domingo, 30 de noviembre de 2014

A esperar

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 18 – 30 de noviembre de 2014
River Plate 3 – Banfield 2
Cave y sus 100 goles (foto River Plate)













River comenzó su partido contra Banfield sabiendo que Racing estaba ganándole a Rosario Central, lo cual lo obligaba a obtener los tres puntos para estirar la definición del campeonato hasta mediados de Diciembre, cuando el finalista de la Copa Sudamericana finiquite su participación allí.

Seguramente, la mitad de Avellaneda estaba ilusionada cuando terminó el primer tiempo. Es que a los 42 minutos de esa etapa, Nicolás Bertolo definió al ángulo más lejano de Marcelo Barovero luego de una exquisita jugada personal poniendo en ventaja al Taladro.

Hasta allí el partido del local no era bueno. Con una alineación similar a la que enfrentó a la Academia en el Cilindro, con el agregado de Teófilo Gutiérrez y con la vuelta al esquema 4-3-1-2 con Tomás Martínez de enganche, el Millo no podía llegar con claridad. Solo se destacaba el esfuerzo del colombiano, que los corría a todos, y alguna jugada aislada, pero sin demasiado peligro.

En el complemento, Marcelo Gallardo entendió que este encuentro no se le podía escapar si quería llegar con chances a la última fecha, así que mandó a la cancha a Carlos Sánchez y Fernando Cavenaghi. El funcionamiento cambió 180 grados, dando claras muestras de que los suplentes están muy lejos en su producción respecto de los titulares.

Estos dos nombres revitalizaron al equipo. El uruguayo fue la figura de la cancha y envió un mensaje de cómo se debe jugar cada partido con esta camiseta. Despliegue, marca, proyección, entrega y gol, un combo inmejorable que le alcanzó para ser el mejor en tan solo cuarenta y cinco minutos de juego.

¿Qué decir del Cavegol? Tras cuatro meses afuera por la intervención quirúrgica a la que fue sometido debido a una bursitis plantar, volvió a tener minutos en primera contra Racing y Boca y la tercera fue la vencida. Contra Banfield ingresó en el complemento y fue suficiente para darle el empate parcial a los ocho minutos con un remate de larga distancia, y la victoria definitiva con un tiro penal a los 28. Además, como corolario, con esas dos conquistas entró en la elite de goleadores Millonarios con 101 tantos.

Pero antes esto, tras dar vuelta el marcador en cuatro minutos con los goles de Cave y el uruguayo, Osmar Ferreyra se hizo expulsar por una infracción tonta en mitad de cancha y en la jugada siguiente Augusto Solari cometió una infracción dentro del área que el juez sancionó como penal. Santiago Salcedo puso el empate y Racing volvía a festejar.

Poco después, fue el mismo Solari quien, a pura gambeta, se metió en el área de Gaspar Servio y los defensores le cometieron infracción barriéndolo desde atrás. Era la gran oportunidad de ponerse en ventaja y, para el Torito, de pasar los cien goles. El nueve convirtió el tiro desde los doce pasos y luego, con un hombre menos, River cuidó la ventaja sostenido en los rendimientos de Marcelo Barovero, Germán Pezzella y Emanuel Mammana.

Los tres puntos le permiten al Millo llegar a la última fecha con posibilidades de coronarse campeón local. Para ello, Racing deberá perder o empatar su partido y a la banda no le sirve otro resultado que ganarle a Quilmes. De ser así, puede llegar a haber un doble o triple empate, ya que Lanús también está en la conversación de la jornada final si le gana a Boca.

Debido a la disputa de la final en la Copa Sudamericana a la que clasificó River, el reglamento le otorga el derecho de postergar su compromiso de la fecha 19, por lo tanto la definición se estiraría hasta el fin de semana del 14 de diciembre, cuando deberán jugarse los dos o tres partidos de los equipos implicados.

Por supuesto que estos catorce días estarán cargados de suspicacias, ya que en la última fecha, el puntero del campeonato deberá enfrentar a Godoy Cruz, equipo que tiene muchos jugadores representados por el mismo hombre que representa al técnico de Racing y a varios de sus jugadores. El mismo empresario que fue tan criticado al principio del certamen por considerar que usaba a la Academia para hacer sus negocios.

Racing deberá soportar la presión, durante catorce días, de ser el que carga con la responsabilidad de la definición, sabiendo que el Millo le respira en la nuca. Mientras tanto, el cuadro de Marcelo Gallardo se ocupará solo de pensar en ganarle a Atlético Nacional de Medellín en la sudamericana y luego apuntará todos sus cañones al torneo local, esperando que el equipo tombino le dé una mano en el final.

Formaciones

River Plate: Barovero (7); Mercado (5); Mammana (6), Pezzella (6,5), Urribarri (5); Solari (5), Cirigliano (4), Ferreyra (2); T. Martínez (4); Driussi (4) y T. Gutiérrez (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 0’ST C. Sánchez (7) por Mercado; Cavenaghi (7) por T. Gutiérrez; 23’ST Boyé (4) por T. Martínez.

Banfield: Servio; Toledo, Bianchi Arce, Noguera, Tagliafico; Yeri, Domingo, Ervitti, Bertolo; Noir y Salcedo. Director Técnico: Matías Almeyda.

Resumen

Goles: 41’PT Bertolo (Ban); 8’ST Cavenaghi (Riv); 12’ST C. Sánchez (Riv); 18’ST Salcedo –p– (Ban); 28’ST Cavenaghi –p– (Riv)
Incidencias: 16’ST expulsado O. Ferreyra (Riv).
Arbitro: D. Herrera (aceptable)
Figura: C. Sánchez (Riv)

viernes, 28 de noviembre de 2014

Fiesta Monumental

Copa Sudamericana 2014 – Semifinal vuelta – 27 de noviembre de 2014
River Plate 1 (1) - Boca Juniors 0 (0)
Barovero ataja el penal (foto agencia Reuters)















Es difícil, aunque ya paso casi un día, escribir una crónica futbolística cuando hay tantas sensaciones y sentimientos mezclados. Sin dudas un encuentro de estas características tiene muchos más condimentos que lo solo relacionado a la pelota.

