Copa Libertadores 2017 – Semifinal –Vuelta – 31 de octubre de 2017
Lanús 4 (4) – River Plate 2 (3)
El equipo, sin respuestas (foto River Plate) |
Hay muchas sensaciones, la mayoría de ellas dolorosas,
después de esta durísima eliminación de River en la semifinal de la Copa
Libertadores. Un partido que hasta los 44 minutos del primer tiempo estaba
controlado, con dos goles de ventaja en el partido y tres en la serie. Con dos
goles de visitante que parecían lapidarios y definitorios, y una jugada que fue
polémica, y que, con el resultado puesto, pasa a ser determinante en el
encuentro.
El descuento de Sand al final de la etapa inicial obligaba a
River a salir con todas las luces al complemento para aguantar los embates del
Granate hasta que pasaran quince minutos. Pero a los cuarenta segundos llegó al
empate y comenzó un nuevo partido.
River se durmió una siesta inexplicable. La defensa hizo
agua por todos lados. Lentos, a destiempo, perdiendo las divididas, sin
convicción para mandar la pelota lejos del área y dejándose llevar por delante
por los delanteros de Lanús, a tal punto que el correntino los tuvo a mal traer
a todos y fue la figura del partido. Además, Lux no tocó una sola pelota, las
fue a buscar todas adentro.
Así fue como en 25 minutos el local convirtió cuatro goles.
Situación inadmisible en cualquier partido común, mucho más en una semifinal de
Copa Libertadores. La polémica se hizo más intensa cuando, para llegar a la
cuarta conquista, el juez recurrió al VAR para otorgar un penal que había sido
y no vio.
Lo curioso es que no recurrió al sistema para ver la jugada
del penal en favor de River por una mano alevosa dentro del área con el
encuentro 2 a 0, o para ver, en la jugada previa al tercer gol, la piña que
Román Martínez le pegó a Ariel Rojas en la cara, lo que hubiera obligado a la
expulsión del jugador y la anulación del gol. Dos claras situaciones que se
vieron por televisión pero que los siete jueces designados para este encuentro
decidieron obviar. Lo que hace más grande la sospecha de que el Millonario no
tenía que jugar la final de esta Copa.
Si consideramos el partido de ida, hubo al menos cuatro jugadas
dignas de la utilización del VAR, tres a favor de River y una a favor de Lanús,
solo se utilizó para revisar esta última. Si la idea es que el VAR lleve
transparencia, de esta manera deja más dudas que certezas, y lo convierte en un
método para avalar la trampa.
Así las cosas. Entre la utilización direccionada del VAR y
las pocas respuestas de los futbolistas del Millo el complemento fue
prácticamente todo de Lanús y la visita no pudo aprovechar las dos o tres
jugadas mano a mano que tuvo frente al arquero granate.
Ya en desventaja, River contó con 25 minutos para buscar el
gol que le diera la clasificación, pero entre el palo y el arquero se
encargaron de evitar que esa conquista llegara. Además del bajo rendimiento de
muchos de los jugadores, la salida de Enzo Pérez fue determinante para que
Lanús ganara el medio y los de Gallardo perdieran el control del juego.
Sin arquero, con Auzqui como primera variante, sin un nueve
de área, sin lateral izquierdo, sin delanteros de área en el banco (tuvo que
entrar Barboza en los últimos minutos a buscar centros), con refuerzos que ya
llevan un año lesionados, y con algunas de las figuras desaparecidas en este
encuentro, iba a ser muy difícil torcer la historia del segundo tiempo, y no se
torció.
Sin respuesta anímica ni futbolística, los jugadores
parecían abatidos por las circunstancias. No protestaron ni uno de los fallos “televisivos”,
mientras que los de Almirón se le iban al humo al juez ante cada jugada dudosa.
Es imposible no pensar que hubo algo raro. Tal vez un “ajuste
de cuentas” por la situación de los dopajes en jugadores de River, tal vez
alguna intromisión de gente que no quería o quiere ver a River festejar, son
todas suposiciones imposibles de comprobar. Lo cierto es que a River se le
escapó un partido increíble, una clasificación casi asegurada se le escurrió
como agua entre las manos.
Que Lanús jugó un poco mejor, puede ser, sobre todo en el
complemento de la revancha; que River podría haberlo asegurado completamente si
el VAR se utilizaba bien, también es cierto. La realidad es que el Millo perdió
una chance histórica por una combinación de situaciones: el VAR, el rival y
fallas propias inadmisibles para una instancia de copa tan determinante.
Ahora habrá que ganar el superclásico para evitar que Boca
se vaya a doce puntos y apuntar los cañones a la Copa Argentina, un premio
consuelo que no podrá tapar la desazón de una eliminación increíble.
Formaciones
Lanús: Andrada; J.
Gómez, García Guerreño, Braghieri, M. Velázquez; R. Martínez, Marcone,
Pasquini; A. Silva, Sand y L. Acosta. Director Técnico: Jorge Almirón.
Ingresaron: 26’ST Maciel por R. Martínez; 39’ST N. Aguirre
por A. Silva; 45’ST Zurbirggen por M. Velázquez.
River Plate: Lux (1);
Montiel (4), Maidana (3), Pinola (2), Casco (2); E. Pérez (6), Ponzio (4),
Rojas (3), I. Fernández (3); G. Martínez (3) y Scocco (6). Director Técnico:
Marcelo Gallardo.
Ingresaron: 12’ST Auzqui por E. Pérez; 26’ST De La Cruz por
A. Rojas; 45’ST Barboza por Casco.
Resumen
Goles: 18’PT
Scocco –p– (Riv); 23’PT Montiel (Riv); 47’PT Sand (Lan); 1’ST Sand (Lan); 17’ST
L. Acosta (Lan); 24’ST A. Silva –p– (Lan)
Incidencias:
48’ST expulsado I. Fernández
(Riv).
Arbitro: W. Roldán (Col) (mal)
Figura: Sand (Lan)
Twitter: @MaqMillo
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