miércoles, 29 de octubre de 2014

Si no lo matás…

Copa Sudamericana 2014 – Cuartos de final ida – 29 de octubre de 2014
Estudiantes (LP) 1 - River Plate 2
Los once de La Plata (foto River Plate)













Otra vez River da vuelta un partido que había empezado complicado. Otra vez, después de un flojo primer tiempo, el equipo de Marcelo Gallardo sale en el segundo a dominar y a revertir un resultado que tenía en contra. Otra vez ganó River, y ya es record para el club en el profesionalismo, con 29 partidos en fila sin derrotas, contando Torneo Argentino, Copa Argentina y Copa Sudamericana.

El planteo de Estudiantes fue similar al de Atlético Rafaela por el torneo local. Pelear el partido en la mitad de cancha, robarle la pelota al Millonario y buscar la contra rápida con un delantero picante como Diego Vera.

Al principio, ambos se prestaban la pelota, no había un dominio claro ni definido para ninguno de los dos, y con el correr de los minutos, fue el local el que comenzó a ganar más terreno y llevar más peligro al arco de Marcelo Barovero, cuya labor fue de menor a mayor.

Así se produjo la jugada más dudosa del partido, donde la televisión insistió con que fue penal, pero fue Trapito el que llegó primero a la pelota, por lo que no existió pena máxima y el árbitro estuvo bien en no cobrarla. Luego de esa salida dubitativa, el uno subió su rendimiento y terminó salvando su arco sobre el final, tras un cabezazo que buscaba el empate.

El empuje del Pincha tuvo su premio al final de la primera mitad. Un grave error en la salida de  Ramiro Funes Mori (la TV insistía con que el error fue del arquero por pasársela) que recibió del uno fuera del radio del área y engancho para adentro de la misma (algo que nunca debe hacerse) perdiéndola con Vera y dejándolo de frente al arco para que fusilara al golero y marcara la primera anotación.

El primer tiempo se moría y ese golpazo amenazaba con hacer mella en el plantel. Pero el equipo del Muñeco dio muestras de que, como ya se dijo muchas veces, hay que matarlo, porque si le dejas un mínimo de aire, se levanta y te liquida.

Y así fue. En el complemento salió como si fuera el primer partido del año. Acorraló al local y, a los siete minutos, encontró el empate tras una excelente jugada asociada en la que Gabriel Mercado le dejó la pelota, de taco, a Carlos Sánchez, éste puso un centro preciso entre los dos centrales y a la cabeza de Rodrigo Mora, que venció la resistencia de Hilario Navarro y estampó el empate.

A partir de allí, todo fue de la visita. Leonardo Pisculichi, apareció para manejar los tiempos y el moreno uruguayo fue, otra vez, el motor y figura de la cancha, recuperando, relevando y generando ocasiones de peligro.

Con Eder Balanta ya en el terreno de juego, ingresado por el lesionado Leonel Vangioni, llegó el segundo tanto. El moreno cortó en mitad de cancha y salió disparado hacia adelante, se la pasó a Teo que hizo una jugada de papi fútbol para dejar dos rivales en el camino y dársela a Sánchez, que cuando tiró el centro, la pelota dio en la cabeza de Jonathan Schunke y se metió en el arco Pincha. La ventaja estaba bien y River comenzaba a justificarla.

En el segundo tiempo, Estudiantes casi no preocupó a la defensa Millonaria, hasta que se encontró en desventaja y el técnico se vio obligado a hacer cambios ofensivos. Allí apareció la figura de Trapito para poner el cerrojo en el arco y conservar este triunfo que vale oro de cara a la vuelta en el Monumental.

Por supuesto que Estudiantes deberá salir a buscar el partido porque con el 1 a 0 no le alcanza para clasificarse, pero esa ya es historia para la próxima semana. Antes está el encuentro en el Liberti por el torneo local contra este mismo rival, que seguramente tendrá intérpretes diferentes a los de esta noche.

Sobre el final del partido, el árbitro Diego Abal, de flojísima labor, expulsó mal a Carlos Sánchez por doble amonestación. Mal porque ninguna de las dos infracciones por las que fue castigado con tarjeta, era merecedora de la misma. Sobre todo la segunda, en la cual el juez interpretó que el volante simuló una infracción dentro del área.

La ausencia del uruguayo será una prueba importante para el equipo de Gallardo, ya que es un motor en el medio campo y hasta ahora había jugado todos los partidos, mostrando un despliegue envidiable y mucha solidaridad para participar tanto en ataque como en defensa.

El otro punto a analizar es si esta actitud de River de los primeros tiempos es deliberada. Consciente de que los rivales tienen que dar un plus para vencerlo, apuesta a que no podrán sostener el ritmo de lucha todo el partido, quemando las naves en la primera mitad y no aguantando el ritmo los noventa minutos. Entonces, peligrosamente, el Millonario juega al trote cuando el rival hace el gasto y en el complemento, sale a liquidarlo, cuando las energías del contrario merman.

Es una apuesta peligrosa, porque un contrincante inspirado en el primer tiempo puede hacer que el partido se vuelva difícil de remontar. Por ahora le está saliendo bien y descansa en la seguridad de la defensa y la solidaridad de los volantes. Cada vez falta menos y el objetivo está cada vez más cerca.

Por lo pronto, este River ya es record, sigue invicto, puntero en el torneo local y bien posicionado en el plano internacional. Falta un mes de competencia y en la próxima semana se irán jugadores importantes convocados por sus selecciones por lo que habrá que ver cómo responde ante las ausencias. El desafío es cada vez más grande y la ilusión también.

Formaciones

Estudiantes (LP): Navarro; Jara, Schunke, Desábato, Rosales; Correa, Gil Romero, Damonte, R. Martínez; Vera y Carrillo. Director Técnico: Mauricio Pellegrino.

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Maidana (7), Funes Mori (4,5), Vangioni (5,5); C. Sánchez (7,5), Ponzio (5), Rojas (6); Pisculichi (6,5); Mora (6,5) y Gutiérrez (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 5’ST Balanta (6) por Vangioni; 35’ST Driussi por Mora; 40’ST Solari por Pisculichi.