Es como dicen, son enfrentamientos aparte, diferentes, con una carga emocional y psicológica que no debe tener ningún otro partido de fútbol en el mundo. Prueba de ello es el recibimiento que le brindó su público al local, sin dudas a la altura de los grandes espectáculos del mundo, similar a aquel de la final de Libertadores de 1996. Una verdadera fiesta.

En lo futbolístico, River ya había dado muestras de como jugar esta serie en el partido de ida, había marcado el terreno y envió un mensaje que mantuvo en la revancha. A la entrega y el coraje mostrados en el primer encuentro (con una cuota de violencia, a veces desmedida), le sumo un poco de fútbol en la revancha. Y se hizo fuerte a pesar de la adversidad.

Con otro arbitraje de muy pobre nivel, parecía que la noche iba a ser larga y complicada cuando, a los quien segundos (debe ser récord) Delfino sanciono penal, en una de esas jugadas que dejan dudas porque el defensor nunca ve venir al delantero, aunque la infracción es clara y se cobró, echando por tierra las especulaciones de un arbitraje localista.

Pasaron casi cuatro minutos hasta que Emanuel Gigliotti ejecutó la pena máxima y, evidentemente, tener tanto tiempo para pensar lo perjudicó. Su flojo remate a media altura fue adivinado por Marcelo Barovero, quien despejo hacia un costado con su mano derecha. Allí, River empezó a ganar el partido.

Luego hubo un par de intervenciones más de Trapito, que lo erigieron en el bastión fundamental de esos primeros minutos para desmoralizar a la ofensiva xeneize. Con el correr del partido, Leonardo Ponzio comenzó a hacerse patrón del medio, mostró como se deben jugar estos partidos, corriendo a todos, recuperando y cortando cuando hacía falta. En el debe le queda la distribución del balón. Son muchas las veces que recupera y la entrega mal, haciendo nulo el esfuerzo por la recuperación.

También hay que hacer una mención especial para los dos centrales. Germán Pezzella y Ramiro Fines Mori sacaron todo lo que paso cerca, sobre todo en el juego aéreo, parecía que tuvieran quince clásicos encima y veinte años de experiencia. Dos murallas sobre las cuales se sostuvo una merecida victoria.

Tras el tenebroso comienzo, el Millonario comenzó a amigarse con el juego, trató de imponer su idea y llego al gol a los dieciséis minutos. Tras varios rebotes fuera del área, Rodrigo Mora limpio para Leonel Vangioni que intento un remate/centro que recogió Pisculichi dentro del área y acaricio al palo más lejano del Orión.

El Monumental deliró y el alarido se escuchó en todo el mundo. El Millo se ponía en ventaja en el partido más importante del año y ya no la perdería hasta el final. Si la atajada de Trapito se había gritado como un gol, la conquista de Piscu término de noquear al rival. A partir de ese momento, Boca choco con sus propias limitaciones y con los tres baluartes defensivos millonarios.

En el complemento se pudo aumentar la ventaja para estar más tranquilos, ya que la visita intentó adelantarse en el terreno dejando más espacios para los incisivos delanteros de la banda, pero lo cierto es que los de la ribera nunca pusieron en peligro el resultado. Solo se aproximaron con algunos centros o pelotazos cruzados que no necesitaron de la intervención del uno.

La apuesta de Marcelo Gallardo de guardar todo para este partido salió bien. Logró el pase a la fina de la copa, elimino a Boca y, si hubiera ganado por el torneo local contra Olimpo, hubiera alcanzado un 100% de efectividad en la planificación. Sin dudas, sigue aprobando exámenes que justifican porque esté en el banco del más grande de la Argentina.

Para el hincha era una final, y el triunfo se vivió con angustia, pero con la felicidad de haber eliminado al clásico rival. Era la revancha de aquella semifinal de hace diez años cuando, en el Liberti, ellos se llevaron la serie por penales. Además, fue la primera vez que el Millo eliminó a Boca en una serie mano a mano por competencias internacionales.

Once años después, River volverá a disputar una final continental. Será contra Atlético Nacional de Medellín, en una serie que se presentará dura y diferente. El conjunto cafetero tiene fama de jugar bien, de obtener buenos resultados de visitante y viene de eliminar al San Pablo brasileño de Kaká, Pato, Rogerio y otras figuras.

El primer partido será en Colombia, y la revancha en el Monumental, que se vestirá de fiesta una vez más, esperando terminar el año de la mejor manera.

Formaciones

River Plate: Barovero (10); Mercado (7), Pezzella (8), Funes Mori (8), Vangioni (7); C. Sánchez (7), Ponzio (9), Rojas (7); Pisculichi (7,5); Mora (7) y Gutiérrez (7). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 38’ST Solari por Pisculichi; 41′ST Cavenaghi por Mora.

Boca Juniors: Orión; Marín, Díaz, Forlin, Colazo; Meli, Erbes, Gago, Carrizo; Calleri y Gigliotti. Director Técnico: Rodolfo Arruabarrena.

Resumen

Goles: 16’PT Pisculichi (Riv).
Incidencias: 3’PT Barovero (Riv) le atajó un penal a Gigliotti (Boc); 49’ST expulsado D. Díaz (Boc).
Arbitro: G. Delfino (mal)
Figura: Barovero (Riv)

lunes, 24 de noviembre de 2014

Pelotazo en contra

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 17 – 23 de noviembre de 2014
Racing Club 1 - River Plate 0
El gol (foto Télam)













Marcelo Gallardo tuvo que tomar decisiones y lo hizo. Él mejor que nadie sabe con el plantel que cuenta y en qué condiciones se encuentran sus jugadores luego de haber jugado un semestre completo, con tres competencias, con tan solo trece nombres importantes, sin refuerzos y muchos jugadores juveniles.

