viernes, 30 de mayo de 2014

¿Sorpresiva o lógica?

Crónica de la renuncia de Ramón













Que poco dura la felicidad en River. Cuando recuperamos la senda del triunfo, comenzábamos a pensar en el próximo semestre, en volver a las copas internacionales con serias chances de ser candidatos y nos olvidábamos de todo el mal que nos hicieron durante una década; Ramón Díaz decidió dar el portazo en el Monumental y dejó a todos los hinchas, que lo querían para que sea el Ferguson de Núñez, con la boca abierta.

Era interesante, antes de escribir estas líneas, esperar las distintas conferencias de cada uno de los actores del espectáculo para poder hacer un análisis más acabado de la situación. Pero lo cierto es que se sabía de antemano que ninguno de los dos daría las verdaderas razones de lo sucedido.

A su vez, es llamativa la campaña de cierto sector de periodismo, tratando de remarcar que lo del riojano fue una renuncia. Es cierto, en la práctica y en los papeles, lo fue, pero lo que no dicen son las razones que empujaron al técnico más ganador de la historia Millonaria a tomar esta drástica decisión, tras haber sumado dos estrellas más a su numerosa constelación.

Mucho se dijo y mucho se especuló. La verdad es que la nueva comisión directiva nunca quiso a Ramón. Su exceso de protagonismo, su lengua filosa, su alto perfil y algunas declaraciones desafortunadas, eran un problema para esta presidencia, que tampoco tuvo el valor de pagar el costo político de despedir al técnico que mejor le calza la pilcha del Millo.

Sabido es que D’Onofrio prefería otro perfil de entrenador. En la previa de las elecciones presidenciales de 2009, donde perdió por seis votos contra Daniel Passarella, había declarado abiertamente que su preferido era Marcelo Bielsa. Cuatro años después, con el riojano sentado en el banco del Monumental, gracias al Kaiser (por convicción o conveniencia), dejó plasmado en las redes sociales que el técnico de toda su gestión sería Ramón Díaz, claro, esto le convenía para no perder votos.

Al mismo tiempo, el ahora ex director técnico, declaraba abiertamente que había un candidato que no lo quería y que si ese ganaba, el daría un paso al costado.

Las elecciones pasaron, D’Onofrio asumió y lo primero que hizo fue repatriar a los ídolos. Enzo, el Beto, Ariel Ortega y Ubaldo Fillol, entre otros, fueron los que recuperaron el lugar perdido durante la gestión anterior. El cargo de manager del uruguayo apuntaba también a tener injerencia directa en todos los temas futbolísticos, desde las incorporaciones, hasta ciertas sugerencias sobre el armado del equipo.

Por supuesto, estas funciones, con Ramón sentado en el banco, carecían de libertades, generaban incomodidades y condicionaban el accionar, tanto del riojano como del uruguayo. Ninguno de los dos tenía o sentía que tenía la libertad necesaria para hacer, deshacer y declarar a su antojo. Ramón se sentía vigilado y Enzo se hacía presente en el vestuario y los entrenamientos.

Por otra parte, desde la oratoria, había contradicciones en los integrantes de la mesa directiva Millonaria. Por un lado, las declaraciones de campaña del nuevo presidente. Por el otro, en cada derrota o floja actuación, frases del tipo “si no encuentra el equipo, el sabrá dar un paso al costado”, luego de la caída ante Colón en Santa Fé; o el twiteado “no se vive del pasado”, tras la derrota con All Boys; o el “sus palabras le quitan prestigio al club”, cuando Ramón, en forma desafortunada, agradeció el apoyo de los borrachos del tablón; dan indicios de que no estaban del todo convencidos o conformes con tener al Pelado sentado en el banco y se lo hacían saber con esas “indirectas”.

Claro, nunca dijeron abiertamente “no queremos a Ramón Díaz sentado en el banco”, pero, a veces, no hay que ser tan explícito para enviar un mensaje. Es evidente que estaban esperando el momento indicado para alejar al riojano. Pero su astucia, y los buenos resultados, llevaron a River al final con la posibilidad de ser campeón, y lo logró por partida doble, lo cual fue un golpe inesperado, que los obligó a declarar que debía seguir en su cargo.

