Siempre en el podio
El plantel campeón de 1956 |
Tras recuperar la
hegemonía en 1955, River Plate buscaba alzarse con el certamen de 1956 para,
una vez más, ser bicampeón del fútbol Argentino.
Para esta ocasión, el conjunto
dirigido por José María Minella solo incorporó a Carlos Lara, delantero de
Ferro, y contó con el regreso al club de Omar Rossi, a préstamo en Huracán.
Además, perdió a una de sus figuras: Walter Gómez se marchó al Palermo de
Italia.
Fueron dieciséis
equipos los que participaron de la Primera División, que se enfrentaron todos
contra todos en dos rondas de quince fechas. La temporada comenzó el 15 de
abril, y el fixture, en una situación
hoy en día impensada, tenía preparados dos desafíos de alto voltaje:
Independiente y Boca serían los dos primeros rivales el Millonario.
Los triunfos en los
dos clásicos, el primero en condición de visitante por 1 a 0 (Russo –Riv-) y el
segundo como local por 2 a 1 (Zárate y Labruna –Riv-; Angelillo –Boc-), lo
perfilaron como un firme candidato a revalidar el título de 1955. A partir de
allí, y hasta la octava jornada, el Millo obtuvo tres triunfos y dos empates.
Racing Club puso fin al invicto al derrotarlo 4 a 2 en Avellaneda y logró
alcanzarlo en la cima de las posiciones, junto con Boca Juniors, con doce
puntos.
En las jornadas
siguientes, la primera colocación pasaría de manos entre estos tres equipos. En
la fecha once, tras vencer San Lorenzo, River volvió a tener la punta en
soledad, ya que el xeneize había
caído en su cancha contra Rosario Central.
Luego de tres empates
consecutivos, el Millo terminó la primera rueda con un triunfo frente a
Estudiantes de La Plata, resultado que le permitió ser líder, junto a su
archirrival de la ribera, con 22 unidades, uno más que Lanús, su sorprendente
escolta, y dos más que Racing y Vélez.
El comienzo de los
desquites no podía ser mejor, la goleada a Independiente le permitió ser el
único líder, gracias a la derrota de Boca frente a Vélez. La revancha del
superclásico fue para los auriazules, volviendo a emparejar a ambos conjuntos
en la tabla de posiciones, junto con Vélez Sarfield, que alcanzaba este hito
por primera vez en su historia en el profesionalismo.
Una vez más, mostrando
la paridad existente en el certamen, las alternativas en la parte alta de la
tabla serían muy cambiantes. Cada fin de semana que pasaba, encontraba a un
nuevo equipo en lo más alto. Así, entre las fechas 17 y 20, fueron líderes
Boca, River, Racing y Lanús.
El conjunto Granate se
mantuvo en la máxima colocación hasta la jornada 23, cuando empató con Vélez en
Liniers, permitiéndole a River alcanzarlo tras derrotar a Racing Club por 2 a
1. Luego de la caída en el superclásico, el conjunto de la banda acumuló cuatro
triunfos, un empate y una derrota, manteniéndose cerca de los distintos líderes.
El plato fuerte de la
fecha 24 fue el enfrentamiento entre ambos líderes: el sorprendente Lanús, que
había mostrado un juego vistoso y efectivo, contra el último campeón, River
Plate. A pesar de ser dominado en la primera mitad, a tal punto de irse al descanso
en desventaja por un gol, el conjunto de Núñez logró revertir el resultado y
alzarse con una victoria por 3 a 1 (A. Rojas –Lan–; Loustau, Sánchez y Labruna
–Riv–) que sería decisiva para lo que quedaba del certamen.
Ese equipo de Lanús
fue conocido como “Los Globetrotters” y su formación base estaba compuesta por:
Vega; Prato, Beltrán; Daponte, Guidi, Nazionale; Carranza, Lugo, Alfredo Rojas, Urbano
Reynoso y Moyano.
La victoria del
Millonario en el sur le permitió sacar una luz de ventaja sobre su perseguidor,
que a partir de allí no puedo recuperarse para alcanzar al conjunto de la
banda. En la siguientes cuatro jornadas, el Millo obtuvo dos victorias y dos
empates, mientras que el Granate cosechó dos victorias, un empate y una
derrota.
River llegó a la fecha
29 con una ventaja de tres puntos sobre su perseguidor y, si conseguía una
victoria en el Monumental, se consagraría campeón nuevamente. El partido fue
una fiesta, el conjunto local apabulló a su rival por 4 a 0 (F. Vairo, N.
Rossi, Labruna y Sívori –Riv–) y terminó dando la vuelta olímpica en su casa.
Aquella tarde los
equipos formaron de la siguiente manera:
River Plate: A. Carrizo; A. Pérez, F. Vairo; Mantegari, N. Rossi, O. Rossi; N. Menéndez,
Sívori, Prado, Labruna y Loustau.
Rosario Central: Ormeño; Biagioli, Cardoso; Álvarez, Minni, J.
Poi; Mottura, Apiciafuocco, Gauna, Castro y Giménez.
La derrota en el
último partido frente a Estudiantes de La Plata solo sirvió para completar el
calendario de un campeonato que River ganó de punta a punta, manteniéndose en
las primeras colocaciones a lo largo de todo el certamen y luchando palmo a
palmo a con un equipo de Lanús que sorprendió a propios y extraños.
Los números del
campeón:
PJ
|
PG
|
PE
|
PP
|
GF
|
GC
|
PTS
|
30
|
17
|
9
|
4
|
61
|
32
|
43
|
El segundo puesto fue
para Lanús, que culminó con 41 puntos, completando la mejora campaña de su
historia hasta esos días.
Los goleadores del
campeonato fueron Juan Castro de Rosario Central y Ernesto Grillo de
Independiente con 17 goles cada uno. El máximo artillero de River fue Enrique
Omar Sívori con 10 anotaciones, seguido por Ángel Labruna con 9 y Héctor Zárate
8.
Muy buen post !!!
ResponderEliminarMuchas gracias, si te gustó, podés ver más notas como estas en la misma sección.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Saludos