Almeyda y Díaz, los "Pelados" |
Finalmente sucedió. Se cumplió lo que muchos pedían. Durante los últimos seis meses se venía escuchando, en las voces de periodistas e hinchas, en las redes sociales y en cuanto medio informativo era sintonizado en radio o televisión, el incesante clamor para que diera un paso al costado. Querían que Almeyda renunciara o lo “renunciaran”, insistían en que luego del ascenso debió marcharse con la gloria de haber devuelto a River a su lugar.
Le reprochaban que, tras sesenta partidos, no había
encontrado el equipo que saliera de memoria, como si eso fuera a asegurar un
triunfo, o que no había podido repetir los mismos once en una determinada
cantidad de partidos.
Lo cierto es que, finalmente, el “Pelado” dejó de ser el
técnico de River en una decisión tomada de común acuerdo con el presidente del
club, según las declaraciones de los protagonistas, porque “era lo mejor para
la institución”. Los flojos rendimientos y la falta de respuesta tanto dentro
como fuera del terreno de juego llevaron el camino a un final que se preveía
varias fechas atrás.
Lo curioso de todo, es que, tras su destitución, aquellos
que reclamaban a los cuatro vientos la renuncia de Matías Jesús, exclamaban que
su salida era una injusticia, que el presidente lo había despedido por teléfono
y una cantidad de versiones que el propio Almeyda se encargó de desmentir en la
conferencia que brindó en Ezeiza tras dirigir su última práctica.
Una vez finalizada la novela por su alejamiento del banco
millonario, comenzó la danza de nombres para sucederlo.
Según los que siguen el día a día de los pasillos del
Monumental, el preferido de Passarella era Ricardo Gareca, y en la lista
también estaban Ramón Díaz, el favorito del pueblo riverplatense, Marcelo
Gallardo, y hasta llegaron a nombrar a Alfaro, Troglio y Fossatti como
alternativas, pero todos sabían que el hombre a buscar era el otro “Pelado”
El técnico campeón de América en 1996 se había encargado de
manifestar en todos los medios su interés por volver al club de sus amores,
dispuesto a olvidar todo tipo de diferencias con Daniel Alberto. Solo faltaba
que este último decidiera levantar el teléfono.
Al día siguiente de la salida de Almeyda llegó el anuncio
tan esperado. Díaz estaba reunido con Passarella en su casa y solo faltaba
cerrar algunos detalles y firmar el contrato para que el arribo del técnico más
ganador de la historia millonaria se hiciera realidad.
Así se concretó la llegada a Núñez del riojano más famoso,
para iniciar su tercer ciclo en el club, único técnico en cumplir con esta
estadística.
Aunque para la mayoría de los riverplatenses Ramón puede
llegar a ser la solución a todos los problemas, lo cierto es que hay que ser
cautos. Sus últimas experiencias como técnico, en San Lorenzo e Independiente,
no fueron buenas, a tal punto que sus campañas forman parte de los números que
hoy tienen a esos dos equipos peleando por no descender.
También es cierto que, excepto en su primera etapa en San
Lorenzo, solo obtuvo títulos en el club millonario y que en esos pasos
anteriores contaba con estrellas que hacían todo mucho más fácil, Francéscoli,
Salas, Crespo, Ortega, Gallardo, Ayala, Saviola, Aymar, Angel, Yepes, Astrada,
Berti, Burgos, Bonano y la lista sigue.
Hoy la realidad es otra. River viene de su peor mancha
histórica, con mayoría de jugadores que les cuesta adaptarse o que no tienen el
nivel que esta camiseta exige. Con resultados adversos, una dirigencia
cuestionada y un hincha que cada vez tiene menos paciencia.
El desembarco del riojano en las costas de Núñez, lo único
que garantiza es la espalda ancha para soportar más presión en caso de que los
resultados no sean los esperados. Otro entrenador hubiera tenido tres o cuatro
partidos y sería cuestionado. Ramón tendrá un poco más de tiempo para trabajar
y, por ende, pasarán más fechas antes de que se empiecen a escuchar los rumores
de la San Martín.
Con respecto al juego, es de la escuela clásica millonaria y
de Angelito, de buen pie y juego asociado, dispuesto a hacer cualquier cosa con
tal de obtener los jugadores necesarios para lograr su cometido. Su idea la
conocemos, también sabemos de su convicción para pedir refuerzos de nivel que
sepan interpretar su propuesta. D’Alessandro es el primer nombre que surge y el
que sin dudas será prioridad en el próximo mercado de pases, y un volante por
izquierda comienza a convertirse en una necesidad impostergable. Según
versiones, estos serían los dos primeros pedidos que le hizo el zurdo al “Gran
Capitán”.
El cambio de técnico renueva la esperanza, aunque no
garantiza la victoria, un poco de aire fresco y nuevas ilusiones, cambia el
ánimo del hincha que ve su reclamo materializado con la llegada del “Pelado”.
Estadísticamente, los números de Ramón al frente del equipo
millonario indican que tiene 302 partidos dirigidos, con 155 ganados, 80
empatados y 67 perdidos, 564 goles a favor y 347 en contra, eso da un total de 60,1%
de efectividad, casualmente, casi el mismo porcentaje con el que se fue el otro
“Pelado” (59,8%).
No hay comentarios:
Publicar un comentario