Aunque no contaban con la sorpresiva renuncia de Ramón, que había dicho que se iba a ir ganador. Y una vez más cumplió, echando por tierra las conspiraciones dirigenciales y mostrando que es un técnico para River. Este escenario les permitió a los dirigentes abrir el paraguas y decir que “Ramón ni siquiera nos dejó hablar”.

Por supuesto que no, ya estaba todo dicho, habían hablado durante todo el campeonato. Sumado a que ante cada micrófono expresaban que “River está pasando una situación económica asfixiante, no podrá hacer grandes incorporaciones y deberá vender a varios jugadores” del equipo campeón; el Pelado no se sentía cómodo y creyó que no podría luchar todas las competencias como a le gustaría si diezmaban su plantel. En consecuencia, con este combo, D’Onofrio y sus colegas, lograron su objetivo, molestarlo y obligarlo a dar un paso al costado.

En consecuencia, le fueron rodeando la manzana, le quitaron libertades, le quisieron tocar a su ayudante e hijo Emiliano Díaz, lo condicionaron con el futuro plantel, pero es verdad, ellos querían que Ramón siga. Suena contradictorio, sobre todo conociendo como es el riojano.

El perfil de Ramón no cuadraba con el proyecto que esta conducción tiene para el nuevo River. Empujar a la renuncia a un técnico campeón y desmantelar un plantel que ellos no armaron, porque lo cierto es que, excepto por Fernando Cavenaghi, a este equipo lo armó el Pelado con Daniel Passarella; y traer un técnico más “aconsejable”, que acepte las recomendaciones del mánager sin chistar, parece ser el proyecto futbolístico que pretenden para la reconstrucción.

Así, Ramón se fue y Enzo pasó a tomar el protagonismo. Su raid mediático y la casi designación de Marcelo Gallardo, por decisión suya,  como nuevo entrenador, son pruebas de ello. A partir de ahora, será el Príncipe la cara visible del fútbol de River, y si lo hace como cuando entraba a la cancha, entonces todo el pueblo Millonario habrá ganado y este malestar quedará en el olvido. El éxito del Muñeco, será el éxito de River, y al fin y al cabo, eso es lo que todos queremos.

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domingo, 25 de mayo de 2014

A las Copas

Superfinal Copa Campeonato – San Luis – 24 de mayo de 2014
San Lorenzo 0 – River Plate 1
Supercampeón (foto Olé)














No hay mejor manera de terminar el año futbolìstico, que demostrando que has sido el mejor.  La Superfinal, este invento raro de AFA, que concede una estrella por una final disputada hace casi ochenta años, pero no reconoce, por ahora, la actual, enfrentó a los dos campeones de la temporada: San Lorenzo, por obtener el Torneo Inicial 2013 con el menor puntaje en la historia de los torneos cortos; y River Plate, por consagrarse en el Torneo Final 2014.

Una final que, por más que se llame Superfinal o Copa Campeonato y que entregue un trofeo, de no mediar reclamos y presentaciones en el máximo organismo del fútbol Argentino, solo habrá definido quién será el último representante argentino en la Copa Sudamericana y, además, concederá la posibilidad de disputar la Super Copa Argentina con el ganador de la Copa Argentina.

De más está decir que, al haber sido el Millonario el ganador, estaríamos hablando de su título número 36. Algo prácticamente impensado hace un año atrás, cuando todo se veía negro y los resultados deportivos no acompañaban.

Lo cierto es que gracias a la obtención del Torneo Final 2014 (campeonato número 35), el conjunto de Ramón Díaz debía dirimir con San Lorenzo la posibilidad de ingresar a todas las copas antes mencionadas.

La cita fue en San Luis y, con un frío que calaba los huesos, se llevó a cabo la, por ahora, mal llamada Copa Campeonato o Superfinal.

El partido no tuvo muchas aristas destacables. En la primera mitad, fueron contadas con los dedos de una mano las posibilidades claras de gol. El Millo evidenciaba notables falencias defensivas, donde el Cuervo aprovechaba los espacios con sus veloces delanteros, Héctor Villalba y Ángel Correa, que dejaban en el camino a los defensores Millonarios. Por fortuna, siempre llegaba Jonathan Maidana o Leonel Vangioni, como último hombre, para evitar el remate al arco e impedir la apertura del marcador.

