domingo, 31 de marzo de 2013

Sin sistema

Torneo Final 2013 – Fecha 7 – 30 de marzo 2013
River Plate 0 – Vélez Sarfield 0
Sin sistema y sin respuesta (foto fotobaires)














Ramón Díaz insistió, desde que se hizo cargo del equipo, con la necesidad de la llegada de un enganche y un volante por izquierda. El volante llegó, pero el organizador no y, por lo tanto, debió recurrir a jugadores del club, que hasta el día de hoy no satisficieron sus necesidades, por ende, debe cambiar el esquema constantemente para adaptar el juego a los jugadores que tiene y ver si encuentra un sistema que le brinde la solidez, la contundencia y el manejo del partido que él pretende.

Además, al parecer, Ramón habló con los jugadores y estos manifestaron que aún no se sienten cómodos con la línea de tres, por eso decidió poner a cuatro en el fondo. Lo cierto es que las fallas que tenía la defensa con tres intérpretes eran evidentes y era cuestión de tiempo cambiarla.

Así, el planteo fue un clásico 4-4-2, tercera numeración en tres partidos, dejando de lado el experimento de la fecha anterior con el 3-5-2. Para ello, ingresó al equipo el juvenil Diego Martínez, en el lateral izquierdo, por Luciano Abecassis; volvió al equipo González Pires, por el lesionado Román; se recuperó a Cristian Ledesma, por Ariel Rojas; y David Trezeguet fue el nueve en reemplazo de Carlos Luna.

Una vez más, el partido dejó más dudas que certezas. Si hace dos fechas decíamos que los próximos partidos iban a decretar para que esta River en este campeonato, la derrota en Rosario y el empate de ayer, con rendimientos futbolísticos bastante pobres y con muchas dudas sobre el esquema y los intérpretes, hacen difícil pensar en un equipo que peleará el campeonato hasta el final. Por lo poco visto en estas fechas, el “Millo” está más para pelear un lugar para ingresar en las copas, entre el tercer y sexto puesto, y no tanto para luchar con equipos formados, consolidados y con una idea clara de juego, como Lanús y Velez.

A propósito de esto, llama poderosamente la atención como los equipos rivales hacen fácil lo que a los de Núñez les cuesta horrores hacer. Dos pases seguidos, juego asociado, o algo tan básico como parar la pelota tras el pase de un compañero que está a cinco metros. Esto se vio constantemente, sobre todo en la línea de fondo, que estuvo bien en la marca pero con los pies les cuesta horrores y siempre terminan revoleando la pelota a cualquier lado, y lo que es más grave aún, le erran a la pelota en el despeje y la dejan flotando en el mismo lugar esperando que caiga. Esto le pasó a Pires, a Bottinelli en varias ocasiones, que lo mejor que hizo fue ganarse la quinta amarilla para no jugar el próximo partido, y a Abecasis en el segundo tiempo, en una contra que pudo ser más peligrosa, pero por suerte Copete no supo aprovecharlo. Mercado parecía no haberse enterado que estaba jugando en línea de cuatro, su lateral estaba siempre libre, ya que él se cerraba y dejaba la banda para que a Sánchez le hagan el dos-uno y para que los atacantes se movieran con libertad por ese sector. El pibe Martínez anduvo bien, pero faltó confianza en sus compañeros para entregarle el balón cuando pasaba al ataque. Lo mejor de atrás fue otra vez Barovero, con la tapada que tuvo al principio del partido que pudo ser la apertura del marcador para el elenco visitante, pero que el uno contuvo magistralmente haciendo gala de sus buenos reflejos.

El mediocampo estuvo ausente en el primer tiempo. Vangioni fue superado por Peruzzi y Sánchez no pudo mejorar lo que venía mostrando en los últimos partidos, aunque ambos levantaron en el segundo tiempo, el rosarino luchando y mostrándose como alternativa para generar ataques y el uruguayo buscando participar del circuito de juego aunque con varias imprecisiones. El doble cinco estaba perdido, en el círculo central quedaba un hueco aprovechado por los volantes velezanos que recibían con libertad y podían crear juego desde allí. En el complemento ocuparon mejor los espacios, Ponzio tuvo el despliegue de siempre y Ledesma se convirtió en la rueda de auxilio del equipo, recuperando muchas pelotas y jugándola seguro a un compañero, transformándose así en el mejor de los diez hombres de campo.

Los delanteros estuvieron muy solos. Mora intentó constantemente, teniendo su mejor actuación de los últimos tiempos, pero siempre estaba rodeado de camisetas azules y ningún compañero se acercaba para descargar o generar algo más de peligro. Trezeguet no tuvo situaciones claras y siempre corría solo para presionar, lo que lo desgastaba, hasta que fue reemplazado por Luna, de más sacrificio y movilidad que el franco argentino.

Vélez monopolizó el control del balón, ganó todas las pelotas divididas y los despejes siempre caían en los pies de los jugadores de la “V”. Los hombres de la banda presionaban de a uno, y eran superados con facilidad, con alarmantes problemas para dominar la pelota y tocar en corto.  Los visitantes presionaban dos o tres hombres sobre el que transportaba la pelota o anticipaban con notable efectividad para recuperar la pelota. En el local la presión era individual y, por lo tanto, ineficiente, ya que le hacían el dos-uno.

El once de Gareca mostró porque es uno de los mejores equipos argentinos de los últimos tiempos y, además, el último campeón, mejor parado en la cancha y con una idea clara de cómo desarrollar el juego. Aunque casi sin situaciones claras de gol, porque a pesar del dominio territorial, Barovero no pasó mayores sobresaltos, excepto en la ya mencionada al comienzo del partido.

El “Millonario” también tuvo un par de situaciones claras, en el primer tiempo, varios desbordes con centros atrás que no lograron conectar bien los delanteros de la banda, tanto de cabeza como con el pie, y en el segundo tiempo un remate cruzado que Sosa despejó bien hacia un costado. A pesar de las dificultades mostradas por el once local, las jugadas más claras de gol estuvieron en los pies del cuadro del riojano.

Los ingresos de Luna e Iturbe no mejoraron el rendimiento en ofensiva, uno de los principales problemas que evidencia este equipo. Le está costando mucho generar situaciones y las que tiene, no son capitalizadas por los delanteros, que están pasando por una alarmante sequía. Encima no hay variantes que se muestren como goleadores alternativos, tal es el caso de Mercado, acostumbrado a hacer goles en Estudiantes; Sánchez, con varios goles en temporadas anteriores con el “Millo” y Godoy Cruz; Vangioni que no encuentras los espacios para ejecutar con su remate de larga distancia y los defensores centrales que no acostumbran ganar de cabeza en el área rival. Tampoco se busca abrir el marcador con los tiros de media y larga distancia, se pierden en pases laterales o hacia atrás para buscar un centro que pueda conectar el franco argentino o el “Chino” en su lugar.

