lunes, 9 de diciembre de 2013

Adiós 2013

Torneo Inicial 2013 – Fecha 19 – 8 de diciembre de 2013
Quilmes 1 – River Plate 1
el goleador, Carbonero (foto Télam)













Todos los hinchas de River  van a estar agradecidos por la llegada de este fin de año. Sobre todo por lo ocurrido en el segundo semestre. Sin dudas, este torneo quedará en recuerdo por todo lo mal que se hicieron las cosas.

El empate en el estadio Centenario de Quilmes solo sirve para la estadística. Esa que deja a este equipo de Ramón Díaz como el de peor marca goleadora en un torneo de 19 fechas, igualando la peor puntuación histórica del entrenador y con una idea de juega que pareció no existir a lo largo de los seis meses.

El partido con los sureños fue de un pobrísimo nivel. Con la novedad de Leonel Vangioni jugando como volante por izquierda, el riojano intentó imprimirle mayor velocidad al ataque, y por momentos se notó una intención de juego asociado de tres cuartos de cancha hacia adelante, con Sebastián Driussi y Teófilo Gutiérrez moviéndose por todo el frente de ataque.

Pero solo fueron algunas intenciones aisladas. El desarrollo fue pobrísimo. El local es un equipo muy especulativo, y ya hemos gastado las palabras del diccionario para describir lo que fue el Millonario en este Torneo Inicial 2013, que por suerte, ya se terminó.

El empate en un tanto es justo. El cervecero se encontró con el gol apenas comenzado el complemento y las constantes interrupciones ocasionadas por los inadaptados de siempre le permitieron al equipo del Pelado llegar a la igualdad cuando dieron 17 minutos adicionados.

Ahora se vienen las elecciones y todos los candidatos prometen ser “el cambio”. Ojalá así sea, y piensen siempre en el bienestar de River Plate. Que aquel que sea elegido por el socio asuma en condiciones y, aquellos que no puedan alcanzar la victoria, sean apoyo y soporte para los nuevos dirigentes que tendrán la difícil tarea de levanta a este gigante dormido.

No estaría bien que al ganador se le empiece a hacer la vida imposible durante sus cuatro años de mandato, como ocurrió durante el período de Daniel Passarella. La única forma de que River vuelva a ser, es con el esfuerzo y la ayuda de todos. Oficialistas y opositores, tirando para el mismo lado, siempre en pos del bien de River y no de sus propias arcas. Ojalá se cumpla esta premisa.

El 2013 se despide. Aún queda la definición del campeonato, donde el Millo tiene un interés directo, ya que de no salir campeón San Lorenzo, estaría consiguiendo el pasaje a la Copa Libertadores 2014, que obligará a redoblar los esfuerzos para no perder terreno en el ámbito local.

Finalmente, como ya se mencionó, este fin de semana, en el club, se estará jugando el partido más importante de este año. Ese que el lunes próximo tendrá a un nuevo presidente que llevará la inmensa responsabilidad de empezar a enderezar este Titanic. Bienvenido 2014.

Formaciones 

Quilmes: Peratta; Abecassis, Lema, Perez Godoy, Bontempo; Garnier, Braña, Romero, Zacaría; Caneo; Diz. Director Técnico: Blas Giunta.

River Plate: Barovero (6); Mercado (5), Pezzella (6), Balanta (5), Funes Mori (5); Carbonero (6,5), Kranevitter (5), Vangioni (4,5), Lanzini (4,5); Driussi (4,5) y Gutiérrez (3). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 13’ST Andrada (5) por Funes Mori; 18’ST Ponzio (5) por Kranevitter; 26’ST Aguirre (5) por Mercado.

Resúmen    
      
Goles: 1’ST Perez Godoy (Qui); 59’ST Carbonero (Riv)
Incidencias: 5’ST expulsado Lema (Qui)
Arbitro: G. Delfino (regular)
Figura: Carbonero (Riv)

Número finales de River: 19 partidos jugados, 21 puntos producto de cinco victorias, seis empates y ocho derrotas. Convirtió doce goles y recibió 14. El goleador, por así llamarlo, fueron varios que anotaron en dos ocasiones: Lanzini, Simeone, Carbonero y Mercado. Barovero terminó con la valla menos vencida del campeonato con 11 goles.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Ganó River

Torneo Inicial 2013 – Fecha 18 – 01 de noviembre de 2013
River Plate 1 – Argentinos Juniors 0
Ramón tiene una vida más (foto Olé)







Y nada más. Por fin volvió a cantar victoria. Pasaron ocho partidos por el torneo local, aunque todos cuentan diez, sumando los de la Sudamericana, en una extraña manera de comunicar. Cuando el equipo gana en Copa y Campeonato, solo se mencionan las victorias de corrido en el certamen local, pero las derrotas las cuentan en conjunto.
En fin, dejando de lado interpretaciones periodísticas, el triunfo sirve para darle un poco más de aire a Ramón, que durante la semana intentó tocar la fibra íntima de los jugadores y de la gente, pero en ninguno de los dos casos hubo una marcada manifestación al respecto, ya sea a favor o en contra.
El hincha alentó por la camiseta; y los jugadores siguieron jugando mal, con ímpetu por momentos, pero con las limitaciones de siempre. Si al entrenador se lo banca en el rectángulo de juego, ayer no se vio un gran aguante por parte de los once, aunque no se observó la desidia de otros partidos.
El equipo del riojano sigue sin una idea de juego clara, y Argentinos Juniors fue al Monumental a hacer el juego de Caruso, aguantar el cero en su propio arco y tratar de aprovechar los errores del rival.
En un partido de estas características, donde uno no sabe cómo atacar y el otro no quiere, era lógico que se abriera el marcador mediante un error. Así fue como, en el segundo tiempo, un centro de Carlos Carbonero fue desviado por Sergio Vittor y se metió en el arco, dejando sin respuestas a Pablo Migliore. El típico gol gana.
Luego, las carencias, de propios y ajenos, permitieron al equipo del Pelado quedarse con los tres puntos, que son solo eso, tres puntos. Importantes para sumar de cara al futuro, para cortar una de las peores rachas sin victorias de los últimos tiempos, tomar un poco de envión y llegar al último encuentro con un poco más de confianza.
En medio de tantos rumores de jugadores que no estarían dejando todo en la cancha, llamó poderosamente la atención la actitud de los mismos al comienzo del complemento. Se replegaron peligrosamente, perdían el balón infantilmente y no se los veía marcar con fiereza, perdiendo pelotas divididas y rifándola siempre a un rival. Los cambios le dieron un poco de aire en el medio y, ahí sí, comenzaron a empujar un poco más para tratar de arrinconar al Bicho.
Por suerte ya queda solo un encuentro para el final del torneo y se vienen las elecciones. Ojala den un nuevo aire al club y el que sea elegido como presidente, realmente pueda cumplir con todas las promesas que hace durante la campaña y no se quede solo en eso.
Mientras tanto, el hincha sigue esperando volver a ver el River que todos queremos, el que derrotaba a todos, el que hacía del Monumental un bastión inexpugnable, el que ganaba, gustaba y goleaba, en fin, el River que hizo que, a pesar de todo, siga siendo el más grande. 
Formaciones
River Plate: Barovero (6); Maidana (4), Pezzella (5), Funes Mori (5), Vangioni (4); Menseguez (3), Kranevitter (7), Rojas (3); Lanzini (4); Driussi (5) y Gutiérrez (5). Director Técnico: Ramón Díaz.
Ingresaron: 9´ST Carbonero (6) por Menseguez; 9´ST Ferreyra (5) por Rojas; 27´ST Andrada por Driussi
Argentinos Jrs: Migliore; Barraza, Flores, Vittor, Palomino; Gómez, Serrano, Mirabaje, Barzola; Triverio y Boyero. Director Técnico: Caruso Lombardi. 
Resúmen
Goles: 28´ST Vittor e/c (Arg) 
Incidencias: no hubo 
Arbitro: F. Rapallini (regular) 
Figura: Kranevitter (Riv)

