lunes, 28 de enero de 2013

Vuelta N° 8: Campeonato 1947

El surgimiento de “La Saeta”

Arriba: Amándola (PF), Yácono, Vaghi, Grisetti, Ferreira, Rossi, Ramos, Minella (DT)

Abajo: Reyes, Moreno, Di Stéfano, Labruna, Loustau, F. Rodriguez 















Tras el logro obtenido en 1945, el año siguiente fue de transición, quedando River Plate relegado al tercer lugar, detrás de San Lorenzo y Boca Juniors. En 1947 el desafío era recuperar la senda victoriosa y obtener un nuevo campeonato.

Los años de “La Máquina” habían quedado atrás, la partida de Adolfo Pedernera, adquirido por Atlanta en una cifra récord de $140000, desarmaba a la delantera más vistosa del fútbol local. También se fueron al “Bohemio” el arquero José Soriano, tras destrabar un conflicto con el equipo de la banda roja, y Roberto Dalessandro. A su vez, volvía de su préstamo en Huracán Alfredo Di Stéfano, quién sería el reemplazante del “Maestro” en la delantera “Millonaria”, con otras características, más vertical y explosivo y menos elaborado y pensante. Además, incorporó a Hugo Reyes y Fracisco Rodríguez.

El campeonato se disputó en dos rondas de todos contra todos, con 16 equipos y el ganador obtendría el derecho de disputar la Copa “Ricardo Aldao” frente al campeón uruguayo.

River comenzó con paso arrollador, consiguiendo dos victorias por 5 a 1 en las primeras fechas, mostrando una gran efectividad y un sistema de juego diferente al que exhibía cuando Pedernera comandaba el equipo. Este era un juego más vertical y efectivo, aplicando lo que más tarde se conocería como la “doble punta de lanza”, con un Di Stéfano veloz y un Ángel Labruna implacable como sus máximos exponentes.

En la tercera fecha se jugó el superclásico, que se destacó por la ausencia de Angelito, y la derrota del “Millo” por 2 a 0. Tras pasar dos fechas más sin victorias, volvió a la senda del triunfo al vencer a Newell’s como local, con una goleada 4 a 1.

Por la novena jornada, el “Millonario” debía visitar a Estudiantes de La Plata para extender la racha victoriosa a cuatro encuentros. El partido estaba igualado en un tanto, cuando cerca del final River se puso en ventaja. Esto generó una airada protesta de la gente del “Pincha” por una sanción del juez previo al gol. El descontento se extendió a la hinchada platense, que invadió el campo de juego para agredir al árbitro, quién fuera defendido a golpes de puño por José Manuel Moreno hasta su llegada al vestuario.

A la duodécima jornada llegaban Independiente como puntero y el equipo de Núñez como escolta, dos puntos detrás. El conjunto de Avellaneda superó claramente al “Millonario” en el juego, aunque el resultado final fuera solamente de un tanto contra cero. Así le sacaba cuatro puntos a River (18), quedando este como tercero junto a Boca Juniors y San Lorenzo (19) en la segunda colocación.

En la fecha 13 se produjo el regreso de Labruna al primer equipo, tras sufrir una hepatitis que lo marginó de las canchas durante casi toda la primera parte del certamen. El “Millonario” venció 5 a 1 a Tigre y logró acortar la diferencia con el rojo, que había caído con Racing Club.

En la última jornada de la primera ronda, River enfrentó al sorprendente Atlanta, que había gastado una fortuna en incorporaciones y se encontraba en la última colocación. El conjunto dirigido por José María Minella, no tuvo piedad y lo derrotó 8 a 0, acortando la distancia con Independiente y hundiendo más en la tabla al “Bohemio”.

Finalizada la primera ronda, las posiciones tenían al rojo de Avellaneda en la cima con 25 puntos, seguido por River y Boca con 23 unidades y San Lorenzo en la cuarta colocación con 21.

En la segunda ronda el conjunto de Minella arrancó nuevamente con dos triunfos y por la tercera jornada de los desquites, se enfrentaba nuevamente a Boca. El estadio Monumental fue testigo del trascendental encuentro, al cual llegaban ambos conjuntos como punteros del campeonato, ya que en la fecha anterior, Independiente había caído con Rosario Central y “Millonarios” y “Xeneizes” habían derrotado a Platense y Banfield respectivamente.

El 24 de agosto se disputó el superclásico, que vendió la cifra récord de 58.058 entradas con una recaudación de 106.116 pesos, siendo la mayor recaudación de la era profesional y superando por primera vez en la historia la barrera de los 100.000 pesos de taquilla.