Así, después de lo visto en las últimas dos fechas, y tras este primer empate en el certamen, es difícil pensar en un River que peleará el campeonato, aunque todavía falta mucho y en estos torneos cortos tres victorias seguidas te meten en la conversación, el equipo está más para pelear un lugar por alguna copa internacional, entre los seis primeros del campeonato, y aguardar a los refuerzos del receso invernal para incorporar un creador de juego, con Andrés D’Alessandro como prioridad.

Respecto de los cambios, quizás era una buena ocasión para probar con dos puntas rápidos en el segundo tiempo, ya que la última línea visitante se adelantaba mucho y un pase al vacío para la velocidad del Mora o Iturbe podría haber llevado más peligro el arco de Sosa.

Para el encuentro con Racing, el “Pelado” no podrá contar con Bottinelli y Ponzio por haber llegado ambos a la quinta amarilla. En el caso del central, el principal problema es que no hay un reemplazante natural y los posibles nombres están recuperándose de sus respectivas lesiones. El caso del volante central es más preocupante porque mueve los hilos del equipo dentro del rectángulo de juego y sus variantes son Rojas o quizás Lanzini si Ramón quiere armar un equipo más ofensivo y modificar el esquema una vez más. Además, Mercado salió con una contractura y hay que ver si llega para el choque del próximo domingo.

Al parecer, el aura “ramoniana” se va acabando, y es momento de empezar a mostrar en la cancha el trabajo realizado durante la tranquilidad que la llegada del riojano trajo al mundo riverplatense, de lo contrario, seguiremos viendo este equipo al que todo le cuesta horrores y que aún no tiene una idea y un sistema claro de juego.

Formaciones

River: Barovero (6,5); Mercado (4), Gonzalez Pires (4,5), Bottinelli (4), D. Martínez (5); Sánchez (4), Ponzio (6), Ledesma (6,5), Vangioni (5);  Mora (5), Trezeguet (4)

Ingresaron: 0’ST Abecassis (4) x Mercado; 25’ST Iturbe (3) x Trezeguet; 26’ST Luna (4) x Mora

Velez: Sosa (6); Peruzzi (6), Savia (5), Domínguez (6,5), Pappa (4,5); Bella (5), Cerro (6), Romero (6); Insúa (6); Pratto (4), Copete (4).   

Resúmen
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: M. Vigliano (aceptable)
Figura: S. Domínguez (Vel)
El mejor de River: Ledesma y Barovero

sábado, 23 de marzo de 2013

Amistoso en Salta

Amistoso - Copa Miguel Ragone – 23 de marzo de 2013
Salta 0 – River Plate 4
Los pibes que fueron a salta (foto Olé)













Estadio Padre Martearena

Aprovechando el parate por eliminatorias, el conjunto “Millonario” se presentó en la provincia de Salta para jugar un encuentro amistoso con una selección local. El partido le sirvió a Ramón Díaz para probar a algunos juveniles, aunque fue un partido sin equivalencias, muy tranquilo y que tuvo 45 minutos de más, ya que en el primer tiempo, el “Millonario” logró una ventaja de cuatro goles y así terminó el encuentro.

Hubo mucha gente en el estadio que se acercó para tener la posibilidad de ver a los jugadores que habitualmente no puede observar por la distancia que separa a la provincia norteña del estadio Monumental, aunque el “Pelado” armó un equipo sin muchos de sus nombres importantes, con un mix de juveniles del club y hombres con varios partidos en primera.

Formaciones

Salta: Maino; López, Plaza, Rodríguez; Chávez, Domínguez, Ramasco, Ceballos; Villarreal; Agudiak y Weiner.

River Plate: Chichizola; Espíndola López, González Pires, Silguero; Solari, Kranevitter, Acevedo, D. Martínez; Lanzini; Iturbe y Funes Mori.

Ingresaron: 5’ST Marinelli x Chichizola; 5’ST Gómez x D. Martínez; 16’ST Romero x Lanzini; 16’ST Vega x Solari; 16’ST Andrada x Iturbe.

Resúmen
Goles: 4’PT Solari (Riv), 17’PT Iturbe (Riv), 25’PT Ramasco (e/c), 43’PT Acevedo (Riv)
Incidencias: no hubo

jueves, 21 de marzo de 2013

Vaselina

La pelota viaja a la red, ellos miran















El 10 de marzo de 2002 se jugó la fecha seis del torneo clausura de ese año y, en la Bombonera, se disputó el superclásico número 174 de la era profesional.

River llegaba invicto, con cuatro victorias, un empate y 16 goles a favor. Boca no había perdido en el campeonato, producto de dos triunfos y tres pardas. Para el local era la oportunidad de acortar distancias con el puntero y, para el “Millonario”, la posibilidad de alejar definitivamente a su eterno rival de los puestos de vanguardia, con el agregado de poder cortar una racha de más de siete años sin victorias en el riachuelo.

Los equipos salieron al campo de juego con:

BOCA JUNIORS: Abbondancieri; J.M.Calvo, Burdisso, Crosa, C.Rodríguez; Battaglia(Giménez),Traverso, Serna, Gaitán(Carreño); Gmo.Barros Schelotto, Delgado. Director Técnico: Oscar Tavarez.

RIVER PLATE: Comizzo; Garcé, C.Ayala, Rojas; Coudet(Husaín), Ledesma(Pereyra), Cambiasso, Zapata(Demichelis), D'Alessandro; Ortega, Cavenaghi. Director Técnico: Ramón Díaz.

Fue un partido con muchas ocasiones de gol para ambos bandos, por momentos de ida y vuelta, con Ariel Ortega y Andrés D’Alessandro inspiradísimos y un Eduardo Coudet imparable por la banda.

Como siempre que juega River, la tribuna visitante estaba pintada de rojo y blanco, a pesar de la lluvia no cabía un alfiler y los cantos se escuchaban desde Núñez. Ese sonido ensordecedor se cambió por un alarido de gol cuando, a los 26 minutos del primer tiempo, Esteban Cambiasso abrió el marcador. El “Millo” se ponía en ventaja y Boca no sabía cómo hacer para detener el vendaval.

Faltando poco para la finalización de la primera etapa, una jugada que nació por la izquierda con Victor Zapata, buscó a Ortega; el “Burro” la metió en el área, donde la recibió D’Alessandro, quién hizo un pase más para habilitar a Coudet. El “Chacho” llegó libre cerca del área chica y con un remate cruzado venció la resistencia de Abbondanzieri, que parado en el primer palo, no pudo hacer nada para evitar una nueva caída de su valla.

El segundo tiempo empezaba con el local buscando descontar por todos los medios y el “Millonario” esperando para, de contra, ampliar la ventaja en el marcador. La impericia de los hombres “xeneizes” y la seguridad defensiva del equipo de Ramón Díaz, impidieron que Ángel Comizzo tuviera que ir a buscar la pelota dentro de su arco. De hecho, de contragolpe, el “Torito” tuvo la posibilidad de ampliar la ventaja, pero su definición pegó en el palo cuando Abbondanzieri había quedado en el camino.