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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Empate Monumental

Torneo Clausura 1997 – Fecha 6  – 23 de marzo de 1997
River Plate 3 – Boca Juniors 3
Villalba anota el descuento












El Antonio Vespucio Liberti fue el escenario del superclásico número 164 de la historia, cargado de emotividad e incertidumbre hasta el último minuto.

Durante un tarde soleada, los equipos salieron al terreno de juego, mientras en las tribunas se vivía una fiesta. Toda la capacidad del estadio estaba colmada. River era el último campeón y quería revalidar el título. Boca pasaba por una larga sequía y dependía de una victoria en el superclásico para salvar su pobre imagen.

Los 22 protagonistas, con el arbitraje de Javier Castrilli, fueron:

River Plate: Bonano; Lombardi, Ayala, Berizzo, Altamirano; Monserrat, Astrada, Berti; Escudero; Solari y Francéscoli. Director Técnico: Ramón Díaz.

Boca Juniors: Guzmán; Toresani, Traverso, Fabbri, Arruabarrena; Riquelme, Peralta, Cedrés; Pompei; Latorre y Martínez. Director Técnico: Héctor Veira.

El partido no podía empezar peor. A medida que se apagaba la tarde, al Millo se le venía la noche. En una ráfaga de doce minutos, la visita se ponía en ventaja por dos goles. A los cinco Gabriel Cedrés y a los 17 Sergio Martínez, ponían un resultado sorprendente y que presagiaba un domingo largo y negro para el pueblo riverplatense.

Como si eso fuera poco, el juez cobró un penal para los xeneizes a los 22, cuya ejecución debió repetirse por invasión de zona. El ejecutante fue Roberto Pompei, que concretó en primer término, pero su tocayo Bonano contuvo en la repetición y le dio vida al club de la banda roja.

Lejos de aprovechar el envión anímico que podría haber inyectado esa acción, siete minutos después, otra vez el Manteca vencía al portero local y estampaba un durísimo 0-3 que parecía imposible de remontar.

Cerca de la finalización del primer tiempo, llegaría la bocanada de oxígeno que daría vida a un River que parecía derrotado. Sergio Berti logró quitarse la marca de dos hombres, y al entrar al área definió con un zurdazo cruzado, ante la floja respuesta del uno xeneize, para poner el descuento antes del descanso.

El complemento comenzó con la nota color que faltaba. Eduardo Berizzo vio la tarjeta roja por doble amonestación a los tres minutos, quedando el local con un hombre menos. Pero 22 minutos después, sería el goleador xeneize el que vería la segunda amarilla y sufriría la consecuente expulsión, emparejando el número de jugadores en el campo.

El tiempo pasaba y el Millonario, con desorden, buscaba acorralar a su rival, mientras éste desperdiciaba una contra tras otra. Así, a los 32 minutos, Leonel Gancedo envió un pase preciso para el pique al vacío de Facundo Villalba. El Luigi le ganó en velocidad a la defensa auriazul, y cuando le salió el arquero se la tocó por encima del cuerpo. Néstor Fabbri, que vio como la pelota ingresaba al arco mientras se barría para tratar de evitarlo, nada pudo hacer, y a falta de trece minutos, el Millo se ponía a tiro del empate.

Un remate del autor del descuento en el palo parecía apagar todas las esperanzas de una posible igualdad, pero cuando el partido se moría, a los 42 minutos, la Bruja ejecutó un tiro de esquina que voló cerca del punto penal. Allí se elevó, más alto que todos, Celso Ayala, ganándole a la marca e impactando el balón con un furibundo cabezazo que se detuvo cuando chocó con la red del arco de Sandro Guzmán, que había quedado a mitad de camino. Empate y delirio.

Todavía había tiempo para más. A los 43, Cedrés se iría expulsado y con el tiempo cumplido, el Pipa tuvo la oportunidad de darle los tres puntos a River, pero su remate, dentro del área, se fue apenas por encima del travesaño y los equipos quedaron igualados en el marcador.

El resultado le permitía al Millonario seguir peleando el campeonato, que finalmente ganaría, y mantener el invicto que perdería en le fecha diez con Estudiantes; mientras el xeneize seguiría sumido en el ostracismo, navegando en la mitad de la tabla de posiciones y sin poder salvar el año.

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lunes, 25 de noviembre de 2013

Caída libre

Torneo Inicial 2013 – Fecha 17 – 24 de noviembre de 2013
Racing Club 1 – River Plate 0
Balanta, contagiado del mal momento (foto Olé)















Así está River, en picada. Cada partido es un padecimiento y vuelven a surgir viejos interrogantes. Esas preguntas que nunca incluían la posibilidad del descenso que se terminó consumando, entre otras cosas, por no tomar conciencia de situaciones como las que está viviendo el club hoy en día.

