Campeonato de
Primera División 2014 – Fecha 14 – 12 de noviembre de 2014
River Plate 0 –
Estudiantes (LP) 1
El 3-4-1-2 del Muñeco (foto River Plate) |
Ya está. Después de mucho tiempo, llegó lo que todo el mundillo futbolero, excepto el riverplatense, esperaba. Perdió River y es noticia. Muchos están contentos y festejan como si hubieran ganado algo, eso mismo es lo que refuerza la teoría de que River es el más grande, lejos. Todos lo querían ver perder, se habían mal acostumbrado en el pasado reciente y, de golpe, tuvieron que esperar siete meses para poder verlo nuevamente.
Pero ¿porque perdió el Millonario? Hay un par de motivos
para explicar esta derrota. Bien podríamos mencionar el cansancio, que existe, o el recambio, que no hay, y a los que muchas
veces se hizo mención en este mismo espacio. Pero hilando un poco más fino, hay
dos motivos que llevaron a cortar con la racha invicta más larga en la historia
del club.
Por un lado, un rival inteligente y con buenos jugadores
(aquí mismo se destacó que tiene la mejor dupla de ataque del fútbol argentino)
que, después de enfrentarse con el Millo en dos oportunidades, supo lo que
tenía que hacer y cómo hacerlo para poder quedarse con los tres puntos.
Contando con la inesperada complicidad de Marcelo Barovero, cuyo error le
permitió a Diego Vera definir con el arco a su merced. O sea, tuvo que rendir
el examen tres veces y recibir una ayuda para poder aprobarlo.
Por el otro, un planteo llamativo de parte de Marcelo
Gallardo, en lo que seguramente sea su primer error clave desde que asumió como
entrenador del club. Decidió cambiar el clásico 4-3-1-2 por un 3-4-1-2 que, por
lo visto en cancha, no estaba muy trabajado. A los jugadores se los notó
incómodos, apurados y dubitativos.
La combinación de estos dos factores, llevaron a que
Estudiantes hiciera un partido fiel a sus intenciones, con mucha intensidad y dejando
poco espacio. Con muchos hombres formando un bloque defensivo de dos líneas de
cuatro y dos delanteros muy rápidos, a los que se sumaba la velocidad de
Ezequiel Cerutti. Fue él quien ganó en velocidad y tiró el centro bajo que
Trapito no pudo contener para que llegara la apertura del marcador.
De este modo, la superpoblación que había en el medio campo
complicaba el traslado y no había lugar para generar jugadas con pelota
dominada, obligando a River a abrir siempre para los laterales y tirar centros
para que las torres del fondo Pincha despejaran de cabeza. Por supuesto que a
los bajos Rodrigo Mora y Sebastián Driussi se les hacía muy difícil ganar de
arriba.
El partido no fue vistoso ni bien jugado. La visita respetó
al pie de la letra su libreto, se encontró con un gol tempranero y empezó a
comerse el reloj, con su arquero y en cada lateral o tiro libre, cuando se
pasaban la pelota entre dos o tres jugadores hasta llegar al encargado de poner
en juego el balón. Y los de Gallardo no encontraron las ideas ni el circuito
para generar peligro, sintiendo fuertemente las ausencias de Teófilo Gutiérrez
y Carlos Sánchez, piezas clave en el funcionamiento.
De no haber existido esa falla del uno al inicio del
encuentro, seguro se moría en un empate aburrido y sin goles. Tampoco hubiera
servido de nada adicionar más tiempo, quedó demostrado que, en este caso, el
Millo no tenía las armas para dar vuelta la historia.
Los juveniles del club aún no están para asumir la
responsabilidad de tener que revertir un resultado o de jugar partidos
decisivos. No es la primera vez que se encuentran ante esta oportunidad y
demuestran no poder cumplir con el desafío. De hecho, sus actuaciones fueron
bastante pobres.
A diferencia de lo observado en el José Amalfitani el último
domingo, aquí no se vio que los jugadores estuvieran cansados y cometieran
errores por ello. Fue un partido muy intenso, donde se corrió más de lo que se
jugó y los hombres de la banda respondieron bien físicamente. Es una buena
señal de cara a lo que viene.
También se puede especular con la idea de que todo sigue dependiendo de River y por eso el
Muñeco pego este volantazo. Él sabe que sus perseguidores se sacaran puntos el
próximo fin de semana y luego resuelve el torneo en un mano a mano con Racing.
Si es así, es una apuesta peligrosa,
pero sigue dependiendo de sí mismo. Además, en el medio, estará decidiendo su
suerte en la Copa Sudamericana.
De ser así, se verá en las próximas jornadas si la decisión
fue correcta o estaremos hablando de un error de planificación, ya que una
victoria Millonaria frente al Pincha era un golpe duro para los que lo acechan y ahora estarán
revitalizados por haber acortado la distancia.
Si queremos verle un lado bueno a la derrota, es que psicológicamente
tendrán una carga menos. El hecho de haber terminado con la presión de mantener
un invicto que solo sirve para las estadísticas, como dijo el Muñeco, tal vez
descomprima un poco la situación. También fue bueno ver que hay una cierta recuperación
física y que algunos titulares descansaron para encarar la recta final.
A pesar de todo, el Millonario sigue puntero y entra en la recta
final con ventaja. Tal vez exigua si tenemos en cuenta que tuvo dos
oportunidades de estirarla, jugando con los resultados puestos de sus
perseguidores, y no pudo ganar sus compromisos frente a Arsenal y Estudiantes.
Lo importante es que River sigue dependiendo de River, y falta poco para
premiar tanto esfuerzo.
Formaciones
River Plate: Barovero
(4); Maidana (5), Pezzella (5), Funes Mori (5); Solari (3), G. Rodríguez (4),
Rojas (4), Vangioni (5); Pisculichi (4); Mora (5) y Driussi (4). Director
Técnico: Marcelo Gallardo.
Ingresaron: 0’ST Simeone (4) por Solari; 18’ST Martínez (4)
por Rojas; 32’ST Boyé por Pezzella.
Estudiantes (LP):
Navarro; Aguirregaray, Schunke, Desábato, Rosales; Cerutti, Jara, Prediger,
Correa; Vera y Carrillo. Director Técnico: Mauricio Pellegrino.
Resumen
Goles: 9’PT Vera (Est)
Incidencias: expulsado Prediger (Est)
Arbitro: S. Laverni (aceptable)
Figura: Vera (Est)
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