sábado, 28 de junio de 2014

Mundial Suecia 1958

El desastre de Suecia
El plantel rumbo a Suecia












En los Mundiales de 1930 y 1934, River no tuvo representantes en la Selección Nacional, aunque si hubo jugadores que luego llegarían a la institución (Carlos Peucelle y Angel Bossio, por ejemplo). En las competencias siguientes, 1938, 1950 y 1954, la Argentina no participó, por lo que el campeonato de 1958 pasó a ser el primero en el que hubo jugadores Millonarios representando al equipo nacional.

Fue en Suecia donde comenzó la relación profesional entre River y las selecciones mundialistas. La citación de siete hombres que militaban en la institución de Núñez fue el puntapié de un vínculo que buscaba emparentar el juego del combinado nacional con el fútbol vistoso del cuadro de la banda sangre que había sido tricampeón.

La cita mundialista de 1958 se llevó a cabo entre el 8 y el 29 de junio, y contó con varias curiosidades, como ser la presencia de los cuatro países que conforman el Reino Unido: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Además, fue el primer Campeonato Mundial que se transmitió en vivo por televisión para más de sesenta países y contó con la particularidad de ser el segundo consecutivo que se disputaba en Europa, a pesar del acuerdo de llevar a cabo uno en cada continente de forma alternada. Brasil fue el primero en reclamar al respecto, pero finalmente cedió en sus pretensiones y se presentó en Suecia, logrando su primera conquista de la mano de Pelé y siendo la primera selección en ganar un mundial fuera de su continente. Como corolario, no participaron dos de los tres campeones del mundo hasta ese momento: Uruguay e Italia.

Con respecto a la Argentina, no fue buena la actuación de los muchachos dirigidos por Guillermo Stábile, que venían de ganar con solvencia el sudamericano de 1957 y llegaban como candidatos a quedarse por primera vez con el trofeo Jules Rimet. En la fase de grupos debieron enfrentar a Alemania (último campeón), Irlanda del Norte y Checoslovaquia.

El plantel estaba compuesto por:

Arqueros: 1- Amadeo Carrizo (32), River Plate; 12- Julio Musimessi  (33), Boca Juniors.

Defensores: 2- Pedro Dellacha (31), Racing Club; 3-Federico Vairo (27), River Plate; 4- Juan Francisco Lombardo (32), Boca Juniors; 6- José Varacka               (26), Independiente; 13- Alfredo Pérez (29), River Plate; 14- Federico Edwards (27), Boca Juniors; 15- David Acevedo (21), Independiente; 17- José Ramos Delgado (22), Lanús.

Mediocampista: 5- Néstor Rossi (33), River Plate; 8- Eliseo Prado (28), River Plate; 16- Eliseo Mouriño (31) Boca Juniors; 19- Ludovico Avio (25), Vélez Sarsfield.

Delanteros: 7- Orestes Corbatta  (22), Racing Club; 9- Norberto Menéndez (21), River Plate; 10- Alfredo Rojas  (21), Lanús; 11- Ángel Labruna  (39), River Plate; 18- Roberto Boggio (26), San Lorenzo; 20- Ricardo Infante (33), Estudiantes de La Plata; 21- José Sanfilippo (23), San Lorenzo; 22- Osvaldo Cruz (27), Independiente.

Director Técnico: Guillermo Stábile.

De las tres presentaciones, Argentina ganó una y perdió las dos restantes. En el debut, frente al campeón del mundo, Orestes Corbatta ponía en ventaja a la selección a los dos minutos, pero los teutones lo darían vuelta antes del final de la primera etapa y rubricarían la victoria en el complemento, con un 3 a 1 final.

La segunda presentación fue contra el debutante Irlanda del Norte, que había derrotado a Checoslovaquia en su primer encuentro. A pesar de comenzar en desventaja a los tres minutos, el combinado albiceleste logró llegar al empate antes del descanso, nuevamente por medio de Corbatta, de penal, y en el segundo tiempo revirtió el marcador gracias a los tantos de Norberto Menéndez (primer goleador millonario en un mundial) y Ludovico Avio.

