domingo, 30 de agosto de 2015

Se aleja

Campeonato de Primera División 2015 – Fecha 22 – 30 de agosto de 2015
River Plate 1 – Huracán 1

Gallardo (foto River Plate)













Las dos derrotas consecutivas, frente a San Martín de San Juan, en el Monumental, y Estudiantes de La Plata, habían abierto el interrogante acerca de la continuidad de River en la lucha por el campeonato.

A pesar de tener un partido pendiente, al finalizar la fecha 21, estaba a nueve puntos de los líderes San Lorenzo y Boca, y la duda era si esas virtuales seis unidades eran descontables de cara al final del campeonato, considerando que los punteros debían enfrentarse entre sí y que los primos debían visitar el Liberti en le fecha 24.

Más allá de las especulaciones, el Millonario debía reencontrarse con el triunfo luego de pasarse de Copas, y el encuentro frente a Huracán podía significar el camino de la levantada. Pero el empate deja un sabor amargo, porque, una vez más, errores propios terminan siendo demasiado premio para un rival mezquino.

En esta oportunidad, el conjunto de Marcelo Gallardo pudo abrir rápido el marcador. A los catorce minutos, Gonzalo Martínez conectó un cabezazo bombeado que se metió en el arco defendido por Marcos Díaz.

Era todo de River. La pelota, el dominio territorial, las jugadas de riesgo, y parecía que en cualquier momento podía convertir el segundo tanto. En ese lapso, Leonel Vangioni estrelló un tiro en el travesaño y varias jugadas carecieron de precisión para definir debajo de los tres palos.

Pero también los errores fueron del Millo. Cerca del cierre de la primera mitad, una cadena de equivocaciones terminó con el empate de Daniel Montenegro. Primero una pelota jugada hacia atrás, Marcelo Barovero que, en vez de patear, decide jugarla, dentro del área, con Jonathan Maidana, éste que, por no revolearla, prefiere salir gambeteando a dos hombres rivales, obligándolo a jugarla incómodo para Leonardo Ponzio, que recibe un mal pase y lo termina peor, entregándole el balón al Rolfi, que le tira un sombrero a Balanta y define de volea al lado del palo de Trapito.

Muchas equivocaciones. Muchas decisiones erradas o mal tomadas en la misma jugada. Muchos regalos, como para que la pelota no terminara dentro del arco Millonario. Como de costumbre, eso era lo poco, o único, que había hecho el Globo para llegar al empate.

En el complemento, la idea se mantuvo. Abrir bien la cancha con Sánchez y Martínez, y circular la pelota de un lado a otro buscando los espacios, pero faltó la estocada final. Faltó un hombre que ganara en el área, que cabeceara los centros. Está claro que las alturas de Mora, Viudez y Saviola no son las más indicadas para ganar de cabeza.

Así, River se fue diluyendo, sin poder encontrar la fórmula que le permitiera encontrar el segundo gol. Para colmo, con el empate se amplió la brecha con los líderes, que ahora es de once puntos, aunque el Millo debe el encuentro con Defensa y Justicia.

Lo cierto es que en las últimas tres jornadas, Boca sacó nueve puntos de nueve, y River uno. Resultados que los alejaron considerablemente de la lucha por el campeonato. Si tenemos en cuenta que los once puntos que los separan son producto de empates en casa frente a Quilmes, Unión de Santa Fé, Temperley y Huracán; y una derrota frente a San Martín de San Juan, encontramos la explicación a tanta diferencia.

River debe volver a ser fuerte en su casa. No puede seguir perdiendo puntos de local. Para colmo, el próximo encuentro en el Liberti es el correspondiente a la fecha denominada de “Clásicos”, por lo que los punteros vendrán al Monumental y es la mejor ocasión para empezar a levantar cabeza.

Formaciones

River Plate: Barovero (6); Mercado (6), Maidana (6), Balanta (5), Vangioni (6); C. Sánchez (5), Ponzio (5), L. González (6), G. Martínez (6,5); Viudez (4) y Mora (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 23’ST Saviola (4) por L. González.

Huracán: M. Díaz; San Román, Nenrvo, Mancinelli, Balbi; Bogado, Vismara, Espinoza, Toranzo; Montenegro y Ábila. Director Técnico: Eduardo Domínguez.

Ingresaron: 21’ST Distefano por Montenegro; 34’ST Bruna por Toranzo; 39’ST Miralles por Ábila.