El partido contra Racing se presentaba como una bisagra en esta recta final y el único resultado que no le servía a River era perder. Lamentablemente, como viene sucediendo en los últimos partidos, una jugada desafortunada terminó sentenciando el encuentro. Un centro a media altura, un sinfín de rebotes dentro del área, un remate de Diego Milito (que gritó el gol como si hubiera sido suyo) que tapó excelentemente Marcelo Barovero y otra vez un sinfín de rebotes que tuvieron como último destino la red, tras pegar en Ramiro Funes Mori.

Curiosamente, el Mellizo, que había allanado el camino al campeonato pasado con su cabezazo en la Bombonera, tuvo responsabilidad en los goles recibidos en los últimos partidos: el empate de Olimpo, y este en contra en Avellaneda; que pueden ser los que sentencien este certamen.

Antes de la mala suerte, River había llegado tres veces con peligro al arco de Sebastián Saja. La más importante, una que le quedó servida a Sebastián Driussi dentro del área, de frente al arco, y cuyo defectuoso remate se fue por el palo más lejano. Tras el gol, los jugadores de la banda carecieron de ideas para intentar empatarlo.

La formación alternativa presentada por el Muñeco ha generado discusiones varias. Lo cierto es que, independientemente del nivel de algunos jugadores y de los errores dirigenciales, él hizo lo que creyó mejor para el plantel con lo poco que tiene. Poner un equipo que tuviera la mente y las piernas despejadas, que no estuvieran pensando en el cruce del próximo jueves contra Boca por la Copa Sudamericana.

También es posible que el técnico haya considerado que, con la mayoría de los titulares, no pudo sacar la ventaja necesaria en los últimos encuentros  contra Vélez y Olimpo, tal vez porque estaban más pendientes de la semifinal, entonces prefirió poner jugadores que no tuvieran eso en la cabeza.

Decir que River perdió el campeonato en el Cilindro es prematuro. Es verdad que perdió la cima y que quedó dos puntos detrás, pero aún faltan dos fechas, seis puntos, y nada está definido. Lo doloroso es ver que un equipo que no pateó al arco y que no propuso nada, se encontró con un gol de chiripa y después se dedicó a cuidar el resultado.

Viendo los últimos partidos, es imposible no pensar en lo lejos que quedaron aquellas tardes o noches donde River ganaba, gustaba y goleaba. Parece que hubiera sido otro campeonato. En esas jornadas, el tiempo no pasaba más, la ansiedad era mucha por llegar al final con ese rendimiento. De golpe, el principal rival de este plantel, el cansancio, apareció y poco a poco se fue perdiendo ese estilo para obtener puntos luchados y ganados con esfuerzo, teniendo que dar vuelta resultados. A partir de allí, el tiempo pasó volando, hasta llegar a esta derrota con Racing.

También es curioso como un equipo que mostró tan buen fútbol, habiendo perdido solo dos partidos, ahora ya no dependa de sí mismo para coronarse campeón. Se pasó de un racha invicta de 32 partidos, a cinco encuentros sin ganar en un abrir y cerrar de ojos, y da bronca pensar que parecen pesar más esos últimos partidos que el récord histórico para el club.

No es casualidad que esta seguidilla sin triunfos coincida con la jornada en la que se conoció que el cruce por semifinal sería contra Boca. A partir de allí, no solo el cansancio hizo su trabajo, sino que el estrés mental que eso genera también pasó factura.

Ahora River se ve en la obligación de ganar el próximo jueves para seguir en la Copa. Si ya existía cierta presión por la importancia de la instancia y el rival, esta derrota suma unos kilos más en la mochila para ese partido.

En el plano local, hay que esperar un guiño del destino que le haga perder puntos a Racing y que le permita al Millo ganar los dos encuentros que quedan, con una particularidad: si dos equipos llegan igualados al final del torneo, habrá un partido desempate; pero si son tres los que obtienen las mismas unidades (Lanús tiene los mismo puntos que River) se define por los resultados entre sí y, en ese caso, el campeón sería Lanús.

Lo cierto es que el Millonario sigue vivo en los dos frentes, con la reserva en el tanque, pero con las ganas de quedar en la historia una vez más. Están ante una posibilidad única de llegar a una final continental luego de once años y con chances en el plano local. Racing se puede caer y a Boca se le puede ganar, hay que dar el zarpazo.

Formaciones

Racing Club: Saja; Pillud, Lollo, N. Sánchez, Grimi; G. Díaz, Videla, Aued, Centurión; Bou y Milito. Director Técnico: Diego Cocca.

River Plate: Barovero (5); Mammana (6), Pezzella (5), Funes Mori (4,5), Urribarri (4); Solari (3), G. Rodríguez (4), Cirigliano (5); Ferreyra (3); Driussi (4) y Boyé (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 9’ST Cavenaghi (4) por Boyé; 9’ST T. Martínez (4) por G. Rodríguez; 24’ST Kaproff (4) por Solari.

Resumen

Goles: 15’PT Ra. Funes Mori e/c  (Riv)
Incidencias: no hubo.
Arbitro: N. Pittana (aceptable)
Figura: vacante

jueves, 20 de noviembre de 2014

Se define en casa

Copa Sudamericana 2014 – Semifinal ida – 20 de noviembre de 2014
Boca Juniors 0 - River Plate 0
Mercado, figura (foto River Plate)













Tras una semana cargada de tensiones, donde se vivía la ansiedad y el nerviosismo por este superclásico de semifinales en cada rincón donde había hinchas de ambos equipos, cuando llegó la hora de salir a la cancha, el partido se vivió y se jugó de la misma manera: mal y con nervios.

