En la primera
mitad de la década del 50, River Plate se había consagrado bicampeón del fútbol
argentino al obtener los títulos de 1952 y 1953.
Con el
objetivo de recuperar la hegemonía perdida en manos de Boca Juniors, campeón de
1954, el Millonario encaró la competencia de 1955 con las incorporaciones de
Néstor Rossi, que volvía a la institución tras su excursión por Colombia;
Federico Vairo, Raúl Hernández y José Sánchez.
Dieciséis
equipos participaron de la Primera División, y se enfrentaron todos contra
todos en dos rondas de quince fechas. La temporada comenzó el 30 de abril y
Tigre fue el primer rival del combinado de José María Minella que, sin brillar,
ganó por la mínima diferencia gracias a un penal convertido por Santiago
Vernazza.
A partir de
allí, y hasta la fecha nueve donde cayó derrotado por Platense, el equipo logró
cinco victorias, todas ellas por diferencia de un gol, y dos empates.
Luego de
perder el invicto con el conjunto Calamar, que consiguió la victoria tras
convertir un penal que originó la suspensión del partido, el Millo volvió al
triunfo en la jornada siguiente, derrotando 2 a 0 a Estudiantes en cancha de
Vélez, por estar el Monumental clausurado.
En la
decimosegunda fecha, River recibió a San Lorenzo en cancha de Huracán. Este
partido también se suspendió, en esta ocasión, por un derrumbe en una de las
tribunas, postergándose por tres días y mudándose a la cancha de Racing Club.
Allí, el Millonario salió victorioso 4 a 2 y, como Boca había empatado con la Acadaemia,
el equipo de la banda quedó solo en la punta del certamen.
Las
siguientes fechas marcarían una caída importante en la actuación del equipo de
Núñez. Tras perder con Vélez en la jornada 13, se enfrentó a los del riachuelo
el 17 de agosto, haciendo de local nuevamente en la cancha de Racing Club. Ante
un estadio colmado, producto de las 58469 entradas vendidas, sufrió una dura
derrota por 4 a 0, que ubicó a los de la ribera solos en la vanguardia, con dos
puntos de ventaja.
Los últimos
partidos de la primera rueda dejaron un empate de River con Racing y una
victoria de Boca. Así, los xeneizes sumaban 23 puntos, el Millonario 20 y la
Academia 19.
En el
comienzo de la segunda ronda, el equipo de Minella volvió a empatar, por lo que
siguió alejándose de la punta, ya que el clásico rival volvió a sumar de a dos.
A la siguiente semana, tras cuatro fechas sin ganar, River derrotó a Chacarita
y comenzó la recuperación, gracias al empate del puntero con Huracán.
Esta
tendencia se acentuó cuando Boca volvió a dejar puntos en el camino, tras
perder con Ferro, y el Millonario volvió a ganar, acortando la distancia a una
unidad. También se acercaron los dos equipos de Avellaneda, que obtuvieron
sendas victorias.
En medio de
una semana convulsionada por el golpe de estado de La Revolución Libertadora se
disputó la fecha 19, en un clima enrarecido, tanto en las calles como en los
estadios. Allí, el equipo de Minella empató en dos con Newell´s y los xeneizes
fueron derrotados por Lanús. Además, la victoria de Independiente sobre Vélez lo
metía en la pelea, ya que los tres equipos quedaban como líderes, con 26
unidades.
A partir de
la vigésima fecha, con la victoria ante Huracán, River Plate encadenaría una
serie de once encuentros sin derrotas hasta el final del certamen. Durante esa
racha, el equipo de la ribera comenzó una importante deflexión que lo fue
alejando de la vanguardia.
La recta
final no estuvo exenta de curiosidades y suspensiones, como en el encuentro
contra Estudiantes del 13 de noviembre, donde los incidentes ocasionados tras
la sanción de un penal para el Millo, obligaron a interrumpir el encuentro, dándolo
por finalizado con el marcador como estaba en ese momento (2 a 1 en favor de
River).
También
debió finalizarse antes de tiempo el encuentro de la fecha 27 contra San
Lorenzo porque, al cierre de la primera etapa, cuando el Millonario ganaba 1 a
0, un grupo de inadaptados invadió el terreno de juego y agredió al juez inglés
Meade, quién dio por terminado el partido.
En la
jornada siguiente, jugada por la mañana –al igual que las dos últimas– por las
altas temperaturas, el conjunto de Núñez goleó a Vélez y mantuvo la diferencia
de tres puntos, pero no pudo gritar campeón porque aún faltaba la resolución
del encuentro contra el equipo de Boedo (con esos dos puntos, sacaba cinco de
ventaja con cuatro por disputarse)
Todo se
definió en la anteúltima fecha, cuando River debía visitar a su eterno rival, y
perseguidor, en la Boca. Ese 8 de diciembre por la mañana, con el arbitraje de
Bert Cross, los equipos salieron al terreno de juego con:
Boca Juniors: Musimessi; Colman, Edwards; Lombardo, Mouriño,
Pescia; M.Boyé, Rosello, Etcheverry, Pizzuti y Cuchiaroni.
River Plate: Carrizo; Venini, Vairo; Mantegari, Rossi,
Sola; Vernazza, Sívori, W.Gómez, Labruna y Zárate.
La mañana
comenzó complicada para el Millonario, ya que Carlos Etcheverry abrió el
marcador a los diez minutos para el equipo local. Así se mantuvo hasta los 29
del complemento, cuando Angel Labruna marcó el empate. En la jugada siguiente,
a los 30, Roberto Zárate desniveló el tanteador en favor de la visita. Una
ráfaga de un minuto que alcanzó para derrotar al eterno rival en su cancha y
coronarse campeón una vez más, la segunda allí y la décima hasta esos tiempos a
nivel local (decimoprimera si consideramos que en 2013 se reconoció a la Copa
de Oro de 1936 como una estrella más).
Los números
del campeón:
PJ
|
PG
|
PE
|
PP
|
GF
|
GC
|
PTS
|
30
|
18
|
9
|
3
|
53
|
35
|
45
|
Los 53
goles a favor del Millonario representan al equipo campeón con menos tantos
convertidos en el profesionalismo hasta esos días.
El once
habitual dirigido por José María Minella formaba con: Amadeo Carrizo; Federico Vairo,
Raúl Hernández; Oscar Mantegari, Julio Venini, Pascasio Sola; Santiago
Vernazza, Ángel Labruna, Enrique Sívori, Félix Loustau y Walter Gómez. Además, Néstor
Rossi y Roberto Zárate tuvieron una participación importante en aquel
campeonato.
Los
goleadores del equipo fueron Angel Labruna y Enrique Sívori, con diez tantos
cada uno. El segundo puesto fue para Racing, que quedó a siete puntos.