Torneo
Final 2014 – Fecha 11 – 2 de abril de 2014
River Plate
1 – Newell’s (Rosario) 0
Carbonero y su gol |
La última vez que River ganó tres partidos seguidos en un mismo certamen fue en el Torneo Final 2013, cuando derrotó en fila a Belgrano (Cba) 2 a 1, Estudiantes 1 a 0 y Tigre 3 a 2, en las tres primeras jornadas de aquella competencia. Pasó más de un año para que se repitiera esta seguidilla, algo que en otros tiempos solía ser habitual. La racha se extiende a cinco si agregamos los últimos dos partidos del Inicial 2012, donde derrotó a Lanús 1 a 0 –dirigido por Gustavo Zapata- y a San Martín de San Juan 2 a 0.
Además, son
tres victorias que invitan a la ilusión, porque se venció a dos de los mejores
equipos de los últimos tiempos del fútbol argentino (Lanús y Newell’s) y a
Boca. Estos nueve puntos ubican al Millonario en el segundo puesto de la tabla
a ocho fechas del final y a solo un punto del líder, Colón (Sta. Fé).
Pero además
de los datos numéricos, es importante destacar la actuación del equipo, que no
brilló ni desplegó el juego que exige el paladar riverplatense, pero supo
interpretar el momento del rival que tenía en frente y tomó decisiones en
consecuencia. Por ejemplo, Ramón Díaz sabía que el fuerte del conjunto rosarino
era la proyección de sus dos defensores laterales, entonces decidió dejar en el
banco a Teófilo Gutiérrez e incluir en el once inicial a Daniel Villalva, para
tapar la salida de Milton Casco por un lado, y con Manuel Lanzini para impedir
las trepadas de Márcos Cáceres por el otro.
Y dio resultado.
Newell’s llegaba con dominio del balón hasta la mitad de cancha y ahí se
quedaba sin espacios. Circulaba la pelota, pero no tenía profundidad, entonces
se convertía en intrascendente y no llegaba a lastimar a Marcelo Barovero, que
respondió excelentemente en la única clara que tuvo la visita en los pies de
David Trezeguet.
Ayudado por
una presión asfixiante en el medio, liderada por Cristian Ledesma, que corre
como si tuviera veinte años, y secundado por Ariel Rojas y Carlos Carbonero, el
Millonario robaba la pelota y salía rápido con el Keko y Manu. En una de esas
jugadas, llegó la apertura del marcador, luego de que Fernando Cavenaghi
dominara dentro del área chica y rematara a quemarropa para exigir la salvada de
Guzmán, que dejó corto el rebote y fue tomado por el volante colombiano, que
empujó de cabeza a la red.
A partir de
allí, se intensificó el planteo ideado por el Pelado. Esperar al rival, plantear
duelos mano a mano, no darle espacios y salir rápido de contra. La imprecisión
en los últimos metros privó al Millo de encontrar una ventaja mayor, pero tuvo
las jugadas más claras y mereció hacer otro gol ante un rival que no encontraba
los caminos para llegar al arco de Trapito.
En el
segundo tiempo, el cansancio le pasó factura al Lobo y se sintió. El equipo
retrocedió peligrosamente y ya no apretaba tanto a los volantes rosarinos que
podían manejar la pelota con comodidad hasta tres cuartos del terreno local. Los
ingresos de Matías Kranevitter y Teófilo Gutiérrez le dieron nuevo aire a un
once que comenzaba a sentir el trajín del superclásico.
Como ya se
destacó en este espacio, estos jugadores se sienten más cómodos cuando no
tienen que cargar con el peso del protagonismo. No es casualidad que sus
mejores actuaciones y resultados se vieran frente a rivales que salen a buscar
el partido, e intentar hacer de la tenencia un estilo. Pasó con San Lorenzo,
Lanús, Boca y Newell’s, sin dudas, todos rivales de fuste que fueron derrotados
por el Millo.
Así como el
riojano mostró inteligencia para desarticular los esquemas de esos equipos, ahora
deberá aplicar la misma sagacidad para vulnerar planteos más conservadores, en
los cuales River debe llevar las riendas del juego, como seguramente será el
del próximo domingo frente a Belgrano en Córdoba.
Lo
importante es que las victorias consecutivas, además de sumar puntos, le dan
confianza a un plantel que empieza a creer que puede pelear el campeonato, una
idea que hasta hace quince días, parecía muy lejana.
Formaciones
River Plate: Barovero (6); Mercado (5), Maidana (6,5),
Balanta (7), Vangioni (5); Carbonero (7,5), Ledesma (7), Rojas (5); Lanzini (5);
Villalva (5) y Cavenaghi (5). Director Técnico: Ramón Díaz.
Ingresaron:
20’ST Kranevitter (5) por Ledesma; 21’ST Gutiérrez (5) por Cavenaghi; 30’ST
Funes Mori por Rojas.
Newell’s: Guzmán; Cáceres, Ortiz, V. López, Casco;
Bernardi, Villalba, Orzán; Muñoz, Ponce y Castro. Director Técnico: Alfredo
Berti.
Resumen
Goles: 7’PT
Carbonero (Riv).
Incidencias:
no hubo.
Arbitro: J.
P. Pompei (aceptable)
Figura: Carbonero
(Riv)
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