Un par de remates de larga distancia fue lo más preocupante que tuvo que sufrir Sebastián Torrico, que casi no tuvo participación en la primera mitad. Además, la cancha no estaba en buen estado y esto impedía desarrollar un juego fluido. Cristian Ledesma tenía, la mayoría de las veces, dos o tres hombres encima cada vez que entraba en contacto con la pelota, entonces no podía hacer su juego con tranquilidad.

Los primeros 45 minutos se fueron con el empate en cero y la sensación de que San Lorenzo había hecho un poco más, pero no había podido aprovechar sus oportunidades.

El complemento no mejoró demasiado. Marcelo Barovero siguió mostrando un nivel altísimo, atajando todo lo que pasaba cerca, incluso las jugadas invalidadas por Néstor Pitana, y con el correr de los minutos, el cansancio y el frío comenzaron a congelar las ideas.

Antes de que esto ocurriera, a los 27 minutos, Manuel Lanzini ejecutó un tiro libre al punto del penal. El uno auzlgrana dudó entre salir o quedarse debajo de los tres palos y Germán Pezzella aprovechó para cabecear el balón hacia atrás y al segundo palo. La pelota se metió pegadita a la red lateral y le concedió al Millo la ventaja.

A partir de allí todo fue pelotazo y a aguantar la envestida que no fue tal. San Lorenzo careció de inspiración, se quedó sin fuerzas y no tuvo ninguna jugada clara para complicar a Trapito, que ya había cerrado el arco.

El pitazo final sirvió para declarar que River fue el mejor equipo de la temporada. Con el triunfo, se ganó el derecho a participar, una vez más, de una Copa Internacional, donde lo estará esperando Godoy Cruz en la primera fase de la Copa Sudamericana.

Pero sobre todo, estos resultados comienzan a poner las cosas en su lugar. El Millonario ganando, siendo campeón, afrontando cuatro competencias el próximo semestre (Torneo Local, Copa Argentina, Copa Sudamericana y Super Copa Argentina) y con la posibilidad de seguir con esta reconstrucción que, de a poco, va llevando a River al lugar que nunca debió perder.

Salud campeón y Feliz Cumpleaños!!

Formaciones

San Lorenzo: Torrico; Buffarini, Fontanini, Gentiletti, Más; Villalba, Mercier, Ortigoza, Romagnoli; Correa y Mattos. Director Técnico: Edgardo Bauza.

River Plate: Barovero (7,5); Mercado (6), Maidana, Funes Mori (5), Vangioni (6); Carbonero (5), Ledesma (5), Rojas (4); Lanzini (5); Villalva (5) y Cavenaghi (4). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 22’PT Pezzella (7) por Maidana; 0’ST Simeone (5) por Cavenaghi; 40’ST Kranevitter por Villalva.

Resumen

Goles: 27’ST Pezzella (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: N. Pitana (regular)
Figura: Barovero (Riv)

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lunes, 19 de mayo de 2014

¡RIVER CAMPEON!

Torneo Final 2014 – Fecha 19 – 18 de mayo de 2014
River Plate 5 – Quilmes 0
35 veces Campeón (foto Olé)














Ya está. Se acabó. Atrás quedaron las pesadillas, los malos momentos, el sufrimiento y los bajos rendimientos. Ese grito que tenía atragantado hace años el pueblo Millonario, finalmente salió a la luz y se hizo escuchar en toda la Argentina.

El país se vistió de rojo y blanco. Este plantel entendió que estaba frente a la oportunidad única e histórica de volver a poner a River en el primer plano del fútbol local. De ser los hombres que dejarían atrás las malas y marcarían el camino de la resurrección de uno de los equipos más grandes del continente.

El Monumental estaba colmado y los nervios se sentían en cada rincón. Este River que había hecho sufrir a sus hinchas durante cada jornada del Torneo Final 2014, resolvió con holgura y suficiencia la encrucijada que quiso plantear Ricardo Caruso Lombardi.