Resumen

Goles: 14’PT G. Martínez (Riv); 39’PT D. Montenegro (Hur)
Incidencias: 0’ST expulsado E. Domínguez (Hur)
Arbitro: S. Laverni (Mal)
Figura: Vismara (Hur)

domingo, 23 de agosto de 2015

¿Chau torneo?

Torneo de Primera División 2015 – Fecha 21 – 23 de agosto de 2015
Estudiantes (LP) 2 – River Plate 1

Lucho, autor de un golazo (foto River Plate)













River volvió a perder. Por primera vez, el equipo de Marcelo Gallardo cae en dos presentaciones consecutivas por el Torneo local. Dos derrotas que pueden sentenciar su futuro en la competencia, ya que los dos líderes volvieron a ganar y se alejan aún más. Son nueve los puntos que los separan, aunque el Millonario tiene una fecha por jugar contra Defensa y Justicia.

Ambos planteos fueron similares, buscando presionar al rival en su campo para impedir la salida cómoda desde el fondo. Un juego de presión y contra presión, en el que, por momentos, River se sintió más cómodo.

Con tanto vértigo en el medio y, en ocasiones, pierna fuerte, las llegadas a los arcos eran escasas, a tal punto que los arqueros no tuvieron trabajo. En este desarrollo, los mejores jugadores eran Matías Kranevitter y Gastón Fernández.

El Colo, porque se siente cómodo con este sistema. Es líder en la presión, tiene claridad para jugar y visión para asistir a sus compañeros. Así llegó el gol, tras un pase magistral de zurda para Luis González, que dominó de derecha y reventó el ángulo derecho de Hilario Navarro con un zurdazo pleno.

La Gata, porque ante tanto vértigo y velocidad, era uno de los pocos que hacía la pausa, buscaba el juego asociado y encontraba siempre los espacios para encarar y generar fútbol. De hecho, en una jugada asociada entre él y Ezequiel Cerutti, llegó el empate mediante un remate de larga distancia de éste último.

Haciendo un repaso, esos deben haber sido los dos primeros remates peligrosos al arco del rival, y fueron inatajables para los goleros. El empate Pincha llegó en un momento en el que River era dominador de las acciones. Minutos antes, Gonzalo Martínez había errado un gol abajo del arco tras una excelente jugada de Lucas Alario.

A partir de allí, el Millo se apagó y no llegó más a la meta defendida por Navarro. Como si esa ocasión hubiera sido un mazazo para el equipo. A tal punto que esa acción, terminó decantando en la derrota de la banda, porque, de haberla convertido, podría haber liquidado el encuentro.

Poco después llegó el empate y, tras un tiro libre, la segunda conquista, a través de Sebastián Domínguez, que significó una nueva derrota del once del Muñeco.

Sorprende la falta de reacción del conjunto de Gallardo. Tal vez la relajación por la obtención de la Copa Libertadores y la recuperación post periplo japonés le estén pasando factura. Y posiblemente por eso no tuvo ideas para torcer la historia en los últimos 25 minutos, cuando ya estaba en desventaja.

Esta semana servirá para seguir recuperando a sus jugadores. Podrán volver los que estuvieron de licencia en busca de descanso y, tal vez, se recupere algún lesionado. River se había acostumbrado a ganar y ver dos derrotas consecutivas parece extraño.

Formaciones

Estudiantes (LP): Navarro; Jara, S. Domínguez, Desábato, Pereira; Damonte, Gil Romero; Barbona, G. Fernández, Cerutti; y Mendoza. Director Técnico: Gabriel Milito.

Ingresaron: 32’ST L. Rodríguez por G. Fernández; 34’ST Auzqui por D. Mendoza; 41’ST L. Acosta por Cerutti.

River Plate: Barovero (5); Mayada (4), Maidana (6), Balanta (4), Vangioni (4,5); G. Martínez (4), L. González (5), Kranevitter (7); Driussi (4); Viudez (4) y Alario (4,5).

Ingresaron: 19’ST Pisculichi (4) por L. González; 19’ST Bertolo (4) por G. Martínez.