Así transcurrió el complemento, aunque todavía faltaba la sorpresa de la jornada. En el minuto 43 de ese período, bajo una intensa lluvia, Ricardo Rojas recuperó la pelota en la zona defensiva “Millonaria”, aguantó una patada desde atrás de Carreño y siguió con su carrera hacia la mitad de cancha, siempre por el lateral izquierdo; antes de cruzar el límite de lo desconocido, descargó con D’Alessandro, que tenía dos hombres encima, éste encaró hacia la izquierda y Rojas, lejos de intimidarse, se lanzó a la aventura. El “Cabezón” tocó rápidamente para Cavenaghi, ubicado sobre la línea lateral, que, antes de recibir, ya había visto al nacionalizado paraguayo corriendo por detrás del joven zurdo “Millonario”. “Cavegol” descargó rápidamente hacia donde se encontraba el guaraní, que la dejó picar y con un suave toque esquivó la marca del último hombre rival. En ese instante, Abbondanzieri comenzó a salir para achicar el ángulo de remate y, en ese mismo momento, el “paragua” ejecutó  una maniobra que sorprendió a propios y extraños. En un segundo de lucidez, impactó el balón enterrando el empeine debajo del mismo, éste describió una parábola perfecta que dejó al uno local parado en la línea del área chica, viendo como la número cinco le pasaba por encima de la cabeza, sin poder hacer absolutamente nada, y se estrellaba contra el fondo del arco. El misionero había practicado una exquisita vaselina para convertir su primer y único gol en el fútbol argentino que decretaba un contundente 3 a 0 a favor del equipo de Ramón Díaz.

domingo, 17 de marzo de 2013

Volantazo a la banquina

Torneo Final 2013 – Fecha 6 – 17 de marzo 2013
Newell’s 1 – River Plate 0
la polémica del partido (fotobaires)















En una decisión sorprendente, Ramón Díaz decidió meter mano en el equipo haciendo un cambio de esquema y de nombres para la visita a Rosario por la sexta fecha del Final 2012. Más sorprendente aún fue la confirmación de los nombres que ingresaban para dar forma a un planteo inédito hasta ahora en el campeonato. Varió el 3-4-1-2 al que nos habíamos acostumbrado, por un 3-5-2, con la intención de buscar mayor presión y recuperación en el medio y salida rápida por las bandas para abastecer a los dos de punta.

También generaron sorpresa los nombres elegidos para interpretar este nuevo sistema. Ingresaban Luciano Abecasis, Rodrigo Rojas y Carlos Luna, además de la vuelta de Adalberto Román como líbero en la línea de tres, y salían del once titular Mauro Díaz, Cristian Ledesma (por una lesión), David Trezeguet y Leandro González Pires. Siendo la del franco argentino la salida más inesperada.

Gerardo Martino, a pesar de haber jugado copa entre semana, puso en cancha lo mejor que tenía, realizando diez cambios respecto del  equipo que presentó el fin de semana pasado, lo que muestra a las claras la importancia que le dan los rivales a jugar contra River Plate.

En rigor de verdad, en el encuentro no pasó demasiado, hubo pocas jugadas de peligro y poca claridad para generar juego. El encuentro nunca salió como el “Pelado” lo había planteado.

En los papeles, la intención era presionar en el medio para conseguir el balón y jugarlo rápido a los puntas, pero esto nunca pasó. Los volantes millonarios parecían perdidos en la cancha, y Villalba, el único volante central de Newell´s, ganaba todas las pelotas que pasaban por ese sector. Además, a los intérpretes nunca se los vio cómodos con el desarrollo del juego y tendían más a retroceder que a mostrarse en ataque, por lo que el planteo pasaba a ser más defensivo, acumulando seis hombres, más el arquero, detrás de la línea de mitad de cancha, y esperando a los atacantes rivales en vez de ir a buscarlos en su salida. Así, Mora y Luna siempre estaban lejos de las jugadas y, por ende, el uruguayo tenía que retroceder mucho, desgastándose en gambetas intrascendentes y perdiendo poder de fuego cerca del área.

En definitiva, nunca se pudo ver en la práctica lo que el técnico  había planeado en su cabeza, entonces hubo un equipo sin ideas, a lo que hay que sumarle los viejos errores defensivos que se siguen repitiendo. Las zonas de Bottinelli y Mercado, sobre todo del primero, son una invitación constante a pasarlos en velocidad y con pelota dominada. Los rivales de las últimas cuatro fechas vienen repitiendo el mismos sistema, tiran pelotazos o pases bombeados a las espaldas del rubio defensor “Millonario” para dejarlo desairado y ganarle en velocidad. Así se produjo la primera jugada de peligro del conjunto rosarino, que Barovero salió rápido y despejó al lateral, y en una maniobra calcada a esa, la apertura del marcador de Scocco.

El “Millo” tuvo tres o cuatro jugadas en ataque, que resolvió muy bien Guzmán, convirtiéndose en figura, junto con su compañero Villalba. Un tiro de Mora tras una excelente habilitación de Luna con el pecho y un par de cabezazos que encontraron al uno rosarino bien parado fue lo más peligroso del conjunto de Núñez.

Los cambios realizados en el segundo tiempo no modificaron la ecuación. Iturbe no tuvo espacio para explotar su gambeta y velocidad, y siempre tenía a dos o tres hombres encima. El ingreso del resucitado Acevedo pasó prácticamente inadvertido, sin participación y con poco para aportar; y el regreso de Funes Mori le imprimió un poco de peligro al ataque “Millonario”, con un par de cabezazos y un anticipo que pudo ser la jugada del empate tras la definición de Luna con la mano, pero que el juez Ceballos y su asistente, luego de convalidar el gol, en una clara muestra de falta de personalidad, anularon, correctamente, tras las protestas airadas de los hombres rojinegros.

Además, el déficit sigue estando en el juego. La dependencia de Ponzio es cada vez más notoria y sin una variante que le ayude en la creación, será muy difícil tener fluidez y creación en ofensiva. Hasta ahora, el que mejor pudo ocupar ese lugar de ayudante en la creación fue Lanzini, aunque sin destacarse en esa función, hasta la lesión fue el que mejor supo secundar a Leo cuando éste no participaba del trámite del encuentro. Los volantes que jugaron en Rosario nunca se supo que rol debían cumplir, Sánchez estuvo ausente, no atacó ni defendió y ni siquiera brindó el despliegue que mostraba cuando las cosas no le salían; Abecasis se debatía entre ser mediocampista o defensor lateral, ayudando bien a Mercado pero no aportando nada en ataque; Vangioni, en un partido especial para él, tuvo la peor actuación desde que viste los colores rojiblancos; Rojas estuvo muy lento y por momentos jugando al trotecito y Ponzio siempre intentando, el más claro, pero muchas veces absorbido por la marca y sin variantes para descargar el juego, excediéndose en el traslado.