La actual campaña es tan mala que, numéricamente, ya superó a la del descenso y va en camino a igualar, y empeorar, a la que comenzó ese padecimiento: la del último puesto en 2008. Son ocho los partidos consecutivos sin ganar y siguen siendo nueve los goles a favor. Por suerte solo quedan dos jornadas, lo que impide igualar el record de doce sin ganar, al menos por este año.

Lo mejor que le puede pasar al Millonario es que se termine este campeonato, que se lleven a cabo las elecciones y empezar a trabajar desde el 16 de diciembre para levantar a este gigante que cada vez está más golpeado.

Otra vez, al rival, en este caso Racing, le alcanzó con un par de situaciones para hacer un gol y liquidar el partido. Trece minutos duró el encuentro, a partir de allí, el Millo no supo cómo entrarle. Apenas un par de remates y alguna aparición de Teófilo Gutiérrez, que murieron en Sebastián Saja o fuera de la cancha, fue toda la resistencia que puso el equipo de Ramón.

Lamentablemente, el equipo del Pelado está sumergido en la intrascendencia.  Una intrascendencia que comienza a ser peligrosa porque, aunque tenga 64 puntos de la temporada pasada, sumar tan poco y estar tan cerca de los últimos puestos, lo deja una vez más mirando de reojo aquella tabla que nunca debió mirar. Escenario que se agrava si los de Ramón entran en la Copa Libertadores, ya que, con este plantel, que le cuesta jugar un partido por semana, debería afrontar la doble competencia.

Encima, el técnico sostiene en la cancha a jugadores de pobrísimo nivel a lo largo del torneo y saca al de mejor rendimiento para poner a un jugador que hace un año no juega. Evidentemente el aura ramoniana ya pasó y el entrenador perdió la mano a la hora de hacer los cambios.

Este River perdió con los tres peores equipos del campeonato, Colón, Olimpo y Racing; sigue regalando el prestigio perdido hace ya varios años; y convierte a cualquier rival en el Bayern Munich. Hoy el Millo es la medida ideal para que los contrarios corten cualquier racha adversa. La Academia tenía un gol en su cancha y no ganaba allí desde la última jornada del campeonato pasado. De más está decir lo que pasó.

Los próximos dos encuentros no prometen ser diferentes a lo que se viene viendo. Faltan Argentinos Juniors y Quilmes, ambos equipos duros, mordedores, que cierran espacios y que dependen mucho de la pelota parada. Combo ideal para jugarle al equipo del riojano, que hace agua en el medio, no mete una arriba y le cabecea cualquiera en su propia área.

Habrá que rezar para obtener al menos dos empates. Tal vez sería una buena oportunidad para que jueguen los chicos de las inferiores, ellos tienen ganas de mostrarse, hambre por ganarse un lugar y los hombres que vienen jugando ya están quemados, no pueden dar vuelta la situación, parece no importarles si terminan el campeonato con 17 puntos y también están en caída libre, como River.

Formaciones

Racing Club: Saja; Gómez, Ortiz, Saveljich, Cahais; Pelletieri, Zucculini, Campi, Da Paul; Hauche y Viola.

River Plate: Barovero (5); Mercado (3), Pezzella (3), Balanta (4), Vangioni (4); Carbonero (3), Kranevitter (5), Rojas (3); Lanzini (4); Gutiérrez (5) y Simeone (4).

Ingresaron: 11’ST Menseguez (4) por Carbonero; 11’ST Andrada (4) por Simeone; 19’ST Aguirre (4) por Kranevitter.

Resúmen

Goles: 13’PT Zucculini (Rac)
Incidencias: 45’ST expulsado Álvarez Balanta
Arbitro: D. Abal (regular)
Figura: Zucculini (Rac)
El mejor de River: Barovero.

domingo, 17 de noviembre de 2013

De Promoción

Torneo Inicial 2013 – Fecha 16 – 17 de noviembre de 2013
River Plate 1 – Olimpo (BB) 3
el gol de Gio, la única buena (foto Olé)














Cualquier similitud con aquel equipo, no es pura coincidencia. En River se vienen haciendo las cosas mal  hace doce años, y eso tiene un precio que, tarde o temprano, hay que pagar. Lamentablemente, en junio de 2011 nos tocó vivir el peor momento en la historia Millonaria y, aunque suene antipático, costará volver a ver el River que todos queremos.

El equipo que se ve domingo tras domingo tiene las mismas falencias y carencias que aquel que terminó jugando la promoción con Belgrano de Córdoba. En aquella ocasión, fueron siete partidos sin ganar (los últimos del Clausura 2011), con cuatro empates y tres derrotas.

Hoy, el equipo de Ramón Díaz lleva la misma cantidad sin conocer la victoria, con tres empates y cuatro derrotas (tres de ellas en casa), con la salvedad de que aún queda una terna de jornadas y esta racha puede extenderse a diez, corriendo el riesgo de igualar las doce que lo llevaron al último puesto en el Apertura 2008.

Pero más allá de lo estadístico, se observan los mismos problemas técnicos y tácticos. Cuesta horrores llegar al área contraria, convertir, hacer dos pases seguidos y, para colmo, no hay un jugador que se pueda sacar un par de hombres de encima para llevar algo de peligro, como si podían hacerlo Erik Lamela, Diego Buonanotte o Falcao en aquellos equipos.

Además, el riojano no encuentra respuestas y se equivoca con los cambios. Hace seis o siete modificaciones por fecha, quitándoles confianza a los jugadores, sacando a los que están rindiendo aceptablemente para poner a otros que probaron que la camiseta les pesa mucho. El aura que trajo su regreso duró solo un campeonato, pero cuando tuvo que armar su plantel, erró en las bajas y, más aún, en las incorporaciones.

Este plantel se acostumbró a perder. Toman una derrota como un resultado más y no muestran rebeldía para tratar de revertir la situación. Les da lo mismo ganar, empatar o perder. No pelean cada pelota como  si fuera la última, no arrinconan al rival, tocan mucho en mitad de cancha sin profundidad y tampoco buscan el remate de larga distancia. A veces parece que están esperando que el partido termine para irse a sus casas. En resumen, es un equipo que no muestra signos de vitalidad. El recambio se impone de manera urgente, sobre todo para los referentes.

