófilo Gutiérrez puede ser la solución a la falta de gol, pero deberá ser bien abastecido. Para esa función el Pelado insistió con Jonathan Fabbro, que también es una incógnita y habrá que ver cuando son habilitados para debutar oficialmente.

Muchas veces las desprolijidades se pagan caras. Las idas y vueltas en el mercado de pases, las extensas negociaciones y los no cumplimientos de los términos de contratación dilatan la llegada de incorporaciones, postergando su integración al equipo y prolongando el período de adaptación que deben soportar. Ojalá todo esto no haga que sea demasiado tarde para pensar en pelear el campeonato.

Pasó la primera fecha y se especula con que recién en la cuarta podrán jugar los que cambien la ecuación, y en un torneo corto, regalar cuatro jornadas es demasiada ventaja.

Formaciones

Gimnasia y Esgrima La Plata: 23-Fernando Monetti; 4-Facundo Oreja, 2-Osvaldo Barsottini, 3-Juan Carlos Blengio y 25-Lucas Licht (c); 7-Franco Mussis, 5-Omar Pouso, 8-Ignacio Fernández y 32-Maximiliano Meza; 10-Facundo Pereyra y 28-Federico Rasic. Directo Técnico: Pedro Troglio.

River Plate: 1-Marcelo Barovero (6); 25-Gabriel Mercado (4), 2-Jonatan Maidana (3,5), 3-Eder Alvarez Balanta (4), 21-Leonel Vangioni (4); 7-Carlos Carbonero (6), 28-Cristian Ledesma (4), 23-Leonardo Ponzio (c) (4), 11-Osmar Ferreyra (4); 10-Manuel Lanzini (5) y 35-Giovanni Simeone (5). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 22’ST 22-Federico Andrada (4) por 28-Ledesma, 35′ST 8-Carlos Sánchez por 25-Mercado y 41′ST 5-Matías Kranevitter por 23-Ponzio.

Resúmen

Gol: 29’ST Lucas Licht –p- (GELP)
Incidencias: no hubo
Arbitros: Diego Ceballos (mal).
Figura: Monetti (GELP)
El mejor de River: Carbonero.

sábado, 3 de agosto de 2013

El regreso del Charro

No alcanzan las tribunas
La invasión en el regreso de Moreno










En los tiempos que corren, el furor por la cultura del aguante ha popularizado el canto que repite “no alcanzan las tribunas…”. Pero en 1946, más precisamente el 28 de julio, bien podrían haberse entonado las estrofas de esa canción.

En esa jornada memorable, por la fecha 13 del torneo argentino, volvía a vestir los colores riverplatenses, tras dos años en Mexico, José Manuel Moreno. Esa tarde, River enfrentaba a Atlanta en la cancha de Ferro Carril Oeste, cuya capacidad se vio desbordada por el clamor popular.

En 2 julio de 1944, Moreno había jugado su último partido con la camiseta de River antes de partir al país azteca, dejando atrás un palmarés de cuatro campeonatos y el recuerdo de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino: La Máquina.

Tras su exitoso paso por el club España del país de los mariachis, decidió que era momento de volver a la Argentina. El primero en mostrar su interés fue Racing Club, pero como el fútbol mexicano estaba fuera de los controles internacionales, “Rulito” seguía siendo jugador de River, por lo que se estableció una disputa entre ambas instituciones que fue resuelta por el Ministerio de Trabajo: el jugador debía volver a su club de origen.

Desde ese momento todo fue ansiedad y locura. Los hinchas desesperaban por conseguir su entrada, los dirigentes, irresponsables, no querían perderse la oportunidad y pusieron a disposición más localidades que las permitidas. Además, no faltaron los que quisieron colarse, y así, el día del partido, no cabía un alfiler en el estadio, que albergó cerca de 40000 personas, mucho más de lo que podía soportar su aforo.

Afortunadamente no hubo que lamentar una tragedia, ya que la euforia y el fanatismo que despertaba el Charro vencieron la resistencia de los alambrados da las tribunas y la invasión fue inminente. Hubo tantos particulares en el rectángulo de juego que el partido tuvo que ser demorado por treinta minutos.

Por supuesto, al dar el árbitro comienzo al encuentro, las condiciones no eran las ideales. Alambrados caídos y gente por todos lados lo convirtieron en un evento antirreglamentario. A pesar de ello, se jugaron los noventa minutos y el hijo pródigo, que no estaba en óptimas condiciones físicas, devolvió todo ese afecto convirtiendo tres goles para que River ganara 5 a 1 –completaron el quinteto Pedernera y Baez -. La fiesta fue completa.

Antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario, el ídolo se fue acercando al túnel que lo llevaba al vestuario, de modo de huir apenas se oyera el pitazo final, de lo contrario, sería interceptado por los miles de fieles que habían ido a recibirlo y le sería imposible salir de allí.

En esa época sí que no alcanzaban las tribunas y no porque existieran los fanáticos de su hinchada, sino porque, en el campo de juego, estaban los mejores jugadores de fútbol del mundo, y José Manuel Moreno, sin dudas, fue uno de ellos.