A lo ya dicho sobre Mora, se suma que Luna no estuvo cómodo, hasta el ingreso del mellizo que le dio más libertad y le permitió desmarcarse con más facilidad porque dejó de ser el centro de atención de los defensores rosarinos. La vuelta de Román fue con altibajos, rápido en algunos cruces, perdió frente a la genialidad de Scocco en el gol, y a veces estuvo fuera de tiempo para resolver algunas jugadas de peligro, como en esa en la que fue amonestado por una fuerte infracción sobre el hombre de la “lepra”.

La semana pasada destacamos que estos tres partidos serían una buena prueba para ver donde estaba parado el equipo de cara a la lucha por el campeonato. Si tenemos que dejarnos llevar por lo visto en el Parque Independencia, no debemos hacernos muchas ilusiones. Se jugó mal, se perdió y los cambios dejaron más dudas que certezas. Habrá que ver que decide hacer el riojano para el difícil encuentro en el Monumental frente a Velez, dentro de 15 días, tras el parate por eliminatorias mundialistas.

Hasta ahora, todas las modificaciones que ensayó el “Pelado” fueron de mitad de cancha hacia adelante. Tanto de nombres como de sistemas. Pero a pesar de no encontrar fluidez en el juego, los principales problemas se ven también en el aspecto defensivo. La línea de tres debe estar aceitada, con jugadores que tengan velocidad y ubicación para poder resolver situaciones en las que suelen quedar mano a mano con delanteros y volantes lanzados en velocidad y, exceptuando el arquero, la línea defensiva nunca brindó seguridad.

Lamentablemente, Bottinelli carece de la rapidez suficiente para poder cubrir todo el espacio que queda entre Vangioni y su posición, y mucho menos para correr mano a mano con un hombre embalado. Tal vez sea momento de probar con otro intérprete, o quizás, poner un esquema defensivo más flexible, con laterales que se turnen para pasar al ataque y dos centrales que despejen todo de cabeza, faceta en la que el ex San Lorenzo se destaca.

Ya pasó un cuarto del campeonato y River sigue prendido ahí arriba, quizás lo único rescatable de este fin de semana. Aunque el puntero, Lanús, aumentó su ventaja a cuatro puntos, todavía queda mucho por delante y esta ventaja no parece demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que los rendimientos de los demás equipos tampoco es muy bueno.

Ahora tendrá quince días para trabajar, analizar que se hizo mal y cuáles son las cuestiones para corregir de cara al futuro. Habrá que ver que decisiones toma Ramón para el encuentro frente al último campeón, lo que es seguro, es que no se fue nada conforme de la excursión por Rosario y que el volantazo que pegó esta semana, trajo más problemas que soluciones.

Formaciones
Newell’s: Guzmán (7); Cáceres (6), Vergini (6), Heinze (6), Casco (6); Perez (6), Villalba (8), Figueroa (5); Rodríguez (6), Scocco (7), Tonso (5).

River: Barovero (5); Mercado (4), Román (4), Bottinelli (4); Abecasis (3), Sánchez (3), Ponzio (4), Rojas (4), Vangioni (3,5);  Mora (4), Luna (5)

Ingresaron: 14’ST Iturbe (4) x Sánchez; 23’ST Acevedo (4) x Abecasis; 31’ST Funes Mori x Mora

Resúmen:
Goles: 35’PT Scocco (New)
Incidencias: 36’ST expulsado Martino (New)
Arbitro: D. Ceballos (mal)
Figura: Villalba (New)
El mejor de River: Luna

sábado, 16 de marzo de 2013

Jorge Luis Alcalde


1939-1940 – 25 PJ – 12 goles


Dentro de la innumerable cantidad de extranjeros que vistieron los colores “Millonarios”, hay un delantero peruano que tuvo su paso por la institución en épocas en las que comenzaba a gestarse “La Máquina”.

Nacido el 26 de noviembre de 1916 y catalogado como una de las máximas promesas del fútbol peruano, Jorge Luis Félix Alcalde Millos, tal era su nombre completo, debutó en el fútbol profesional de su país jugando para el Sport Boys en 1933. Allí logró alzarse con dos campeonatos, siendo goleador del equipo, y ganándose la citación para participar en su selección nacional en los Juegos Olímpicos de 1936 y en las copas sudamericanas de selecciones de 1935, 1937 y 1939, donde Perú, de local, se coronó campeón.

Tras esa conquista, sus pergaminos lo llevaron a ser contratado por River Plate. Allí compartió el plantel con José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera y Angel Labruna, entre otros, donde solía alternar en su puesto con Luis María Rongo.

Era un delantero alto, de tez oscura y pelo enrulado. Considerado uno de los mejores arietes que dio el fútbol peruano, técnicamente dotado, y con la elegancia suficiente para ser merecedor de participar en un equipo que se caracterizaba por la belleza de su juego y que comenzaba a dar origen a uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino.

Además era goleador, tenía un remate preciso, aunque no muy potente y un golpe de cabeza exquisito con un gesto técnico de excelencia.

“Cámpolo”, como lo habían bautizado en Callao, su pueblo natal, en sus épocas de escolar, por la similitud de su físico con el del boxeador argentino Victorio Cámpolo, militó en las filas riverplatenses hasta 1941, año en que migró a Banfield.

En su primera temporada con la banda roja, en 1939, debutó en la red con un doblete el 2 de julio de 1939 contra Lanús, y con diez goles en 21 juegos, fue el segundo goleador del equipo junto a Carlos Peucelle y Luis María Rongo, detrás de José Manuel Moreno, que había sido el máximo artillero de la escuadra.

En 1940 tuvo menos participación, ya que jugó solamente cuatro partidos y anotó dos goles. Al año siguiente, buscando mayor continuidad, pasó a Banfield, donde jugó hasta 1945. La curiosidad es que sus primeros goles en el equipo del sur los convirtió por duplicado y frente a Lanús, como había sucedido en su paso por el “Millonario”. En el “Taladro” jugó 58 partidos y anotó en 29 ocasiones. Luego tuvo un breve paso por Talleres de Remedios de Escalada y Liverpool de Uruguay, para finalmente volver al fútbol peruano en 1947.

Fue tan importante en la historia deportiva de su país, que varias instituciones deportivas llevan su nombre, y su idolatría fue tal que, Gonzalo Toledo (20/01/1922 – 23/08/2006), un joven escritor y cronista peruano de le época, le escribió una polca en su honor, publicada en el “Cancionero de Lima” de noviembre de 1941 llamada “Campolo Alcalde”

“En las pampas de la Mar Brava
Un enorme valor del fútbol surgió,
En las pampas de la Mar Brava
Un enorme valor del fútbol surgió.
Y lo aclama toda la hinchada
Por sus maestras jugadas sin par,
Y lo aclama toda la hinchada
Por sus maestras jugadas sin par.
Campolo Alcalde es el delantero
Que maravilla siempre en el “grass”
Haciendo uso de su buen “dribling”
Y luego un pase para avanzar;
Aproximado a los tres palos
Un tiro suave que da el gol,
Lo que se debe a la alta clase
Que siempre luce este campeón”



lunes, 11 de marzo de 2013

Desequilibrado

Torneo Final 2013 – Fecha 5 – 10 de marzo 2013
River Plate 2 – Colón (Santa Fé) 1
Trezeguet festeja su gol (foto Diego Girardi)
















A pesar de la derrota del último domingo, Ramón Díaz, reemplazado por su hijo Emiliano tras haber sido expulsado en el bajo Flores, repitió esquema (3-4-1-2) y nombres. Roberto Sensini planteó un claro 4-4-2, un tanto mezquino, con varios volantes centrales en el medio campo, que buscaban presionar en la salida y complicar con la velocidad de Curuchet.