Resumen

Goles: 46’PT Vera (Est); 7’ST Mora (Riv); 26’ST Schunke -e/c- (Riv)
Incidencias: 38’ST expulsado C. Sánchez (Riv).
Arbitro: D. Abal (mal)
Figura: C. Sánchez (Riv)

lunes, 27 de octubre de 2014

Invicto

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 13 – 29 de octubre de 2014
Atlético Rafaela 1 – River Plate 2
Festejo grupal (foto River Plate)













Partido complicado ganó River en Rafaela. El equipo local le planteó un juego inteligente y sin espacios, aprovechando las pequeñas dimensiones del terreno de juego. Para colmo, el Millo no tuvo un buen primer tiempo, completando una de las peores mitades en el torneo local.

Pero el comienzo le fue favorable. Pudo desarrollar su juego de toque corto, con Guido Rodríguez como eje, y el local respondía con alguna contra. Tuvo algunas ocasiones para abrir el marcador, la más clara en la cabeza de Rodrigo Mora, pero Esteban Conde tuvo una reacción felina y sacó la pelota al tiro de esquina.

A partir de allí, fue todo del equipo Crema, que a los doce minutos rompió el cero con un golazo de Diego Montiel, dejando parado y sin reacción a Marcelo Barovero. Lucas Albertengo fue incontenible para la defensa Millonaria. Habilidoso y rápido, fue un dolor de cabeza y, asociado con Federico González, complicaron durante la primera mitad.

Incluso pudieron convertir algún gol más, pero un par de buenas respuestas de Trapito y otros remates desviados le impidieron ampliar la ventaja, que se quedaba uno a cero y parecía escaso por lo visto en el terreno de juego.

Con mucho sacrificio y despliegue, el local complicó muchísimo a River, que no encontraba los caminos para vulnerar el bloque defensivo que proponía Rafaela luego de conseguir la ventaja. Para completar el panorama, cada rechazo defensivo, se convertía en un contragolpe peligrosísimo para el arco del Millo.

El complemento comenzó con River buscando llegar al empate y lo logró cuando todos se estaban acomodando en sus butacas. A los tres minutos, Carlos Sánchez fabrico una infracción cerca del área y el especialista, Leonardo Pisculichi, se hizo cargo de la ejecución. Su remate fue imparable para el uno local, convirtiendo un golazo y dejando el marcador igualado en uno.

Desde allí, el Millo volvió a controlar el juego. Comenzó a justificar el empate y a merecer el segundo gol. La Crema dejó de llegar con peligro, producto del desgaste realizado en la primera mitad, y la visita se hizo dueña del encuentro.

El joven Rodríguez volvió a ser la aduana del medio, todas las pelotas pasaban por él y Leonardo Pisculichi se movía por todo el frente de ataque. Teófilo Gutiérrez, de mal partido, fue reemplazado por Giovanni Simeone y varios jugadores, de flojo primer tiempo, comenzaron a mejorar su producción.

Con el Cholito ya en cancha, el juvenil aguató a dos defensores de Rafaela tras un pelotazo largo y el rebote le quedó de frente al arco, afuera del área, a Ariel Rojas, que tomó al arquero a mitad de camino y con un remate suave y bajo marcó la segunda conquista.

River conseguía la ventaja y la justificaba. Con el resultado en contra, el equipo rafaelino salió a buscar el empate y a la visita se le abrieron los espacios para poder ampliar la diferencia, pero se convirtió en una máquina de dilapidar situaciones.

En los últimos minutos, fueron varias las ocasiones en que quedaron cuatro o cinco jugadores de River  contra dos o tres de Rafaela, pero las contras mal manejadas, la impericia en la definición y el travesaño, impidieron la tercera anotación.

El Millonario consiguió una de esas victorias que lo reafirman como EL candidato a quedarse con el torneo. Cuando todos sus perseguidores habían ganado y esperaban que deje puntos en el camino, los del Gallardo no solo ganaron, sino que, con una muestra de carácter, dieron vuelta el resultado y salieron victoriosos de un partido que había empezado adverso.

Ya lo había dicho el Muñeco, a este equipo van a tener que golpearlo muchas veces para derrotarlo, y lo demuestra en cada partido. El equipo santafecino tuvo varias ocasiones para ponerse en ventaja por más de un gol, pero no lo logró y en el complemento el Millo se lo llevó puesto, lo dio vuelta  y pudo ganarlo por una ventaja superior, de no haber estado imprecisos los delanteros en los metros finales.

Como corolario, River llegó a 28 partidos invicto, igualando la mejor racha histórica sin derrotas en el profesionalismo para el club, teniendo en cuenta partidos por torneo local, Copa Argentina y Copa Sudamericana. En el Campeonato Argentino, la última derrota fue hace veinte jornadas, en la fecha 12 del Torneo Final 2014, cuando Belgrano lo venció por 2 a 1 en Córdoba.

Los del Muñeco no detienen su marcha, cada vez están más cerca del objetivo y, como no tienen descanso, el miércoles jugarán el partido de ida por la Copa Sudamericana contra Estudiantes de La Plata, en un encuentro que se repetirá tres veces en diez días, ya que también se enfrentarán por el torneo local el próximo fin de semana y en la revancha por la Copa en el Monumental.

Formaciones

Atlético Rafaela: Conde; Sacks, Ferrari, Vittor, Eluchans; Montiel, Bastía, Serrano, Rodríguez Rojas; F. González y Albertengo. Director Técnico: Roberto Sensini.

River Plate: Barovero (5); Mercado (6), Maidana (6), Funes Mori (5), Vangioni (5); C. Sánchez (7), G. Rodríguez (6), Rojas (6); Piscullichi (6); Mora (5) y T. Gutiérrez (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 19’ST Simeone (5) por T. Gutiérrez; 36’ST Solari por Rojas; 41’ST Driussi por Pisculichi.