A medida que pasan los días, este River se va deshilachando cada vez más. Poco queda de aquel que promovía el GGG y se parece más a este que vemos en las últimas semanas. Cada crónica comienza diciéndose que el Millo jugó mal, bueno, esta vez jugó HORRIBLE.

Fue, sin dudas, y aunque sea reiterado, el peor partido del equipo de Marcelo Gallardo. Más dedicado a pegar y pelear cada pelota que a desplegar el juego que quiere el técnico. La prueba está en la cantidad de infracciones cometidas y de amarillas que recibieron los hombres de la banda, de las cuales, más de una, pudo haber sido roja tranquilamente.

Pero la actuación del árbitro fue tan mala como el encuentro. Temeroso y maleable, le manejaron el partido, cobró mucho para el local y amonestó mucho al visitante. No midió iguales infracciones con iguales tarjetas para ambos lados y, así, hubo siete amarillas para la visita y solo dos para los locales.

Respecto del juego, ya mencionamos que River no hizo lo que nos había acostumbrado y lo planteó más desde la lucha. Pero también hay que destacar que fue muy pobre lo hecho por Boca. Un equipo que al principio quiso, pero chocó con sus propias limitaciones, carente de ideas y sin demasiadas llegadas claras al arco de Marcelo Barovero.

El empate sin goles deja una mezcla de sensaciones. Por un lado, es positivo porque no se perdió y queda todo en manos del Millonario para intentar obtener la clasificación el próximo jueves en casa.

Por otro lado, el no convertir goles de visitante es un arma de doble filo porque, de recibir algún gol en el Monumental, cualquier empate deja al Millo afuera de la final, obligándolo a convertir más de uno.

River cumplió con el cincuenta por ciento del trabajo. Mostró el esfuerzo y el temperamento con el que se deben jugar este tipo de partidos, pero falto la mitad en la que debe jugar y crear peligro en el arco de enfrente. Prueba de ello es que no pateó al arco con claridad y Agustín Orión fue un espectador de lujo.

Las muestras del cansancio son evidentes. Jonathan Maidana salió con un problema muscular y podría perderse los próximos partidos. Carlos Sánchez, que había jugado el martes con su selección, aguantó todo el partido, pero no fue el motor del medio, y a Teófilo Gutiérrez le faltó un poco más de compromiso, jugando al trote y con poca participación.

También es meritoria la actuación y el compromiso de Gabriel Mercado, sin dudas el mejor de la cancha, clausuró su lateral y las veces que pudo se proyectó con inteligencia; además, Leonardo Ponzio, que fue de menor a mayor, no tuvo un buen partido con la pelota, pero por cómo estaba planteado el juego, se hizo fuerte en la mitad y copó la parada, a tal punto que coqueteó con la tarjeta roja.

Por el lado de Boca, hay que remarcar que es un equipo que tuvo quince días para preparar este partido, que el fin de semana jugó su encuentro por el torneo local con nueve suplentes y que, aun así, no pudo doblegar a un River que viene con un desgaste físico y mental importantísimo, jugando cada tres días con el mismo equipo, con un plantel corto y con jugadores convocados a sus selecciones.

La revancha será dentro de siete días en el Monumental, y la buena noticia es que, tanto en el torneo local, como en la Copa Sudamericana, sigue dependiendo de si mismo. Ahora hay que pensar en el domingo, cuando visite a Racing, que busca arrebatarle la cima del campeonato.

Luego habrá tiempo para pensar en la revancha con Boca. Todo se define en casa, será un buen momento para volver al triunfo allí.

Formaciones

Boca Juniors: Orión; Marín, Díaz, Forlin, Colazo; Erbes, Meli, Gago; J. Martínez, Calleri, Chávez. Director Técnico: Rodolfo Arruabarrena.

River Plate: Barovero (7); Mercado (8), Maidana (7), Funes Mori (7), Vangioni (6); C. Sánchez (5), Ponzio (5), Rojas (5); Pisculichi (5); Simeone (4) y Gutiérrez (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 19’ST Boyé (4) por Simeone; 30’ST Pezzella por Maidana; 40’ST Solari por Pisculichi.

Resumen

Goles: no hubo.
Incidencias: no hubo.
Arbitro: S. Trucco (mal)
Figura: G. Mercado (Riv)

domingo, 16 de noviembre de 2014

Desdibujado

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 16 – 16 de noviembre de 2014
River Plate 1 – Olimpo (Bahía Blanca) 1
Sin respuestas 













Así se lo vio a River en otro partido feo, en el que volvió a jugar mal, esta vez, frente a un Olimpo que no propuso absolutamente nada. Para colmo, como ocurrió en tres de los cuatro últimos partidos, un error termina pagándose muy caro y complicando un campeonato que hasta hace dos fechas parecía un lecho de rosas.

Los días en los que a River le llegaban una sola vez, le convertían un gol y luego le costaba horrores dar vuelta la situación parecían haber quedado atrás. Este River nos había quitado esa imagen de la cabeza, pero el poco recambio y los errores vuelven a hacer de éste, un equipo terrenal, acorde a la mediocridad del fútbol local.

Para colmo, cada vez que algún jugador del Millo se equivoca, lo termina pagando caro con un gol en contra. Ya había pasado en el partido de ida por la Copa Sudamericana contra Estudiantes, pero en ese momento, que parece tan lejano, la capacidad de reacción del equipo le permitió revertir el resultado. Luego volvió a pasar contra el mismo adversario pero en el torneo local, y ahí ya no lo pudo dar vuelta, cortando la racha invicta más larga en la historia del club.