Tras una semana donde se habló mucho de posibles cambios en el once inicial "Millonario", la confianza depositada sobre los nombres que cayeron en el "Gasómetro" fue retribuida al técnico desde el campo de juego con una victoria. Aunque enfrente hubo un rival timorato y sin ideas, que llegó al final del encuentro con la posibilidad de arañar un empate por la ciclotimia de River, que jugó un primer tiempo para hace más goles y un segundo tiempo para ser empatado.

Aunque no tan pronto como los "cuervos", el "Millo" abrió el marcador a poco de comenzado el encuentro, y con ese gol de David Trezeguet encontró tranquilidad para manejar la pelota y buscar los espacios. El triple cinco santafesino nunca fue todo lo aguerrido que debió, y entonces Leonardo Ponzio se movió con tranquilidad y espacios en el medio. Además, el esquema de Sensini dejaba la banda derecha de su ataque desprotegida (la izquierda del ataque de River), y esto permitió que Vangioni pudiera aprovechar su velocidad y gambeta para dejar el surco y desbordar siempre por ese sector. Así fue como los dos rosarinos, junto al arquero, se convirtieron en los mejores jugadores del primer tiempo, y del partido.

Se nota la diferencia cuando Leo se hace cargo del juego del equipo. Sin un enganche que termine de cumplir con creces la función de organizador (Lanzini no logró afianzarse hasta su lesión y a Mauro Díaz le está costando ser el conductor), es el volante central el que marca el ritmo del equipo, y esto se vio claramente el domingo en el Monumental. De un primer tiempo brillante, donde jugó e hizo jugar, y hasta incluso convirtió un gol; al complemento en el cual tuvo menos participación y, por ende, el equipo sintió un bajón pronunciado que Colón aprovechó para ponerse a tiro en el marcador.

Línea por línea, una vez más Barovero demostró que es un arquero a la medida de River, le llegaron pocas veces y en todas respondió acertadamente; los tres del fondo siguieron mostrando los mismos errores que en partidos anteriores, les cuesta horrores tener la pelota en los pies y les ganan muy fácilmente las espaldas, quedando en desventaja respecto de los delanteros rivales, que a esta altura ya todos parecen ser más rápidos que los defensores de la banda. En el gol de la visita, tras el rebote del arquero, Bottinelli tenía ventaja en la posición y Gigliotti le ganó en velocidad viniendo desde atrás para mandar la pelota al fondo de la red. Los volantes repartieron buenas y malas, a lo ya dicho sobre los dos rosarinos, se suma Sánchez, que mostró una leve mejoría, pero que aún no es aquel que la rompía en Godoy Cruz y que tampoco retrocede para ayudar en la marca y cerrar el lateral; y Ledesma alternó buenas y malas, condicionado por una fuerte patada por la cual fue amonestado a los tres minutos de juego. Los ofensivos "Millonarios" mejoraron considerablemente lo hecho en partidos anteriores, aunque M. Díaz no encontró nunca el juego y perdió más de lo que ganó; Mora se mostró picante e incisivo, luchando todas y ganando así la pelota que termina en el segundo gol; y Trezeguet mostró su juego habitual, más preciso y movedizo que en los últimos dos partidos, teniendo dos ocasiones claras de gol, una terminó en el fondo del arco "Sabalero" y la otra se fue cerca del palo.

La preocupante es la inconsistencia en el rendimiento del equipo. En el primer tiempo pudo haber hecho un par de goles más, que le hubieran dado la tranquilidad necesaria para afrontar el resto del encuentro sin sobresaltos y en el segundo se relajó, ya que el rival evidenció porqué solo tiene dos puntos en la tabla, aunque con los ingresos de Graciani, Ramirez, acostumbrado a anotarle a River, y luego Mugni, cambió su imagen y generó más peligro en el arco de "Trapito". De todos modos, como ya se ha dicho, son ventajas que el “Millo” no puede dar, porque otros equipos más sólidos, no cometerán esos errores y seguramente no darán las posibilidades que ayer dio el equipo santafesino.

En el segundo tiempo, el ingreso de Rojas por Díaz, motivó un cambio de esquema, pasó del 3-4-1-2 a un 4-4-2 retrocediendo a Vangioni al lateral izquierdo y ubicando al ex Godoy Cruz como volante por izquierda. Este cambio posicional, que se viene repitiendo en todos los partidos, parece ser el causante del desconcierto en el rendimiento, ya que la merma futbolística coincidió con el momento de la modificación.

El lateral volante rosarino no terminaba de retroceder, por lo que le ganaban las espaldas y el ex San Lorenzo, al cerrarse como marcador central, no llegaba nunca al cruce, por lo tanto quedaba libre el sector izquierdo de la defensa "Millonaria" para que los mediocampistas y delanteros sabaleros desbordaran por esa banda. Rojas no cuenta con el despliegue necesario para hacer el ida y vuelta y entonces siempre terminaba superado por los volantes santafesinos.

El ingreso de Iturbe buscó darle velocidad y salida en la contra, pero nunca pudo recibir de frente a la jugada y no pudo explotar su rapidez para superar a los defensores rivales, solo una combinación con Luna sobre el final que el "Chino" no pudo controlar y se le fue larga fue lo más productivo de la nueva dupla ofensiva.

Es importante haber conseguido los tres puntos luego del revés con San Lorenzo y haber mostrado una mejora en el funcionamiento, así como también es cierto que enfrente había un equipo muy flojo y sin ideas, que de todos modos pudo complicar el trámite del partido por pensar que ya estaba definido. La irregularidad, como vimos, puede complicar trámites sencillos y Ramón deberá trabajar en ese ítem. Como así también en la “Ponziodependencia”, que es una situación que se viene repitiendo el último año y que cuando el rosarino no entra en juego o no forma parte del equipo, River muestra serios problemas para crear juego y distribuir el balón. Tampoco encuentra un enganche que cumpla esa función como Ramón pretende, lo cual potencia los problemas cuando Ponzio baja su rendimiento.

Con estos tres puntos, aunque sea por 24 horas, el “Millonario” vuelve a estar puntero en soledad en la primera división, situación que no se daba desde 2011 y que a medida que pasan los partidos, ilusiona más a su hinchada. Para poder mantener esta ilusión, el técnico deberá seguir trabajando para encontrar el equilibrio y la regularidad que le permita llegar al final del encuentro sin pasar sobresaltos.