Resumen

Goles: 12’PT Montiel (Raf); 4’ST Pisculichi (Riv); 21’ST A. Rojas (Riv)
Incidencias: no hubo.
Arbitro: P. Loustau (aceptable)
Figura: Albertengo (Raf)

jueves, 23 de octubre de 2014

Para cumplir

Copa Sudamericana 2014 – Octavos de final vuelta – 22 de octubre de 2014
River Plate 2 (5) – Libertad (Par) 0 (1)
Todos festejan (foto River Plate)













A eso vino Libertad a la Argentina. Para completar una serie que ellos mismos dieron por terminada en Paraguay y anoche, cuando Luis Buitrago dio el pitazo inicial. Así lo demostró la actitud que tomaron los paraguayos, que sólo se limitaron a esperar que el tiempo pasara.

Cualquier equipo con pretensiones, ante un resultado adverso en la ida como local, sale en la revancha a quemar las naves en los primero minutos para lograr acortar la ventaja. Pero Libertad no tuvo la más mínima intención de atacar y se limitó a esperar.

Formó con dos líneas de cuatro y las mantuvo tan rígidas que dependieron de errores en el manejo de River para llevar peligro al arco de Marcelo Barovero. Lo lograron a través de un par de contras que fueron bien resueltas por el uno y ahí se terminaron sus intenciones de dar vuelta la serie.

Si con este River nos acostumbramos a ver flojas rivales maniatados y sin reacción, ayer no hizo falta que el Millo hiciera mucho para plasmar su superioridad. Ya había hecho todo en la noche de Paraguay.

Futbolísticamente hablando, es poco lo que se puede analizar del encuentro. Un equipo que solo esperaba que el reloj hiciera su trabajo y otro que ya se sentía seguro y que solo buscaba vulnerar al rival porque la historia y la localía así lo indicaban. La tranquilidad final llegó cuando el Millo convirtió el gol en el final del primer tiempo.

Una buena jugada hilvanada por el sector medio lo dejó a Carlos Sánchez de frente al arco. Su remate pegó en el palo y en el rebote, Gabriel Mercado le dio desde el vértice del área grande y sin violencia, la pelota apenas cruzó la línea, aunque el portero paraguayo se esforzó por sacarla, pero la pelota ya había ingresado.

Si la primera mitad había sido un trámite, con la ventaja, el complemento fue casi un entrenamiento con público. River se floreó y terminó el encuentro con un equipo plagado de jugadores de las inferiores, que demostraron estar deseosos de ganar minutos en el primer equipo. Toques, lujos y sociedades que prometen de parte de los chicos de la casa. Tomás Martínez, Sebastián Driussi, Givanni Simeone, Augusto Solari, Lucas Boye, Ramiro Funes Mori y Germán Pezzella son los nombres de los jóvenes que están pidiendo pista.

La noche terminó coronada con el gol del Cholito, pero antes, Boyé había tenido dos claras. Un remate suyo pegó en el palo y otro le desfiguró la cara al uno de Libertad. El chico tiene la confianza de Marcelo Gallardo, pero no está teniendo la suerte que todo delantero necesita. De todos modos, cumplió una buena actuación, fue solidario y se asoció bien con sus compañeros. Es joven y le falta roce para ser un delantero completo.

River obtuvo el pase a cuartos de final casi sin transpirar y esto le permitió guardar algunos jugadores que venían con una carga importante de partidos. Hombres como Sánchez, que parece no querer parar nunca, o Jonathan Maidana y Leonardo Pisculichi que no habían tenido descanso y empezaban a sentir el trajín, serán claves de cara al mes y medio de competencia que queda.

La próxima semana comienza la siguiente etapa de esta Copa y el rival será Estudiantes de La Plata. Un equipo siempre complicado que dejó en el camino a Peñarol, en Uruguay, en la definición desde el punto del penal. El encuentro de ida será en la ciudad de las diagonales y luego la revancha en el Monumental.

Pero antes, habrá que viajar a Rafaela para enfrentar al equipo local por el torneo doméstico, en donde River tiene cuatro puntos de ventaja y no quiere dejar unidades en el camino porque sus perseguidores están esperando un traspié. Sobre todo Lanús, que se quedó afuera de la Copa y tiene como único objetivo el torneo Argentino.

Formaciones

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Pezzella (7), Funes Mori (7), Vangioni (7); C. Sánchez (8), Ponzio (6), Rojas (6); Driussi (7); Boyé (6) y Gutiérrez (6). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 15’ST Simeone (6) por Gutiérrez; 16’ST T. Martínez (6) por Rojas; 22’ST A. Solari (6) por C. Sánchez.

Libertad (Par): R. Muñoz; Moreira, A. Román, Balbuena, Benegas; C. Vargas, S. Aquino, Bareiro, J. González; H. López y N. Camacho. Director Técnico: Pedro Sarabia.

Resumen

Goles: 42’PT Mercado (Riv); 46’ST Simeone (Riv)
Incidencias: 22’PT expulsado Bareiro (Lib).
Arbitro: Buitrago (bien)
Figura: C. Sánchez (Riv)

lunes, 20 de octubre de 2014

3elgran0

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 12 – 19 de octubre de 2014
River Plate 3 – Belgrano (Cba) 0
Volvió el goleador (foto River Plate)













Se había convertido en un rival complicado. Después del 26 de junio de 2011, el morbo se apodera del ambiente futbolístico cuando River tiene que enfrentar a Belgrano de Córdoba. Pero este River pulveriza todas las estadísticas negativas y echa por tierra todos los comentarios adversos.

Aunque aquel recuerdo sea imborrable, en este año, el Millonario se va encargando de poner las cosas en su lugar. Salió campeón; en la Bombonera y en el Gasómetro derrotó a Boca y San Lorenzo, respectivamente, tras diez años; ganó en Paraguay, cuando River hacía mucho que no ganaba afuera del país por torneos internacionales; y este fin de semana venció a Belgrano, a quién no le ganaba en el Monumental desde el 2002.

