miércoles, 30 de enero de 2013

A lo Bianchi

Torneo de Verano 2013 – Copa Luis Nofal – 29 de Enero 2013
River 0 (4) – Boca 0 (5)

Los titulares frenta a Boca (foto Olé)














El segundo superclásico del verano se llevó a cabo en la ciudad de Mendoza. En esta ocasión, Ramón Díaz paró el mismo esquema con los mismos intérpretes que habían obtenido el triunfo en Mar del Plata. En tanto, Carlos Bianchi, decidió guardar a todos sus titulares y presentó un equipo plagado de juveniles y habituales suplentes, con un 4-4-2 más conservador, y fiel a su costumbre, con un planteo buscando impedir el juego del rival y tratando de aprovechar las pocas jugadas de peligro a favor.

La experiencia del encuentro en “La Felíz” le sirvió al “Virrey” para ubicar en la cancha a dos volantes que taparan la salida por los laterales de Sánchez y Vangioni. Así cumplieron su función Colazzo y Aguirre, pero con casi nula participación en ofensiva. A su vez, ésta fue una buena prueba para el “Pelado”, ya que la mayoría de los equipos suelen jugarle a River de esta manera y es un buen ejercicio para buscar variantes y poder resolver uno de los principales problemas que se le presentan al “Millonario” cuando el rival juega con dos líneas de cuatro cerradas cerca de su arco.

Defensivamente el equipo no sufrió sobresaltos, aunque el “xeneize” prácticamente no atacó, excepto en esa jugada del segundo tiempo en la que Blandi quedó solo por un error de cálculo de Vangioni, que luego el mismo ex Newell´s despejó sobre la línea. Fue floja la actuación de Bottinelli y Román volvió a mostrarse seguro y rápido en los cruces.

En líneas generales el partido fue muy malo. La predisposición de los volantes de Boca para cortar el juego, la seguidilla de infracciones y el juego fuerte (a los 15 minutos ya había cinco amonestados) hicieron que el partido fuera trabado, aburrido y sin continuidad. Los mediocampistas de Ramón no tenían lugar para desplegar su juego y no podían asociarse con los delanteros.

Ponzio, en el día de su cumpleaños, tuvo una buena actuación, bien secundado por la ubicación y claridad para distribuir el balón de Cristian Ledesma y con Sánchez y Vangioni buscando romper el cerrojo propuesto por el técnico boquense. En este aspecto, fue el rosarino el que mejor logró desmarcarse y desbordar para generar desequilibrio.

La faceta ofensiva quedo en el debe. Funes Mori sigue siendo inconsistente y Mora esta vez no fue el verdugo que todos esperábamos. Mauro Díaz estuvo muy blandito, intrascendente y el cansancio le pasó factura. El ingreso de Lanzini en el segundo tiempo le dio un poco más de vértigo al equipo, pero a pesar de ello, no pudo encontrar el gol que evitara los penales.

El partido dejó pocas cosas para el análisis. Un equipo que nunca quiso jugar y otro que no supo como hacer para quebrar al rival. El camino a los penales era inevitable y ese es el fuerte de los “primos”, expertos en este rubro. Independientemente de esta consideración, es preocupante la situación de River en cuanto a los penales, ya que hay que remontarse mucho en el tiempo para recordar una definición desde los doce pasos que tuviera al “Millo” como triunfador. Son más los recuerdos de derrotas en este tipo de resoluciones que de victorias. Además, son conocidos los problemas que ha tenido en los últimos tiempos para convertir la pena máxima durante los noventa minutos, no hace falta mencionar los partidos con Patronato, Alte. Brown y Belgrano de Córdoba, en los que no pudo convertir desde el punto penal.

En cuanto a la innumerable cantidad de jugadas fuertes que se vieron, en especial en el segundo tiempo, hay que remarcar que la rapidez con la que Pitana amonestó a seis jugadores en el primer tiempo, le quitaron objetividad para aplicar sanciones disciplinarias en el complemento, permitiendo algunos golpes de más y dejando en cancha a algunos jugadores que debieron visitar los vestuarios antes de los noventa minutos.

Respecto al planteo del riojano, hay que resaltar que su insistencia por un enganche de jerarquía tiene sus fundamentos. Como se mencionó anteriormente, la mayoría de los equipos le juegan a River con dos líneas de cuatro bien cerradas, buscando evitar el despliegue que pretende tener el “Millo” por las bandas y en este sentido es importantísima la presencia de un hombre que sea capaz de encontrar esos espacios que a veces parecen no existir, de ese as que meta un pase entre líneas para dejar a un delantero mano a mano con el arquero rival o simplemente que sea capaza de tener la pelota hasta encontrar el momento justo para dar la estocada sin ser absorbido por la asfixiante marca rival. También deberá analizar si es conveniente el 3-4-1-2 ante rivales de supuesta menor jerarquía, que basan su juego en la espera y el contragolpe.

El ingreso de Trezeguet por Funes Mori en el segundo tiempo también deja una situación que merece análisis. Al franco argentino todavía se lo ve un poco fuera de forma y algo lento. Tuvo una jugada clara, tras pase de Lanzini, y luego de hacer bien la diagonal, no llegó a conectar el balón. Su edad y la cantidad de lesiones le han pasado factura y evidentemente le está costando ponerse bien físicamente. Ojalá lo logre para que Ramón pueda contar con un goleador de clase mundial.

Formaciones
River Plate: Barovero (5); Mercado (5), Román (6), Bottinelli (4); C. Sánchez (5); Ponzio (6), Ledesma (5), Vangioni (6); M. Díaz (4); Funes Mori (4), Mora (5).
Boca Juniors: Ustari (5); Albin (4), Cellay (5), Burdisso (4), Evangelista (5); Aguirre (4), Erbes (5), Colazzo (4); Fernández (3); Viatri (3), Blandi (4).

Resúmen
Goles: no hubo
Incidencias: no hubo
Arbitro: Néstor Pitana (regular)
Figura del partido: Vangioni (Riv)

Penales: Ustari (Boc) atajó dos y Barovero (Riv) uno.
Boca: Erbes (o), Viatri (o), Albín (x), Fernandez (o), Blandi (o), Cellar (o)
River: Vangioni (x), Ponzio (o), Lanzini (o), Trezeguet (o), Mora (o), Rojas (x)

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