Los próximos tres partidos serán claves para saber dónde está parado el equipo: Newell’s en Rosario; Vélez, el último campeón, en Núñez; y Racing en Avellaneda. Los dos primeros pelearon el Torneo Inicial 2012 y están jugando la Copa Libertadores, por lo que habrá que ver qué equipo presentan, aunque respetan una idea de juego que no depende de los nombres; y el equipo de Zubeldía se llevó los tres puntos del Monumental el pasado torneo y en el verano superó al “Millo” en Mar del Plata. Tras esos tres encuentros veremos si River encuentra un funcionamiento regular y si está para pelear el certamen hasta el final. 

Formaciones
River: Barovero (7,5); Mercado (5), Gonzalez Pires (5,5), Bottinelli (4,5); Sánchez (4,5), Ponzio (7,5), Ledesma (5), Vangioni (7); M. Díaz (4); Mora (6,5), Trezeguet (7)

Ingresaron: 14´ST Rojas (5) x M. Díaz; 22´ST Iturbe (4) x Mora; 31’ST Luna x Trezeguet.

Colón (Sta. Fé): Pozo (4); Caire (5), Romero (5), Pellegrino (4,5), Urribarri (4); Moreno y Fabianesi (4), Bastía (4), Bernardello (4,5), Luque (4); Curuchet (6), Gigliotti (6).

Resúmen:
Goles: 11´PT Trezeguet (Riv), 33´PT Ponzio (Riv), 29´ST Gigliotti (Col)
Incidencias: no hubo
Arbitro: D. Abal (Bien)
Figura: Ponzio (Riv)

domingo, 10 de marzo de 2013

La Estatua de la Discordia


El sábado 9 de marzo de 2013 se llevó a cabo, en el Museo de River Plate, la inauguración de la estatua de Matías Almeyda, con el aval y la presencia del presidente, Daniel Passarella, el homenajeado, y un número limitado de hinchas, en su mayoría de los que participaron de la iniciativa por hacerle una estatua al ex volante central “Millonario”, que quisieron mostrar su agradecimiento al técnico que devolvió al equipo a primera división.


El evento se llevó a cabo con tranquilidad y sin inconvenientes, pero en las redes sociales y en varios medios, se escuchó la voz de descontento de mucha gente que, molesta por esta iniciativa, comenzó a despotricar contra la actual dirigencia (hoy día cualquier excusa es buena para pegarle al presidente y su comisión), contra los organizadores o creadores de esta movida y, por supuesto, contra el mismo Matías Almeyda.

Algunas de las cosas que se oyeron son, por ejemplo, que el “Pelado” no es ídolo; que es el capitán del descenso; que hay otros jugadores que merecen tener su estatua, como Alonso, Labruna, Más, e incluso, hasta el propio Ramón Díaz; que porque se exhibe la de Almeyda y no la de Francéscoli que está abandonada en un rincón del Monumental; y tantas otras cosas que harían de ésta, una nota interminable.

Particularmente, la iniciativa para llevar a cabo esta figura surgió de un grupo de hinchas que consideraron que el oriundo de Azul merecía su homenaje en vida por haberse hecho cargo, sin experiencia y sin vacilar, de un equipo que era un “fierro caliente”, en el peor momento de su historia. Por supuesto, como todo en el mundillo “Millonario”, esto también trajo polémica, ya que Ramón Díaz había dicho que estaba dispuesto a hacerse cargo del equipo en esa situación y demás, pero esa es otra cuestión.

Por supuesto que la mayoría de las cosas que se dijeron respecto de este acontecimiento son ciertas. Es verdad que fue el capitán del descenso, pero no hay que olvidar que antes de él hubo otros capitanes que también participaron del proceso que llevo a River a jugar en la B Nacional, todos ellos fueron capitanes del descenso. No creo que sea apropiado señalar a un solo nombre en un proceso que duró tres años de malos manejos, dos presidentes, técnicos mediocres y decisiones equivocadas, que llevaron a la caída del club más grande de la Argentina. Además, puede ser que para muchos no sea un ídolo, y tal vez, solo para un puñado de hinchas lo sea, pero fueron ellos los que tomaron el toro por las astas y decidieron homenajear a SU ídolo.

Por lo tanto, y desde un humilde punto de vista, si no hay otras estatuas de jugadores más representativos de la historia riverplatense, será porque nunca nadie decidió organizar una movida para juntar los medios necesarios para hacer el monumento de Labruna, de Alonso, de Más o de Ramón Díaz. Y, sin ánimos de que nadie se sienta ofendido, si en vez de criticar esta decisión de un grupo de hinchas, que al parecer son una minoría, se utiliza esa verba y esa energía para congregar a la gran mayoría de los fieles “Millonarios” que consideran que el “Beto” o el “Feo”, por citar dos ejemplos, merecen su estatua, tal vez en poco tiempo también tendríamos las figuras de bronce de esos ídolos disponibles para ser exhibidas.

Muchos van a citar el caso emblemático de Enzo Francescoli, del cual se llevó a cabo una obra de estas características y la misma se encuentra abandonada en un rincón del Monumental. Primero, aclarar que casi nadie tenía conocimiento de su existencia hasta el día de ayer, y que, al parecer, esperaron este momento para tener una herramienta más para criticar decisiones de esta dirigencia. Segundo, esa silueta se encuentra en el Monumental desde antes de la construcción del Museo, que fue inaugurado durante la presidencia de José María Aguilar, habría que averiguar porque la dirigencia de ese momento no incluyó al uruguayo dentro del recorrido de la historia “Millonaria”. Y tercero, todas esas voces que hoy se horrorizan por esta situación, podrían unirse para pedir que el reconocimiento al “Príncipe” pase de ese húmedo rincón a un escaparate central en el Museo riverplatense.

Por lo tanto, sería interesante canalizar las energías en tratar de lograr que todos esos ídolos que tiene River, pasen a tener su monumento en nuestro Museo, en vez de quejarnos porque no están allí, así todos tendrían su reconocimiento.

#UnaEstatuaParaAlonso
#UnaEstatuaParaLabruna
#LaEstatuaDeEnzoAlMuseo
#UnaEstatuaParaOrtega

lunes, 4 de marzo de 2013

Ausente

Torneo Final 2013 – Fecha 4 – 03 de Marzo 2013
San Lorenzo 2 – River Plate 0
Un River sin respuestas (foto Olé)













Así estuvo River en este partido. Hubo un solo equipo en la cancha y, lamentablemente, fue San Lorenzo. El equipo de Pizzi emuló el planteo de Tigre de la fecha anterior, y lo potenció, intensificando la presión y la marca en el medio, y saliendo rápido por los laterales.

Ramón Díaz mantuvo el esquema, que hasta ahora le venía dando resultados, aunque con deudas en el juego, 3-4-1-2, mientras que Juan Pizzi dispuso un 4-2-3-1 con los dos volantes externos bien abiertos por las bandas.