La formación inicial contó con algunas sorpresas, como la inclusión del juvenil Guido Rodríguez en lugar de Leonardo Ponzio y la de Augusto Solari por el lateral derecho, dando muestras de que el partido por la Copa dejó secuelas de cansancio y rendimiento en algunos jugadores.

Desde el comienzo del partido, el Millo hizo todo lo posible por romper el cero, mientras los cordobeses buscaban aguantar y pegar alguna contra. En ese ímpetu por ir constantemente, Ariel Rojas puso un pase profundo dentro del área para la llegada de Leonel Vangioni, que ingresó solo y, en vez de mandar el centro atrás, tocó por debajo de Carlos Olave y marcó el primer tanto del partido.

En el complemento, el local entró dormido y regaló los primero 25 minutos en los que el Pirata generó lo más peligroso para el arco de Marcelo Barovero que, si había dejado alguna duda el pasado jueves, este domingo se encargó de demostrar que está intacto. Un par de intervenciones suyas evitaron que los celestes llegaran al empate, sobre todo por ese tiro a quemarropa de Emiliano Rigoni que el uno logró desviar por arriba del travesaño.

Pero cuando Belgrano hacía mejor las cosas y empezaba a hacer méritos para llegar al empate, Carlos Sánchez desbordó por derecha y metió un centro que calzó de derecha Teófilo Gutiérrez a la carrera, rompiendo el arco cordobés.

A partir de allí, el partido volvió a ser de River, que no brilló y se nota que cada vez le cuesta más aguantar el ritmo intenso que proponía en las primeras fechas, pero con la tranquilidad de la ventaja, siguió moviendo el balón y dominando al rival a su antojo hasta que, cerca del final, llegó el tercero.

Otra gran jugada del volante uruguayo que con un pase al medio del área habilitó a Teo que, de frente al arco, pudo elegir a donde rematar. Con la tranquilidad que lo caracteriza últimamente, definió rasante entre varias piernas y selló el resultado.

Así, con el triunfo, River consigue cortar otra racha negativa, mantiene su invicto, llega a 19 fechas sin derrotas por el campeonato local y conserva la ventaja con sus perseguidores. Además, aprovecha para darles rodaje a jugadores juveniles y descanso a los que vienen aguantando el mayor trajín.

La inclusión de Guido Rodríguez como volante central fue una sorpresa. Puede encontrarse la explicación en el bajo rendimiento de Ponzio el pasado jueves, o tal vez sea solo rotación, pero el chico mostró ser un cinco ordenado, que juega sencillo, que siempre está bien parado y que tiene buen panorama para distribuir el juego en la mitad de cancha buscando siempre el pase al compañero mejor ubicado.

También fue bueno el ingreso de Eder Balanta, que debutó en el ciclo Gallardo, e hizo que no se extrañara en a Ramiro Funes Mori. Está claro que hay mucho recambio en la zona defensiva e incluso en el puesto de volante central, pero en la delantera y los volantes ofensivos no hay tantos nombres que puedan suplir con el mismo nivel a los titulares y sus ausencias se notan.

Por supuesto que queda en evidencia que la presencia de Teófilo es clave en el funcionamiento del equipo. En el descansa el peso ofensivo y lo demuestra con goles cada vez que juega. El colombiano no para de facturar y ya es el goleador del torneo con diez, en doce fechas. Los ingresos de Lucas Boyé en presencia del cafetero serán importantes para que el juvenil aprenda y gane confianza.

El equipo del Muñeco sigue puntero e invicto. El miércoles tiene el partido de vuelta contra Libertad por Copa Sudamericana que, sin subestimar al rival, y teniendo en cuenta el resultado obtenido en Paraguay, tal vez sea una buena ocasión para descansar a algunos hombres como Leonardo Pisculichi, a quién se lo vio muy cansado, Rodrigo Mora y Carlos Sánchez, que parece no necesitar reposar porque es un tractor inagotable.

El Muñeco ya dijo que iba a esperar hasta la última hora del miércoles para ver qué equipo va a presentar el jueves en el duelo contra Libertad. Mientras tanto, sigue a paso firme en el torneo local, y se vienen tres jornadas claves con rivales de la parte alta de la tabla: Atlético Rafaela, Estudiantes y Vélez, por lo que será fundamental obtener triunfos para llegar al final con una ventaja importante.

Formaciones

River Plate: Barovero (8); Solari (5), Maidana (8), Balanta (7), Vangioni (8); C. Sánchez (8,5), G. Rodríguez (7), Rojas (7); Piscullichi (5); Mora (5) y T. Gutiérrez (8). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 14’ST Driussi (6) por Pisculichi; 25’ST Boyé poro Mora; 25’ST Mercado por Solari.

Belgrano (Cba): Olave; Aveldaño, Ferreyra, Lema, F. Álvarez; Parodi, Farré, E. González, J. Velázquez; Zelarrayán; y C. Pereyra. Director Técnico: Ricardo Zielinsky.

Resumen

Goles: 33’PT Vangioni (Riv); 27’ST T. Gutiérrez (Riv); 42’ST T. Gutiérrez (Riv)
Incidencias: no hubo.
Arbitro: J. Baliño (aceptable)
Figura: C. Sánchez (Riv)

viernes, 17 de octubre de 2014

Sin Cortes

Copa Sudamericana 2014 – Octavos de final ida – 16 de octubre de 2014
Libertad (Par) 1 - River Plate 3
Gio y Driussi, goleadores (foto River Plate)













Partido raro. Podría decirse que duró cuatro tiempos, o que se dividió en cuatro períodos, como un partido de básquet. Que en todos ellos River fue más y no merecía perder, pero entre el Millo y las Copas hay algo inexplicable que se hace recurrente en cada participación y recién en el último tramo logró imponer su supremacía.

Analizando el encuentro en cada una de sus etapas, el primer tiempo de los de Marcelo Gallardo fue correcto, sin ser avasallante, por lo agobiante de la temperatura y la amplitud del terreno, fue el que más buscó y el que tuvo las situaciones más claras, pero cada remate o llegada al arco se encontraba con una pierna paraguaya que impedía que el disparo llegara franco a la meta.