Resumen

Goles: 38’PT L. González (Riv); 10’ST Cerutti (Est); 22’ST S. Domínguez (Riv)
Incidencias: 38’ST expulsado Alario (Riv)
Arbitro: D. Abal (mal)
Figura: G. Fernández (Est)

lunes, 17 de agosto de 2015

“Jet Lag”

Torneo de Primera División 2015 – Fecha 20 – 17 de agosto de 2015
River Plate 0 – San Martín (San Juan) 1

River y las copas ganadas (Foto River Plate)













Así se conoce al síndrome que se padece después de un viaje, cuando se realizan travesías largas o que demandan mucho tiempo de vuelo y que implican un importante cambio horario, como por ejemplo, ir a Japón.

Es un viaje que, inevitablemente, requiere al menos una escala, y lleva alrededor de 32 horas de vuelo (contando la escala). Además, hay que tener en cuenta las doce horas de diferencia que hay entre el país del lejano oriente y Argentina; y la sensación de entumecimiento que genera un viaje tan largo en tan poco tiempo.

Para los que no conocen, es más fácil adaptarse al horario de llegada al otro hemisferio que recuperar el local cuando se regresa al país. Esto se debe a que, por la diferencia horaria, saliendo en la noche de Buenos Aires, le permite llegar a Tokio en el mediodía, pudiendo dormir en el avión y, si se aguanta un poco el sueño, estirar hasta la tarde/noche de oriente e irse a descansar en un horario normal.

En cambio, para volver, el desorden horario se siente más, y aparece el famoso “jet lag”, que requiere aproximadamente una semana para ir acomodándose nuevamente al huso horario argentino. Y allí se encuentra la explicación de la merma física del equipo, que llegó al país hace cuatro días.

De todos modos, en el primer tiempo pudo abrir el marcador, aprovechando la gambeta de Gonzalo Martínez, el mejor hombre de River, pero Javier Saviola tuvo otro flojísimo partido,  desaprovechando un par de ocasiones para marcar, y Nicolás Bertolo cabeceó desviado en la que tuvo.

Además, Marcelo Gallardo decidió probar una variante táctica. Meter a Leonardo Ponzio entre los centrales, como líbero, y permitir las proyecciones de Gabriel Mercado y Leonel Vangioni, buscando ganar así hombres en ataque.

El experimento no tuvo un buen resultado. Se notaron algunos desajustes, producto de la innovación, y se perdió la mejor característica de Leo. Esa de ir al frente, empujar al equipo y presionar bien arriba para impedir la salida clara del rival.

De hecho, el gol de los sanjuaninos llegó tras un mal cierre entre el ex Newell’s y Bertolo, que perdieron con Figueroa y la pelota le quedó servida a Facundo Pumpido (fanático hincha de River) que remató al gol que sería definitivo.

Tres minutos después llegó la expulsión del González verdinegro, pero con el correr del tiempo, ese hombre de más no hizo diferencia, ya que cada vez se notaba más la falta de respuesta física en los jugadores de la banda, a tal punto que Vangioni casi ya no volvía por su lateral en los últimos diez minutos.

La derrota duele y molesta, pero ahora el plantel podrá descansar con la tranquilidad de haber conseguido el máximo objetivo que se habían planteado para este año: la Copa Libertadores de América. Abriendo un nuevo máximo objetivo: el Mundial de Clubes.

Luego de recuperarse de los extensos viajes, podrán enfocarse nuevamente en el Torneo Local. En el cual aún tiene chances, ya que se encuentra a seis puntos y debe cumplir su encuentro por la fecha 19, que fue postergado por caer entre ambas finales de Copa.

Lo que no caben dudas, es que a estos chicos no les gusta perder ni en las circunstancias más adversas y dejan la tranquilidad de que van a dar pelea hasta el final.

Formaciones

River Plate: Barovero (6); Mercado (5), Maidana (6), Funes Mori (6), Vangioni (4); C. Sánchez (4,5), Ponzio (4), Kranevitter (5), Bertolo (4); G. Martínez (6,5) y Saviola (4).

Ingresaron: 13’ST Driussi (5) por Mercado; 17’ST Pisculichi (6) por Kranevitter; 27’ST Boyé por Saviola.

San Martín (SJ): Ardente; Capelli, Mattia, D. Ledesma, Iberbia; J. Gómez, Pelaitay, Navarro, D. González; M. Figueroa y Pumpido. Director Técnico: Carlos Mayor.

Ingresaron: 10’ST E. Martínez por Figueroa; 24’ST Vitti por Pumpido; 34’ST D. Franco por Gómez.

