Torneo Final 2014 - Fecha 8 - 16 de marzo de 2014
All Boys 3 – River Plate 2
Barrera desarmada y empate (foto Olé) |
Parece una historia repetida, aunque con un matiz novedoso: la siesta. Esa, que duró dos minutos, al inicio del complemento, fue determinante para el resultado final. Los horrores defensivos en esos instantes sentenciaron un encuentro que ni el más optimista hincha de All Boys hubiera imaginado.
La primera etapa se había ido con un empate, que parecía injusto por lo
hecho por uno y otro equipo. River había mostrado, hasta la infantil e
irresponsable expulsión de Leonel Vangioni, manejo, orden y buenas
combinaciones para llegar al arco de Nicolás Cambiasso. Tal es así, que el gol
de Carlos Carbonero fue un pase a la red.
Todo parecía encaminarse al triunfo de visitante después de mucho
tiempo, pero una infracción cobrada por Carlos Maglio al borde del área, que
aún deja algunas dudas, y una barrera que se desarmó frente al violento remate
de Gonzalo Espinoza, le permitieron al local llegar al empate. Demasiado premio
para lo poco que había mostrado hasta ahí el equipo de Ricardo Rodríguez, pero
como es costumbre en los últimos tiempos, a River no le llegan, y le convierten
un gol.
Cinco minutos después, vino la expulsión del ex Newell’s, y el partido
se hizo cuesta arriba. Para no resentir el funcionamiento, Ramón Díaz decidió
defender con tres hombres, abriendo a Ariel Rojas por el lateral. Aunque
nunca imaginó la sorpresa que llegaría en el segundo tiempo.
La obra maestra del terror se corporizó al inicio del
complemento. En la primera jugada, toda la defensa se durmió y dejó maniobrar a
los locales como si estuvieran en el patio de su casa, así, Roberto Battión
metió un centro bombeado al medio del área chica, Eder Balanta perdió su
espalda y Marcelo Barovero no reaccionó a tiempo, Agustín Torassa, uno de los
hombres más bajos de la cancha, entro solo por el segundo palo y le bastó con poner la cabeza para desnivelar el marcador antes de que se cumpliera un
minuto.
Como una pesadilla, tan solo sesenta segundos después, Espinoza habilitó
a Jonathan Calleri, que encontró todo el terreno a su disposición a espaldas de
los defensores y cuando se metió en el área hizo un pequeño enganche y remato
fuerte, bajo y al primer palo. Nada pudo hacer Trapito, y en dos minutos, los
de Floresta se hallaban dos goles arriba en el tanteador. Sorpresa en propios y
extraños, impensado por el desarrollo del partido. El Albo había llegado dos
veces con peligro, y había convertido tres goles. Insólito.
Desde allí, el local se dedicó a cuidar el resultado, se replegó mucho y
la vergüenza deportiva de River lo fue acorralando. Así llegó el descuento, por
un cabezazo del goleador Carbonero y tuvo el empate en la cabeza de Balanta,
pero la posición adelantada de Fernando Cavenaghi anuló la acción.
El Millonario se hizo dueño del partido, buscó el empate y jugó mejor
que su rival, pero no pudo llegar a la igualdad y el local, de contra, quiso
liquidarlo, pero no contó con situaciones claras frente al arco visitante.
Hubo un par de jugadas discutidas según lo que cobró el árbitro. En
primer lugar, una fuertísima infracción de Pellegrino, casi con la misma
violencia que la que generó la roja de Vangioni, pero que el juez no castigó de
la misma manera, ni siquiera amonesto. En segundo lugar, una falta sobre Daniel
Villalva dentro del área que el espigado colegiado sancionó con amonestación
para el delantero por simulación, pero que queda la duda si fue penal. Por
supuesto, en esta ocasión, no hubo imágenes congeladas, ni buenas repeticiones
de la acción.
Otra vez, casi como si fuera una (mala) costumbre, River dejó pasar una
oportunidad única de acercarse a la punta. Ya son incontables las veces que,
pudiendo quedar a tiro de la cima, el resultado o el rendimiento no lo acompaña
y, por lo tanto, deja pasar la oportunidad, como si el miedo escénico o el
vértigo de lo más alto les impidiera, a estos jugadores, acercarse para pelear
el campeonato.
De todos modos, es tan malo el campeonato argentino, para algunos es
parejo, que con la derrota, el Millo sigue a cuatro puntos, aunque en la
posición doce, cuando podría haber quedado segundo a un punto si obtenía la
victoria.
Lo bueno, aunque poco, es que el Millonario volvió a convertir más de un gol,
pero no le alcanzó. También son discutibles los cambios de Ramón, que ha
perdido la mano en este rubro. Sacó a Teófilo, de buen partido, y Carbonero, autor
de los dos goles, para poner a un cinco y un delantero por afuera. Tal vez
hubiera sido mejor sacar a otros de rendimiento más flojo, como Rojas y
Cavenaghi.
Se aproximan jornadas determinantes, que incluyen al superclásico y que,
como siempre, definirán si el Millonario puede tener chances al final del
certamen. Con siestas como éstas, va a estar muy difícil.
Formaciones
All Boys: Cambiasso; Ladino, Casteglione, Pellegrino, Paz;
Cabrera, Ahumada, Battión, Espinoza; Torassa y Calleri. Director Técnico: Ricardo
Rodríguez.
River Plate: Barovero (4); Mercado (4), Maidana (4), Balanta (3), Vangioni (2); Carbonero
(7), Ledesma (5), Rojas (4); Lanzini (4); Gutiérrez (5) y Cavenaghi (4).
Director Técnico: Ramón Díaz.
Ingresaron: 13’ST
Kranevitter (5) por Gutiérrez; 16’ST Ferreyra (5) por Rojas; 26’ST Villalva (5)
por Carbonero.
Resumen
Goles: 14’PT Carbonero
(Riv); 32’PT Espinoza (All); 1’ST Torassa (All); 2’ST Calleri (All); 17’ST
Carbonero (Riv)
Incidencias: 37’PT expulsado Vangioni (Riv)
Arbitro: C. Maglio (regular)
Figura: Carbonero (Riv)
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