A los nueves minutos, un cabezazo de Carlos Carbonero no pudo ser contenido por Benítez, que dejó el rebote corto y ahí estaba Fernando Cavenaghi, con el olfato del nueve, para definir con el arco a su merced. A partir de ese momento, el Millonario comenzó a ser el CAMPEÓN.

Ese gol sería un mazazo para Quilmes y para los que estaban siguiendo este encuentro desde otros estadios, esperando un tropezón del gigante rojiblanco. Pero eso nunca llegó, sino que fue todo lo contrario.

Como si de golpe, estos jugadores se hubieran dado cuenta que estaban en River; como si el espíritu de la Máquina de los noventa se hubiera corporizado en los once de memoria de Ramón Díaz, entendieron que tenían que llevarse puesto al rival, y así lo hicieron.

Borraron al cervecero de la cancha. No le dieron respiro y a los 24 minutos, con una jugada preparada de un tiro de esquina, llegó el segundo tanto de la mano de Gabriel Mercado, que empujó a la red tras una peinada de Jonathan Maidana en el primer palo.

El complemento no varió su desarrollo. El equipo de Ramón Díaz quería sentirse campeón antes de los noventa minutos, pero además quería florearse, quería demostrar que las finales se juegan a todo o nada, que los partidos importantes no le quedan grandes.

Y lo lograron. Un zapatazo de Cristian Ledesma, emblema y figura de este plantel, a los 18 minutos del segundo tiempo, terminó por llevar la tranquilidad que todo el pueblo riverplatense esperaba. Los cantos de “dale campeón” comenzaron a salir de las gargantas Millonarias y los jugadores tocaron permitiendo que el “Ole”, tan temido y esquivo en los últimos tiempos,  bajara de las tribunas.

Los goles del Toro y de Teófilo Gutiérrez, a los 25 y 44 minutos respectivamente, terminaron de poner la lápida sobre el equipo de Caruso Lombardi y desataron más motivos para festejar.

Sin dudas River jugó el mejor partido del campeonato, cuando más necesitaba jugar a lo River, pasó por arriba a su rival, ganó con autoridad y confirmó que fue el mejor de este campeonato y que es un merecido CAMPEÓN.

Muchas cosas hay para destacar, muchos momentos para resaltar que merecen otras columnas. Pero sin dudas, la victoria en La Boca y el penal atajado a Sebastián Saja son los dos momentos que marcaron que este plantel podía quedarse con el campeonato. Además, el gol del Lobo y su emoción en el festejo, son un símbolo de este campeonato y de lo que significó él para el andamiaje de este equipo. También una mención para los colombianos, ellos fueron la columna vertebral del once de Ramón.

Un párrafo aparte para Ramón Díaz. Él lo hizo de nuevo. Podrá ser muy criticado por sus actitudes fuera de la cancha, por su forma de trabajar o por lo que sea, pero, como decía un amigo en la cancha, “no sé qué hace, ni como lo hace, pero lo hace”. Ramón es River, sin dudas, y lo sigue demostrando. El armó este plantel y el mérito es todo suyo y de los jugadores, que esta dirigencia no se cuelgue la medalla, ellos apenas trajeron al Torito.

Después de los catastróficos años que llevaron a la banda al Nacional B, se especulaba con que la reconstrucción sería larga y difícil. Por suerte, el Pelado se encargó de hacer que la espera sea lo más corta posible. A poco menos de dos años de haber vuelto a Primera División, materializó el campeonato número 35 en la historia del club.

Ahora es el momento de dejar atrás todas esas malarias y tomar este envión para arrasar con todo lo que se ponga adelante. El próximo objetivo es la Superfinal del sábado que viene, en San Luis, con horario a confirmar. Allí, el Millonario se disputará con San Lorenzo el título del mejor de la temporada, la posibilidad de entrar a la Copa Sudamericana y la chance de jugar una final con el campeón de la Copa Argentina, que también debe empezar a disputar el Millo.

Hoy la alegría es infinita. El más grande está de vuelta. River es CAMPEÓN. Gracias jugadores, gracias Ramón, gracias River.