Olimpo llegó tres veces y anotó igual cantidad de goles, situación que se vivía también con aquel equipo que terminó con el descenso al Nacional B. Le llegaban poco y le convertían mucho, y por supuesto, le costaba muchísimo romper las defensas rivales.

La situación comienza a preocupar. El colchón de puntos logrado la temporada pasada no será suficiente si el Millo sigue sin sumar en esta. Recordemos que en la temporada 2010/11 obtuvo 57 puntos y debió jugar la promoción, con la diferencia que ahora no existe más esa instancia y el descenso se produce en forma directa.

También hay que agregar que si el campeón es Newell´s, Arsenal o Lanús, River obtendrá el pasaporte a la Copa Libertadores 2014 y seguramente se le prestará menos atención al torneo local en busca de la gloria continental. Por supuesto que, aunque también suene antipático, con este plantel, el Pelado no puede pelear dos torneos. Le costó horrores la Copa Sudamericana y quedó eliminado contundentemente con Lanús en el Monumental, asi que mejor no imaginar lo que puede llegar a ser la Libertadores.

Por todas estas cuestiones, es menester terminar ya con esta racha sin triunfos si no queremos empezar a sufrir nuevamente con esa maldita tabla de promedios. Cualquier parecido con el 2011, no es pura coincidencia.

Formaciones 

River Plate: Chichizola (4); Mercado (4), Maidana (4), Pezzella (5), Vangioni (5); Carbonero (4), Ledesma (4), Kranevitter (5); Fabbro (2); Lanzini (4) y Simeone (5). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 0’ST Menseguez (3) por Fabbro; 14’ST Mora (3) por Simeone; 26’ST Ferreyra (3) por Ledesma

Olimpo: Champagne; Gissi, Furios, Moiraghi, Ferreyra; Musto, Gil, Blanco, Perez Guedes; Cerutti y Lugüercio.

Resúmen   
       
Goles: 8’PT Simeone (Riv); 43’PT Perez Guedes (Oli); 20’ST Furios (Oli); 34’ST Vega (Oli)
Incidencias: no hubo
Arbitro: C. Maglio (bien)
Figura: Perez Guedes (Oli)
El mejor de River: Simeone.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Sumando Ceros

Torneo Inicial 2013 – Fecha 15 – 10 de noviembre de 2013
Vélez Sarfield 0 – River Plate 0 
otra floja actuación (foto Olé)













Matemáticamente, la influencia del cero depende del tipo de operación en la cual se esté aplicando. Por ejemplo, en una suma, agregar el cero mantiene invariante a la operación. Futbolísticamente hablando, el cero representa la ausencia de goles y en algunos casos, la falta de ideas. Eso es exactamente lo que le está pasando a River: suma ceros, suma partidos sin goles y sin ideas futbolísticas, todo CERO, aunque cada empate le dé un punto que tiene sabor a poco.

El encuentro en el Amalfitani fue un fiel reflejo de la realidad que viven ambos equipos. Lejos de aquellos que supieron animar el fútbol local en la década del noventa y eliminados contundentemente de la Copa Sudamericana en condición de local.

A pesar de todo, fue Vélez el que buscó con más insistencia romper la paridad, pero sin claridad y casi sin peligro para el arco de Marcelo Barovero, que tuvo que salir en el complemento por una contractura, siendo reemplazado por Leandro Chichizola.

Hay jugadores del Millonario que siguen mostrando su peor cara, y que no justifican su presencia en el primer equipo. Ya se habló de Ariel Rojas tras la derrota con Estudiantes. El ex Godoy Cruz las resuelve todas más, ni siquiera las que comienza bien y le dan un tiempo más para ejecutar mejor la jugada. Sin dudas debería dejar su lugar para otro hombre, como ser Martín Aguirre.

Sorprende el pobrísimo nivel del capitán, Leonardo Ponzio. Ni a propósito se puede jugar tan mal. Erra pases a compañeros que tiene al lado o patea tiros libres como si fuera un jugador de rugby. Una versión muy pobre y desmejorada del rosarino.

En contrapartida, Matías Kranevitter sigue en un nivel elevado respecto de sus compañeros, entendiendo a la perfección lo que significa tener puesta la camiseta de la banda roja. El colorado la pide siempre, trata de jugar simple y darle claridad a los pases a sus compañeros.

El planteo de Ramón Díaz fue netamente defensivo. Las presencias de Rojas y Ramiro Funes Mori por el lateral izquierdo eliminaron completamente las posibilidades de sorprender por ese sector. La imprecisión de los volantes y lo lejanos que quedaban los delanteros, convirtieron al Millo en un equipo inofensivo.

Gabriel Mercado nunca fue salida y Carlos Carbonero no apareció para lastimar por el sector derecho, por lo que todo se resumía a lo que pudieran hacer Teófilo Gutiérrez o Rodrigo Mora tras un pelotazo. Por supuesto, siempre perdían ante cuatro o cinco jugadores velezanos.

Del partido no hay más para decir, directamente no se lastimaron y ambos conjuntos se ahogaron en sus propias limitaciones. Las jugadas más peligrosas fueron tiros de larga distancia que controlaron fácilmente los arqueros.

Realmente preocupa la actualidad del equipo, sensación que se acentúa al pensar que solo pueden llegar dos incorporaciones en el verano y que se necesita urgentemente un recambio de nombres para poder generar una mentalidad positiva y un juego más fluido.

Habrá que seleccionar muy bien a esos dos nombres, de modo de adquirir algo de poder ofensivo ya que, con este empate, River alcanzó la peor racha goleadora de su historia en torneos cortos, tan solo nueve anotaciones en quince partidos. Demasiado poco para el equipo más goleador en la historia del fútbol argentino. Además, hace seis fechas que no gana y la situación empieza a apremiar.

Si River sigue así, las cuatro fechas que quedan serán un suplicio. Habrá que armarse de paciencia y esperar que la inspiración de algún jugador nos permita sumar la mayor cantidad de puntos para, al menos, llegar a las 25 unidades, objetivo muy pobre pare el club más grande de la Argentina.  