Resumen

Goles: 5’ST Pumpido (SMSJ)
Incidencias: 8’ST expulsado D. González (SMSJ)
Arbitro: J. Baliño (regular)
Figura: F. Pumpido (SMSJ)

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martes, 11 de agosto de 2015

Con seriedad

Copa Suruga Bank 2015 – Final – 11 de agosto de 2015
Gamba Osaka (Jap) 0 - River Plate 3

Campeones en Japón (foto Olé)















River es el rey de la CONMEBOL. Ya no quedan dudas. Es el tetracampeón vigente de los certámenes que si disputan en la Confederación Sudamericana o con el aval de la misma. En 2014 fue la Copa Sudamericana; en 2015 primero la Recopa Sudamericana, ganada a San Lorenzo, luego la tan ansiada Copa Libertadores; y, desde hoy, el vigente ganador de la Suruga Bank.

Tal vez no sea la copa de más renombre y mucho se mofen de la obtención de la misma. Pero lo cierto es que, al ser una competencia oficial, es reconocida por la máxima autoridad sudamericana e, incluso, en la página de la FIFA la reconocen como el noveno título internacional del Millonario.

Por supuesto que las campañas por desprestigiar esta obtención existirán. No faltarán los que digan que había seis cambios y eso lo hacía poco serio, o que es un torneo sin equivalencias porque enfrenta al campeón de Japón con el de la Copa Sudamericana. Pero al menos, es más serio que contabilizar una copa que, en caso de empate, se definía por tiros de esquina.

Además, lo dicho, para llegar a este viaje al Japón, River tuvo que ganar la Copa Sudamericana. Camino para nada sencillo. Y para agregarle un poco más de valor, hay que recordar que la Suruga se disputa desde el año 2008. En aquella oportunidad fue Arsenal de Sarandí el campeón, al año siguiente la ganó Inter de Porto Alegre y, desde 2010 en adelante, fueron todos conjuntos japoneses los campeones. Entre los que fueron derrotados se encuentran el Independiente de Antonio Mohamed (2011) y el Lanús de Guillermo Barros Schellotto, equipo muy bien considerado por los medios en el 2013.

Marcelo Gallardo, serio y sin rodeos, declaró que River no hacía este viaje para ir a pasear. Que si hacían semejante travesía, era para volver con la Copa en las manos, y le dio la seriedad que la competición merece.

Los jugadores, como fiel reflejo de lo que pretende su técnico, tomaron el encuentro como lo que fue, una final, y mostraron el fútbol que habían desarrollado durante la Copa Libertadores. Ante un rival visiblemente inferior que se vio superado durante casi todo el partido, y que solo opuso resistencia en los primeros cinco minutos y cuando buscó el descuento con el 3 a 0 ya consumado.

Al principio pasó algunas zozobras, sobre todo en aquella jugada que Marcelo Barovero pasó de largo por calcular mal el pique, pero que el delantero Patrick no supo aprovechar y permitió la rápida recuperación de Trapito.

Más allá de eso, el Millonario impuso el ritmo, presionó, tocó y buscó, ante un Osaka que se replegaba mansamente y no tenía rebeldía para torcer el trámite que a los treinta minutos ya estaba 2 a 0.

El Millo pudo hacer más goles, pero el cansancio por la alta competencia en la Libertadores y el largo viaje comenzaron a hacer mella en el rendimiento sobre el final del encuentro y eso le permitió al Gamba llegar con un poco más de peligro, pero sin derrotar al uno de la banda.

Así, River se quedó con el partido y con una nueva copa internacional. Desde el 10 de diciembre de 2014 a este 11 de agosto de 2015, pasaron ocho meses y el equipo del Muñeco logró cuatro copas (todas las que jugó), casi la misma cantidad que tenía el club en toda su historia, y queda por homologarse la Supercopa Euroamericana ganada al Sevilla en el Monumental, que de oficializarse, pasaría a ser el décimo título internacional.

Sin dudas, este plantel y cuerpo técnico ha dejado bien en claro que son coperos. Han jugado cuatro finales, un total de siete partidos, ganaron cinco, empataron dos y no perdieron ninguno, convirtieron once goles y recibieron uno solo, y como dijo el Muñeco, parecen ir por más.

Ahora hay que defender el título en la Sudamericana, cuya participación comienza a fines de septiembre y, cerrar el 2015 en el Mundial de Clubes, nuevamente en Japón, primero en una semifinal y, si todo sale bien, una final contra el poderoso Barcelona, que hoy ganó la Supercopa Europea. Ojalá este viaje haya sido un preámbulo de lo que va a pasar a fin de año.