Formaciones

River Plate: Barovero (7); Mercado (8), Maidana (8), Balanta (8), Vangioni (7); Carbonero (7), Ledesma (9), Rojas (8); Lanzini (8); Gutiérrez (7) y Cavenaghi (9). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 26’ST Kranevitter (7) por Ledesma; 31′ST Menseguez por Cavenaghi; 33′ST Ferreyra por Rojas.

Quilmes: Benítez; Leyes, Lema, Carli, Suárez; Carrasco, Díaz, Benítez, Pérez Godoy; Ríos y Telecha. Director Técnico: Ricardo Caruso Lombardi.

Resumen

Goles: 9’PT Cavenaghi (Riv); 24’PT Mercado (Riv); 18’ST Ledesma; 25’ST Cavenaghi (Riv); 44’ST Gutiérrez (Riv).
Incidencias: no hubo
Arbitro: S. Trucco (Bien)
Figura: Ramón Díaz (Riv)

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lunes, 12 de mayo de 2014

A un paso

Torneo Final 2014 – Fecha 18 – 11 de mayo de 2014
Argentinos Juniors 0 – River Plate 2
Mercado la empuja al gol (foto Olé)
















Después de sufrir por años de desaguisados dirigenciales y futbolísticos, hoy River vuelve a tener la posibilidad de coronarse en su cancha frente a su gente. El triunfo en La Paternal no fue vistoso ni mucho menos holgado, pero sirvió para quedar solo en la cima de la tabla y con varias posibilidades de festejar en la última fecha.

Hasta la apertura del marcador, el partido era cansino, aburrido. Parecía un rejunte de solteros contra casados. El local, ya descendido, que mostraba porque había perdido la categoría, y la visita que, a pesar de la tenencia, no pisaba el acelerador para llevarse por delante a un rival netamente inferior.

No obstante, las jugadas más claras de la primera mitad fueron para el Millonario. Una pared entre Daniel Villalva y Fernando Cavenaghi que el primero definió sin fuerza con el arco vacío, permitiendo que Barisone llegara barriéndose para despejarla; y varios remates de media y larga distancia fueron lo más peligroso de un partido en el que Marcelo Barovero era un espectador de lujo.

La pasividad de los hombres de Ramón Díaz era alarmante, daba la sensación de que les daba lo mismo empatar que ganar, porque de todos modos llegarían a la punta, sin considerar que la victoria los dejaría en una posición inmejorable de cara a la última fecha.

El complemento fue diferente. El Bicho empezó a animarse y comenzó a llevar peligro al arco de Trapito a través de Leonardo Pisculichi y Nicolás Gómez, que había ingresado en esta etapa. Tan solo con esos hombres, los de la Paternal complicaron con centros y un tiro de larga distancia del enganche colorado que Barovero despejó al tiro de esquina.

Parece mentira, pero River se empecina en complicarse solo los partidos, ante rivales que no tienen absolutamente nada para meter miedo. Por suerte, Manuel Lanzini jugó uno de sus mejores partidos de los últimos tiempos, siempre pidió la pelota y se hizo cargo de los ataques, mostrando su gambeta y aprovechando su velocidad para dejar en el camino a los defensores locales.

Así fue como, a los 23 minutos, un tiro libre suyo, tras una infracción sobre Leonel Vangioni, y luego de una mala salida del uno local, pegó en el travesaño y en el palo, y le quedó servida a Gabriel Mercado para empujarla a la red. Los jugadores lo gritaron con alma y vida. Se notaba que era un desahogo para ellos. Se abrazaron y se felicitaron durante varios minutos.

A partir de allí, el partido cambió. River comenzó a manejar la pelota nuevamente, como en la primera mitad, y la hizo circular, a veces con demasiada suficiencia, como si tuviera varios goles de ventaja, y sin recordar lo que había pasado contra Racing en el Monumental.

De todos modos, la fragilidad de Argentinos, potenciada por el golpe del tanto en contra, no parecía poner en riesgo los tres puntos. De hecho, a partir de allí, el golero, que volvía a la titularidad en el Millo, no pasó más sobresaltos.

Finalmente, la tranquilidad llegó a los 32 minutos, cuando el Torito presionó sobre la salida rival y el despeje de Flores se desvió hacia adentro del área, donde estaba esperando Teo, que tomó el balón y definió entre las piernas de Fernández para liquidar el partido.