En esta ocasión, Ramiro pifió un despeje y la pelota le quedó servida, picando y a la carrera, a Miguel Borja para que fusilara a Marcelo Barovero. Un tiro al arco, un gol y la pérdida de dos puntos. Increíble.

Antes, en el primer tiempo, el Mellizo le había dado la ventaja a River con un cabezazo tras un córner ejecutado por Leonardo Pisculichi. El Millo había hecho méritos para abrir el marcador y la visita solo seguía haciendo tiempo. Pero en el fútbol todo puede pasar y esta recta final se le está haciendo cuesta arriba a los dirigidos por Marcelo Gallardo.

No es casualidad que los bajos rendimiento coincidan, además, con las ausencias de jugadores que fueron y son claves para el estilo de juego que pretende el técnico. Primero, la lesión de Matías Kranevitter, pilar fundamental en el medio campo. Luego, las convocatorias a la selección de Carlos Sánchez, el motor del medio campo, y de Teófilo Gutiérrez, el delantero de peso y goleador que tiene este equipo, se sienten y mucho. Sin ellos cuesta horrores generar peligro, se pierde peso en el área de enfrente y despliegue en la zona media.

La buena noticia es que Teo fue liberado de su selección y ya se encuentra con sus compañeros esperando el choque de semifinales contra Boca, y que Fernando Cavenaghi hizo noventa minutos oficiales para la reserva frente a Olimpo y aguantó bastante bien, lo que alimenta las esperanzas de tenerlo en los próximos partidos.

Seguir hablando de lo corto del plantel y de la falta de experiencia de gran parte del mismo para afrontar etapas determinantes es seguir redundando en algo que se ha expresado hasta el hartazgo.  Ahora sólo queda tomar el toro por la astas y dejar todo en los próximos partidos para que todo lo bueno hecho al comienzo del semestre, tenga su merecido premio.

También es justo destacar que, si hoy River sigue siendo puntero del campeonato, a pesar de haber sumado dos puntos de los últimos nueve, y se encuentra disputando semifinales de la competencia continental, es por todo lo bueno hecho desde Agosto hasta aquí. El colchón de puntos que sacó al principio le permitió llegar a tres fechas del final peleando ambos torneos.

Lamentablemente, el empate aprieta las cosas en el campeonato, en parte también por que se dejaron pasar oportunidades de estirar la ventaja cuando, en los partidos postergados por el mal clima (Arsenal y Estudiantes), el Millo no pudo ganar. Ahora deberá jugarse todo por el todo en los próximos tres encuentros, los dos por la Copa y el del domingo frente a Racing en Avellaneda.

Parece injusto que después de todo lo bueno hecho durante tres meses y medio, el veredicto salga en tan solo una semana, pero así es el fútbol, dinámica de lo impensado. Las convocatorias, las lesiones y el recambio fueron desdibujando las actuaciones de este equipo, hasta llegar a punto de dar la sensación de que la idea ha cambiado. Pero eso se da, simplemente, porque los intérpretes principales no están y sus reemplazos tienen otras características.

De más está decir que no todo está perdido y que River sigue dependiente de River. Esa es otra buena noticia, hoy por hoy se puede confiar en este cuerpo técnico que, más allá de algún error puntual, demostró capacidad e inteligencia para enfrentar diferentes situaciones. La próxima semana será clave. Ahora sí, a pensar en Boca.

Formaciones

River Plate: Barovero (5); Mercado (5), Maidana (6), Funes Mori (5), Vangioni (5); Ponzio (3), G. Rodríguez (5), Rojas (4); Piscullichi (5); Mora (4,5) y Boyé (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 24’ST Kaproff (5) por Boyé; 21’ST Simeone por Mora; 29’ST T. Martínez por Rojas.

Olimpo (BB): Champagne; Parnisari, Furios, Moiraghi, Sills; A. Martínez, Cobo, J. Blanco, L. Gil; Cuero y Susvielles. Director Técnico: Walter Perazzo.

Resumen

Goles: 23’PT Ra. Funes Mori (Riv); 24’ST Borja (Oli)
Incidencias: 32’ST expulsado Parnisari (Oli).
Arbitro: F. Echenique (mal)
Figura: Maidana (Riv)

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jueves, 13 de noviembre de 2014

Chau invicto

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 14 – 12 de noviembre de 2014
River Plate 0 – Estudiantes (LP) 1
El 3-4-1-2 del Muñeco (foto River Plate)













Ya está. Después de mucho tiempo, llegó lo que todo el mundillo futbolero, excepto el riverplatense, esperaba. Perdió River y es noticia. Muchos están contentos y festejan como si hubieran ganado algo, eso mismo es lo que refuerza la teoría de que River es el más grande, lejos. Todos lo querían ver perder, se habían mal acostumbrado en el pasado reciente y, de golpe, tuvieron que esperar siete meses para poder verlo nuevamente.

Pero ¿porque perdió el Millonario? Hay un par de motivos para explicar esta derrota. Bien podríamos mencionar el cansancio, que existe,  o el recambio, que no hay, y a los que muchas veces se hizo mención en este mismo espacio. Pero hilando un poco más fino, hay dos motivos que llevaron a cortar con la racha invicta más larga en la historia del club.

Por un lado, un rival inteligente y con buenos jugadores (aquí mismo se destacó que tiene la mejor dupla de ataque del fútbol argentino) que, después de enfrentarse con el Millo en dos oportunidades, supo lo que tenía que hacer y cómo hacerlo para poder quedarse con los tres puntos. Contando con la inesperada complicidad de Marcelo Barovero, cuyo error le permitió a Diego Vera definir con el arco a su merced. O sea, tuvo que rendir el examen tres veces y recibir una ayuda para poder aprobarlo.