Salud Campeones!

Formaciones

Gamba Osaka (Jap): Fujigaya; Kim, Iwashita, Konno, Oh; Endo, Myojin, Omori, Ideguchi; Lins, Patrick. Director Técnico: Kenta Hasegawa.

Ingresaron: 40’PT Kurata por Kim; 0’ST, Fujiharu por Myojin;  8’ST Futagawa por Omori; 17’ST Abe por Lins; 26’ST Akamine por Patric; 36’ST Hirao por Oh.

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Maidana (7), Funes Mori (7), Vangioni (7); C. Sánchez (8), Kranevitter (7), Ponzio (7), Bertolo (6); Driussi (6) y Saviola (6). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 5’ST Pisculichi (5) por Driussi; 5’ST G. Martínez (6) por Ponzio; 5’ST Viudez (5) por Bertolo; 18’ST L. González por Saviola; 33’ST Mayada por C. Sánchez.

Resumen

Goles: 8’PT C. Sánchez –p– (Riv); 31’PT Mercado (Riv); 16’ST G. Martínez (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: Tan Hal –Chi (bien)
Figura: C. Sánchez (Riv)

jueves, 6 de agosto de 2015

América a sus pies

Copa Libertadores 2015 – Final – Vuelta – 5 de agosto de 2015
River Plate 3 (3) – Tigres (Mex) 0 (0)

Todos con la Copa (Foto Olé)















Nos ilusionamos. Sufrimos. Nos dieron por muertos. No clasificaron. Clasificamos. Pensaron que la tenían fácil, pero no nos querían enfrentar. Les ganamos. Agredieron a nuestros gladiadores. Sufrimos con Cruzeiro. Bailamos al Cruzeiro. La espera se hizo eterna. Eliminamos a Guaraní. Llegó la Final. Empate en México. Definición en casa. Goleada en casa, como se debe ganar una final. River Campeón.

Campeones de América. Parece mentira. Pensar en cómo se fueron dando las cosas. Recordar que estuvimos a veinte minutos de no pasar la primera fase. Esa ronda que parecía accesible pero se terminó convirtiendo en un sufrimiento. Tantas veces eliminado, tantas veces clasificado.

La mano de Tigres. Ese rival de la fase de grupos que tuvo la altura y la hidalguía de ganar un partido en el que no se jugaba nada, sabiendo que corría el riesgo de darle vida a River. Ese River que le tocó en la final y le quitó la chance de salir campeón.

Ironías del destino mediante. El último fue el primero. Porque el Millonario entró por la ventana a octavos y, a partir de allí, este plantel demostró que en las definiciones mano a mano tiene un plus. Que si no lo matas, te liquida. Que si le das una vida, saca fuerzas de algún lugar para seguir dando batalla.

Además, cuenta con un director técnico que tiene bien en claro cuál es la prioridad. River por sobre todos los nombres y los hombres. River por sobre todas las cosas. Lo demostró no casándose con Teófilo Gutiérrez que se quiso ir; poniendo a Ariel Rojas aunque le recomendaban no utilizarlo porque no definía su situación; o no poniendo a su jugador fetiche, Tabaré Viudez, en la final, aunque llegaba con lo justo.

Marcelo Gallardo demostró que es un líder que entiende el mundo River como nadie. Que sabe cómo llegar a sus jugadores y cómo hacer que le respondan en la cancha. Muestra de ello es que dirigió al equipo en tres competencias internacionales, y ganó las tres: Copa Sudamericana, Recopa Sudamericana y Copa Libertadores (y peleó hasta el final todas las locales).

Al igual que en el 2014, esta consagración tiene un gustito especial por haber dejado en el camino al eterno rival. Ese que había ganado la fase de grupos con puntaje record y que creyó que tenía la Copa ganada. Pero no quería enfrentarse con River. Fue tanto el temor a quedar eliminado en su cancha, que decidieron agredir arteramente a los representantes Millonarios para que jugaran disminuidos. El resto de la historia ya es conocida. Pero el sabor de esa clasificación es más dulce porque fue en la máxima competencia del continente.

También debió superar adversidades reglamentarias y contractuales. Al trauma que pudo generar el accionar del gas pimienta, hay que adicionar las suspensiones al Muñeco, tratado como si fuese un delincuente por protestar un fallo o decirle “sinvergüenza” a un juez. Un poco exagerado si tenemos en cuenta que los verdaderos delincuentes, solo fueron sancionados a jugar sin público local por tres partidos.