Esta vez, Ramón Díaz acertó en el cambio y el goleador colombiano liquidó un pleito que le permite a River recibir a Quilmes en el Antonio Vespúcio Liberti con la posibilidad de festejar luego de seis años sin títulos.

Para ello, existen varias combinaciones posibles. Por supuesto, que la más cómoda y tranquila es ganar en casa y olvidarse de lo que hacen los demás. Pero en cualquier caso, si los rivales directos no obtienen sus tres puntos, River sumará un nuevo trofeo a sus vitrinas.

Esta semana será larga. La ansiedad y la espera por el encuentro en el Monumental harán de estos días interminables. Después de mucho sufrir y acompañar, el domingo llegará la posibilidad única, para este plantel, de quedar en la historia como el equipo que inició el resurgimiento de la institución más grande de Argentina. Falta un paso.

Formaciones

Argentinos Juniors: Fernández; Barisone, Flores, Gambetta; Barzola, Serrano, Iñiguez, Rodríguez; Pisculichi; Becerra y Ramírez. Director Técnico: Claudio Borghi.

River Plate: Barovero (7); Mercado (7), Pezzella (5), Funes Mori (6), Vangioni (6); Carbonero (5), Ledesma (5), Kranevitter (6); Lanzini (7,5); Villalva (5) y Cavenaghi (5). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 14’ST Gutiérrez (6) por Villalva; 14’ST Ferreyra (5) por Ledesma; 37’ST Menseguez por Cavenaghi.

Resumen

Goles: 23’ST Mercado (Riv); 32’ST Gutiérrez (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: M. Vigliano (mal)
Figura: Lanzini (Riv)

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domingo, 4 de mayo de 2014

Como un gol

Torneo Final 2014 – Fecha 17 – 4 de mayo de 2014
River Plate 3 – Racing Club 2
Chichizola, el salvador (foto River Plate Oficial)













Así lo gritó Leandro Chichizola, y todo el Monumental, cuando, en el tiempo cumplido, le contuvo el penal al experimentado Sebastián Saja. El partido se moría y, gracias a una chambonada de Ariel Rojas, parecía que las chances de llegar a la cima se esfumaban. Pero Chichi mostró una vez más que no le pesa la responsabilidad de cubrir el arco más grande del mundo y se guardó los tres puntos en el bolsillo.

La euforia por el final del encuentro deja en evidencia que este es un equipo que está más predispuesto al sufrimiento que a ganar con holgura. Este encuentro frente a Racing es un claro ejemplo de ello. Con nada, el equipo de Avellaneda pudo llevarse un empate, que hubiera sido demasiado premio para lo que había mostrado en la cancha.

De movida se vio un esquema más conservador por parte de la visita y, como debe ser siempre, la intención de hacerse protagonista por parte del conjunto local. River tuvo el control, presionó y buscó el arco de Saja en todo momento.

Así fue como, a los 23 minutos, el asedio Millonario terminó en un penal sobre Daniel Villalva, tras una juagada donde se vieron varias acciones dudosas dentro del área, que Fernando Cavenaghi convirtió en gol. La superioridad se reflejaba en el marcador y era justa la victoria.

Pero el equipo de Ramón Díaz se empecina en darle vida a rivales netamente inferiores. Comete infracciones infantiles, como si no aprendiera de los errores de fechas pasadas. A los 38, una infracción en tres cuartos de cancha, un tiro libre ejecutado al punto del penal y Diego Villar que, en paloma, conectó de cabeza y puso el balón al lado del palo. Empate y premio doble para la Academia, que con nada, llegaba a la igualdad.

El once del riojano pareció sentir el golpe, pero no bajó los brazos y, cuando se moría el primer tiempo, el Keko, de gran partido, peleó y desbordó, metió un centro bajo a la media luna del área, Manuel Lanzini abrió las piernas para dejar pasar el balón y Carlos Carbonero, que venía de frente, ejecutó un remate alto y furibundo que se estrelló contra el fondo de la red. El marcador se iba con la justa ventaja del local al descanso.