Antes del comienzo del partido, ya la tarde pintaba complicada. Una demora en la llegada del plantel al estadio generó un ingreso tardío del equipo al campo de juego, que obligó al árbitro a expulsar al técnico. Así, sus ayudantes, Emiliano Díaz y Marcelo Escudero, se hicieron cargo de la dirección técnica en este encuentro.

Y si algo faltaba para terminar de completar este combo fatídico de ausencias, en la primera jugada del encuentro, a los cuarenta segundos, una serie de rebotes dentro del área, que ningún jugador “Millonario” pudo despejar, cayó en los pies de Stracqualursi, que remató bajo y abrió el marcador apenas comenzado el encuentro. Y eso fue lo que duró el juego, tan solo cuarenta segundos. River sintió el impacto y no pudo encontrar respuestas ni dentro del rectángulo de juego, ni desde el banco de suplentes.

Una vez más, como se expresó la semana pasada, los volantes externos azulgranas hicieron lo que quisieron por los laterales. La velocidad de Buffarini (la figura de la cancha) y Jara complicaron demasiado a los defensores que estuvieron lentos e imprecisos (a esta altura se confirma que son lentos). El “Millo” no sufrió más anotaciones en contra gracias a la actuación de Marcelo Barovero, sin responsabilidad en los goles, que volvió a mostrar que está a la altura de los grandes arqueros riverplatenses. En cambio, los defensores siguen mostrando sus falencias, y esta línea de tres las potencia. Volvieron a exhibir la lentitud e imprecisión observada en el encuentro anterior, regalando infantilmente la pelota, intentando salir con pelotazos a los rivales y perdiendo cada vez que eran encarados y desbordados por los delanteros del bajo flores, además de las infracciones infantiles cerca del área que ya son frecuentes en cada defensa riverplatense. Mercado no pudo hacer pie en todo el partido, la única buena que hizo fue en el segundo tiempo, tras enganchar y poner un centro en la cabeza de Mora que se fue desviado; Gonazález Pires también perdió más de lo que ganó, aunque fue, nuevamente, el mejor de los de atrás; y Bottinelli sufrió cada vez que tuvo la pelota, por sus dificultades para dominar el balón y por el acoso incesante del hincha local, que no le perdonó su partida del club. Además, cometió una falta infantil que devino en el tiro libre del segundo gol, en el cual perdió la marca de Cetto.

Los volantes estuvieron ausentes. Sánchez sigue sin encontrar el rumbo, con el agravante de que no cuenta con un reemplazante natural en el plantel; Ledesma tuvo su peor actuación desde la vuelta, al parecer la máscara lo molestó o no lo dejó jugar cómodo, no mordió, no marcó, no presionó, no pasó, fue muy pobre lo suyo; Ponzio intentó, pero la presión de los volantes fue demasiado asfixiante y siempre tenía uno o dos hombres encima; y Vangioni fue siempre superado por Buffarini, que complicó a todos los que se movían por su lateral (todavía debe estar corriendo).

En ofensiva, la presencia de Mauro Díaz no aportó más de lo que había hecho Lanzini, aunque la pidió, en cuenta gotas, e intentó ir para adelante, también era absorbido por la marca o trasladaba mucho el balón y lo terminaba perdiendo; Mora sigue sin aparecer, bajando cada vez más su rendimiento, tal vez esté distraído por saber si River comprará su pase (ya había pasado anteriormente con Cavenaghi en el primer semestre de 2012); y Trezeguet fue una sombra, su juego es a un toque, cuando tiene que dominar el cuero en dos tiempos siempre es superado por la marca y lo termina perdiendo.

Como podemos ver, ningún jugador, excepto el arquero, tuvo una buena actuación, en gran parte, por el excelente planteo del ex técnico “canalla” y sus intérpretes, que mantuvieron la intensidad hasta el último segundo de juego. Con Buffarini y Mercier como estandartes, los hombres “Millonarios” nunca pudieron superarlos y terminaron reducidos a esfuerzos individuales y esporádicos, cada vez más intrascendentes.

Las dimensiones del estadio no fueron un problema. Los mismos inconvenientes exhibidos en el “Gasómetro”, los había tenido en  “El Monumental” siete días antes, y como ya se mencionó, el problema es la lentitud de los intérpretes de esa línea de tres y no las dimensiones del campo de juego.

En cuanto a River, se vio un equipo sin ideas, con problemas similares a los que venía teniendo en el torneo pasado y con muchas dificultades para superar las marcas. Es llamativa la facilidad con la cual los rivales pueden salir jugando a dos o tres toques, o tirar una gambeta para generar espacios y la dificultad que tienen los hombres de la banda para llevar a cabo estas acciones. Les cuesta mucho dar dos pases seguidos, y es muy difícil ver que alguno se saque un hombre de encima con facilidad, se pierden en firuletes intrascendentes y terminan regalando la pelota.

Además de la falta de ideas, estuvo ausente ese carácter que le permitió salir adelante en otras situaciones complejas, pero la enjundia e intensidad azulgrana fue demasiado para las intenciones de los hombres de Núñez. Ni siquiera los tres cambios al principio del segundo tiempo, en un hecho casi inédito, sirvieron para darle una inyección de ánimo y fútbol al equipo, que se desordenó y nunca pudo encontrar el rumbo.

Otro tema de análisis es la dificultad que tienen los hombres del “Millo” para sacar la pelota de las zonas complicadas. Muestra de ello es el primer gol de San Lorenzo, donde un hombre trabó varias veces con tres de River y ganó en todas ellas, no pudiendo revolearla ninguno de los tres y quedando en los pies del nueve, ex Tigre, para mandarlo a la red. Así sucedió en cada despeje o cada situación de peligro, los pelotazos apenas llegaban a mitad de cancha y, por supuesto, eran ganados por los volantes del equipo de Pizzi.

Pocas cosas quedan por rescatar de este encuentro. La actuación del uno “Millonario” sigue siendo un punto destacado. El hecho de haber perdido cuando recién comienza el campeonato puede ser una buena señal para tomar los errores de este y otros partidos y tratar de mejorarlos. Sabido es que las victorias muchas veces maquillan falencias que en las derrotas son más visibles, y ésta es una buena ocasión para hacer un profundo análisis de los errores cometidos en estos últimos partidos y ver que modificaciones se pueden hacer para subsanarlos.

Lo negativo, más allá de haber perdido el invicto, es la manera en que se perdió. El equipo se encontró en desventaja desde el vestuario y no pudo crear una situación clara de gol en todo el partido; los problemas para la generación de juego siguen y pone en evidencia la insistencia de Ramón Díaz por incorporar un enganche que le permitiera tener más claridad en ofensiva, sumado a que cuando Ponzio no tiene un buen partido, River lo sufre el doble; la ya mencionada lentitud de la defensa, tras la lesión del paraguayo Román, quedó más expuesto este déficit; y el bajo nivel que exhiben algunos jugadores en posiciones donde el recambio no abunda, como en el caso de Carlos Sánchez y  Gabriel Mercado.