Formaciones 

Vélez: Sosa; Cubero, Tobio, Domínguez, Papa; Allione, Romero, Cabral, Canteros; Rescaldani y Pratto. Director Técnico: Ricardo Gareca.

River Plate: Barovero (6); Mercado (5), Maidana (7), Balanta (6), Funes Mori (5); Carbonero (5), Ponzio(2), Kranevitter (6,5), Rojas (2); Mora (4), Gutiérrez (4). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 8’ST Chichizola (5) por Barovero; 13’ST Vangioni (6) por Rojas; 36’ST Andrada por Mora

Resúmen    
      
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: G. Delfino (bien)
Figura: Maidana (Riv)


jueves, 7 de noviembre de 2013

Fin de ciclo

Copa Sudamericana – cuartos de final – 6 de noviembre de 2013
River Plate 1 (1) – Lanús 3 (3)
imagen repetida (foto infobae)













El título resume absolutamente todo. La derrota con Lanús puso punto final a una ilusión que se sustentaba solo por la historia y los pergaminos, gastados, que River y Ramón Díaz ostentan. Los malos funcionamientos se iban acumulando y, tarde o temprano, una derrota como esta iba a llegar.

El triunfo del granate es inobjetable. Superó ampliamente al local en todas las líneas y llevó a cabo un plan perfecto que a los seis minutos ya había dado sus frutos. El riojano dispuso un equipo con la mayoría de las incorporaciones, que pocas veces actuaron juntos.

Claramente se vio el enfrentamiento entre un equipo con solidado y con ideas claras, contra un conjunto de nombres, que no deja margen para la discusión. A la media hora la serie estaba liquidada, y lo que vino después, fue ver como los hombres de River  no encontraban la forma de entrar, ni el carácter para afrontar un encuentro decisivo y los de Lanús manejaban los tiempos a su antojo.

El único que se salva del incendio es el pibe Matías Kranevitter, que entendió a la perfección como deben jugarse estos encuentros y, por supuesto, Marcelo Barovero, que de no ser por él, esta serie se hubiera liquidado en el primer partido en el sur.

Hacer leña del árbol caído no sirve para nada. Contarle las costillas a la dirigencia o al técnico por los jugadores que dejaron ir, los planteos que propusieron o las incorporaciones que trajeron, tampoco suma demasiado. Si hay que tenerlo en cuenta y aprender para el futuro, pero subirse al caballo del fracaso para remarcar los errores, como hicieron muchos medios periodísticos partidarios, es querer apagar el fuego con kerosene.

Sin dudas que es el fin de una etapa. No creo que la del Pelado al frente del equipo, ya que no hay otro entrenador con las espaldas anchas para bancarse una racha adversa. Es cierto que está perdiendo algo de consenso entre la gente, pero ningún otro podría soportar más de tres partidos sin victorias.

Ya quedó definido que es el fin de una presidencia que desde lo deportivo ha sido un rotundo fracaso. La decisión de Daniel Passarella de renunciar a la reelección deja el camino allanado para que un nuevo presidente pueda ser la piedra fundamental que reencause el camino de grandeza que ha sido mancillado en los últimos diez años.

Además, debemos ser conscientes que no se puede resolver una década de des manejos en un par de años. Será necesario paciencia e ideas claras para poder salir adelante. La exigencia es mucha, y la paciencia deberá ser directamente proporcional a esa demanda.

También es el fin para varios jugadores. Algunos porque ya han tenido tiempo suficiente para mostrar sus cualidades y no se han podido ganar la continuidad y otros porque no justificaron el esfuerzo que se hizo por ellos.

Leonardo Ponzio y Cristian Ledesma están lejos de lo que supieron ser una temporada atrás. Jonathan Bottinelli y Jonathan Fabbro, nunca demostraron porque fueron contratados. Ariel Rojas nunca respondió con actuaciones la infinidad de veces que se le dio la titularidad. Carlos Carbonero y Osmar Ferreyra prácticamente pasaron desapercibidos cada vez que jugaron. Y estos son solo algunos casos.

Se deberá hacer una renovación importante del plantel, que no podrá ser posible en el verano porque solo se pueden incorporar dos jugadores. Habrá que darle oportunidades a los que vuelvan de préstamos de otros clubes o seguir fogueando a juveniles, como Matías Kranevitter, que mostró que puede ser el cinco del equipo.

Por último, solo queda un objetivo, sumar los quince puntos que quedan para no tener que estar mirando la tabla que nos llevó a jugar un año en la segunda categoría. Hoy el Millonario está cómodo, pero hace cinco partidos que no gana, sumo dos puntos de quince y, si sigue así, se puede complicar de cara al futuro.

Se imponen tiempos de cambio, ojalá sean los tiempos que lleven a River a recuperar lo que supo ser y que todos los hinchas extrañamos. Ese River grande por el juego y los resultados deportivos, y no el que se creó en base la cultura del aguante. Ojalá también sea el fin de ese ciclo.

Formaciones:

River Plate: Barovero (6); Mercado (4), Pezzella (4), Bottinelli (3), Vangioni (3); Kranevitter (6), Ponzio (2), Ferreyra (3); Fabbro (3); Menseguez (2), Gutiérrez (4). DT: Ramón Díaz

Ingresaron: 0′ST Maidana (4) por Bottinelli; 0′ST Lanzini (4) por Ponzio; 0’ST Carbonero (4) por Vangioni

Lanús: Marchesín; Araujo, Goltz, Izquierdoz, Velázquez; González, Somoza, Díaz; Acosta, Silva y Melano. DT: Gmo. Barros Schellotto

Resúmen

Goles: 6’PT González (Lan); 31’PT Silva (Lan); 25’ST Ayala (Lan); 38’ST Gutiérrez (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: D. Abal (aceptable)
Figura: Melano (Lan)
El mejor de River: Kranevitter

domingo, 3 de noviembre de 2013

Apático

Torneo Inicial 2013 – Fecha 14 – 3 de noviembre de 2013
River Plate 1 – Estudiantes (LP) 2 
Ledesma, su expulsión fue determinante (foto Olé)













Así se mostró River en la cancha. El equipo alternativo que presentó Ramón Díaz, lejos de mostrar rebeldía y ganas para pelear por un lugar entre los titulares, se arrastró por la cancha y en ningún momento mostró ese fuego sagrado para llevarse por delante al rival en busca del empate.