La premisa del complemento era mantener la concentración e intentar ampliar la ventaja para no sufrir de cara al final. Así, a los ocho minutos, una hermosa jugada asociada entre Manu, Cave y el volante cafetero, terminó con un centro atrás de éste, que el Torito conecto de taco para poner el 3 a 1.

El partido parecía controlado y dominado. Racing no mostraba armas para poner en peligro la ventaja Millonaria y entonces, Ramón comenzó a hacer los cambios, de manera anticipada, para resguardar a Cavenaghi  y Ledesma.

La salida del nueve relajó a la defensa académica que se liberó y no sintió que el joven Gionvanni Simeone fuera un peligro para ellos. Así, Racing comenzó a tomar el medio, a adelantarse en el terreno y llegó al descuento a los 27 minutos, a través de Gabriel Hauche, en posición dudosa, tras una distracción defensiva del sector derecho.

Faltaban poco más de veinte minutos y un partido que estaba controlado, pasó a ser de alto riesgo y tensión por haberlo dado por terminado antes de tiempo. Pero el sufrimiento no terminaría ahí. Aún faltaban los fatídicos cuatro minutos finales.

En una jugada similar a la del segundo gol, Jonathan Maidana cometió una infracción en el borde del área y tuvo que irse a las duchas por doble amonestación. De ese tiro libre, llegó un centro pasado que se perdía por el fondo, pero Rojas hizo la gran Adalberto Román, y tocó la pelota con la mano. Penal y desazón en el Antonio Vespúcio Liberti.

La tensión se apoderó del estadio. La ejecución se demoraba mientras el ex Godoy Cruz se tomaba la cabeza y no podía creer lo que había hecho. El encargado de los penales es Saja y se hizo cargo del remate. Chichi tenía el antecedente de la pena máxima que le contuvo a Guido Carrillo en el Estadio Unico de La Plata.

El uno albiceleste tomó carrera y remató un zurdazo cruzado que el golero Millonario contuvo a su izquierda, el rebote cayó en la cabeza de Valentín Viola, pero su disparo pegó en el ángulo y se perdió por arriba del travesaño.

Las almas volvieron a los cuerpos del pueblo Millonario y la ilusión del campeonato volvía a corporizarse. Poco aportaron los minutos que quedaron. River volvía a subirse a la cima del campeonato, junto con Gimnasia y Esgrima de La Plata, y, a falta de dos fechas, pasaba nuevamente a depender de sí mismo.

Es difícil no ilusionarse. De cara al final, ahora deberá enfrentar a Argentinos Juniors, con nada que perder ya que hace dos fechas quedó sentenciado a jugar en la B Nacional la próxima temporada, y en la última deberá recibir a Quilmes, que si le gana a Gimnasia en la fecha 18, llegará al Monumental salvado del descenso y, tal vez, relajado.

River deberá demostrar que quiere quedarse con el campeonato. Para eso, tendrá que sumar los seis puntos y, si Quilmes gana su próximo partido, estarán dadas las condiciones para que el Monumental se vista de fiesta en la última fecha.

Formaciones

River Plate: Chichizola (8); Mercado (4), Maidana (5), Funes Mori (6), Vangioni (6); Carbonero (7), Ledesma (5), Rojas (3); Lanzini (6); Villalva (7) y Cavenaghi (8). Director Técnico: Ramón Díaz.

Ingresaron: 13’ST Kranevitter (5) por Ledesma; 21’ST Simeone (4) por Cavenaghi; 37’ST Simeone por Mercado.

Racing Club: Saja; Saveljich, Cabral, Cahais, Corvalán; Villar, Cerro, Campi, De Paul; Hauche y Vietto. Director Técnico: Reinaldo Merlo.

Resumen

Goles: 24’PT Cavenaghi –p– (Riv); 38’PT Villar (Rac); 43’PT Carbonero (RIv); 8’ST Cavenaghi (Riv); 27’ST Hauche (Rac)
Incidencias: 45’ST expulsado Maidana (Riv); 47’ST Chichizola (Riv) le atajó un penal a Saja (Rac)
Arbitro: D. Abal (aceptable)
Figura: Cavenaghi (Riv)

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