Belgrano (Cba) 1 – River Plate 2
Vangioni, la figura, festeja su gol (foto Olé) |
No voy a empezar ni a titular este resumen con alguna frase de tipo revanchista o aliviadora respecto de lo que pasó en Junio de 2011. Aquellos partidos quedarán grabados a fuego en nuestras vidas y nada, ningún triunfo posterior frente al verdugo, apagara ese dolor. Aunque, por alguna razón, el creer que una victoria, y si es por goleada mejor, traerá un poco de alivio.
Hace algunos años, antes de la fatídica promoción, cada
encuentro con Belgrano de Córdoba era un simple trámite, donde al equipo “Pirata”
solo le quedaba esperar cuantos goles le convertiría River. Recuerdo un 5 a 0
en el viejo Chateau Carreras, con
apilada del “Luigi” Villalba incluida, o aquel triunfo Monumental con una perla
de taco de Juan Pablo Ángel tras centro de Javier Saviola. Pero a partir de
aquel mencionado encuentro, el equipo cordobés se ha convertido en un duro
escollo para el “Millonario”. Quizás por el morbo que genera o por haber sido el
artífice de la caída más estrepitosa del fútbol argentino, lo cierto es que
ellos juegan con otra actitud y a River le pesa un poco más.
Ramón Díaz dispuso en cancha lo que se vio en el verano. Un
esquema con tres defensores, cuatro volantes, un enganche y dos delanteros. Sin
dudas, todo un desafío para el técnico y el equipo poder confirmar, por los
puntos, el buen funcionamiento mostrado en algunos pasajes de la temporada
estival. En tanto, Ricardo Zielinski, fue fiel a su libreto. Dispuso un planteo
mezquino, que lo llevó al tercer lugar en el Inicial 2012, con dos líneas de
cuatro bien marcadas y dos delanteros que pudieran aprovechar lo poco que
generaba de fútbol (?) el cuadro celeste.
El primer tiempo fue para el olvido. River tenía la pelota
hasta tres cuartos de cancha y ahí se diluía. No encontraba los espacios ni las
ideas para perforar la férrea defensa “Pirata”, que revoleaba todo lo que
cruzaba la mitad del terreno, y faltaba ese pase entre líneas que dejara a un
delantero mano a mano con Olave. Fiel a su estilo, y como habíamos mencionado
en este espacio durante el verano tras el empate ante Boca, Belgrano jugó a no
dejar jugar al equipo de Ramón. Cerró bien las bandas, agrupó bien a sus
hombres y dispuso una marca escalonada con buena presión en el sector medio.
Así, la idea del riojano de abrir la cancha se vio obstaculizada por el buen
funcionamiento de los cordobeses, que ponían siempre dos hombres sobre Vangioni
e impedían que progresara en ofensiva. Del otro lado, Sánchez estuvo poco
participativo y bastante impreciso.
Así y todo, lo más peligroso de la primera etapa fue del
equipo cordobés, que pegó un cabezazo de Pereyra en el trevesaño tras un flojo
movimiento de la línea de tres “Millonaria”, que por momentos pareció costarle
entrar en ritmo, pero que fue ganando solidez y confianza con el correr de los
minutos. Mientras, la primera aproximación del “Millo” fue un tiro libre de
Mora que se fue por encima del larguero cerca de los cuarenta minutos. Además
de las imprecisiones, los hombres de la banda se tomaban dos tiempos en recibir
y acomodar el balón, lo que le daba más ventaja a los defensores rivales para
acomodarse y ajustar las marcas.
En el complemento la historia cambió. Una jugada infantil de
Ponzio le valió la expulsión, y lo que pareció una complicación para River,
terminó siendo una ventaja. El equipo de barrio Alberdi no supo ser
protagonista, ni aprovechar el hombre de más y los de Núñez rompieron el
partido con un zapatazo de Vangioni, que comienza a justificar la insistencia
del técnico por su contratación y el monto pagado por su compra.
Así es como se deben abrir estos partidos en los que el
rival juega a no jugar, probando de media y larga distancia hasta quebrar su
resistencia. De este modo, un equipo que no estaba preparado para atacar, se ve
en la obligación de salir a buscar el empate, pero sin un libreto acorde,
entonces se genera el desorden, los espacios y las posibilidades de ampliar la
ventaja en el marcador.
Tras la expulsión, Díaz reacomodó el equipo con el ingreso
de Rojas por Lanzini, retrasando al rosarino como lateral izquierdo y poniendo
un 4-3-1-1 con Ledesma como único volante central. A los 22 minutos, tras un
centro de Sánchez mal despejado por Lollo, la pelota cae en pies de Trezeguet,
que toca suave hacia atrás para la llegada del ex Newell´s que abre el marcador
con un tremendo remate esquinado.