Es preocupante la desidia que muestran algunos jugadores. Parece que les da lo mismo ganar, perder o empatar. No se dan cuenta que están vistiendo la camiseta más importante del fútbol argentino y que, aunque se esté lejos de la lucha por el campeonato, hay que ganar todos los partidos.

El comienzo fue esperanzador, con el gol de Juan Carlos Menseguez a los ocho minutos se cortaba una racha negativa que estaba cerca de ser histórica y parecía que se abría el partido. Pero otra vez, las intenciones duraron quince minutos. Errores infantiles en defensa y la expulsión de Cristian Ledesma por doble amarilla, le permitieron a Estudiantes llegar dos veces y convertir dos goles.

El segundo tiempo estuvo de más, el local no supo cómo entrar y el visitante, sabiendo que el Millonario tiene enormes dificultades para generar peligro, esperó atrás y cerró bien los espacios, siempre presionando con dos o tres hombres sobre cada jugador de la banda y esperando detrás de mitad de cancha.

De todos modos, el Pincha no mostró mucho más que el equipo del riojano, lo que hace más evidente aún la apatía de los once de casa. A la inexplicable expulsión de Ledesma, que no debería ser tenido más en cuenta por su irresponsabilidad, hay que agregar la falta de actitud de Ariel Rojas.

El ex Tomba es una verdadera incógnita. No se sabe porque el Pelado lo pone de titular y nunca lo reemplaza. Es sin dudas el de más flojo rendimiento a lo largo del torneo y sin embargo nunca deja su lugar, cuando en el banco está Martín Aguirre, que puede aportar marca, despliegue, pase, remate desde afuera y llegada al área rival.

Estos son solo dos ejemplos, pero la mayoría de los que ingresaron como titulares, dando un poco más de crédito a los juveniles, dejaron mucho que desear. Lo único rescatable fue la presentación de Menseguez, que era toda una incógnita, y que se mostró movedizo, encarador y, además, convirtió el gol.

Fue tan malo lo de River, que hasta Eder Alvarez Balanta tuvo una actuación flojísima, mirando el número de la camiseta de los hombres Pinchas que convirtieron los tantos. Además, Ramón Díaz perdió la mano para los cambios. En otra época, cambio que metía hacía un gol, ahora sus modificaciones son difíciles de entender, como la salida del autor del gol para poner un volante central.

Sin dudas habrá que hacer una limpieza del plantel. Aún quedan cinco fechas y es menester sumar todos los puntos para no sufrir con los promedios en la próxima temporada, aunque esto suene desagradable, River debe sumar para ganar tranquilidad. Ya lleva cinco partidos sin triunfos y sumando solo dos puntos de quince. La última vez que tuvo una racha tan extensa sin ganar, terminó jugando la promoción.

El próximo escalón es el miércoles por la Copa Sudamericana. Allí recibirá a un Lanús que viene entonado y sabe muy bien a lo que juega, y que además tiene muchos resultados que le son favorables. Ahí se definirá el futuro de este River. Si seguirá arrastrándose solo en el Torneo local o si dará un paso más en el plano internacional. Con actuaciones como estas, es difícil ser optimista, pero el fútbol no es exacto, y cualquier cosa puede pasar.  

Formaciones 

River Plate: Barovero (5); Vega (4), Maidana (3,5), Bottinelli (3), Alvarez Balanta (3); Solari (5), Ledesma (2), Rojas (2); Fabbro (4); Mora (4), Menseguez (5). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 0’ST Kranevitter (5) por Menseguez; 13’ST Simeone (4) por Fabbro; 18’ST Ferreyra (4) por Bottinelli.

Estudiantes: Rulli; Jara, Vergini, Desábato, Silva; Damonte, Verón, Auzqui, Martínez; Rodríguez y Jara.

Resúmen

Goles: 8’PT Menseguez (Riv); 16’PT R. Martínez (Est); 37’PT Auzqui (Est)
Incidencias: 28’PT expulsado Ledesma (Riv)
Arbitro: J. P. Pompei (aceptable)
Figura: vacante
El mejor de River: vacante

martes, 29 de octubre de 2013

No es negocio

Copa Sudamericana – cuartos de final – 29 de octubre de 2013
Lanús 0 – River Plate 0
Otra vez figura (foto Olé)
















Con esta modalidad de competencia, en la cual convertir un gol de visitante tiene más importancia a la hora de definir un empate en el marcador global, finalizar el primer encuentro con el tanteador en blanco, es negocio para el equipo local, que no recibió anotaciones y tiene la posibilidad de pasar de ronda con cualquier empate con goles.

Al finalizar el partido, Ramón Díaz enfatizó que están en deuda con el juego, y no hay mejor síntesis para este River que las palabras del entrenador. Pero no solo en este encuentro, sino que en lo que se lleva jugado en todo el semestre. Exceptuando algunos casos aislados, esa descripción es el común denominador de este equipo.

La definición sigue siendo la cuenta pendiente. Es el quinto partido en el cual el
Millonario no puede gritar un gol. Tuvo algunas situaciones claras, en los pies de Teófilo Gutiérrez, Manuel Lanzini y en la cabeza de Germán Pezzella, pero la imprecisión y un genial Agustín Marchesín, impidieron la apertura del marcador.

En contrapartida, las actuaciones de Marcelo Barovero siguen siendo el punto fuerte del Millonario, a tal punto de gritar su atajadas como si fueran goles, justificando ampliamente su contratación y disipando todo tipo de dudas sobre quién debe ser el dueño de los tres palos en las próximas temporadas.

El comienzo del partido fue auspicioso. El Millo se apoderó del balón e intento hacerlo circular para generar los espacios.  Pero con el correr de los minutos, Lanús comenzó a ganar confianza y a adelantarse en el terreno, y River retrocedió cada vez más, hasta terminar el primer tiempo aguantando muy cerca de su portería.

A pesar de ello, el equipo local no llegó a inquietar al uno riverplatense durante la primera etapa. Ya en el complemento, comenzaron a llegar con más claridad, y Trapito se erigió en la gran figura del encuentro, tapando varios mano a mano, a Pereyra Díaz y Lautaro Acosta, y haciendo gala de sus reflejos en un par de remates desde media distancia.

