domingo, 20 de diciembre de 2015

Imposible

Mundial de Clubes 2015 – Final – 20 de diciembre de 2015
Barcelona (Esp) 3 – River Plate 0

El equipo de la final (foto Fifa.com)













Era casi imposible. La ilusión de todos los hinchas de River es que se podía dar, que en el fútbol son noventa minutos y cualquier cosa puede pasar, pero se sabía que iba a ser muy difícil, que todos los hombres del Millo debían estar al máximo y esperar que el Barcelona no estuviera inspirado.

Fue imposible. El Barsa es el mejor equipo del mundo y, sin dudas, me animo a afirmar que el mejor de todos los tiempos. Llegó a esta final con Messi, Neymar, Luis Suarez, Iniesta, por citar algunos, que son los mejores jugadores en su puesto y emblemas en sus selecciones.

En contrapartida, el Millo llegó a esta final con un déficit futbolístico importante. Hace tres meses que sus rendimientos son pobres, con muy poco poder ofensivo, con carencias en la generación de juego y con cierta endeblez defensiva.

En consecuencia, fue un encuentro en el que se enfrentaba el mejor del mundo, contra un equipo que hace tres meses no da dos pases seguidos. A pesar de ello, el planteo de Gallardo apuntaba a complicar el circuito de juego del equipo Culé, tratando de no dejarle espacios y buscando aprovechar, con algún pelotazo para Mora y Alario, los huecos que podían dejar en defensa.

Aunque casi no pateó al arco, el planteo estaba funcionando hasta que, como de costumbre, una serie de errores, propios y ajenos, acabó en la apertura del marcador. Ponzio quiso aguantar la pelota sobre un lateral, y la perdió esperando que el juez iraní cobrara infracción, el pitazo no llegó y esa jugada derivó en el gol de Messi, que previamente había acomodado la pelota con la mano.

Hasta allí, Barovero había sido clave tapando un par de pelotas importantes e Iniesta y Busquets no gravitaban en el juego. Neymar no podía ganarle a Mercado y Suárez no había entrado en contacto con el balón.

Después del gol, y con Ponzio y Kranevitter amonestados, River debía salir a buscar el empate. Así lo entendió el Muñeco en el descanso y movió el banco. Sacó a Ponzio y a Mora, e intento tener más volumen de juego con Lucho González y más velocidad con Gonzalo Martínez.

Esos cambios desequilibraron un poco el planteo y, como si fuera poco, a los tres minutos, un error de Sánchez con una mala entrega, le dejó la pelota a Busquets que, sin pensar, cruzó un pelotazo para Suarez, que tomó a toda la defensa adelantada. El nueve uruguayo no falló y puso la segunda anotación que fue un mazazo para las intenciones de la banda.

A partir de allí, fue todo lucimiento para el azulgrana, que empezó a encontrar más espacios y empezó a contar con la soltura de Neymar y Messi. Que no hicieron más goles por Barovero, por impericia (y un poco de desidia tal vez) y por egoísmo. El tercer gol fue una consecuencia de la sensación de partido definido.

Recién sobre el final del encuentro el Millo pudo generar algunas jugadas de peligro, porque el conjunto español entendió que el partido estaba terminado y dio algunas libertades que su arquero Bravo se encargó de disipar.

Lamentablemente, las diferencias entre ambos son abismales y quedaron a la vista en los noventa minutos. Es muy difícil equilibrar equipos europeos y sudamericanos, más cuando las figuras de cuatro o cinco selecciones están todas juntas en un mismo plantel. Eso es el Barcelona. Un conjunto de otro planeta, que juega a otra cosa y que despliega un fútbol que por estas tierras es difícil de encontrar.

El sueño que comenzó en 2014 con el campeonato obtenido por Ramón Díaz llegó a su fin. Se estuvo a un partido de llegar a la cima del mundo contra un equipo de otro planeta. Sin dudas hubiera sido épico alzarse con el Mundial de Clubes, pero aunque no se pudo, el agradecimiento para estos jugadores y cuerpo técnico será eterno.

No hay que olvidarse que hace poco más de tres años, River vivía la peor situación deportiva de su historia y, en tiempo record, logró volver a ubicarse entre los mejores equipos del mundo. Esto es una clara muestra de porque River es el más grande. Solo hay que ver lo que le costó a otros equipos resurgir de las cenizas, y el Millo lo hizo en poco más de tres años.

Campeonato local 2014, Superfinal 2014, Copa Sudamericana 2014, Recopa Sudamericana 2014, Copa Euroamericana 2015 (esperando que se oficial), Copa Libertadores 2015, Copa Suruga Bank 2015, semifinales de copa Sudamericana 2015 y subcampeón del Mundo.

Demasiado para un club que venía del peor año de su historia. A pesar de las críticas, tratando siempre de que sean constructivas y con buena intención, porque la exigencia no se negocia y es lo que nos lleva a ser LOS MAS GRANDES, y sin temor a ser reiterativos, los hinchas siempre estaremos agradecidos a estos jugadores (incluyendo a los que ya no están como Cavenaghi, Gutiérrez, Rojas, etc)  y cuerpos técnicos, de Marcelo Gallardo y de Ramón Díaz, porque ustedes dejaron todo para que River vuelva a ser River.

Formaciones

Barcelona (Esp): Bravo; Alba, Piqué, Mascherano, Dani Alvez; Iniesta, Busquets, Rakitic; Messi, L. Suárez y Neymar. Director Técnico: Luis Enrique.

Ingresaron: 21’ST Sergi Roberto por Rakitic; 35’ST Vermaelen por Mascherano; 44'ST Mathieu por Neymar.

River Plate: Barovero (6); Mercado (6), Maidana (6), Balanta (6,5), Vangioni (5); C. Sánchez (4), Kranevitter (5), Ponzio (5), Viudez (4); Mora (4) y Alario (5). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 0’ST L. González (4) por Ponzio; 0’ST G. Martínez (5) por Mora; 10’ST Driussi (4) por Viudez.

Resumen

Gol: 35’PT Messi (Bar); 3’ST L. Suárez (Bar); 22’ST L. Suárez (Bar)
Incidencias: no hubo
Arbitro: A. Faghani (Ira) (mal)
Figura: L. Suárez (Bar)

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