Los locales no inquietaban a Marcelo Barovero y la etapa se esfumaba sin penas ni glorias. Pero la historia de River en estas competencias es especial. Es una especie de amor-odio inexplicable. No es la primera vez que el conjunto de la banda domina a un rival, a tal punto de no sufrir llegadas en contra, y en una jugada aislada o remate desde saturno, la pelota se cuela entre los tres palos y el trámite se vuelve adverso.

Así parecía que transcurriría la noche de Asunción. Con otro de esos cachetazos increíbles que sacuden la modorra. Un pelotazo desde la casa de Vargas cuando se moría esta mitad (o cuarto) y una Trapito mal parado, fue suficiente para poner en ventaja al equipo local. Inmerecida por el trámite, pero posible por errores propios, ya que Ramiro Funes Mori le dio todo el tiempo del mundo al jugador gumarelo para que se pudiera acomodar y rematar con tranquilidad.

En el complemento, la visita salió decidida a encontrar un gol que le permita ir al Monumental con un poco más de tranquilidad. Pero la Copa tenía más sorpresas. A los nueve minutos, un remate perdido dentro del área visitante pegó en el brazo de Germán Pezzella y el árbitro cobró penal. La sensación de una dura derrota comenzaba corporizarse, y de golpe, el estadio se quedó sin luz. Parecía ser un guiño del destino. Otra de esas cosas que tienen las competencias continentales que las hace impredecibles. La cuestión era saber si el guiño era a favor o en contra.

Las ejecuciones desde los doce pasos suelen estar cargadas de tensión y, los que saben, suelen decir que cuanto más tiempo tenga el ejecutante para pensar, más posibilidades tiene de fallar. En este caso, Hernán Rodrigo López fue el encargado, y tuvo que esperar algo más de veinte minutos. 

Cuando volvió el suministro eléctrico, intentó colocar el balón esquinado a la izquierda de Barovero, que  voló hacia ese lado. Tan esquinado quiso meterlo, que la pelota se perdió por la línea de fondo y el resultado se mantuvo como estaba: 1 a 0 abajo. Comenzaba otro partido.

Poco después, aprovechando la envión anímica, el Mellizo desbordó y, con una barrida, evito que la pelota saliera del terreno de juego, colocando un centro atrás ante la atenta mirada de los jugadores locales, que creyeron que la pelota había salido. Carlos Sánchez entró al área chica y definió bajo por el medio del arco, marcando el empate y generando el desconcierto del juez, que no sabía que sancionar, a la vez que veía que el línea corría hacia la mitad de cancha convalidando el tanto.

El empate era justo, el gol de visitante importantísimo de cara a la revancha y otra vez el apagón. El primero había generado un oasis en el desierto. Fueron seis o siete minutos en los que el partido se dio vuelta 180 grados.

Luego de quedar a oscuras por segunda vez, apareció la astucia e inteligencia del Muñeco. Ante un partido largo, pesado y caluroso, guardó los cambios para el final y aprovechó para poner las piernas frescas de los juveniles Sebastián Driussi, Giovanni Simeone y Augusto Solari. 

Los dos delanteros se encargaron de sellar el resultado. El primero, tras habilitación de Rodrigo Mora, definió bajo y a un palo para anotar su primer gol en la primera de River; el segundo, tras pase de Leonardo Pisculichi, la picó ante la salida del arquero local. Así quedaba sellado el 3 a 1 final y llegaba la tranquilidad a una serie que, antes de la primera interrupción, parecía ser otra mala noche de copa.

Más allá de las vicisitudes presentadas en la noche de Asunción, hay que destacar que, aunque era superior, no estaba siendo un buen partido de River. Leonardo Ponzio estuvo muy errático, fallando pases fáciles, regalándole la pelota a los rivales y perdiendo más de lo que recuperaba.

Marcelo Barovero fue responsable en el gol, parecía bien parado, pero no reaccionó a tiempo ante un remate que se iba abriendo y apenas llegó a tocarla con las puntas de los dedos cuando el balón se coló casi por el medio del arco. En el penal leyó bien el remate, y después no tuvo mucha más participación.

Lucas Boyé es un excelente proyecto, pero en Paraguay no tuvo un buen partido, se lo está cargando con mucha responsabilidad, no hay que olvidar que es un chico y que una seguidilla de bajas actuaciones puede complicar su futuro y hacerle perder confianza. Debe estar tranquilo y no sentir que sobre él recae la responsabilidad de reemplazar a Teófilo Gutiérrez, él no es culpable de que el colombiano no tenga un reemplazo de experiencia en este plantel.

Es importantísimo que los goles hayan llegado de los pies de los chicos de River, que venían teniendo mala fortuna en las definiciones (recordar los palos de Gio en la Copa Argentina contra Rosario Central) y que anoche se amigaron con el gol. El cuerpo técnico deberá trabajar con Lucas Boyé para que no se desanime, ya que no pudo convertir, salió reemplazado y los que entraron sí pudieron anotar.

River se trae más que una victoria de Asunción. Los tres goles anotados en condición de visitante son un golpe durísimo para el rival, que deberá ganar, como mínimo, 3 a 0 en el Monumental para poder pasar de fase sin ir a los penales. Para el conjunto del Muñeco, es una tranquilidad de cara al duro calendario que se viene. Sin subestimar el encuentro, podrá mechar algunos jugadores para dosificar los esfuerzos de cara al futuro.

En una noche larga y con apagones, Gallardo y River mostraron estar encendidos. Que a pesar del trajín, quieren ir por las dos competencias y, sobre todo, tuvieron las luces suficientes para aprovechar cada situación del partido, cada corte de luz, cada momento favorable (como el penal errado) y dejar la serie muy favorable para el partido de vuelta.

Formaciones

Libertad (Par): R. Muñoz; Moreira, P. Benítez, Balbuena, Benegas; C. Vargas, S. Aquino, Molinas, J. González; H. López y D. Pérez. Director Técnico: Pedro Sarabia.