Mientras tanto, el equipo del riojano se perdía con pelotazos y regalaba infantilmente la pelota en el medio campo. De todos modos, tuvo las más claras en esta etapa: un mano a mano de Teo que definió muy desviado, y la muy buena jugada elaborada entre el colombiano, Federica Andrada y Manuel Lanzini, que contuvo el uno granate.

La pregunta es: ¿porque, si en el comienzo del partido intentó dominar el juego, con el correr de los minutos se fue replegando en vez de insistir con esa intención? A este respecto se pueden concluir dos cuestiones.

La primera es que, conscientes de sus limitaciones, y al ver que no pueden convertir mientras tienen el control del partido, deciden aguantar el cero en su arco y tratar de aprovechar alguna jugada de contragolpe o alguna pelota parada.

La segunda es asumir que el cansancio los obliga a replegarse, pero sería inverosímil tomar en cuenta esta consideración, ya que, al ser jugadores profesionales, no deberían sentir cansancio a los quince minutos de partido, y menos  jugando uno por semana. Entrenan todos los días y viven de esto, con lo cual el cansancio no es una razón de peso.

Lamentablemente, uno de los bastiones defensivos de este equipo no podrá ser de la partida en la revancha, ya que Eder Álvarez Balante fue expulsado. El encuentro será vibrante y emotivo, en el cual hay muchas combinaciones posibles. Solo si se repite este marcador, se llegará a la definición por penales, instancia no muy recomendable para los de Núñez, de lo contrario, alguno de los dos obtendrá el boleto a la semifinal y el pasaporte al repechaje por la Copa Libertadores.

A River solo le sirve ganar, así que habrá que esperar una semana más, rogando que el equipo del Pelado se pueda reencontrar con el gol, de lo contrario, será muy difícil cumplir con los objetivos planteados.

Formaciones:

Lanús: Marchesín; Araujo, Goltz, Izquierdoz, Velázquez; Ayala, Ortiz, Somoza, González; Pereyra Díaz y Silva. DT: Gmo. Barros Schellotto

River Plate: Barovero (9); Mercado (5), Pezzella (6), Balanta (4), Vangioni (5); Carbonero (4,5), Ponzio (4), Kranevitter (4,5); Lanzini (3); Andrada (4,5) y Gutiérrez (5). DT: Ramón Díaz

Ingresaron: 21′ST Ferreyra (4) por Lanzini; 25′ST Mora (4)por Andrada; 47′ST Maidana por Gutiérrez

Resumen
Goles: no hubo
Incidencias: 43’ST expulsado Álvarez Balanta
Arbitro: S. Trucco (aceptable)
Figura: Barovero (Riv)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Hacelo que no vale

Torneo Inicial 2013 – Fecha 13 – 23 de octubre de 2013
Atético Rafaela 0 - River Plate 0 
Pezzella se consolida en la zaga (foto Olé)
















Es inaudito. Nunca visto lo que le está pasando a River. A las carencias que presenta el equipo, hay que sumarle los horrores arbitrales que privaron al Millonario de puntos importantes, que le hubieran permitido estar más arriba en la tabla.

Está instalado que por ser un grande no se puede quejar de las malas decisiones, que eso es “llorar”, que siempre fue beneficiado por los colegiados, y un sinfín de estupideces que no justifican los paupérrimos arbitrajes que se están viendo cada vez que juega el equipo de Ramón Díaz.

Parece contradictorio decir que el Millo sigue sin hacer goles y, a la vez, afirmar que le mal anularon dos tantos completamente lícitos por posiciones adelantadas inexistentes, y es allí, en el error, donde se explica esta afirmación.

El primero fue considerar adelantado a Carlos Carbonero, que bajó la pelota de cabeza para Rodrigo Mora y definió de volea cruzándola de palo; y el segundo, más grave aún, cobrado tras ejecutar un tiro de esquina donde la pelota rebota en Adrián Bastía y deja solo a Eder Balanta que define al gol.

En una época, la recomendación era dejar seguir la jugada ante la duda. Al parecer, en estos casos, prefieren cobrar lo que no existe, que arriesgarse a que sea una equivocación la continuidad de la jugada.

Lo curioso es que siempre se ve en los partidos del equipo del Pelado. Aquel adelantamiento de Barovero en el penal contra San Lorenzo; la posición adelantada de Furch en el empate de Arsenal (ahí si dejaron seguir ante la duda); los dos goles de hoy; y el sinfín de oportunidades en las que se ve que el juez gesticula que vio mano pero que no es penal.

También llama la atención la pasividad de los jugadores ante estas situaciones, ninguno protesta, el capitán no dice nada y ninguno habla con el árbitro, tal vez alineados con el discurso del técnico de no hablar de ellos, pero los errores se repiten y el Millonario sigue dejando puntos en el camino.

Es cierto, las frías estadísticas dirán que el conjunto del riojano pasó otro encuentro sin convertir, pero la realidad es que, en este caso, no fue por impericia de sus jugadores, sino por la de los jueces asistentes que levantaron la bandera equivocadamente.

En los noventa minutos fue River el dominador absoluto del juego. Mostro uno de los mejores rendimientos a nivel colectivo y evitó que Rafaela pudiera hacer su juego, obligándolo a lastimar solo con las contras, que fueron pocas y bien neutralizadas por la pareja Pezzella-Balanta.

El Millo intentó tocar, asociarse y rematar de media y larga distancia. Así, construyó las jugadas más claras y tuvo las mejores oportunidades para convertir, pero el palo, el arquero Conde, la ineficiencia y los jueces (no precisamente en orden de importancia), impidieron la apertura del marcador.

Como pasa habitualmente, al no poder romper el empate, los jugadores comienzan a entrar en un embudo que es un festín para los defensores rivales. Pelotazos sin sentido, pases errados y errores infantiles son el combo que se repite cuando el partido se está terminando.

Así se van los últimos minutos, y River no encuentra las respuestas que le permitan sumar de a tres. Esta vez hizo los goles, pero si antes tenía que patear diez veces para hacer uno, ahora parece que tiene que hacer tres para que se le cobren.

Ahora hay que poner los ojos en la Copa Sudamericana, ya que el próximo martes visitará a Lanús en el choque de ida de los cuartos de final. Ojalá que para ese encuentro se le seque la pólvora y le convaliden los tantos, si los convierte.

Formaciones 

Atlético Rafaela: Conde; Rodales, Niz, Garcé, Erramuspe, Eluchans; Ferreira, Bastía, Canhué; Albertengo y Vera. Director Técnico: Jorge Burruchaga.