El encuentro, que tenía características de final, aunque aún faltaba mucho para la finalización del campeonato, fue reñido, con una amplia superioridad de River en el juego, pero con una gran actuación del arquero boquense, Diano, que impidió que el resultado fuera más abultado.

Las formaciones de aquella tarde fueron:
River Plate: Grisetti; Vaghi, Ferreyra; Yácono, Rossi, Ramos; Reyes, Moreno, Di Stéfano, Labruna, Loustau.
Boca Juniors: Diano; Marante, R. De Zorzi; Bendazzi, Lazzatti, Pescia; Boyé, Corcuera, Geronis, Ricagni, Pin.

A los seis minutos, Ricagni puso en ventaja a los de la ribera, lo que hizo cuesta arriba el desarrollo del encuentro para el conjunto de Núñez, que recién en el segundo tiempo pudo llegar al empate a través de Ángel Labruna,  a los 66 minutos, y a los 68 Reyes puso la ventaja en el marcador, que le otorgaba a River los dos puntos y lo ubicaba solo en la cima de las posiciones.

Tras la derrota con Independiente por la primera rueda, el “Millonario” hilvanó ocho victorias y un empate hasta la fecha 22, en la que volvió a igualar, esta vez contra Velez Sarfield. Las caídas de sus perseguidores, Boca e Independiente, en las fechas previas, le permitieron sacar una ventaja de seis puntos, faltando ocho fechas para la finalización del torneo, lo que hizo que la pelea por los primeros puestos perdiera interés.

La marcha triunfal del “Millonario” se vio interrumpida cuando Huracán, una especie de bestia negra para River durante esta década, lo derrotó en su flamante nuevo estadio por 3 a 2 faltando cuatro jornadas para el final. La victoria de Independiente reducía la distancia a cuatro puntos y ambos conjuntos debían enfrentarse en la fecha siguiente.

La jornada 27 parecía decisiva, una victoria del rojo dejaba el campeonato abierto para cualquiera, mientras que un triunfo “Millonario” prácticamente inclinaba la balanza a su favor. El partido se jugó en el Monumental, y aunque el visitante se puso en ventaja, en el segundo tiempo River lo dio vuelta y se alzo con la victoria por 3 a 2, aumentando su ventaja sobre el rojo a seis puntos y quedando Boca como escolta, a cinco unidades.

La sorpresiva derrota frente a Tigre por la jornada 28 y la victoria del “xeneize”, acercaba a los ribereños a tres puntos y ponía un poco de suspenso, que se disiparía en la fecha siguiente, el 9 de noviembre, cuando en la cancha del bajo Belgrano, River goleó a Rosario Central 4 a 0 y se hizo inalcanzable para su perseguidor, con tres puntos de ventaja quedando solo dos en juego.

El último partido frente a Atlanta carecía de interés para el público riverplatense, pero era de vital importancia para el “Bohemio”, que debía ganar para evitar el descenso. En el segundo tiempo, Di Stéfano convirtió el gol de la victoria que decretaba el descenso del conjunto auriazul y el encuentro debió ser suspendido cuando, a los 32 minutos, un particular local ingresó al terreno de juego y le aplicó un golpe a “La Saeta” que debió ser retirado en camilla, dando por concluido el partido con la victoria del visitante.

Este título se vio marcado por varios hechos importantes. En primer lugar, la partida de Pederera y el regreso de Di Stéfano plantearon una modificación en el estilo de juego, con dos puntas veloces y letales, haciendo un  juego más directo y efectivo y no tan elaborado y paciente. Además, la ausencia de Labruna en la primera mitad del campeonato por una enfermedad hepática, y de Muñoz todo el torneo por una lesión, hizo que el poder de fuego recayera en el joven Alfredo, Hugo Reyes (reemplazante de Muñoz), José Moreno y Félix Loustau. Tras volver de su enfermedad, el “Feo” convirtió 16 goles e 18 cotejos. Esta modificación en el estilo provocó la explosión de Di Stéfano, que luego sería considerado uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol mundial. Otro hecho destacable es que la formación base estaba compuesta por diez hombres surgidos en la cantera del club, lo que otorga un valor agregado a la conquista.

Aquel equipo campeón formaba con: Grisetti; Yacono, Vaghi, Ferreira; Rossi, Ramos; Moreno, Reyes, Loustau; Di Stéfano, Labruna.

Los números finales de ese campeón fueron

PJ
PG
PE
PP
GF
GC
PTS
30
22
4
4
90
37
48

Con la impactante suma de 90 goles a favor, a razón de 3 goles por partido. Una tremenda producción ofensiva, que fue encabezada por “La Saeta” con 27 goles, terminando como goleador del campeonato. 

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