Por el otro, un planteo llamativo de parte de Marcelo Gallardo, en lo que seguramente sea su primer error clave desde que asumió como entrenador del club. Decidió cambiar el clásico 4-3-1-2 por un 3-4-1-2 que, por lo visto en cancha, no estaba muy trabajado. A los jugadores se los notó incómodos, apurados y dubitativos.

La combinación de estos dos factores, llevaron a que Estudiantes hiciera un partido fiel a sus intenciones, con mucha intensidad y dejando poco espacio. Con muchos hombres formando un bloque defensivo de dos líneas de cuatro y dos delanteros muy rápidos, a los que se sumaba la velocidad de Ezequiel Cerutti. Fue él quien ganó en velocidad y tiró el centro bajo que Trapito no pudo contener para que llegara la apertura del marcador.

De este modo, la superpoblación que había en el medio campo complicaba el traslado y no había lugar para generar jugadas con pelota dominada, obligando a River a abrir siempre para los laterales y tirar centros para que las torres del fondo Pincha despejaran de cabeza. Por supuesto que a los bajos Rodrigo Mora y Sebastián Driussi se les hacía muy difícil ganar de arriba.

El partido no fue vistoso ni bien jugado. La visita respetó al pie de la letra su libreto, se encontró con un gol tempranero y empezó a comerse el reloj, con su arquero y en cada lateral o tiro libre, cuando se pasaban la pelota entre dos o tres jugadores hasta llegar al encargado de poner en juego el balón. Y los de Gallardo no encontraron las ideas ni el circuito para generar peligro, sintiendo fuertemente las ausencias de Teófilo Gutiérrez y Carlos Sánchez, piezas clave en el funcionamiento.

De no haber existido esa falla del uno al inicio del encuentro, seguro se moría en un empate aburrido y sin goles. Tampoco hubiera servido de nada adicionar más tiempo, quedó demostrado que, en este caso, el Millo no tenía las armas para dar vuelta la historia.

Los juveniles del club aún no están para asumir la responsabilidad de tener que revertir un resultado o de jugar partidos decisivos. No es la primera vez que se encuentran ante esta oportunidad y demuestran no poder cumplir con el desafío. De hecho, sus actuaciones fueron bastante pobres.

A diferencia de lo observado en el José Amalfitani el último domingo, aquí no se vio que los jugadores estuvieran cansados y cometieran errores por ello. Fue un partido muy intenso, donde se corrió más de lo que se jugó y los hombres de la banda respondieron bien físicamente. Es una buena señal de cara a lo que viene.

También se puede especular con la idea de que  todo sigue dependiendo de River y por eso el Muñeco pego este volantazo. Él sabe que sus perseguidores se sacaran puntos el próximo fin de semana y luego resuelve el torneo en un mano a mano con Racing. Si es así, es una apuesta  peligrosa, pero sigue dependiendo de sí mismo. Además, en el medio, estará decidiendo su suerte en la Copa Sudamericana.

De ser así, se verá en las próximas jornadas si la decisión fue correcta o estaremos hablando de un error de planificación, ya que una victoria Millonaria frente al Pincha era un golpe duro para  los que lo acechan y ahora estarán revitalizados por haber acortado la distancia.

Si queremos verle un lado bueno a la derrota, es que psicológicamente tendrán una carga menos. El hecho de haber terminado con la presión de mantener un invicto que solo sirve para las estadísticas, como dijo el Muñeco, tal vez descomprima un poco la situación. También fue bueno ver que hay una cierta recuperación física y que algunos titulares descansaron para encarar la recta final.

A pesar de todo, el Millonario sigue puntero y entra en la recta final con ventaja. Tal vez exigua si tenemos en cuenta que tuvo dos oportunidades de estirarla, jugando con los resultados puestos de sus perseguidores, y no pudo ganar sus compromisos frente a Arsenal y Estudiantes. Lo importante es que River sigue dependiendo de River, y falta poco para premiar tanto esfuerzo.

Formaciones

River Plate: Barovero (4); Maidana (5), Pezzella (5), Funes Mori (5); Solari (3), G. Rodríguez (4), Rojas (4), Vangioni (5); Pisculichi (4); Mora (5) y Driussi (4). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 0’ST Simeone (4) por Solari; 18’ST Martínez (4) por Rojas; 32’ST Boyé por Pezzella.

Estudiantes (LP): Navarro; Aguirregaray, Schunke, Desábato, Rosales; Cerutti, Jara, Prediger, Correa; Vera y Carrillo. Director Técnico: Mauricio Pellegrino.

Resumen

Goles: 9’PT Vera (Est)
Incidencias: expulsado Prediger (Est)
Arbitro: S. Laverni (aceptable)
Figura: Vera (Est)


lunes, 10 de noviembre de 2014

Apareció el rival

Campeonato de Primera División 2014 – Fecha 15 – 9 de noviembre de 2014
Vélez 1 – River Plate 1
Mercado salvó el invicto (foto prensa River Plate)













Fue el peor partido de River del campeonato. Comentarios similares surgen de encuentros anteriores, donde se señalaba que había jugado el peor primer o segundo tiempo del certamen, pero nunca el encuentro completo.

En el José Amalfitani, el Millonario no pudo dar vuelta el resultado, como si había ocurrido en las últimas dos ocasiones, principalmente porque el cansancio está empezando a hacer mella. El esfuerzo físico y mental de jugar cada tres días, se potencia cuando tienen que revertir el resultado y eso se está empezando a notar.

Errores de cálculo, malas entregas, autopases largos y cabezazos al aire, son algunas muestras del efecto del desgaste que arrastra el equipo. Y todavía falta la recta final, que es más estresante por la tensión y la ansiedad que se genera y porque en el medio están los superclásicos por semifinales de la Copa Sudamericana.