River Plate: Barovero (4); Mercado (6), Maidana (7), Pezzella (6), Funes Mori (6,5); C. Sánchez (6,5), Ponzio (4), Rojas (4,5); Piscullichi (6,5); Mora (7) y Boyé (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 16’ST Driussi (6) por Boyé; 27’ST Simeone por Mora; 32’ST Solari por Pisculichi.

Resumen

Goles: 45’PT Vargas (Lib); 15’ST C. Sánchez (Riv); 26’ST Driussi (Riv); 30’ST Simeone (Riv)
Incidencias: 10’ST se cortó la luz; 10’ST H. López (Lib) erró un penal; 16’ST se cortó la luz.
Arbitro: V. Carrillo (bien)
Figura: Mora (Riv)

La Máquina Millonaria en Facebook:  https://www.facebook.com/LaMaquinaMillonariaRiverPlate?ref=hl

lunes, 13 de octubre de 2014

Más que tres puntos

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 11 – 12 de octubre de 2014
Newell’s 0 – River Plate 1
Otro Ramirazo (foto Telam)













La visita a Rosario se avizoraba como el final de un línea que se había puesto como límite para definir para que estaba este River. Newell’s era el tercer rival directo y de fuste en la lucha por el campeonato, y obtener un buen resultado era clave para el futuro. Sobre todo porque, los que vienen atrás, estaban esperando un traspié tras no haber podido ganar sus partidos.

El resultado final no pudo ser mejor. Los tres puntos aumentaron la ventaja con los perseguidores y le permitió sortear esa peligrosa seguidilla sin derrotas, manteniendo el invicto y alejando a los que se quieren meter en la discusión, que esperan que otros hagan lo que ellos no pueden hacer.

Mucho se especuló con que River podría estar atravesando una crisis. La eliminación en la Copa Argentina podría haber calado hondo en el ánimo del plantel. Los cuatro empates consecutivos y el bajo goleo permitían elucubrar todo tipo de teorías. Pero el River de Marcelo Gallardo no deja de sorprender: cuando no juega bien, da muestras de carácter para sobreponerse a la adversidad.

El equipo rosarino le dio un poco de su propia medicina. Le planteó un partido con presión en el campo rival, no dejándolo jugar con comodidad y cortándole los circuitos futbolísticos. Ambos proponían lo mismo y el partido salió trabado y mal jugado. Ninguno de los dos llegaba con claridad y, en el primer tiempo, era el local el que hacía mejor las cosas.

A Leonardo Ponzio le costó hacer pie, tuvo un primer tiempo para el olvido y esto hizo que el rendimiento de todo el medio campo se viera resentido. Los delanteros estuvieron desconectados y lo mejor se vio en el lado defensivo, sostenido por las buenas respuestas de Marcelo Barovero y la sobriedad de Jonathan Maidana.

Para el complemento, el Muñeco entendió que debía cambiar el libreto. Como por abajo no encontraba respuestas, el Millonario se hizo fuerte en el juego aéreo. Allí gano tanto en defensa como en ataque, a tal punto que las jugadas más peligrosas llegaron por esa vía. Primero, un tiro de esquina ejecutado por Leonardo Pisculichi encontró el cabezazo de Gabriel Mercado que obligó a la volada espectacular de Ustari. Luego, un desvío del juvenil Lucas Boyé tras un golpe de cabeza de Maidana, pegó en el palo y, así, parecía que a River se le escapaba otro encuentro por la buena actuación del uno y los palos.

Quinto partido consecutivo en el cual la estructura del arco le impide al Millo llegar al gol. También es increíble la mala fortuna de los delanteros juveniles de River. El jueves fue Giovanni Simeone quién estrelló dos tiros en el travesaño, este domingo le tocó a Boyé y así los púberes no pueden convertir ante la falta de los delanteros de experiencia.

Parecía que la racha de cinco derrotas consecutivas y ocho años sin ganar en el Coloso del Parque seguiría persiguiendo al Millonario. Pero a favor jugaba que este año se cortaron dos rachas similares: diez años sin ganar en la Boca, y diez años sin ganar en el Gasómetro. Era la ocasión ideal para acabar con un nuevo estigma.

Y quién mejor para hacerlo que el especialista en silenciar estadios colmados de público local. Otra ejecución desde la esquina de Piscu, encontró un cabezazo a media altura de Ramiro Funes Mori, que dejó helado al uno ex Independiente y el público riverplantese explotó en sus hogares.

Faltaban 25 minutos, más el adicional, para el final del partido y había que cuidar la ventaja obtenida, que mucho había costado y que era fundamental para el futuro. Entonces Gallardo mostró que sabe leer los partidos y sus momentos, y tiró a la cancha al juvenil Guido Rodríguez para darla una mano a Ponzio. Allí creció el rendimiento del ex Newell’s y la visita comenzó a cerrar los espacios impidiendo los avances de los leprosos que carecieron de ideas claras para llegar al empate.

Así pasaron los minutos y River obtuvo un triunfo que le permite cortar esa mini racha de cuatro empates y estirar la ventaja con sus perseguidores. Pero además, le da el envión anímico necesario de cara al mes y medio que se avecina y le asesta un golpe a los rivales que esperaban un traspié, que ven que a este River, como dijo su entrenador, hay que pegarle muchas veces para derrotarlo, porque se levanta y se recupera.

Lo visto en los primeros 65 minutos de juego, son una clara muestra de lo que se remarcaba al comienzo del semestre, cuando se reclamaban refuerzos de jerarquía para poder afrontar las tres competencias con tranquilidad y equilibrio. El jueves pasado se dejó pasar la oportunidad de oro de avanzar, y tal vez de ganar, la Copa Argentina por este motivo, por no tener jugadores que puedan evitar el desgaste de los que juegan habitualmente.

