jueves, 2 de noviembre de 2017

Vencer A River

Copa Libertadores 2017 – Semifinal  –Vuelta – 31 de octubre de 2017
Lanús 4 (4) – River Plate 2 (3)

El equipo, sin respuestas (foto River Plate)















Hay muchas sensaciones, la mayoría de ellas dolorosas, después de esta durísima eliminación de River en la semifinal de la Copa Libertadores. Un partido que hasta los 44 minutos del primer tiempo estaba controlado, con dos goles de ventaja en el partido y tres en la serie. Con dos goles de visitante que parecían lapidarios y definitorios, y una jugada que fue polémica, y que, con el resultado puesto, pasa a ser determinante en el encuentro.

El descuento de Sand al final de la etapa inicial obligaba a River a salir con todas las luces al complemento para aguantar los embates del Granate hasta que pasaran quince minutos. Pero a los cuarenta segundos llegó al empate y comenzó un nuevo partido.

River se durmió una siesta inexplicable. La defensa hizo agua por todos lados. Lentos, a destiempo, perdiendo las divididas, sin convicción para mandar la pelota lejos del área y dejándose llevar por delante por los delanteros de Lanús, a tal punto que el correntino los tuvo a mal traer a todos y fue la figura del partido. Además, Lux no tocó una sola pelota, las fue a buscar todas adentro.

Así fue como en 25 minutos el local convirtió cuatro goles. Situación inadmisible en cualquier partido común, mucho más en una semifinal de Copa Libertadores. La polémica se hizo más intensa cuando, para llegar a la cuarta conquista, el juez recurrió al VAR para otorgar un penal que había sido y no vio.

Lo curioso es que no recurrió al sistema para ver la jugada del penal en favor de River por una mano alevosa dentro del área con el encuentro 2 a 0, o para ver, en la jugada previa al tercer gol, la piña que Román Martínez le pegó a Ariel Rojas en la cara, lo que hubiera obligado a la expulsión del jugador y la anulación del gol. Dos claras situaciones que se vieron por televisión pero que los siete jueces designados para este encuentro decidieron obviar. Lo que hace más grande la sospecha de que el Millonario no tenía que jugar la final de esta Copa.

Si consideramos el partido de ida, hubo al menos cuatro jugadas dignas de la utilización del VAR, tres a favor de River y una a favor de Lanús, solo se utilizó para revisar esta última. Si la idea es que el VAR lleve transparencia, de esta manera deja más dudas que certezas, y lo convierte en un método para avalar la trampa.

Así las cosas. Entre la utilización direccionada del VAR y las pocas respuestas de los futbolistas del Millo el complemento fue prácticamente todo de Lanús y la visita no pudo aprovechar las dos o tres jugadas mano a mano que tuvo frente al arquero granate.

Ya en desventaja, River contó con 25 minutos para buscar el gol que le diera la clasificación, pero entre el palo y el arquero se encargaron de evitar que esa conquista llegara. Además del bajo rendimiento de muchos de los jugadores, la salida de Enzo Pérez fue determinante para que Lanús ganara el medio y los de Gallardo perdieran el control del juego.

Sin arquero, con Auzqui como primera variante, sin un nueve de área, sin lateral izquierdo, sin delanteros de área en el banco (tuvo que entrar Barboza en los últimos minutos a buscar centros), con refuerzos que ya llevan un año lesionados, y con algunas de las figuras desaparecidas en este encuentro, iba a ser muy difícil torcer la historia del segundo tiempo, y no se torció.

Sin respuesta anímica ni futbolística, los jugadores parecían abatidos por las circunstancias. No protestaron ni uno de los fallos “televisivos”, mientras que los de Almirón se le iban al humo al juez ante cada jugada dudosa.

Es imposible no pensar que hubo algo raro. Tal vez un “ajuste de cuentas” por la situación de los dopajes en jugadores de River, tal vez alguna intromisión de gente que no quería o quiere ver a River festejar, son todas suposiciones imposibles de comprobar. Lo cierto es que a River se le escapó un partido increíble, una clasificación casi asegurada se le escurrió como agua entre las manos.

Que Lanús jugó un poco mejor, puede ser, sobre todo en el complemento de la revancha; que River podría haberlo asegurado completamente si el VAR se utilizaba bien, también es cierto. La realidad es que el Millo perdió una chance histórica por una combinación de situaciones: el VAR, el rival y fallas propias inadmisibles para una instancia de copa tan determinante.

Ahora habrá que ganar el superclásico para evitar que Boca se vaya a doce puntos y apuntar los cañones a la Copa Argentina, un premio consuelo que no podrá tapar la desazón de una eliminación increíble.

Formaciones

Lanús: Andrada; J. Gómez, García Guerreño, Braghieri, M. Velázquez; R. Martínez, Marcone, Pasquini; A. Silva, Sand y L. Acosta. Director Técnico: Jorge Almirón.

Ingresaron: 26’ST Maciel por R. Martínez; 39’ST N. Aguirre por A. Silva; 45’ST Zurbirggen por M. Velázquez.

River Plate: Lux (1); Montiel (4), Maidana (3), Pinola (2), Casco (2); E. Pérez (6), Ponzio (4), Rojas (3), I. Fernández (3); G. Martínez (3) y Scocco (6). Director Técnico: Marcelo Gallardo.

Ingresaron: 12’ST Auzqui por E. Pérez; 26’ST De La Cruz por A. Rojas; 45’ST Barboza por Casco.

Resumen

Goles: 18’PT Scocco –p– (Riv); 23’PT Montiel (Riv); 47’PT Sand (Lan); 1’ST Sand (Lan); 17’ST L. Acosta (Lan); 24’ST A. Silva –p– (Lan)
Incidencias: 48’ST expulsado I. Fernández (Riv).
Arbitro: W. Roldán (Col) (mal)
Figura: Sand (Lan)

Twitter: @MaqMillo 

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