En este caso, el conjunto de José Flores propuso presionar al Millo en su terreno y ahogar a Eder Balanta y Germán Pezzella para que no pudieran salir jugando desde el fondo. Así, al principio, el local tuvo las jugadas más claras y la visita parecía no hacer pie.

Con este desarrollo, tras un par de centros cruzados, Yamil Asad encontró a Milton Caraglio que se elevó por sobre Gabriel Mercado, que se quedó parado, y cabeceó al palo más lejano de Marcelo Barovero para abrir el marcador.

Otra vez la desventaja, otra vez a correr desde atrás y a sumar más desgaste a un equipo que ya había hecho uno muy grande el pasado miércoles para revertir el encuentro por Copa frente a Estudiantes. No es la misma la fatiga y el estrés de tener que revertir el marcador, que encontrarse en ventaja y tener que manejar la pelota para aguantar el resultado. Por supuesto que lo primero genera un gasto extra de energía.

Luego del gol, Vélez bajó un poco la intensidad y River se adelantó en el terreno de juego, generando algunas infracciones cerca del área y varios tiros de esquina. Pero, al no estar Leonardo Pisculichi, sus ejecuciones fueron imprecisas. Sólo un tiro libre llevó peligro al arco de Sebastián Sosa y fue de Rodrigo Mora en el segundo tiempo.

De todos modos, luego de un córner que la defensa velezana no pudo despejar, Cárlos Sánchez tomó el rebote fuera del área y cedió para Teófilo Gutiérrez que trabó con un defensor y la pelota le quedó servida a Gabriel Mercado que remató cruzado desde fuera del área, rasante y al segundo palo, para poner tablas en el marcador.

El empate llegaba, casi sin merecerlo, antes del final del primer tiempo y faltaba el complemento para intentar mejorar el rendimiento y encontrar un segundo gol que le permitiera llevarse los tres puntos. Pero la etapa final no fue tan intensa como la primera, y se vio un partido chato y casi sin llegadas por parte de los dos protagonistas.

Los de la V no encontraban los caminos para lastimar nuevamente a Trapito y los de Marcelo Gallardo se mostraban cada vez más cansados y con menos ideas. La defensa no presentaba la solidez de otros encuentros y los volantes no tuvieron su mejor versión, con excepción de Cárlos Sánchez, que cada vez entiende mejor el  juego.

El equipo del Muñeco depende mucho de la actividad del volante central y, en la noche de Liniers, Guido Rodríguez estuvo desaparecido. Fue muy flojo el encuentro del juvenil y salió reemplazado por Leonardo Ponzio que, en el poco tiempo que estuvo, regaló más de lo que acertó.

El partido se fue con un empate,  con pocas ocasiones de riesgo en los arcos y dejó sobradas muestras del cansancio que arrastra el equipo. Por ejemplo, Piscu no fue de la partida porque quedó evidenciado que no está para jugar dos partidos por semana, y hasta ahora el recambio no cumple según las expectativas. Es llamativo que no se esté contando con Tomás Martínez, quién había mostrado buenas condiciones para ocupar ese puesto.

El campeonato entra en la recta final y, gracias a la mano de Andrés Merlos, Lanús se acercó y calentó la definición. Será una semana clave, donde el Granate deberá completar los 45 minutos frente a Tigre y luego visitar a Independiente; mientras que River recibirá a Estudiantes para completar la fecha 14 y a Olimpo por la jornada 16.

La mala noticia es que la fecha FIFA le quitará al Muñeco tres jugadores, dos de ellos claves en el funcionamiento: Teo y Sánchez, y deberá afrontar los próximos dos encuentros sin sus presencias. Habrá que ver que recambio propone y como encarará esos dos partidos trascendentales.

Lo que sí está claro es que se empiezan a notar los efectos de un semestre cargado y comienza a aparecer el principal rival de este equipo que hasta ahora parece invencible. Ese adversario inevitable y del que tanto se habló cuando los refuerzos no llegaban para darle alternativas al cuerpo técnico: el cansancio. En las manos del Muñeco y sus colaboradores están las respuestas para sobreponerse de la mejor manera al inevitable trajín. En ellos confiamos.

Formaciones

Vélez: S. Sosa; Pérez Acuña, Cubero, S. Domínguez, Papa; Asad, L. Romero, Desábato, A. Cabral; Pratto y Caraglio. Director Técnico: José Flores.

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Pezzella (5), Balanta (5), Funes Mori (4,5); C. Sánchez (6,5), G. Rodríguez (4), Rojas (5); Boyé (4); Mora (5,5) y T. Gutiérrez (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 20’ST Driussi (5) por Boyé; 29’ST Ponzio por Rodríguez; 31’ST Maidana por Balanta.

Resumen

Goles: 17’PT Caraglio (Vel); 37’PT Mercado (Riv)
Incidencias: no hubo.
Arbitro: S. Trucco (bien)
Figura: Caraglio (Vel)

viernes, 7 de noviembre de 2014

Sufriendo

Copa Sudamericana 2014 – Cuartos de final vuelta – 6 de noviembre de 2014
River Plate 3 (5) – Estudiantes (LP) 2 (3)
Funes Mori, de goles clave (foto DeporTV)














Como hace mucho tiempo no pasaba, River tuvo que sufrir y transpirar más de la cuenta para llevarse una clasificación que parecía más accesible luego del resultado en La Plata. Y ni que hablar, luego de que Teófilo Gutiérrez abriera el marcador a los cuarenta segundos.

Estudiantes planteó un partido excelente, a tal punto que es la primera vez que el equipo de Marcelo Gallardo se vio superado por el rival y no pudo desarrollar su juego con comodidad. El Pincha tuvo la pelota y complico siempre con Joaquín Correa, imparable para la defensa, y los dos delanteros, Diego Vera y Guido Carrillo, que estuvieron intratables.