Con las chances intactas de clasificar a la siguiente ronda, Argentina debía vencer a Checoslovaquia, que tenía una derrota y un empate, para asegurarse el pase a cuartos de final.

Lamentablemente, ese encuentro es recordado como la peor actuación de un combinado nacional en un mundial, a tal punto que se lo denomina “El desastre de Suecia”. La apabullante derrota frente al conjunto checo, por 6 a 1, dejó afuera a la selección nacional y marcó el final de un estilo de juego. Los jugadores argentinos fueron superados físicamente y sin atenuantes, y ya en esos años se hablaba de la velocidad y profesionalidad de los europeos. Se terminaba el mito de que la técnica sudamericana alcanzaba para superar a los rivales, a tal punto que Labruna declaró: “Fuimos al Campeonato Mundial de 1958  con los ojos vendados. No estábamos preparados ni física ni técnicamente para afrontar tres partidos en una semana; cuando llegamos a Suecia creíamos que éramos los mejores del universo”.

Uno de los que más lo sufrió fue Amadeo Carrizo, arquero en aquella fatídica jornada, que con 32 años no pudo hacer nada para evitar la goleada. El uno participó de los tres encuentros, con un saldo de diez goles recibidos.

Además de Tarzán, completaron tres presencias, Federico Vairo, Néstor Rossi y Norberto Menéndez, autor de un gol contra Irlanda; un veterano Ángel Labruna titularizó en dos ocasiones; y con una participación aparece Eliseo Prado. Alfredo Pérez no estuvo desde el inicio en ningún encuentro del campeonato.

El Millonario venía de ser tricampeón y había comenzado con dos triunfos y un empate el campeonato de 1958 antes de la interrupción por el Mundial. Fue tan duro el golpe en el país escandinavo, que los jugadores de River que habían viajado a representar a la selección no pudieron recuperarse y el equipo terminó deambulando por el certamen local hasta acabar en el quinto puesto.

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jueves, 12 de junio de 2014

Leopoldo Jacinto Luque



















A lo largo de la historia, muchos jugadores llegaron a River con pergaminos de hazañas y grandes actuaciones, pero al ponerse el manto sagrado, se hundían en el ostracismo y la intrascendencia. Otros llegaban con perfil bajo y sin mucho ruido, pero acababan sorprendiendo al público Millonario.

En 1975, River Plate cortaba la racha de 18 años sin títulos y Carlos Morete, su goleador, era transferido al fútbol español. Para cubrir su partida, se incorporó a Leopoldo Jacinto Luque, un santafesino, de 26 años, que le había convertido en dos ocasiones en el Metropolitano de 1975, y que tenía recorrido en equipos del interior pero poca continuidad en Primera División.

El Pulpo no tardó en demostrar porque fue el elegido. El día de su debut, el 21 de septiembre de 1975, convirtió el gol de la victoria, nada menos que contra Boca, en la Bombonera. A partir de allí, sería pieza clave en el equipo de Ángel Labruna, a tal punto que condenaría a un naciente Ramón Díaz a ingresar en los segundos tiempos.

A pesar de medir alrededor de un metro ochenta, era un jugador veloz, ágil, de una potencia arrolladora y un olfato infalible. Características difíciles de combinar en un goleador, pero que le quedaban pintadas para el paladar riverplatense.

Fue en el conjunto Millonario donde encontró su lugar en el mundo. De breves pasos por Unión y Rosario central, vistió la banda sangre durante cinco años, período en el que se ganó la confianza de César Luis Menotti, seleccionador nacional, para formar parte del plantel Argentino campeón del Mundo de 1978.

En River jugó 207 encuentros oficiales (176 por torneos de AFA y 31 internacionales) y convirtió 84 goles (75 en AFA y 9 internacionales), números que lo ubican dentro de los magníficos artilleros riverplatenses.

Entre sus obras con la casaca Millonaria se encuentra un gol de taco a Huracán, convertido el 2 de diciembre de 1979; y el record de ser el único jugador que logró convertir cinco goles en un clásico. Fue contra San Lorenzo, el 22 de febrero de 1976, el encuentro finalizó 5 a 1 en favor del Millonario, y Leopoldo metió los cinco.

