Copa Libertadores 2016 – Octavos de final – Vuelta – 4 de mayo
de 2016
River Plate 1 (1) – Independiente del Valle (Ecu) 0 (2)
El gol que no alcanzó (foto River Plate) |
River quedó eliminado. Una eliminación dolorosa pero
previsible. A pesar de que, quizás, jugó uno de los mejores partidos de los
últimos tiempos y le cascoteó el rancho al arco de Independiente del Valle, los
errores cometidos en Ecuador fueron determinantes para el resultado final.
Pero tampoco se puede remitir la eliminación a lo hecho en
los 180 minutos. La anemia futbolística de River comenzó al volver de la Suruga
Bank, continuó con la sangría de jugadores campeones y la llegada de reemplazos
que no estuvieron a la altura, y se completó con las malas decisiones de
Marcelo Gallardo, sobre todo, en el último tiempo.
Es cierto, es increíble lo que pasó en el Monumental. Un
equipo que remata al arco 35 veces y solo consigue un gol es muy difícil de
explicar. Para colmo, la conquista llegó cerca del final y luego de una jugada
con varios rebotes. Claramente, la pelota no quería entrar. Tiros al travesaño,
despejes del arquero que nunca encontraban a un jugador del millo y un sinfín
de situaciones que siempre encontraban algún obstáculo antes de llegar a la
meta.
El equipo ecuatoriano hizo su negocio. Vino al Monumental a
meter el colectivo adentro del arco y dejar la vida en cada pelota para evitar
la ventaja del Millo y, ayudado por una cuota de fortuna, logró su cometido. Es
por ello que se puede afirmar que River pierde la clasificación en Ecuador.
También a la suerte hay que ayudarla, y ahí es donde talla
la responsabilidad del técnico y los jugadores. Independientemente de lo que
haya pasado con Lucas Alario, dejar al nueve afuera de los dos partidos
definitorios del semestre es un gravísimo error. Prueba de ello es que, en su
ingreso en la ida, le anularon mal un gol y le hicieron un penal que no
cobraron.
En la revancha, el ex Colón entró en el complemento y
enseguida pegó un cabezazo en el travesaño y luego convirtió el gol. Es
llamativa la decisión de Marcelo Gallardo de no contar con él desde el primer
minuto, no porque Alonso haya hecho un mal partido, porque, incluso, el
goleador uruguayo tuvo un gran desempeño, sino porque el Pipa es, sin dudas, el
jugador más desequilibrante de River de los últimos nueve meses.
El Millo mereció más en este partido, pero lamentablemente
no alcanzó. Tendría que haber goleado, como lo hizo frente a The Strongest,
pero esta vez no se pudo y el precio que se pagó fue muy elevado. Una
eliminación ante un rival netamente inferior, que jugaba por primera vez los
octavos de final de la copa y que hizo su negocio respaldado por el resultado
obtenido de local y por errores arbitrales que fueron determinantes en ambos
partidos.
También es una muestra de lo que fueron los últimos tiempos
de River el hecho de que, estando al borde de la eliminación, el Muñeco solo
realizó una modificación, dando una clara señal de la poca confianza que tenía
en los hombres que estaban sentados en el banco de suplentes, demostrando que
no creía que ninguno de ellos cambiara la ecuación de lo que estaba pasando.
El año futbolístico se termina muy pronto para este plantel
y solo quedará pelear por la Copa Argentina, que otorga un lugar para la Copa
Libertadores 2017 y que será un carnicería porque todos los grandes querrán
ganarla, y los partidos por la Recopa Sudamericana frente a Independiente de Santa Fé, de Colombia. Muy poco para un
técnico que se había acostumbrado a pelear todas las competiciones nacionales y
continentales.
También es cierto que es muy difícil mantener el nivel de
éxito que había conseguido Gallardo. En un año ganó cuatro títulos
internacionales, una estadística difícil de mantener en el tiempo, lo que marca
que la renovación es inminente. Una reestructuración seria, con refuerzos que
estén a la altura, que vengan con ritmo de competencia y no con incorporaciones
que llegan porque son baratos y que hace meses que no juegan.
El equipo que ganó todo fue desmantelado inescrupulosamente
y sin dejar un peso para las arcas del club. Todos se fueron libres e hicieron
fuerza para irse, situación que también es llamativa y debe llamar a la
reflexión para ver que se está haciendo mal para que estos jugadores que ganaron
todo se quieran ir sin dejar una retribución al club que los lanzó al exterior.
El agradecimiento a Gallardo será eterno, por que logró en
poco tiempo lo que todos los hinchas necesitábamos después de tantas pálidas,
pero la exigencia también será eterna y es por ello que no se puede vivir de
“el que no salta abandonó” y de un viaje a Japón que parece haber relajado a
todos, jugadores, cuerpo técnico, hinchas cultures del aguante y dirigentes.
Ahora que ya no quedan objetivos hasta después de la Copa
América, es menester sumar todos los puntos que quedan en el torneo local y,
después, hacer una buena selección de nombres para armar un plantel ganador.
Por ahora, esta comisión directiva y cuerpo técnico fracasaron rotundamente en
la elección de los refuerzos. La limpieza es inminente y hay tiempo para pensar
y descansar, con la cabeza puesta en una buena pretemporada para comenzar con
todo el próximo semestre.
Formaciones
River Plate: Barovero
(7); Mercado (6), Maidana (6), Balanta (6), Casco (7); Mayada (5), Ponzio (6), I.
Fernández (6); D’Alessandro (6); Mora (6) y Alonso (6). Director Técnico:
Marcelo Gallardo.
Ingresaron: 11’ST Alario (6) por Mayada.
Independiente del
Valle (Ecu): Azcona; C. Núñez, A. Mina, L. Caicedo, L. Ayala; D. Arroyo,
Orejuela, Ju. Angulo, Sornoza; B. Cabezas y Jo. Angulo. Director Técnico: Pablo
Repetto.
Ingresaron: 0’ST Tellechea por Ayala; 30’ST Uchuari por
Sornoza; 42’ST León por Ju. Angulo.
Resumen
Goles: 33’ST Alario (Riv)
Incidencias: no hubo
Arbitro: W. Roldán (Col) (regular)
Figura: Azcona (Ind)
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