River Plate: Barovero (6); Mercado (6), Pezzella (8), Balanta (7), Vangioni (4); Carbonero (6), Ponzio (5), Rojas (4); Fabbro (5); Mora (5), Gutiérrez (4). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 21’ST Ferreyra (5) por Rojas; 29’ST Andrada por Mora; 32’ST Lanzini por Vangioni.

Resúmen
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: A. Merlos (mal)
Figura: Pezzella (Riv)

lunes, 21 de octubre de 2013

Karma Penal

Torneo Inicial 2013 – Fecha 12 – 20 de octubre de 2013
River Plate 0 – Belgrano (Cba) 0  
imagen repetida (foto DYN)















No se entiende. Es inexplicable. Hace un par de semanas tuve la oportunidad e ingresar al campo de juego del Monumental y, no se porqué, decidí ir a pararme debajo del arco que da a la tribuna Sívori. ¡Me pareció enorme! Automáticamente pensé: “¿cómo puede ser que los jugadores le erren?”

Definitivamente, River está condenado al empate en cero o a la mínima diferencia, ya sea a favor o en contra. Es increíble lo que cuesta hacer un gol. Ayer, una tal Sebastián Blázquez, de larga trayectoria en equipos menores, fue la figura del partido, con poco, por algunas virtudes propias y, mayormente, por la impericia de los definidores riverplatenses.

Ramón Díaz pudo alinear al tridente ofensivo que llegó para este campeonato, Jonathan Fabbro, Rodrigo Mora y Teófilo Gutiérrez. Los tres tuvieron un partido con actuaciones desdibujadas.

Al ex Cerro Porteño se lo notó participativo, movedizo y más rápido que en sus primeros partidos, pero con el correr de los minutos, y a medida que el rival se iba cerrando, se fue apagando su participación. Fabbro necesita de espacios, y cuando no los tiene, pierde la pelota fácilmente.

El uruguayo nunca volvió a ser el que se vio en la etapa de Matías Almeyda, hasta erró un gol increíble debajo del arco.

Teo sale mucho del área y son pocas las veces que queda de cara al gol, tuvo el penal y lo pateó a las nubes.

Extraño karma el que tiene el Millonario con los tiros desde los doce pasos. A los errores arbitrales a la hora de sancionarlos, hay que sumar que, cuando los pitan, los ejecutantes se encargan de desperdiciarlos. Es el tercer penal consecutivo que el Millo tiene contra el equipo cordobés, y todos fueron mal logrados (Pavone, Funes Mori y Gutiérrez). Además, de las últimas ocho ejecuciones, solo convirtió tres, Lanzini contra Godoy Cruz, Trezeguet a Atlético Tucumán y Domínguez versus Aldosivi; y erraron Cavenaghi (Atlanta), Domínguez (Patronato), Trezeguet (Alte. Brown), Funes Mori  (Belgrano) y Gutiérrez (Belgrano).

Futbolísticamente hablando, mucho no se puede decir. El equipo del Pelado fue de mayor a menor, y los errores en la definición fueron derrumbando sus intenciones ofensivas, hasta convertirse en un equipo que fue a los ponchazos.

Definiciones defectuosas debajo del arco, tiros en los palos o desviados por el arquero y penales errados, forman un coctel difícil de digerir durante noventa minutos. Los jugadores lo sienten así y se nota. El rival lo ve así y lo aprovecha, sobre todo aquellos que son especialistas en cerrarse atrás y jugar con la desesperación contraria.

Esa desesperación hace mella con el correr de los minutos, y los errores en los últimos metros se acrecientan, el equipo se adelanta, el rival achica los espacios y las contras son cada vez más peligrosas, dejando a los delanteros rivales mano a mano con Marcelo Barovero.

El uno Millonario sigue siendo uno de los puntos más altos de este equipo, un arquero a la altura de los grandes de antaño, de esos a los que le llegan poco y casi siempre responde con solvencia y seguridad.

Es apropiada la idea de incluir a Leonardo Ponzio, que no tuvo una labor destacada, de cinco si el enganche va a ser el hombre de la selección paraguaya. Su escaso despliegue puede ser reemplazado por la movilidad del rosarino. En cambio, con Cristian Ledesma, quedaría una zona de volantes muy lenta.

El nivel de Ariel Rojas no está justificando su presencia en el equipo. Se lo ve impreciso y no tiene el despliegue para jugar como volante por izquierda, le sienta mejor el papel de doble cinco, que favorece a Leonel Vangioni cuando juega de lateral izquierdo.

Ayer faltó el ex Newell´s y se notó. Ramiro Funes Mori viene de una larga inactividad, no tiene buena proyección jugando de tres y cuando pasó, sus centros fueron muy defectuosos.

El riojano podría darle una posibilidad a Martín Aguirre. El ex Olimpo mostró tener buenos desempeños hasta que la lesión lo alejó de las canchas. Es un jugador que puede aportar marca; despliegue en el medio, ya sea con Ponzio o con Ledesma; tiene buen remate externo; ha mostrado ser un buen pasador; y se suma al ataque con criterio.

El Pelado tendrá que ensayar algunas variantes más y encontrar la forma de que sus hombres se tranquilicen cuando están de cara al arco de enfrente, deberán practicar definición y ver si pueden revertir este paupérrimo promedio de gol, que es el peor en la historia de River.

Formaciones

River Plate: Barovero (7); Mercado (6), Pezzella (5), Balanta (5), Funes Mori (4); Carbonero (6), Ponzio (4), Rojas (4); Fabbro (5); Mora (4), Gutiérrez (4,5). Director Técnico: Ramón Díaz

Ingresaron: 11’ST Andrada (4) por Mora; 27’ST Lanzini (4) por Funes Mori; 33’ST Ferreyra por Rojas.

Belgrano (Cba): Blázquez; Barrios, Lollo, Aveldaño, Alvarez; Pittinari, Farré, González, Velázquez; Márquez, Pereyra. Director Técnico: Ricardo Zielinski.

Resúmen

Goles: no hubo
Incidencias: 5’ST Gutiérrez (Riv) tiró un penal desviado
Arbitro: D. Ceballos (aceptable)
Figura: Blazquez (Bel)
El mejor de River: Barovero