Contractuales porque, mientras se disputaba la competencia, se hablaba de la continuidad de jugadores claves en el funcionamiento del equipo. Ariel Rojas y Teófilo Gutiérrez, finalmente, decidieron no quedarse para disputar las semifinales, priorizando su futuro económico por sobre la gloria deportiva.

Y otra vez la mano del técnico. Para elegir las incorporaciones que suplieran a los que se fueron. Y vaya si acertó. Lucas Alario, una incógnita para todo el mundo riverplatense, justificó, en dos partidos, porque el Muñe lo quería. Gol en Paraguay. Gol en la final. Para meterse en la historia grande del club. Como lo hiciera Juan Gilberto Funes en 1986 (también llegado para semifinales) y Hernán Crespo en 1996.

Que decir de Fernando Cavenaghi. El goleador de este River, aunque no convirtió en la Copa. El hincha jugador, que representa en el campo de juego el espíritu de lo que nosotros haríamos si estuviésemos en su lugar. Ese que es profesional, pero juega y deja todo en cada pelota como un amateur. Se barre, se raspa, presiona y, si puede, hace goles.

El hincha que volvió en las malas para ayudar al club y que se merecía irse con toda la gloria. El capitán de este plantel que, sin dudas, les inculcó a muchos de sus compañeros el sentimiento por los colores. Les mostró que nadie juega por el nombre o por la historia, se bancó estoicamente ver casi toda la copa desde el banco, esperando su oportunidad, que finalmente llegó.

Marcelo Barovero, el mejor custodio que el arco Millonario podía tener; Jonathan Maidana y Ramiro Funes Mori, bravos, duros, impasables, dos gladiadores, con goles claves, en Belo Horizonte y la final, respectivamente; Gabriel Mercado y Leonel Vangioni, dos animales por las bandas, con proyección y gol, pero con garra y fiereza para marcar; Carlos Sánchez, un tractor y goleador; el doble cinco Ponzio-Kranevitter, líderes de la presión alta y la recuperación, pegando cuando hay que pegar y jugando cuando hay que jugar; Rodrigo Mora, picante, molesto y goleador. Todos ellos son artífices de esta victoria. Ellos y los que no puedo enumerar porque haría interminable esta crónica.

Todos volvieron a poner a River en lo más alto del fútbol continental, quedarán en la historia como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Como los hombres que sacaron a River del barro para marcar el camino de volver a ser. Volver a ser ese River que impone respeto y al que nadie quiere enfrentar. Ese River que estuvo en las malas, pero que fue solo para tomar impulso y llegar a lo más alto en tan solo tres años.

Ahora van a Japón a disputarse la Copa Mundial de Clubes como campeones. Porque no es lo mismo llegar clasificado por el reglamento que llegar campeón. Y podemos soñar con esa copa. ¿Porque no soñar con ganarle al Barcelona de Lionel Messi? Si ya demostraron que este River, todo lo puede.

Podría también hablar un poco de fútbol, de cómo fue el partido. De la presión alta y del poco trabajo que tuvieron los arqueros, pero de nada serviría. A veces, las finales no se juegan y no se analizan. Se viven y se sienten. Se ganan. Y River la ganó.

Salud, campeones de América!!!!

Formaciones

River Plate: Barovero (10); Mayada (10), Maidana (10), Funes Mori (10), Vangioni (10); C. Sánchez (10), Kranevitter (10), Ponzio (10), Bertolo (10); Cavenaghi (10) y Alario (10). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 24’ST Driussi por Alario; 32’ST Pisculichi por Cavenaghi; 37’ST L. González por Kranevitter.

Tigres (Mex): N. Guzmán; I. Jiménez, Rivas, Juninho, Torres Nilo; Damm, G. Pizarro, Arévalo Ríos, Aquino; Sobis y Gignac. Director Técnico: Ricardo Ferretti.

Ingrearon: 20’ST Dueñas por Arévalo Ríos; 32’ST Guerrón por Jiménez.

Resumen

Goles: 45’PT Alario (Riv); 28’ST C. Sánchez –p- (Riv); 33’ST Ra. Funes Mori (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: D. Ubriaco –Uru– (bien)
Figura: M. Gallardo (Riv)