River estuvo ausente, su técnico estuvo ausente y, en consecuencia, por primera vez en el certamen, el “Millo” experimentó la ausencia de puntos por primera vez en el Final 2013. Además, deja atrás una racha de once partidos sin derrotas, la última había sido frente a Quilmes por la fecha once del Inicial 2012. 

Fomaciones
San Lorenzo: Migliore (6); Prósperi (6,5), Alvarado (6), Cetto (8), Gentiletti (7); Mercier (7), Kalinski (7), Buffarini (8,5), Ruiz (6); Jara (6), Stracqualursi (7).

River Plate: Barovero (5); Mercado (3), Gonzalez Pires (3,5), Bottinelli (3); Sánchez (2), Ledesma (2), Ponzio (4), Vangioni (3); M. Díaz (3); Mora (3), Trezeguet (4). DT: Ramón Díaz

Ingresos: 0´ST Iturbe (4) x M. Díaz, 0´ST Rojas (4) x Ledesma, 0´ST Luna (4) x Trezeguet.

Resúmen
Goles: 40´´PT Stracqualursi (Slo), 19´PT Cetto (Slo)
Incidencias: 39´ST expulsado Verón (Slo). 0´PT expulsado R. Díaz (Riv); 37´ST expulsado Pizzi (Slo)
Árbitro: G. Delfino (aceptable)
Figura del partido: Buffarini (Slo)
El mejor de River: Barovero (Riv)



sábado, 2 de marzo de 2013

Equipo "Falopa" (primera parte)


Virviescas, Canales, Loeschbor, Navarro, Patiño y Flores













A mediados del año 2006, el técnico de River por ese entonces, Daniel Passarella, lanzaba una frase que se convertiría en una especia de cruz para el mundo riverplatense.

El Mundial de fútbol de Alemania 2006 había interrumpido el desarrollo de la Copa Libertadores, en la que el “Millonario” disputaba los cuartos de final frente a Libertad, de Paraguay. El primer partido se había disputado en la Argentina y el equipo del “Kaiser” había empatado en dos. La vuelta, programada para después del mundial, se jugaría en el país vecino.
Antes del comienzo de las competiciones oficiales se empezó a hablar de los nombres que podían llegar como refuerzo, y ante las consultas periodísticas, el “Gran Capitán” lanzó: “yo no quiero jugadores falopa”, haciendo referencia a aquellos jugadores que sonaban como incorporaciones o que habían llegado a River anteriormente, pero que no contaban con los pergaminos suficientes para ponerse el manto sagrado.
Así fue que, a partir de ese entonces, cada vez que comenzaba una temporada de negociaciones, las palabras retumbaban en los pasillos del Monumental, y aunque todos las escuchábamos, los encargados de llevar las riendas del club parecían hacer oídos sordos.
En esta sección, repasaremos algunos “jugadores falopa” que pasaron por la institución a lo largo de la historia, tratando de armar un equipo de once y sumando algún dato de sus carreras futbolísticas.
Nicolás Navarro: -2009, 5 PJ, 9 GC- nació en Argentinos Juniors y tuvo grandes actuaciones que lo llevaron a jugar en el Nápoli, de Italia. Allí no logró continuidad y llegó a préstamo a River, ya que Gorosito lo conocía de su paso por La Paternal. Atajó apenas un puñado de partidos, con actuaciones muy flojas que lo relegaron al banco de suplentes.
Nelson Vivas: -2003, 7 PJ, 0 goles, muchas burradas- alguna especie de milagro hizo que este muchacho pudiera jugar al fútbol en primera división. Muestra de que los milagros existen, es que jugó en Arsenal (de Inglaterra, no el de Don Julio) y en el Inter, de Milán, entre otros. Su actuación más recordada con la banda es aquella en que Rubens Sambueza le tiro un doble caño y el ex lateral de la Selección (si, increíble) lo revoleó por el aire… en un entrenamiento.
Gabriel Loeschbor: -2005, 6 PJ, 0 goles, 3 tarjetas amarillas- sus pergaminos lo trajeron como un central de buen juego aéreo, que salió campeón con Racing, y que venía de un mal año en San Lorenzo. No se explica cómo llegó al “Millonario” pero voló al poco tiempo de haber llegado.
Fernando Crosa: -2003-2005, 19 PJ, 1 gol, muchas lesiones, 1 campeonato- Llegó a River tras ser un pilar de la defensa de Newell´s. Las constantes lesiones lo obligaron a apoyarse en un pilar para mantenerse en pie.
Kilian Virviescas: -2003-2004, 13 PJ, 1 gol (en contra), 1 campeonato- Llegó tras tener una brillante actuación por Copa Libertadores frente al “Millo”, jugando para el América de Cali colombiano. En la Argentina nunca llegó a mostrar ni un poco de todo lo que hizo en ese partido. Deambuló por el mundo del fútbol sin pena ni gloria. Competía con Patiño para ver quién era más feo.
Hernán Maisterra: -1997-1998, 10 PJ, 0 gol, 2 campeonatos- En una época de vacas gordas, y con Leonardo Astrada y Leonel Gancedo para el puesto de volante central, la llegada del ex Platense pareció más una incorporación para cumplir con la posibilidad que daba el mercado de agregar dos jugadores a la lista de buena fé. Tuvo pocas chances y volvió a Platense.
Jairo Patiño: -2004-2006, 37 PJ, 4 goles- otra gran promesa colombiana, llegada desde Newell´s, que nunca logró afianzarse en la primera. No puede decir que no tuvo chances. Su andar cansino y su poca entrega lo convirtieron en un punto de protesta permanente del hincha “Millonario” en una época sin títulos. Le ganó la pulseada a Virviescas.
Rodrigo Archubi: -2008-2010, 22 PJ,  5 goles, 1 doping positivo, 1 campeonato- quizá uno de los refuerzos más falopa, y de los tantos que llegaron bajo el cartel de “soy hincha de River, es un sueño cumplido” y, al final, nunca estuvieron a la altura de ponerse el manto sagrado. Una suspensión por consumo de sustancias prohibidas y la llegada de Angel Cappa (técnico falopa), es-fumaron sus chances de seguir en el “Millonario”.
Robert Flores: -2008-2009, 13 PJ, 2 goles- proveniente del Villarreal B, tildaron al uruguayo como el nuevo Enzo Francescoli. Ese título, y la camiseta más pesada del fútbol argentino, fueron demasiado para este desgarbado media punta que pasó casi inadvertido por la vida riverplatense.
Gustavo Canales: -2010, 14 PJ, 2 goles- llegó de Unión Española de Chile, donde lo apodaban el mágico. Un pase de “magia” lo trajo a River. Su mejor truco fue la desaparición, en junio de 2010, para volver al club chileno. Archubi hizo más goles que él.
Dario Husain: -2003, 20 PJ, 3 goles, 1 campeonato- arribó a Núñez por pedido del chileno Manuel Pellegrini. Duró poco tiempo, es más recordado por su hermano que por su fútbol.