Este espigado delantero de bigote setentoso y brazos largos hasta el infinito, fue uno de los grandes goleadores de la historia Millonaria. Generalmente, cuando se habla de ídolos, se suele mencionar a Norberto Alonso, Amadeo Carrizo, Ariel Ortega, Ángel Labruna, Enzo Francéscoli y Adolfo Pedernera, pero no se tiene en cuenta a Luque, que sin dudas, merece un lugar en esa galería.

domingo, 1 de junio de 2014

A descansar

Copa BBVA Francés – México D. F. – 31 de mayo 2014
Boca Juniors 1 (2) - River Plate 1 (4)
Final feliz (foto River Plate)














No había mejor forma de terminar este semestre, futbolísticamente hablando, que derrotando, aunque se por penales, a Boca. En lo que va del año se disputaron cinco superclásico y el cuadro de la ribera no pudo ganar ninguno. Hubo tres victorias de River y dos empates que, en los penales, dejaron el trofeo en manos del Millo.

Este amistoso, que contra ellos nunca lo es, disputado en tierras Aztecas, marca el fin de una temporada que dejó muchas cosas positivas. Pero lo más importante, es la sensación de recuperar aquello que se había perdido en los últimos años, esa costumbre de festejar cada diez días que en otros tiempos era moneda corriente.

El partido en México no merece mucho análisis, y como es costumbre en este espacio en partidos amistosos, no se evaluará el rendimiento de los jugadores. Solo se mencionará que River buscó mantener la idea que lo llevó a la doble coronación y a Boca, por momentos, se lo notó muy nervioso, protestando con mucha vehemencia algunas jugadas y recurriendo a algunas infracciones bruscas que podrían haber lastimado a sus colegas.

Lo importante es que este plantel podrá iniciar sus vacaciones y disfrutar de la Copa del Mundo con la satisfacción del deber cumplido. Salieron victoriosos de todos los superclásicos del año y se consagraron en las dos competencias que disputaron: Torneo Final 2014 y Copa Campeonato 2014.

Un párrafo aparte para Cristian Ledesma que, tras la renuncia de Ramón Díaz, anunció que no renovaría su contrato con el club. Anoche disputó su último partido y no podía hacerlo de mejor manera, mostrando sus clásicas pisadas y convirtiendo el penal definitivo para la victoria Millonaria.

El Lobo se va dejando una huella indeleble en el recuerdo del hincha. Fue el eje de este River que se movió a su ritmo, que aprendió que todas las pelotas debían pasar por él y que enseñó que si se juega a un toque, es mucho mejor y más dinámico. Sin dudas, un volante central a la medida del paladar Millonario, que quedará en el recuerdo como el cinco que nos devolvió la alegría.

Ahora a descansar y a esperar por Marcelo Gallardo que tendrá mucho trabajo porque el próximo semestre hay muchas competencias y la obligación es ganar todas las que se pueda.

Salud campeón.

Formaciones

Boca Juniors: Trípodi; Grana, D. Díaz Forlín, Insúa; Cubas, Escalante, Bravo, Sánchez Miño; Riaño y Gigliotti. Director Técnico: Carlos Bianchi.

River Plate: Barovero; Mercado, Pezzella, Funes Mori, Vangioni; Carbonero, Ledesma, Rojas; Lanzini; Villalva y Simeone. Director Técnico: Gustavo Zapata.

Ingresaron: 18’ST Kranevitter por Villalva; 29′ST Solari por Carbonero; 34′ST Ferreyra por Rojas; 37′STVega por Mercado y 43′ST Andrada por Simeone.

Resúmen

Goles: 36'PT Villalva (Riv); 25'ST Riaño (Boc)
Incidencias: no hubo
Definición por penales: por Boca convirtieron Sánchez Miño y Riaño, fallaron Pérez y Forlín (contuvo Barovero); por River convirtieron Vangioni, Lanzini, Ferreyra y Ledesma.
Arbitro: Jorge Antonio Pérez Durand (Mex)
Figura: vacante