El hecho de tener que improvisar a Germán Pezzella como segundo marcador central, es otra muestra de ello. Evidentemente Bruno Urribarri no convenció a Gallardo y por eso Ramiro jugó de tres y Germán ocupó su posición en la zaga. El bajo rendimiento del medio campo también es prueba de ello y ni que hablar de la anemia ofensiva cuando Teófilo Gutiérrez no juega: sin él, River casi no hizo goles y los pocos que hizo, fueron de defensores.

Marcelo Gallardo y su equipo siguen aprobando exámenes en el torneo local. Ya mostró astucia, inteligencia, carácter y buena lectura de los momentos de un partido. Un combo que todo gran técnico debe tener, y el Muñeco está demostrando, con trabajo y con resultados, que está a la altura del desafío.

En Rosario, no solo se ganaron tres puntos, se consiguió una de esas victorias que te encaminan al campeonato, porque Newell’s era un rival directo y peligroso, por el entorno y por lo que significa ganar allí, y porque les envía un mensaje a los que “van a gritar los goles de los rivales” que a este River no va a ser tan fácil bajarlo.

Formaciones

Newell’s: Ustari; C. Díaz, L. Fernández, V. López, Casco; Orzán, H. Villalba, Bernardi; F. Muñoz, L. Figueroa y M. Rodríguez. Director Técnico: Gustavo Raggio.

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Maidana (7), Pezzella (7), Funes Mori (7); C. Sánchez (6), Ponzio (5), Rojas (5); Piscullichi (5); Mora (5) y Boyé (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 21′ST Solari (5) por Mercado; 25′ST G. Rodríguez por Pisculichi; 36′ST Simeone por Boyé.

Resumen

Goles: 22’ST Ra. Funes Mori (Riv)
Incidencias: no hubo.
Arbitro: N. Pitana (aceptable)
Figura: M. Barovero (Riv)

jueves, 9 de octubre de 2014

Un objetivo menos

Copa Argentina 2014 - cuartos de final – San Juan - 9 de octubre de 2014
Rosario Central 0 (5) - River Plate 0 (4)
Adios en cuartos (foto River Plate)













Se acabó la excursión de River por la Copa Argentina. Una eliminación que no duele tanto porque desde el principio se visualizó como el objetivo de menor importancia, a tal punto que siempre se encaró con equipos alternativos y la formación presentada en este encuentro es una muestra de ello.

El principal dolor se produce porque en los noventa minutos el Millonario fue mejor que su rival, concretando la mejor actuación en esta copa, pero, una vez más, los travesaños no le permitieron encontrar el gol y la buena actuación de Mauricio Caranta hizo el resto. Las que los delantero Millonarios enviaban al arco, el uno rosarino se encargaba de desviarlos.

Luego llegó la lotería de los penales, instancia en la que los dirigidos por Marcelo Gallardo habían logrado las clasificaciones en instancias previas, y allí, el flojo remate de Bruno Urribarri en la quinta ejecución, y la precisión de los Canallas, dejaron a River sin el cheque de $700000.

Una pena haber perdido en esta instancia, porque viendo los equipos que quedan en las otras llaves, se podría pensar que las posibilidades de obtener un nuevo título eran muchas y solo faltaban dos escalones para el final. Pero la necesidad de rotación y la falta de un plantel con nombres para afrontar tres competencias obligaron al Muñeco a poner un equipo plagado de juveniles, con algunos hombres que habían perdido su lugar en el primer equipo por bajo rendimiento.

Ya se había destacado en este espacio que tarde o temprano, el encarar tantas competencias con un plantel corto terminaría pasando factura, tanto en lo físico como en los resultados, y este traspié solo confirma lo que al principio del semestre se temía cuando los refuerzos no llegaban.

Una vez más se dejó pasar la posibilidad de ganar la Copa Argentina. El año pasado, con Ramón Díaz como director técnico y otra comisión directiva, se criticó mucho la decisión de enfrentar a Estudiantes de Buenos Aires, por la primera ronda, con suplentes. La posterior eliminación en manos del Pincha reforzó esas críticas.

Hoy la situación es similar. El Millonario se va de la copa por penales, sin haber conseguido ningún gol y poniendo mayoría de suplentes en sus tres presentaciones. Lo destacable de estas actuaciones es el rodaje que ganan algunos juveniles un poco relegados, como el caso de Emanuel Mammana y Germán Pezzella, dos grandes defensores que tienen mucho futuro con la banda roja en el pecho.

También la presentación de Guido Rodríguez, un cinco que tiene clase y que comenzó un poco nervioso, errando algunos pases sencillos pero que con el correr de los minutos fue ganando confianza y redondeó una buena presentación.

Lo más flojo del equipo se vio por el sector izquierdo. La elaboración de las jugadas era buena en el resto del campo, pero por ese sector fallaban los pases, los centros eran malos y cometían muchos errores en defensa, ya que por ahí llegaron las jugadas más peligrosas de los rosarinos.

El ingreso de Ariel Rojas le dio más confianza a Urribarri y levantó un poco su nivel, pero el haber errado el penal seguramente lo relegará bastante en la consideración. Aunque ahora tendrá algunas chances por la partida de Leonel Vangioni a la selección.

Lo cierto es que el desgaste empieza a pasar factura. Ya quedó en el camino uno de los objetivos y quedan dos por delante: el torneo local y la Copa Sudamericana. Ambas competencias con rivales difíciles y con un calendario cargado hasta fines de octubre, a lo que hay que agregar posibles convocatorias a selecciones nacionales, lo que también dejará diezmado al plantel.

Formaciones

Rosario Central: Caranta; P. Ferrari, Berra, Acevedo, R. Delgado; Encina, Musto, Barrientos, J. Aguirre; J. Valencia y Abreu. Director Técnico: Miguel Ángel Russo.

River Plate: Chiarini (7); A. Solari (6), Mammana (6), Pezzella (6), Urribarri (4,5); C. Sánchez (5), G. Rodríguez (5), Ferreyra (4); T. Martínez (4); Driussi (5) y Simeone (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 18’ST Rojas (5) por Ferreyra; 18’ST Mora (5) por Martínez; 36’ST Boyé por Simeone.

