Quilmes 1 –
River Plate 0
![]() |
Bottinelli cabizbajo, Quilmes festeja (foto Olé, DyN) |
La fecha tras el parate por eliminatorias no trajo buenas noticias. Parece que los 15 días de inactividad perjudicaron a River. Aunque su rendimiento no había sido espectacular, le afectividad ofensiva y la solidez defensiva mostrada versus Arsenal y Godoy Cruz (Mza) hacían pensar que se había encontrado el camino.
Lamentablemente, en la vuelta del fútbol de
primera división, apareció Quilmes, un equipo ordenado que últimamente complica
mucho al millonario. Además, a último
momento Almeyda debió meter mano en el once inicial porque Aguirre se retiró de
la concentración con un cuadro febril y en su lugar ingresó Lanzini, resignando
sacrificio en el medio y, en teoría, ganando juego. El otro cambio respecto de
la victoria frente al Tomba fue el que se barajó durante la semana, Luna por
Trezeguet (resolviendo cuestiones personales en Francia) acompañando a Mora.
El partido fue malo, malísimo. River no generó
una jugada asociada en todo el partido. Los volantes estaban perdidos y la
pelota les pasaba siempre por arriba, el medio era de tránsito. Los pelotazos
de los defensores eran una invitación a que el fondo cervecero rechazara todo
lo que pasaba cerca.
Ponzio, que se recuperó con lo justo de su
esguince de tobillo, estuvo impreciso y fuera de ritmo, y el equipo lo sintió.
Sánchez y Lanzini no gravitaron, nunca pudieron desbordar y Cirigliano volvió a
ser el primer cambio del técnico, no quitó ni distribuyó. Así, los delanteros
estaban muy solos y las líneas de River inconexas.
Quilmes, ordenado, presionando en el medio y
cerrando bien los espacios hizo su negocio. Cuando tenía la pelota, buscaba la
salida rápida con Cauteruccio tomando mal parada a la defensa que no tuvo su mejor
tarde y perdió casi siempre, tanto de arriba como en el mano a mano. Solo
Barovero evitó que el equipo del sur se fuera en ventaja al descanso tapando en
varias ocasiones los embates del rival.
La más clara de River en el primer tiempo
llegó por un pelotazo que un defensor cervecero pifió cuando quiso rechazar y
le quedó mansa a Luna que se apresuró y definió a las manos de Trípodi.
El trámite del segundo tiempo fue igual. Sin
cambios entre los 22 protagonistas, la temática del juego fue la misma. Imprecisiones,
pelotazos y a esperar algún error, que finalmente se dio para Quilmes a los 14
minutos cuando un despeje defectuoso de Bottinelli cayó en los pies de
Cauteruccio dentro del área grande. El delantero controló en un movimiento y, a
diferencia de Luna, definió con un derechazo cruzado que dejó sin chances a
Barovero.
A partir del gol los sureños se cerraron más
buscando salir de contra ante la desesperación de River. Para llevar acabo este
plan De Felipe puso en la cancha a Caneo, que debió salir lesionado pocos
minutos después. Las chances que tuvo tras la apertura del marcador fueron
escasas. La más clara, y polémica a la vez, fue la de Telechea mano a mano con
Barovero. Cuando el delantero quiso dejar en el camino al uno millonario, buscó
el contacto tirándose antes de chocarlo y el juez, en una decisión acertada, no
sancionó la pena máxima.
Después fue más de lo mismo, un River sin
ideas chocó siempre con la muralla cervecera. Ni el ingreso de Funes Mori,
apurado y barullero, logró quebrar el cerrojo de Quilmes. Solo un par de
situaciones forzadas y un cabezazo de Bottinelli que pudo ser el empate y se
fue a nada del palo derecho del Trípodi, pero siempre a los ponchazos.
Ahora Almeyda deberá trabajar pensando en el
superclásico, el partido mas esperado del campeonato frente a un rival que
también arrastra problemas en el juego. La preocupación pasa por saber cual es
el verdadero River, se lo ve cómodo cuando no carga con la responsabilidad de
manejar el partido y sin ideas cuando quiere dominar el trámite para buscar la
ventaja.
El equipo sintió la ausencia Aguirre ya que
aporta juego y sacrificio. Ponzio cuenta con él como rueda de auxilio cuando
decide adelantarse unos metros para generar juego y el ingreso de Lanzini lo
obligó a replegarse más, y por lo tanto, perder peso en ofensiva.
La derrota duele porque interrumpe la
levantada que venía teniendo el equipo y desnuda los errores de los últimos
tiempos, y porque se viene Boca y siempre es bueno encarar ese partido con una
victoria para trabajar tranquilos en la semana.
Resúmen
Gol: 14’ Cauteruccio
(Qui)
Arbitro: Silvio Trucco
(mal)
Figura del partido: Cauteruccio
(Qui)
Figura de River:
Barovero
No hay comentarios:
Publicar un comentario