Luego del gol, River se replegó y aprovechó la falta de ideas
de Belgrano, un equipo no acostumbrado a tomar las riendas de un partido, y
buscó aumentar la ventaja de contragolpe. Tuvo algunas ocasiones, pero recién a
los 43 minutos, tras los ingresos de Funes Mori y Luna, por Trezeguet y Mora
respectivamente, pudo conseguir el gol de la tranquilidad. Luego de un saque de
arco, Rogelio peinó el balón que le cayó en los pies al “Chino”, que corrió
unos metros y acomodó la pelota en el palo más lejano del arquero cordobés. Un minuto
después, el gol de Belgrano, tras una floja respuesta de Barovero, aunque fue
fusilado desde dentro del área chica, sirvió para poner un poco de suspenso en
el resultado que ya no se modificaría y traería los tres puntos a Núñez.
Línea por línea el rendimiento fue de menor a mayor. Barovero
no tuvo trabajo, estuvo seguro para cortar y atenazar cada centro y en la
jugada del gol poco pudo hacer aunque llegó a tocar el fortísimo remate de
Farré que se terminó colando en la meta del “uno” riverplatense.
La línea de tres comenzó con algunas dudas, pero con el
correr de los minutos se fue afianzando. Bien Román como último hombre, en un
partido especial para él, estuvo sólido y rápido en los cruces y bien en el
juego aéreo. También fue bueno el desempeño de sus compañeros de zaga. Tanto
Mercado como Bottinelli cumplieron un buen partido, aunque al segundo se lo ve
un poco más flojo en la marca (el gol llega por su lado y la jugada del
travesaño del primer tiempo también) e impreciso con la pelota.
De los volantes, el mejor, y la figura de la cancha, fue
Leonel Vangioni. El ex Newell´s fue el más buscado en la salida y tuvo
proyección y marca. Tras la expulsión de Ponzio, retrocedió al lateral
izquierdo y también se destacó. Sánchez fue creciendo con el correr de los
minutos, tras un primer tiempo para el olvido, impreciso y embarullado; en el
complemento fue salida y ayudó a Ledesma en la recuperación cuando el equipo se
quedó con un hombre menos. Ponzio cumplía un buen partido, pero su tonta
expulsión condicionó su labor y Ledesma se hizo amo y señor del medio campo,
distribuyendo con criterio y haciendo el trabajo sucio tras la roja al capitán “Millonario”,
bancando la parada como único volante central.
Manuel Lanzini estuvo impreciso y no fue el conductor que
Ramón espera, siempre con un hombre encima y sin espacios, le costó desmarcarse
y se excedió en la jugada individual. Los dos puntas tuvieron un partido
aceptable. Mejor Trezeguet, siempre tocando de primera y buscando el pase que
deje mejor parado a un compañero en ataque, así, asistió a Vangioni en la
apertura del marcador. Mora estuvo impreciso, pero cuando tiene la pelota es
peligroso e indescifrable, aunque esta vez
no tuvo un aporte destacable.
River empieza el Torneo Final 2013 con una victoria importantísima.
Para la confianza y porque cuando no se puede superar al rival con fútbol, hay
tener la actitud suficiente para superarlo, y en Córdoba, el “Millo” la tuvo
para sobreponerse a un rival que se había instalado como una especie de bestia
negra y también para superar un trámite que pudo ser adverso tras la expulsión
de Ponzio. Con solidaridad en las marcas y en las coberturas y peleando cada
pelota como si fuera la última se llevó tres puntos de oro.
Un párrafo aparte para la actuación del juez, Gerrmán
Delfinio. Comenzó bien, pero con el correr de los minutos fue muy permisivo con
el juego brusco de los celestes en el medio campo, que recurrían sistemáticamente
a la infracción para evitar el avance “Millonario” y no eran amonestados.
También deja algunas dudas la jugada de la expulsión. Más allá de la
exageración de Pereyra, la actitud de Ponzio no corresponde a la de un jugador
de experiencia, y si Delfino vio ese imperceptible pisotón, también debió haber
visto el codazo del delantero cordobés sobre el rosarino un minuto antes cuando
este tenía el balón.
El 2013 no podía empezar de mejor manera, ojalá el aura de
Ramón siga bañando las costas de Núñez y poco a poco podamos volver a ver el
River que todos queremos. Por lo pronto, este es un buen comienzo.
Fomaciones
Begrano (Cba):
Olave (4); Lollo (4), Turus (4), Aveldaño (4), Quiroga (4); Zapata (3),
González (4), Farré (5), Velázquez (4); Aquino (3), Pereyra (5). DT: Ricardo
Zielinski
River Plate:
Barovero (5); Mercado (5), Román (6), Bottinelli (4); Sánchez (6), Ledesma (6),
Ponzio (3), Vangioni (7); Lanzini (3); Mora (5), Trezeguet (5). DT: Ramón Díaz
Ingresos: Rojas (6) x Lanzini; Funes Mori x Trezeguet; Luna
x Mora
Resúmen
Goles: 22’ST Vangioni (Riv); 43’ST Luna (Riv); 44’ST Farré
(Bel)
Incidencias: 2’ST expulsado Ponzio (Riv)
Árbitro: G. Delfino (Regular)
Figura del partido: Vangioni (Riv)
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