A todo lo bueno hecho por la visita, se agregó el mal partido que tuvieron los volantes y defensores Millonarios. Los dos centrales estuvieron erráticos y fuera de tiempo, Gabriel Mercado tuvo su peor partido en mucho tiempo y lo de Leonardo Ponzio fue muy pobre, mal en el manejo, lento, impreciso y dejando que el enganche platense hiciera lo que quisiera a sus espaldas.

Pero el Millo empezó bien el encuentro, con ese gol desde el vestuario de Teo. En esos primeros quinces minutos, parecía que se llevaba puesto al Pincha y liquidaba la serie, pero no fue así.

La visita comenzó a cerrar los espacios, a tener la pelota y a presionar en el medio y, a pesar de algunos errores defensivos que el Millo no supo aprovechar, paso a merecer el empate, con sus dos puntas, que demostraron ser de los mejores delanteros del fútbol local.

La igualdad llegó cerca del final de la primera etapa, luego de que dejaran a Carlos Auzqui llegar cerca del área y tirar un centro con comodidad, que el uruguayo Vera cabeceo cambiando de palo y venciendo a Marcelo Barovero.

A esta altura River la pasaba mal, le costaba hacer pie y las camisetas rayadas pasaban por todos lados. La mejor noticia fue el pitazo final de Néstor Pitana,  y a esperar que el descanso sirviera de lavado de cabeza para los jugadores.

Pero el complemento comenzó peor. Al minuto, luego de que los dos centrales quedaran pagando en un centro de un lateral, Trapito tuvo una intervención a puro reflejo que evito la segunda caída de su arco. Poco después, Vera, partiendo en posición adelantada, habilitó a Correa que eludió a Mercado y cuando ingreso al área intentó eludir al uno que, con su mano, le toco el pie y el juez dio penal. River se complicaba la eliminatoria cometiendo todo tipo de errores.

Carrillo cambio penal por gol, la serie quedaba igualada y se planteaba un nuevo desafío para este equipo: revertir un resultado que le era favorable. Entonces, apareció el laboratorio del Muñeco y la pegada de Leonardo Pisculichi para cambiar la historia.

Primero, un córner ejecutado al primer palo, un anticipo de Rodrigo Mora y el cabezazo a la red que dejó sin reacción a Hilario Navarro. El empate volvía a darle a River la clasificación directa, pero otro gol pincha podía dejarlo afuera.

Antes de que el público terminara de hacer las cuentas, otro guantazo de Piscu encontró la cabeza del Mellizo, que forcejeando con su marcador, llegó a ganarle la posición y, con una zambullida, impacto de cabeza al fondo de la red. Otro gol clave del defensor, otro cabezazo implacable y otra victoria para el palmarés de Funes Mori.

La voltereta dejó al Pincha con la mandíbula floja y ya no tuvo reacción para intentar el empate. Tuvo todo para ganarlo, pero no noqueo y dejo vivo a su rival que, en un abrir y cerrar de ojos, saco una de esas manos que te dejan en la lona sin repuestas, tratando de entender que paso,  y preguntando como es que ese tipo casi noqueado, pudo sacar esa mano de “knock out”.

Así, River  pasó un escollo durísimo, por el rival, por la competencia y por el morbo, ya que del otro lado estaban los primos esperando rival y se reían ante cada gol de la visita. El periodismo y “ellos” estaban muy interesados y se encargaron de instalar hace varios días una semifinal superclásica. Ahora que la tienen, buscaran fogonear ese encuentro ante cada consulta o entrevista con los protagonistas.

Los hombres millonarios deberán evitar esos cruces. Deberán entender que ellos tienen más de un objetivo, que están peleando el campeonato y que el rival más importante es el próximo. Que hasta dentro de trece días la Copa Sudamericana pasa a segundo plano.

El primer objetivo es Vélez el domingo, luego nuevamente Estudiantes y finalmente Olimpo de Bahía Blanca. Recién ahí, una vez finalizado ese encuentro, deberán poner su cabeza en la semifinal de la Copa.

Será difícil. Los partidos serán el 20 y el 27 de noviembre, en medio de una seguidilla importante de partidos para River, que no podrá regalar nada y difícilmente pueda regular sus esfuerzos. Por el contrario, su rival, seguramente dosificará fuerzas para salvar el año ganándole al Más Grande y, de paso, complicarle la carrera al bicampeonato poniendo equipos alternativos contra los rivales directos del puntero.

Sería ideal para el Millonario terminar este raid previo a las semifinales con una buena suma de puntos que le permita ampliar la ventaja con sus perseguidores, siempre y cuando éstos dejen algún punto en el camino, y así poder llegar un poco más frescos a la definición continental.

River estira el invicto, vuelve a jugar una semifinal internacional después de siete años y reeditará la semifinal de la Copa Libertadores de hace diez años. Serán dos partidos para sufrir, más de lo que se sufrió con el Pincha. Ojalá haya revancha.

Formaciones
River Plate: Barovero (8); Mercado (4), Maidana (5), Funes Mori (5,5), Vangioni (6); Solari (4), Ponzio (4), Rojas (7,5); Pisculichi (6); Mora (7,5) y Gutiérrez (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 31’ST Boyé por Mora; 31’ST T. Martínez por Pisculichi; 46’ST Simeone por Rojas.

Estudiantes (LP): Navarro; Aguirregaray, Schunke, Desábato, Rosales;  Auzqui, Jara, Gil Romero, J. Correa; Vera y Carrillo. Director Técnico: Mauricio Pellegrino.

Resumen

Goles: 45’’PT Gutiérrez (Riv); 41’PT Vera (Est); 5’ST Carrillo –p– (Est); 15’ST Mora (Riv); 17’ST R. Funes Mori (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: N. Pitana (mal)
Figura: M. Barovero (Riv)

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