Resumen

Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Definición por penales:
River: Rojas (gol), Mora (gol), C. Sánchez (gol), Pezzella (gol), Urribarri (contuvo Caranta).
Rosario Central: Barrientos (gol), Delgado (gol), Ferrari (gol), Caranta (gol), Abreu (gol).
Arbitro: F. Echenieque (bien)
Figura: Caranta (RC)

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domingo, 5 de octubre de 2014

No se festeja

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 10 – 5 de octubre de 2014
River Plate 1 – Boca Juniors 1
Pezzella, de goles importantes (foto River Plate)













Difícil salir de la piel del hincha para escribir algo sobre este partido que nunca debió haberse jugado. Si hubiera sido en “la vereda de enfrente”,  habría fuegos artificiales y festejos en mitad de cancha. Pero esto es River, ese equipo que, por historia, siempre quiere ganar, juegue donde juegue, contra quien juegue y en las condiciones que sean, sin renegar de su estilo.

Lamentablemente, el tiempo, por el clima y no por el reloj de Agustín Orión,  es el principal rival del equipo de Marcelo Gallardo. Las tres veces que tuvo que enfrentar partidos con lluvia y cancha pesada (Arsenal, Lanús y Boca), no pudo obtener los tres puntos, aunque lo mereció ampliamente.

Sabido era que, jugar en estas condiciones, iba a favorecer a aquel que se dedica a destruir, a deshacerse del balón y a ensuciar el juego. El estado del terreno maquilló el papelón que vino a hacer Boca al Monumental. Demoró el juego en cada ocasión que tuvo, cada saque de arco, cada lateral, incluso, su arquero tardó en salir al segundo tiempo, toda una muestra de sus intenciones.

Esta estrategia fue posible también por la complicidad del árbitro, que tuvo un partido paupérrimo. Dejó seguir jugadas que no merecían ventaja; cortó otras que si la merecían, como la que terminó en gol de Rodrigo Mora; anuló, mal, un gol de Teófilo Gutiérrez por posición adelantada; cobró un penal que no fue y expulsó al jugador que cometió la infracción; permitió que la visita demorara el juego constantemente; y estuvo mal al juzgar las jugadas de tarjeta, por exceso o por defecto.

Por supuesto que lo futbolístico es prácticamente imposible de analizar. River no pudo jugar a lo River y Boca estaba en su salsa porque nunca quiso jugar. El tiempo y la cancha se lo permitieron y el Millo tardó en acomodarse, pero cuando lo logró, la audacia del Muñeco le permitió llegar al empate.

En el primer tiempo, casi sin proponérselo, el xeneize abrió el marcador tras un tiro libre que desvió Lisandro Magallán y descolocó a Marcelo Barovero, que nada podía hacer. Con la ventaja, se acentuó la intención de evitar que el juego tuviera continuidad y era común la imagen de la pelota volando por el cielo del Monumental.

Llegando al final de la primera etapa, un error del juez le permitía a River tener la chance de llegar al empate mediante un tiro penal. Pero a River los penales le cuestan horrores. De los últimos nueve, solo metió tres, y frente a Boca vienen a la memoria varios tiros desperdiciados desde los doce pasos que evitaron resultados positivos: Hernán Díaz en le Bombonera en 1992; Marcelo Salas también en el riachuelo; Marcelo Gallardo en el Monumental;  y se suma a la lista Rodrigo Mora, que lo tiró por arriba del travesaño y evitó poner justicia en el tanteador.

En el complemento, los cambios dieron una idea de las intenciones de cada uno. Arruabarrena quería aguantar el resultado y Gallardo darlo vuelta como sea. Llegando a la mitad de esta etapa, el Muñeco mostró otra cualidad: la astucia. Sacó a un defensor para poner un delantero en el entretiempo y luego sacó a un volante para poner un defensor, pero que se fue a parar de nueve. Así llegó el empate. Germán Pezzella cabeceó un pelotazo frontal de Ramiro Funes Mori que el uno xeneize no pudo contener y, en el rebote, el mismo Pezzella la mandó al fondo de la red.

El empate era injusto, porque River merecía ir ganando el partido, pero el defensor empezaba a poner un poco de justicia en el marcador. Después, el juvenil Lucas Boyé tuvo dos ocasiones para marcar, pero sus definiciones fueron defectuosas y no pudo darle la victoria al Millo.

Así se fue el último superclásico del año, un año que se recordará porque el eterno rival no pudo ganar. Se jugaron seis encuentros entre oficiales y amistosos y en ninguno de ellos los del riachuelo pudieron llevarse una victoria.

El final del encuentro no tuvo luces de colores en el cielo, porque los empates no se festejan. El descontento era generalizado, los cánticos hacia la actitud del visitante colmaron el ambiente del Monumental, y luego fueron tapados por aplausos para un equipo que sigue mostrando virtudes. Que muestra la actitud para reponerse ante resultados y condiciones adversas. Que tiene un técnico astuto, que sabe lo que quiere y demuestra que no es un improvisado. Que, aunque hace tres partidos que no gana, sigue puntero e invicto, y que va por el Bicampeonato.

Formaciones

River Plate: Barovero (5); Mercado (6), Maidana (7), Funes Mori (4), Vangioni (5); C. Sánchez (5), Ponzio (6), Rojas (6,5); Piscullichi (5); Mora (4) y Gutiérrez (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 0′ST Boyé (5) por Vangioni; 30′ST Pezzella por Pisculichi; 30′ST Solari por C. Sánchez.

Boca Juniors: Orion; Marín, Echeverría, Magallán, Colazo; Meli, Erbes, Gago; Carrizo, Calleri y Chávez. Director Técnico: Rodolfo Arruabarrena.

Resumen

Goles: 22’PT Magallán (Boc); 33’ST Pezzella (Riv)
Incidencias: 41’PT expulsado Gago (Boc); 43’PT Mora (Riv) desvió un penal; 38’ST expulsado Ra. Funes Mori (Riv)
Arbitro: M. Vigliano (Mal)
Figura: Pezzella (Riv)